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Oracle Arena y sus momentos inolvidables: práctica de Curry, clavada de Carter y la silla de Nowitzki

La franquicia de los Warriors ha ganado cuatro títulos de la NBA desde su mudanza al Área de la Bahía de San Francisco; sin embargo, solo tres de ellos (2015, 2017 y 2018) han sido disputados dentro de los muros del Oracle Arena. Y podemos agradecer a Abelardo, el conocido ave gigante de “Plaza Sésamo”.

En 1975, cuando se contrató al estadio para la escenificación de los Ice Follies, un espectáculo de patinaje protagonizado por personajes del conocido programa infantil, obligó a que los Juegos 2 y 3 de la serie de campeonato entre Golden State y los Washington Bullets fueran disputados en el Cow Palace de la cercana Daly City. No detuvo a Rick Barry, Más Valioso de las Finales y miembro del Salón de la Fama Rick Barry en la barrida del título.

Sin embargo, durante sus 47 años como hogar de los Golden State Warriors, el Oracle aún ha servido de anfitrión durante una amplia porción de la historia de la franquicia californiana.

Mientras los Warriors de la era actual se aprestan a comenzar su búsqueda final de postemporada antes de mudarse al Chase Center, ubicado del otro lado de la bahía en San Francisco, le rendiremos tributo a la arena más antigua (y se podría decir que la más bulliciosa) en la liga. Desde batallas en las Finales de la NBA, pasando por sorpresas históricas y la coronación de un ícono de las volcadas, el Oracle ha sido el escenario de algunos de los momentos más inolvidables vividos en la liga.

La sorpresa (y la silla) que dieron la vuelta al mundo

Dirk Nowitzki cree haber causado daño físico con una silla, aunque quizás haya sido con un bote de basura. Es comprensible que los detalles no se mantengan claros, considerando que ocurrió durante una rabieta en medio del que quizás fue el punto más bajo de su carrera, catalogado al mismo nivel del colapso sufrido por los Dallas Mavericks en las Finales de la NBA en la temporada anterior.

Independientemente del objeto arrojado por Nowitzki, fue lanzado muy fuertemente, en medio de la eliminación de los Mavericks (que habían ganado 67 encuentros en la temporada regular) por parte de los Warriors de la época “Creemos” durante el Juego 5 de la serie de playoffs de la primera ronda en la Conferencia del Oeste en 2007. Sin embargo, quizás no terminó impactando al objetivo buscado, considerando lo mala que estuvo la puntería de Nowitzki esa noche, cuando tuvo enceste de 2-13 desde la cancha para así poner punto final a la peor serie de playoffs de su carrera. Fue el primer batacazo en una serie de playoffs 8-1 a un máximo de siete partidos.

El recuerdo se encuentra inmortalizado, por ahora, en la parte alta del muro frente al vestuario de visitantes del Oracle Arena. Los Warriors planifican cortar esa parte del muro y exhibirla en el Chase Center.

Ese hoyo, en parte graciaso al buen humor del jugador gigante alemán, se ha convertido en parte del legado del Oracle Arena. Años después, Nowitzki firmó una lámina de plexiglás que cubre el hoyo y los Warriors colocaron una camiseta de color amarillo brillante con la leyenda “CREEMOS” sobre ella.

“No hay nada que pueda hacer al respecto, sólo me queda asumirlo”, expresó Nowitzki, quien fue reconocido como Jugador Más Valioso de la NBA días después de la finalización de la serie. “Fue parte de mi carrera, parte de mi historia. Siempre digo que, de no ser por esas derrotas (en playoffs) consecutivas en 2006 y 2007, no habría sido el jugador que fui en 2011 para así terminar el trabajo”.

“Esto forma parte de mi trayecto. Fue algo brutal y difícil de sufrir, pero gracias a ello crecí mucho”.

Los Warriors fueron cautos y esperaron a que Nowitzki se hiciera con un anillo de campeón antes de pedir su autógrafo.

La carrera de los Mavericks por el título aseguró que esa miseria de la postemporada de 2007 cortada de forma prematura en Dallas fuera un pie de página en el relato de la carrera de Nowitzki y no su momento definitorio.

“Por eso firmé (la lámina) con una sonrisa en el rostro”, dijo Nowitzki. “De no haber ganado (un título), probablemente les hubiera dicho: ‘Aparten eso lejos de mí’.”

