Se suponía que el equipo de Javier Aguirre llegaría a reivindicarse en casa, donde ya suma tres derrotas en fila, pero todo terminó en un desastre luego de sufrir cuatro expulsiones y quedarse con seis jugadores por la sospechosa lesión de Raymundo González.

Así, el árbitro Marco Antonio Rodríguez tuvo que suspender la "masacre", pues Pachuca no contaba con los siete jugadores que como mínimo se requieren para jugar un partido, en un duelo en que práticamente cada disparo de García Aspe terminaba en el fondo de la red.

Luego de un gol de Cesáreo Victorino a los 21 minutos, el mundialista mexicano se ensañó con los Tuzos, al marcar a los 35, 45, 60 y 69, el segundo de ellos de penal, para llegar a cinco en su cuenta personal.

Después de nueve fechas del Torneo de Verano 2001, el conjunto de Mario Carrillo llegó a 16 unidades en el segundo sitio del Grupo Tres, detrás del líder general Monterrey, y Pachuca se quedó con 11 unidades en el cuarto sector.

De esta forma, Tuzos, que sólo ha ganado un punto de los últimos 12, se metió en una racha terrible. Lo peor es que cooperan con su desgracia, pues al menos en esta ocasión, respondieron erráticos a cada acierto camotero.

Pachuca empezó bien y terminó fatal. Con bastante entusiasmo, se acercó a la puerta de Oscar Dautt con disparo del zaguero Alberto Rodríguez, que no terminó en gol, pero sí fue una prueba de que los Tuzos al menos tenían la intención de agradar a la tribuna.

Después de lanzar buen tiro que pasó cerca de la portería, Cesáreo Victorino abrió la pizarra a los 21 minutos, cuando el paraguayo Francisco Ferreira bajó un balón en el área, para que el joven prodigio de los Tuzos, previa falla de Oscar Mascorro, fusilara a Dautt con potente derechazo.

No obstante, ahí empezó la debacle del cuadro local, que paulatinamente fue arrinconado en su territorio y, que incluso, se salvó de que la catástrofe alcanzara niveles de escándalo, pues Claudinho no anduvo con la puntería atinada.

Y es que el delantero brasileño tuvo un par de llegadas, que resolvió en forme poco correcta. Primero, a los 29, un cabezazo sólo pasó cerca del arco del colombiano Miguel Calero y, más tarde, no atinó a dirigir a la portería un centro de García Aspe.

De cualquier forma, sólo fue cuestión de tiempo para que llegara el empate. A los 35 minutos, García Aspe ejecutó un tiro de castigo que tomó por sorpresa a Calero, quien fue vencido por abajo y a su derecha, justamente por el poste que tenía que vigilar.

Pese a que nada estaba perdido, Pachuca cayó en el pánico y, sobre todo, dio una mala impresión, ya que respondió a la indiscutible superioridad visitante con una entrada por detrás de Omar Arellano, que le valió la roja directa a los 36 minutos.

De inmediato, los Camoteros aprovecharon su absoluta superioridad, combinada con el desconcierto tuzo, tras una falta en el área del portero Calero sobre Marco Antonio Capetillo, en jugada en que el colombiano simplemente se desentendió del balón y chocó con el jugador poblano.

Así, ya en tiempo de reposición, Alberto García Aspe cobró la pena máxima, con potente zurdazo a la izquierda de Miguel Calero, que nada pudo hacer para evitar el 2-1 con el que los equipos se fueron al descanso.

Después del medio tiempo, Pachuca siguió alimentando su desgracia y facilitándole el duelo a los poblanos, pues a los 51 minutos el paraguayo Ferreira remató un balón con la mano, lo que le valió la segunda amarilla y su expulsión.

Ya con el cuadro tuzo desfondado, García Aspe consiguió su tercer tanto de la tarde, al prender de zurda fuera del área un rechace del colombiano Calero, quien fue vencido por arriba para el 3-1 a los 60 minutos.

Como ocurrió en todo el partido, un acierto poblano fue precedido por un absurdo local, porque a los 63 minutos Adao Martínez propinó un golpe con la mano al argentino Sergio Zárate, casi al estilo Manuel Vidrio aunque no con semejante saña, para sumarse a los expulsados del cuadro local.

Pero faltaba el mejor gol de García Aspe, quien como en sus mejores tiempos se hizo espacio fuera del área y metió zurdazo pegado al poste derecho que de nuevo dejó sin oportunidad al abatido Calero, que ni siquiera estuvo cerca de evitar el 4-1 a los 69 minutos.

Por si fuera poco, llegó la cuarta expulsión de los Tuzos, al manifestarse de nuevo el efecto Manuel Vidrio, cuando Pedro Pineda, que apenas había entrado para el segundo tiempo, recibió la roja directa a los 73 por un codazo sobre un defensa poblano.

Finalmente, llegó lo increíble a los 79 minutos, cuando Marco Antonio Rodríguez tuvo que suspender el encuentro por la lesión de Raymundo González, lo que dejaba a Pachuca con sólo seis jugadores, uno menos que los permitidos por reglamento.

No obstante, el joven pachuqueño, que apenas tenía 13 minutos en el terreno de juego, quedó bajo sospecha tras sufrir un supuesto esguince de rodilla en una jugada en la que nadie lo tocó. El caso fue que el médico tuzo primero invadió la cancha y él fue quien tiró en el césped a González, que al parecer, recibió algunas instrucciones de Aguirre cuando éste fue expulsado.

Tras ese incidente, Rodríguez dio por terminado el duelo. En suma, el silbante mostró preventivas a Alfonso Sosa y expulsó a Omar Arellano (36), Adao Martínez (63), Francisco Ferreira (51, por doble tarjeta) y Pedro Pineda (73).

Por el conjunto de la Franja, Armando Muñoz, Joaquín Velázquez, Oscar Mascorro y Claudinho vieron la tarjeta amarilla.

Alineaciones:
Pachuca.- Miguel Calero, Alberto Rodríguez, Adao Martínez, Francisco Gabriel de Anda, Octavio Valdez, Alfonso Sosa, Omar Arellano, Cesáreo Victorino (Raymundo González 66), Gabriel Caballero (Sergio Santana 62), Andrés Chitiva (Pedro Pineda 45) y Francisco Ferreira. DT: Javier Aguirre.