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Kyrie Irving e Isaiah Thomas generan esperanza e intriga en sus nuevos equipos

El 17 de octubre se acaba de volver una fecha enorme, y no solo porque sea el cumpleaños de Eminem. Esa es la noche que todos los aficionados al básquetbol tienen marcada en rojo y con un “¡OMG!” en el calendario tras el canje de este martes que sacudió a la NBA entera y mandó a Kyrie Irving de los Cleveland Cavaliers a los Boston Celtics a cambio de Isaiah Thomas, Jae Crowder, la selección desprotegida del Draft que viene de los Brooklyn Nets, y otro jugador al que nadie se molesta en nombrar (Ante Zizic). Esa noche seremos testigos del regreso de Kyrie a Cleveland vestido de verde y con el número 11 en vez del 2 en la espalda.

¿Será ovacionado? ¿Abucheado? LeBron ya pidió que le agradezcan por su media década de servicio en Cleveland, pero recordemos que al mismo Rey lo abuchearon cuando regresó a Miami con los Cavs por primera vez tras ganar dos títulos en cuatro años como estrella de la franquicia. Irving ganó un anillo en Cleveland pero, a diferencia de LeBron, no cumplió con su contrato entero y pidió ser canjeado. El resentimiento es testarudo en el corazón del hincha, un ser que no se caracteriza exactamente por ser frío y racional.

El caso de Thomas es distinto. Cuando él regrese a Boston por primera vez el 3 de enero, lo más probable es que él reciba una ovación de pie de parte del público local. Thomas lo dejó todo en la cancha como Celtic y hasta jugó en los playoffs inmediatamente después del trágico fallecimiento de su hermana. Él no quería irse de Boston, lo fletaron a Cleveland.

Eso nos deja con dos realidades contrastantes y el preludio a mis tres conclusiones desde tres perspectivas distintas tras el mega canje más importante de ésta década.

1. La perspectiva de los Cavaliers: El futuro está a salvo

Gran parte del pánico generalizado generado por el reclamo de Irving para marcharse de Cleveland lo antes posible se basaba en dos conceptos, uno a corto y otro a largo plazo. El más urgente era el hecho de que LeBron y Kevin Love no iban a poder solos sin un aliado del calibre de Irving en una hipotética revancha contra los Golden State Warriors en las Finales de la NBA esta temporada, y el que te hacía buscar el ansiolítico para calmar los nervios era que LeBron se puede marchar en julio del 2018 dejando a la franquicia en llamas una vez más.

Bueno, ambos problemas están solucionados gracias al genio de Koby Altman, el nuevo gerente general de los Cavaliers.

Altman no solo obtuvo a Isaiah Thomas, un base anotador estelar con características parecidas a las de Kyrie que fue el tercer máximo anotador de la NBA la temporada pasada promediando 28.9 puntos por partido, sino que ahora también cuenta con la potencial próxima primer selección del Draft (en la vida hay tres certezas: La muerte, los impuestos y la ineptitud constante de los Nets).

Así que digamos que LeBron se va en el 2018. En ese caso le ofreces un contrato máximo a Thomas como renovación, mantienes a Love a su lado y eliges al prospecto top de la actualidad en el alero Michael Porter durante el Draft. Eso no te asegura ganar el Este, pero si evitar una marca de 19-63 como en el 2011.

Si te preocupa la defensa, Irving era tan apto a ser abusado en el perímetro como Thomas y en realidad la fortaleciste con la llegada de Crowder, un tipo que no le teme a ensuciarse las manos o a marcar al mejor jugador del otro equipo. Ese tipo de tenacidad les hizo falta en la serie contra loa Warriors, y ahora la tienen.

