Francia tiene un poker y Rusia el as

En el estadio cubierto de París-Bercy y sobre polvo de ladrillo se llevará a cabo la final de la Copa Davis; el local y actual campeón, Francia, tiene un equipo compacto, aventaja en el historial y es favorito pero Rusia tiene en Marat Safín un tenista determinante

POR OTRO FESTEJO:
Safin es el hombre fundamental para Rusia en la final de Copa Davis 2002 frente a Francia
(Reuters)
BUENOS AIRES -- Casi todos están de vacaciones, con la raqueta guardada en el placard por un par de semanas más. Y sólo un puñado de figuras tendrán el privilegio de jugar nada menos que la final de la Copa Davis. Con idéntico hambre de gloria, pero con diferentes antecedentes y presentes, los franceses y los rusos animarán la última gran cita de la temporada, con un leve favoritismo en favor de los dueños de casa.

En el estadio cubierto de París-Bercy y sobre polvo de ladrillo, Francia lleva ventaja. No sólo porque su condición de local le permitió elegir una cancha lenta, sino que sus hombres llegan en mejores condiciones. En esa superficie y con más variantes de peso para los singles y el dobles, es el candidato a retener la corona lograda el año pasado.

De ganar, Francia se convertiría en el único tercer país que más veces levantó la famosa ponchera -no es una ensaladera, como se dice habitualmente-, con 10 títulos, dejando atrás a Gran Bretaña. Igual, seguirá lejos de Estados Unidos (31) y de Australia (27). En tanto, Rusia todavía no integra la lista de las 10 naciones que ya se adjudicaron el torneo por equipos más importante del ex deporte blanco.

Que Francia arribó a la final en tres de los cuatro últimos años: perdió en 1999, ganó en el 2001 y juega ahora la del 2002. Que gracias a sus famosos Mosqueteros fue el último en obtener seis títulos consecutivos, entre 1927 y 1932 inclusive. Que además alcanzó otras cinco definiciones. Y que las mejores actuaciones de Rusia fueron las trepadas hasta las finales de 1994 y 1995, ambas perdidas en su casa.

Los pergaminos, sin dudas, favorecen al local. Además, de los tres choques entre ambos, Francia derrotó a Rusia en los dos últimos (no se enfrentan desde 1983). Y el local arrastra una racha invicta de ocho eliminatorias, incluidos tres triunfos en cancha lenta.

Igual, está claro que muchas veces lo pasado fue pisado. No parece ser este el mejor caso, ya que los franceses llevan las de ganar, aunque deberán jugar en un gran nivel para poder festejar. Si bien sus hombres tienen herramientas suficientes para ganarles a cualquiera de las figuras rusas, la clave pasará por el nivel que muestre Marat Safin.

DISTINTAS REALIDADES
De los protagonistas, los únicos que treparon hasta el N° 1 del mundo son los dos singlistas visitantes: Safin (actualmente 3°) y Yevgeny Kafelnikov (descendido al 27° lugar). Y sólo ellos saben lo que significa ganar un Grand Slam y más de 10 campeonatos oficiales. Son datos a tener en cuenta, aunque también es evidente que, por cómo arriban, el gran peso de la serie para los rusos lo tendrá Safin.

Si él está bien, sus compañeros y su gente podrán ilusionarse más. Aunque también es lógico que no alcanza con poder quedarse con dos individuales y entonces hará falta la ayuda de Kafelnikov en otro single o bien una estupenda actuación de la nueva pareja formada por Mikhail Youzhny (figura en ascenso, que figura 32°) y Andrei Stoliarov.

El capitán visitante optaría por esa alternativa, aunque dependerá en gran medida de cómo quede la eliminatoria luego de la primera jornada, ya que si bien Kafelnikov sufre molestias en un pie podría incluirlo a él en dupla con Safin.

Las realidades de ambos equipos se chocan en un punto fundamental: la cantidad de variantes importantes que presenta Francia, a diferencia de Rusia. Justamente, en ese punto, el de la versatilidad de un puñado de jugadores –al margen de que unos sean más fuertes en arcilla y otros en canchas duras-, se apoya la carta de triunfo del local.

El técnico galo sabe que esa constante hizo grande a su país y lo mantiene como una de las superpotencias, más allá de que hoy, por ejemplo, no cuente con ningún top-ten. Y que hace ya 19 años que un varón francés no obtiene un Grand Slam, desde el éxito de Yannick Noah en Roland Garros '83.

La ductilidad de sus muchachos y el sentido de unidad y de solidaridad ya es una marca registrada en Francia, lo que también se traduce en las victorias de las chicas. Sebastien Grosjean (17°) es el único indiscutido como singlista, por sus últimas victorias en la Davis, por su adaptación al polvo de ladrillo y por su presente. Y será acompañado por Arnaud Clement (38°) o Paul-Henri Mathieu (36°).

