"Ha sido distinta a la final de la final de Wimbledon que jugamos contra ellas y que nos sacaron de la pista. Tuvimos opciones, creo que jugamos nuestro mejor partido en este torneo. Ha sido una pena", reconoció Suárez.

La tenista española, por su parte, rechazó que afrontaran con temor el encuentro ante las dos primeras jugadoras del mundo.

"No pensábamos que íbamos al patíbulo. Ni mucho menos. Hemos jugado otras veces contra ellas y sabíamos como jugaban y estábamos convencidas de poder ganar. Sabíamos que no teníamos que salir intimidadas, que teníamos nuestras oportunidades y que podíamos ganar. Lo hemos pasado bien y lo único malo es que hemos perdido, simplemente".

"No teníamos que dejarlas jugar sino hacer nuestro juego, con devoluciones, globos. Pero la lástima es que nuestras opciones pasaban por su primer servicio. Si ellas metían el primero teníamos menos opciones. Pero son cosas que se dieron así", dijo Suárez, que rechazó que el hecho de haberse disputado con el techo cerrado les perjudicara.

"Hubiera sido espectacular que hubiéramos ganado. Nuestra final aquí y ganar. Les teníamos ganas", reconoció la argentina, que junto a la tenista española atesora dos títulos de Roland Garros y un Abierto de Estados Unidos.

La final individual femenina que también copan las jugadoras estadounidenses disparó los pronósticos en la pareja hispano argentina, que reparte el favoritismo para el triunfo final.