Existen preguntas válidas como por ejemplo la dinámica de Thomas con LeBron, pero si Dwyane Wade e Irving se supieron adaptar a no tener el balón en sus manos todo el tiempo, no veo porque Thomas debería ser la excepción durante su primer año en un equipo nuevo que le otorga la oportunidad inmejorable de ganar su primer anillo de campeón

2. La perspectiva de los Celtics: El comienzo de una nueva era

Isaiah Thomas, Jae Crowder, Avery Bradley, Amir Johnson, Kelly Olynyk. Esos son cinco de los nombres y apellidos que conformaban al núcleo de los Celtics la temporada pasada y ya no están. Thomas era la estrella, Crowder y Bradley los obreros, y los Washington Wizards los hubiesen eliminado si Olynyk no se hubiese destapado con 26 puntos en el séptimo juego de la serie contra ellos.

Ese mismo núcleo cayó en cinco juegos contra los Cavaliers en las Finales del Este con goleadas humillantes y la lesión de Thomas sufridas de por medio. Nadie se imaginaba que ellos no regresarían para redimirse, pero claramente Danny Ainge y su cúpula dirigencial dictaminaron que ese era su techo y deseaban llegar más lejos todavía.

Kyrie Irving y Gordon Hayward son sus dos nuevos pilares acompañados por grandotes veteranos (Al Horford y Marcus Morris) y jóvenes promesas (Jaylen Brown), pero temo que lo que se ganó en talento se perdió en garra y corazón.

Entiendo que ese concepto no se puede medir con estadísticas, pero ninguno de esos cinco miembros del conjunto titular ha llegado a las finales de su conferencia como líder de sus respectivos equipos anteriores. Es como si les faltara una especie de fuego sagrado y rebeldía que quizás encuentren juntos durante los próximos años.

En Boston claramente no veían a Thomas como referente de la franquicia a futuro y, al igual que Cleveland, obtuvieron el mejor retorno posible que se podía esperar en un canje por él. En Boston debería reinar el optimismo, pero temo que posiblemente se haya perdido algo del “Orgullo Celtic” en el camino.

3. La perspectiva de la NBA: Cambió todo, pero no cambió nada.

Una vez que te apartas de la histeria y el ruido que generan la mudanza de dos estrellas de sendos candidatos al título al club que representa el mayor obstáculo en el camino del otro a la gloria, te darás cuenta que las placas tectónicas de la NBA se habrán sacudido pero no partieron a la liga en dos como algunos estarán empecinados en convencerte.

Cleveland y Boston siguen siendo los dos máximos candidatos a coronarse en el Este, su jerarquía sigue intacta por ahora y lo único que les podría decir a franquicias ilusionadas en Washington D.C., Toronto, Milwaukee y Miami es que ellos aprovechen al periodo de adaptación que ambos tendrán que pasar durante los 15-20 juegos iniciales para arrebatarles el primer puesto en la temporada regular y la ventaja de la localía en los playoffs.

Me refiero a un arranque feroz con una marca de 15-5 o 16-4 que les otorgue un colchón ante la inevitable arremetida que se avecinará en la segunda mitad del calendario.

Hablando de la segunda mitad, me interesa mucho saber que opinan Dwyane Wade y Carmelo Anthony respecto al canje.

Ah.

Hay que ver si Carmelo y Wade, con un pie afuera de Nueva York y Chicago respectivamente, ven a la situación de los Cavaliers con ojos distintos ahora que saben que los cimientos de esa franquicia están sólidos para la actual campaña.

Wade quizás empareje la balanza y Miami ya no será su único destino predilecto. Jugar junto a su mejor amigo LeBron en Cleveland podría ser tentador. Lo mismo para Carmelo, quien hasta ahora había estado obsesionado con ser canjeado a los Houston Rockets.

Por último, me encantaría saber que piensa el comisionado Adam Silver.

Este canje le ha quitado el foco a la NFL, el deporte rey de los Estados Unidos, a solo dos semanas del comienzo de su temporada regular. Eso era algo impensado hace no mucho tiempo.

Es posible que más haya cambiado de lo que presenciamos a simple vista.