<
>

La VI Prueba de Doma de Carlos Polito Ulloa, por ESPNpolo.com

El primer turno de la tercera jornada de la VI Prueba de Doma, que se disputa este sábado en Lavinia, Lincoln, Provincia de Buenos Aires, se puede revivir por ESPNpolo.com a través del player que está en esta nota.

El evento se realiza en el campo de la familia Ulloa y es organizado por el mismísimo Polito Ulloa. En el primer turno de la jornada de sábado se desarrolló la prueba 'sorpresa' de la clasificación.

Acerca del organizador

Nacido en Alberdi, provincia de Buenos Aires, hace 69 años, Polito creció vinculado al ambiente rural, pero también a la ciudad. “Vivíamos en Capital, en Barrio Norte, y los fines de semana íbamos al campo. Fui alumno del colegio Newman. Mi viejo quería que yo estudiara una carrera. Que fuera contador, médico, ingeniero, como era antes”.

Así, llegó el día en el que su padre, el abogado Carlos Ulloa, quiso saber, “¿qué va estudiar? En esa época te trataban de usted”. En principio Polito intentó con la veterinaria pero “la verdad no era lo que yo sentía. Fue cuando le dije ‘yo quiero ser domador’. Se cayó de espaldas. No lo podía creer. Lo que él había imaginado, y lo que yo soñaba, estaban demasiado lejos.”

A partir de ahí Polito empezó su propio recorrido. El de peón de campo. Las tareas rurales, la doma, se transformaron en su mundo cotidiano. La vida en la estancia junto al patrón, “que te daba la casa, las herramientas. Te daba las oportunidades, te consultaba por aquella yegua, por aquel potrillo. Para mí el patrón no era el opresor. Era y es una figura a quien quiero y respeto. Es el que me ayudó a formarme y a criar a mis hijos. Ese era mi ambiente. Era donde quería estar. Donde me sentía partícipe de un grupo, que creía que su trabajo era algo especial”.

Polito se valió de todas las herramientas. Por un lado, la práctica, que le hizo sumar experiencia, horas de doma. Por el otro, recurrió a los libros. Él no lo cuenta. No es alguien que se sienta cómodo hablando de sí mismo. Pero Mónica Isla, su mujer, que lo conoció en una jineteada en General Madariaga hace 40 años, dice: “Los idiomas que aprendió en el colegio le sirvieron, y mucho. En aquella época la información no estaba disponible como ahora. Había que salir a buscarla. Cada vez que alguien viajaba le traían libros de jinetes americanos, franceses, españoles. Pudo estudiar cómo era la doma por todo el mundo”.

Así, creó su propio sistema. Los gauchos, los cowboys americanos, el estilo indio, los europeos, los australianos, todos cohabitan en él. En un método que nunca termina de estar cerrado, porque siempre “cree que no sabe lo suficiente. Siempre cree que tiene que aprender algo más”, asegura Mónica.

La Asociación Argentina de Criadores de Polo le pidió que diera conferencias, que diera cursos. Después empezó a hacer lo mismo en Brasil, en Colombia, en Uruguay, en Chile. Todos querían saber cómo era su método de doma”, cuenta Mónica con visible orgullo. “Él cree que la genética de los caballos ha mejorado mucho. Y que, entonces, el domador debe acompañar esa evolución. No puede, ni debe quedarse atrás”.