Más allá de algunos puntos flojos, Clement es de esos tipos que garantiza un nivel parejo y no se achica en las paradas bravas, como lo será esta final. En tanto, Mathieu llega, a los 20 años, con la confianza en alza por sus dos primeros títulos de ATP, también en estadios techados pero en carpeta sintética, aunque todavía no debutó en la Davis.

En fin, como el reglamento permite realizar cambios en el dobles o en los individuales del domingo, todo hace suponer que pueda haber modificaciones. Sin ir más lejos, el dueño de casa cuenta con una pareja superior a la rusa, integrada por dos singlistas con diferentes estilos y mucha categoría: Nicolas Escude (34°) y Fabrice Santoro (35°).

Ambos están en condiciones de jugar cualquier punto, ya que inclusive estuvieron en algunos singles en los cuartos de final contra la República Checa. Y Escude fue el héroe en la conquista de la Davis 2001, después de haber conseguido sus dos individuales y, sobre todo, de ganarle al australiano Lleyton Hewitt (el mejor del circuito) sobre césped y como visitante.

Mientras Francia cuenta con todas estas opciones, Rusia apuesta casi ciegamente a la buena voluntad de Safin. Había logrado su segundo título en ese estadio de París-Bercy, aunque sobre sintético y con triunfos sobre Nalbandian, Schalken, Escude, Moyá y Hewitt. Pero llegó la Copa Masters de Shanghai y volvió a caer en un pozo, producto de sus desconcentraciones: fue tan irregular que perdió contra Moyá, Costa y Hewitt, siendo el fiasco del torneo.

Por eso, cada vez que sale a una cancha es una incógnita. Por potencial, apoyado en un saque imponente y fuertes golpes de base, es el mejor de los que estarán en esta definición. En él se sustentó Rusia en la complicada semifinal ante Argentina (3-2, en carpeta). Y tratará de repetirlo ahora, porque Kafelnikov anda flojito, al margen de que llevarse la ponchera de plata sería su sueño y significaría su retiro.

UNA SUPERFICIE CON HISTORIA
La otra gran diferencia estará en que Francia será local sobre arcilla. El equipo galo eligió esa superficie por dos razones elementales: su fortaleza histórica y la debilidad actual de los rusos, quienes acumulan varias derrotas allí en los últimos tiempos, más allá de que Kafelnikov salió campeón de Roland Garros en 1996 y de que este año Safin aplastó a Grosjean en los cuartos del Abierto francés.

Entre el año pasado y el actual, Francia jugó tres eliminatorias en polvo de ladrillo y siempre tuvo a Grosjean y a Clement en los singles. Resultado: ganaron todos los partidos por los puntos (sólo Clement cedió dos cuando las series ya estaban definidas, como ocurrió en la semifinal ante Estados Unidos).

Eso hace pensar que el local ubicará a ambos, ya que Mathieu es un pibe y plantea la gran duda de cómo responderá anímicamente. Además, una semana antes, el capitán ya había optado por no incluir en un individual a Escude, quien se mueve más cómodo en las superficies rápidas y al que no le gustó que se jugara la serie en arcilla.

Esta apuesta se sustenta en la experiencia de Grosjean, quien en el 2001 fue semifinalista de Australia y de Roland Garros, ganó París-Bercy y llegó a la final del Masters, y de Clement, el finalista de Australia hace un año, cuando derrotó a Kafelnikov, Grosjean y Federer.

Y eso que Safin y Kafelnikov están arriba en los choques personales contra ambos. En arcilla, los franceses están igualados con Safin, en tanto que contra Kafelnikov fue Clement el que le ganó el único partido y Grosjean quien lo perdió.

Por eso, mientras Francia está más compacto y otorga un crédito importante, Rusia aparece con más dudas que certezas. Y aunque los locales digan que no se sienten favoritos, saben que cuentan con las mayores posibilidades de festejar.

No quieren sacar chapa de antemano, quizá con el recuerdo fresco de la finalísima del año último, cuando arribaron a Australia de punto y se volvieron a Europa con toda la gloria. Además, esto es la Copa Davis y siempre puede darse algún imprevisto.

GUSTAVO GOITÍA es periodista especializado en tenis desde 1989. Se desempeñó como redactor en el diario La Nación, la revista VIVA de Clarín y el diario deportivo Olé, todos de Buenos Aires, y además fue comentarista en el canal TyC Sports. Actualmente es redactor del diario Clarín y columnista de ESPNdeportes.com.

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miércoles, 27 de noviembre