Huracán terminó rendido a sus pies, derrumbado anímicamente y con la triste sensación de que la B Nacional está cada vez más cerca. "Olé, olé, olé, olé, olá, hacelo más parejo y cobrales un penal", cantaron irónicamente los hinchas de River mientras la goleada se consumaba.

A esa altura, claro, habían recuperado la sonrisa. Porque el equipo sumó su cuarta victoria consecutiva en el torneo Clausura y sigue a dos puntos de Boca Juniors, el único líder.

A mivel futbolístico, River dio un gran paso atrás en el primer tiempo, porque controló la pelota durante la mayor parte del desarrollo, pero fue incapaz de generar una sola acción de riesgo ante el limitado Huracán, último en la tabla de posiciones.

River apenas lo complicó al Golobo con un tiro libre de Andrés D'Alessandro que pasó cerquita del palo izquierdo, sobre los 30. Al equipo que dirige Manuel Pellegrini le faltó profundidad. Abusó de los pelotazos frontales y no tuvo movilidad ni ideas para encontrar el desequilibrio. Más que atacar, River avanzaba.

Y sus intentos se diluían irremediablemente en tres cuartos de cancha, allí donde Huracán agrupaba gente para evitar contratiempos. Ante tanta apatía ofensiva, Huracán comenzó a animarse.

Tardó, es cierto, pero le alcanzó para protagonizar las dos jugadas más peligrosas de la etapa inicial. A los 32, Alejandro Alonso se escapó por derecha, mandó un centro atrás y el remate seco de Pablo Monsalvo explotó en el travesaño. A los 36, José María Buljubasich debió esforzarze para tapar un tiro lejano de Darío Gigena.

Pellegrini tomó nota de que River necesitaba mayor volumen de juego. Y entonces en el entretiempo lo puso al creativo Daniel Ludueña por el combativo Oscar Ahumada, quien estaba amonestado. El cambio fue acertado porque el romper con el doble cinco D'Alessandro tuvo alguien con quien dialogar, algo que no había ocurrido anteriormente.

Pero no fue Ludueña, sino un tiro libre de Fernando Cavenaghi, el que destrabó el partido. A los 6 el pibe del Sub 20 la clavó en el ángulo derecho para el 1-0 y ya nada fue como hasta entonces.

Huracán ni tuvo tiempo para reaccionar. Al minuto siguiente, Eduardo Coudet habilitó a Cavenaghi y el goleador definió con un toque exquisito por arriba del arquero. Lo que ocurrió después fue un aluvión de goles de River.

Primero fue Darío Husain, quien definió tras un pase de Coudet. Después, el Chacho le dio una asistencia a Esteban Fuertes para el cuarto. El quinto también fue una joyita: un tiro de D'Alessandro de emboquillada desde 35 metros.

El encargado de cerrar la cuenta fue Diego Barrado, con un toque por encima del arquero. River se fue de Parque Patricios envuelto en un clima de fiesta. Huracán, el pobre Huracán, cada vez está más deprimido.

SINTESIS DEL PARTIDO:

HURACÁN: Martín Ríos; Rodolfo Graieb, Ramón Pedro Ortíz, Gabriel Lobos, Cristian Fernández; Alejandro Alonso, Daniel Garipe, Carlos Camejo, Pablo Monsalvo; Darío Cabrol; Darío Gigena. Director técnico: Jorge Célico.

RIVER: José María Buljubasich; Ariel Garcé, Horacio Ameli, Martín Demichelis; Eduardo Coudet, Claudio Husain, Oscar Ahumada, Víctor Zapata; Andrés D'Alessandro; Darío Husain y Fernando Cavenaghi. Director técnico: Manuel Pellegrini.

GOLES: en el segundo tiempo, a los 6 y a los 7 minutos, Cavenaghi (R); a los 17, Darío Husain (R); a los 32, Esteban Fuertes (R); a los 35, D'Alessandro (R) y, a los 40, Diego Barrado (R).

CAMBIOS: en el segundo tiempo, desde la reanudación, Daniel Ludueña (R) por Ahumada; a los 11 minutos, Mauro Milano (H) por Garipe; a los 22, Esteban Fuertes (R) por Darío Husain; a los 26, Emanuel Villa (H) por Monsalvo; a los 33, Barrado (R) por Coudet y, a los 43, Juan Zalazar (H) por Gigena.

CANCHA: Huracán.