Esto estaría vinculado con los dos puntos que Boca resignó sorpresivamente ante Olimpo en el empate a uno en la Bombonera el domingo pasado, y también a una serie de lesiones que vienen afectando al plantel profesional y causando mucha preocupación el el cuerpo técnico, que de esa manera ve complicar una y otra vez la tarea cotidiana.

Por otro lado, no es un dato menor que Boca ya está clasificado anticipadamente para los octavos de final del torneo continental, aunque tan bien le vendría ganar el grupo para definir todos sus próximos compromisos en condición de local.

Tras la primera práctica semanal, se estableció que el polifuncional centrocampista Matías Donnet no viaje a Guayaquil debido a que todavía no está recuperado de prolongada fatiga muscular y Bianchi pretende contar con sus servicios para el clásico del domingo a las 11.00 en Avellaneda.

Por lo mismo -leves dolencias- tampoco viajarán los volantes de marca Sebastián Battaglia y Alfredo Cascini, al tiempo que se duda de la presencia del lateral izquierdo Clemente Rodríguez, quien no se restableció por completo de una infección en el pie. De no recuperarse, lo remplazará José María Calvo.

Debe resaltarse que Boca tiene que vencer el próximo jueves a Barcelona para alzarse con el Grupo 7 y en tal caso eludir el cruce con el sorprendente Paysandú de Brasil y, como se refirió, definir siempre las series en la Bombonera.

Sin embargo, las sucesivas lesiones y la enorme importancia que adquirió el partido contra Racing, considerando que es un rival directo en la lucha por el título local, determinaron que Bianchi modificara su postura y le asignara mayor trascendencia al clásico.

En el entrenamiento del martes, los que jugaron el domingo frente a Olimpo efectuaron trabajos livianos. Muñoz; Méndez, César González, Burdisso y Calvo; Villarreal, Pinto, Omar Pérez y Jonathan Fabbro; Guillermo Barros Schelotto y Delgado fue el equipo que puso Bianchi para la ocasión.