Se llevó más de lo que fue a buscar

En el estadio Olímpico de Roma, Milan goleó al equipo local por 4 a 1 y de esta manera puso una seria hipoteca sobre un torneo que no gana desde el año 1977. Además, el equipo de Ancelotti tomó un gran envión anímico para la final de Champions League

EL DÚO BRASILEÑO: Rivaldo volvió a ser el de antes y Serginho se despachó con dos goles. (Reuters)
ROMA -- En el estadio Olímpico de Roma se disputó la primera final de la Copa Italia, y el resultado fue bastante sorpresivo, porque Milan goleó por 4 a 1 al equipo dueño de casa. Roma se había puesto en ventaja con un gol de su capitán Francesco Totti en el primer tiempo, pero en el complemento Milan fue dueño absoluto del campo y concretizó la goleada con un doblete del brasileño Serginho, un gol de Massimo Ambrosini y otro de Andrij Shevchenko, este último un verdadero golazo.

Obviamente, este amplio marcador y la regla del valor doble asignado a los goles marcados como vistante entregan a Milan una ventaja prácticamente decisiva en el doble enfrentamiento que vale la obtención de la Copa, ya que solo un desastre en San Siro, el 31 de mayo, podría revertir la situación. Claro que en el fútbol todo es posible, pero Roma debería ganar en San Siro por 4 goles, algo realmente poco probable y muy difícil de realizar.

Como decíamos, el resultado puede considerarse sorpresivo, porque el entrenador de Milan, Carlo Ancelotti, decidió darle continuidad y confianza al mismo grupo que disputó las fases anteriores de esta Copa, es decir al grupo de "segundas lìneas" o de suplentes (pero definir tales a jugadores del calibre de Rivaldo, Tomasson, Ambrosini, Abbiati o Serginho parece un despropósito), resguardando a los "titulares" por el temor a eventuales lesiones que pudieran perjudicar su participación en la final de Champions League de la próxima semana en Manchester.

Inclusive, antes del partido, muchos analistas y observadores, especialmente en la ciudad de Roma, habían criticado duramente a Ancelotti por esta decisión, acusándolo de "desprestigiar" a la competencia.

Por su parte el técnico de Roma, Fabio Capello, presentó la mejor formación posible, con las únicas ausencias importantes de Vincenzo Montella y del brasileño Lima, lesionados en la ùltima fecha de campeonato. Los resultados, a la postre, le dieron la razón a Ancelotti, porque el "Milan 2" tomó con gran seriedad el compromiso y además demostró una superioridad fìsica enorme, producto evidentemente de una preparación atlética que es buen viático para la final más importante de Manchester.

LA PRIMERA ETAPA
El partido habìa sido, en su comienzo, bastante equilibrado, con dos equipos tácticamente muy atentos y algunos duelos interesantes en la cancha, como por ejemplo el que disputaron dos brasileños, Cafú y Serginho, a lo largo del carril de competencia.

Desde el punto de vista táctico, Roma presentaba un esquema 3-5-2 con Totti y Antonio Cassano en la delantera, mientras que Milan se oponìa con un clásico 4-4-2 que, cuando Rivaldo bajaba en la zona media para tomar contacto con la pelota, se transformaba en un más prudente 4-5-1, con el solo Tomasson de punta. Claro que la zona central estaba más transitada que un "shopping center" sábado por la tarde...

En esta fase, luego de un buen comienzo del equipo visitante, Roma pareció tomar la iniciativa, gracias a un juego muy físico y agresivo en la zona media y con la complicidad de un árbitro bastante complacente con el juego violento.

No hubo, por la verdad, muchas jugadas de riesgo, porque como decìamos la lucha se desarrolló casi exclusivamente en la zona central, y de hecho el gol llegó de una jugada de tiro libre, estupendamente ejecutado por el capitán capitolino Totti (un derechazo violento y con comba que giró alrededor de la barrera y sorprendió a Abbiati).

Milan también tuvo un par de ocasiones, con Tomasson -- elegante su "sombrerito" a Zebina, pero el tiro siguiente fue bastante débil -- y Rivaldo -- su zurdazo no tomó comba y terminó un metro a lado del palo derecho de Pellizzoli -- pero todo sumado el 1 a 0 refejaba bastante fielmente los valores mostrados por ambos equipos en la cancha.

EL DERRUMBE DE ROMA
En el complemento, Roma siguió buscando ofensivamente, para garantizarse un marcador más amplio y un partido de vuelta más tranquilo. Sin embargo, desde los primeros minutos pudo verse que Milan había vuelto del descanso con mayor decisión, y paulatinamente el equipo visitante fue tomando confianza en sus medios y alimentando el circuito de fútbol creado por los pies de Fernando Redondo, Rivaldo, Serginho, Brocchi y Ambrosini.

