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Stefanos Tsitsipas: Las falencias de un año con más sombras que luces

Cuando Stefanos Tsitsipas llegó a la final del Abierto de Australia, con un invicto de 10 partidos incluyendo las semifinales en la United Cup, nadie se atrevía a augurar una temporada turbulenta para el griego. Sin embargo, el 2023 está siendo más de dudas que de certezas, entre derrotas ante jugadores de bajo ranking y un juego que no se asemeja al visto en años pasados.

Para contextualizar: entre enero y fines de septiembre, el ateniense disputó 14 eventos ATP, además de los cuatro torneos de Grand Slam. Su récord de victorias y derrotas no es malo ya que cosechó 41 triunfos y 17 caídas. Sin embargo, cuando más se esperaba de él, por su condición de Top 10 y doble finalista de majors, no terminó rindiendo lo esperado.

Pero ¿En qué está fallando Tsitsipas? Según la base estadística de la ATP, el griego se ubica por fuera del Top 50 en los jugadores con mejor devolución y está 13° en juego bajo presión. Por ejemplo, el porcentaje de los puntos ganados devolviendo el primer saque (26.7%) y el segundo (48.8%) son ligeramente inferiores a los de la temporada 2022 (28.6% y 49.9%) y la 2021 (31.4% y 51.2%). Pero eso no es todo, ya que el porcentaje de break points convertidos también bajó, sobre todo en sus partidos ante jugadores del Top 10. Pasó de 42.7% en 2021 a 39.2% en 2023 a nivel general y de 46.8% a 42.4% frente a los mejores diez del ranking mundial.

Para un jugador que es muy firme con su saque (actualmente, según la ATP, es el tercer mejor servidor del circuito) la devolución está siendo un gran problema. A todo esto, se suma su bajo nivel en las situaciones "bajo presión". Aquí por ejemplo bajó drásticamente el porcentaje en games decisivos ganados (70.4% en 2022 contra 60.9% en 2023) y la ya mencionada baja en la efectividad en los puntos de quiebre.

Este combo generó duras y sorpresivas derrotas en los últimos meses. En Indian Wells fue derrotado por Jordan Thompson (N°87 en ese entonces), en Madrid cayó ante Jan-Lennard Struff (N°65), en Stuttgart frente a Richard Gasquet (N°55), en Mallorca ante Yannick Hanfmann (N°48), en Wimbledon contra Chris Eubanks (N°43) y en el US Open frente a Dominic Stricker (N°128). Pero, el dato más curioso de todos estos partidos ante rivales de menor jerarquía es que jugó un total de ocho tiebreaks, de los cuales perdió en seis.

Esta estadística también viene en descenso a diferencia del año 2022, cayendo en un 2.9% pasando del 60.9% al 58%. Si bien no es un descenso abrumador, si es significativo y muestra que en el último tiempo le han costado los encuentros en los cuales se definieron sets de esta manera.

La baja efectividad en partidos clave ante rivales de menor jerarquía sumado a que todavía no le ganó a ningún tenista del Top 10 en lo que va del año (cinco derrotas consecutivas y sin ganar sets) están haciendo de la temporada de Tsitsipas la peor en los últimos tres años. Pese al trofeo ganado en el ATP 250 de Los Cabos, el griego aún no tiene esa regularidad esperada y todavía le quedan defender 1055 puntos en los meses restantes, además de luchar por un lugar en las ATP Finals, en una race que lo tiene como sexto con Alexander Zverev y Holger Rune pisándole los talones.