Así, ambos equipos tuvieron alguna ocasión, hasta que Tomasson -- otra vez tentó un "sombrerito", pero esta vez Christian Panucci bajó la pelota con el brazo -- se procuró el penal que Serginho se encargó de transformar en el gol del empate con un zurdazo bajo y preciso a lado del palo derecho.

Corría el minuto 17 de la segunda etapa, y desde ahí comenzó un nuevo partido, porque Roma se fue desdibujando paulatinamente mientras Milan se hacía cada vez más dueño del trámite, y en la ùltima media hora maduró una goleada que, por ser absolutamente inesperada, no dejó de ser merecida.

El último manotazo de ahogado de los locales, un disparo del brasileño Emerson, fue desviado por Abbiati sobre el palo, pero desde ese momento en adelante Milan fue el único equipo en la cancha.

Así, primero Ambrosini cabeceó en absoluta soledad un centro desde la izquierda de Rivaldo, luego un lanzamiento vertical de Redondo fue capitalizado de manera impecable por Serginho, quien controló elegantemente y superó a Pelizzoli con un zurdazo esquinado, y por último el recién ingresado Shevchenko superó en velocidad, con un control de pecho "a seguir", a Panucci para luego establecer las cifras definitivas del marcador con un suave y espectacular toque por arriba del arquero rival.

Hay que decir que, en esta fase final, Milan pareció enormemente superior a su rival desde el punto de vista fìsico. Además, esta sensación se incrementó por la capacidad de los volantes de Milan de hacer girar el balón, haciendo correr inùtilmente a los rivales y aumentando de esta manera su cansancio.

En los últimos minutos, ante un estadio mudo y resignado, Roma buscó tozudamente el descuento exponiéndose a los veloces contraataques de Milan, y al final el resultado pudo haber sido aún más amplio.

LAS DECLARACIONES Y EL ANÁLISIS
Carlo Ancelotti fue el primero en reconocer que el resultado haya sido probablemente demasiado severo para Roma. "Fue un partido excelente de mis jugadores, me gustó mucho como supieron contener a Roma en el primer tiempo y luego darle vuelta al marcador. El fútbol es así: ellos tuvieron buenas ocasiones que no supieron concretizar, mientras que nosotros no perdonamos nunca sus errores. Por otra parte -- siguió el entrenador -- creo que fue evidente una gran diferencia en cuanto a estado fìsico: nosotros estamos en un momento brillante, y esto me deja bien esperar para la final de Manchester".

No muy diferente fue la opinión de su colega vencido, Capello: "Este fue un resumen perfecto de una temporada desafortunada -- afirmó el técnico con una mueja de desilusión -- Pudimos haber cerrado el partido en el primer tiempo, erramos muchas ocasiones, y fuimos castigados cada vez que cometimos un error. Son años así, no hay nada que hacerle".

De cualquier manera, Capello deberá reflexionar, y mucho, sobre cuanto pasó en el estadio Olímpico. Al final de una temporada desastrosa (Roma está octava en campeonato, accederá a la Copa UEFA solo por haber sido finalista en la Copa Italia, ya que Milan jugará la Champions League, y además fue eliminada en la segunda fase de la Champions League) el equipo de Capello parecía haber encontrado un funcionamiento aceptable, y le apuntaba a esta Copa con toda su artillería. Además, esta vez Capello no puede alegar excusas, ya que solo le faltó Vincenzo Montella para presentar la mejor formación posible de su equipo.

Aún así, y ante un Milan repleto de segundas lìneas, Roma fue superada ampliamente e inclusive triturada desde el punto de vista fìsico, a pesar de haber podido preparar este partido con todo en las últimas tres semanas. Además, por si todo lo anterior fuese poco, hay que recordar que, con Capello en el banco, nunca Roma había sufrido 4 goles como local.

En la vereda de enfrente, Ancelotti obtuvo un resultado quizás inesperado pero de fundamental importancia: en primer lugar, la casi seguridad de cerrar la temporada con por lo menos un título en la vidriera, pero también una inyección anìmica importante en función de Manchester y una respuesta alentadora sobre el estado de forma de sus dirigidos.

Milan, en los hechos, ya está levantando la Copa Italia con una mano. Veremos, en siete días, si tiene la capacidad de levantar "la Orejuda", mucho más "pesada" e importante.

VITO DE PALMA es italiano pero ha desarrollado gran parte de su carrera periodística en la Argentina, donde trabajó, entre otros lugares, en el diario Clarín, de Buenos Aires. Actualmente es corresponsal en Italia del SportsCenter Latino y columnista de ESPNdeportes.com.

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miércoles, 21 de mayo