--Tim MacMahon


Stephen Curry desde lo profundo… del túnel

Las cestas de Stephen Curry desde el túnel se han convertido en una parte única de la experiencia del Oracle Arena durante el trayecto que ha llevado a los Warriors a conquistar tres títulos en cuatro años. Tanto así que, cuando el entrenador de los Warriors Steve Kerr obsequia boletos a sus amigos, muchos de ellos tienen una pregunta similar.

“Tengo amigos que, cuando les regalo boletos a los partidos, me dicen: ‘¿A qué hora puedo entrar y a qué hora Steph hace sus prácticas de enceste?’ Nunca había escuchado algo así antes. Nadie me había preguntado: ‘¿A qué hora este jugador hace su calentamiento?’. Pero hoy en día, la gente, mis invitados, mis visitantes, llegan al estadio con una hora de anticipación para ver calentar a Steph”.

Las proezas de Curry con el enceste se han convertido en uno de los momentos más esperados del partido en cualquier arena en la cual pisa la cancha; sin embargo, son esas cestas desde el túnel, cuando se apresta a regresar al vestuario de los Warriors, las que parecen darles mayor felicidad a los aficionados. La cesta, en la cual Curry dispara desde el túnel que conduce a los jugadores de los Warriors desde el vestuario a la cancha, comienza con un pase hecho por el veterano guardia de seguridad del Oracle Arena Curtis Jones. Curry no está seguro del momento exacto cuando comenzó esta tradición, pero se enorgullece de la forma cómo ésta cobró auge.

“Creo que fue alrededor de los años 2013, 2014”, dijo Curry recientemente, mientras agregaba que, de hecho, fue un excompañero de equipo, Monta Ellis, quien tuvo la idea original.

“Monta lo empezó”, indicó Curry. “Solíamos tener prácticas de enceste allí y él lo hacía antes de terminar la práctica. Después de ello, ya no teníamos práctica de enceste en el Oracle, así que íbamos allí para los partidos. Creo que hice una apuesta con un chico que trabaja en la gerencia, bromeando un día y se convirtió en algo que hacía durante todos los partidos hasta que evolucionó con la participación de Chris. El resto es historia”.

Kerr sólo puede pensar en una comparación con respecto a la forma en la cual Curry ha perfeccionado el arte de la cesta desde el túnel.

“Kevin Love, cuando jugaba con la UCLA, solía hacer cestas justo desde aquí”, dijo Kerr, apuntando a la esquina más lejana de la cancha. “Desde la esquina a un lado de la cancha, unos 94 pies. Lo hacía en cada partido, antes de cada encuentro de la NCAA o práctica. Y usualmente, convertía una. No había visto a nadie hacer que él había hecho en ese entonces. ¿Cuán fuerte debes ser?”.

Tristemente, los días de la cesta desde el túnel parecen estar contados. Con una arquitectura distinta en el Chase Center, Curry está consciente que esa cesta probablemente desaparecerá con el Oracle Arena; sin embargo, está confiado en que tendrá algo nuevo para los aficionados en su nuevo hogar para el baloncesto.

“Creo que, geométricamente hablando, no es probable”, dijo Curry con respecto a la posibilidad de continuar las cestas desde el túnel en el Chase Center. “Sin embargo, debido al sitio donde se ubica la entrada a la nueva arena, probablemente me pondré creativo y sacaré algo nuevo”.

--Nick Friedell


Cuando la “Vinsanity” salvó el concurso de volcadas

Vince Carter recibió una gran cantidad de reconocimientos durante su carrera de 20 años en la NBA: ocho apariciones en el Juego de Estrellas, más de 1,400 partidos disputados y más de 25,000 puntos anotados; sin olvidar que él comenzó su carrera alzándose con el premio al Novato del Año en 1998-99.

Sin embargo, cuando el jugador de 42 años finalmente cuelgue sus zapatillas, probablemente tenga su recuerdo más entrañable con el que bien podría ser actuación más grande en la historia de la NBA en un concurso de clavadas, hecha en el Oracle Arena en 2000.

“No sabía que me convertiría en un jugador estrella en esa noche”, indicó Carter a The Undefeated, web hermana de ESPN.com. “Antes de que ocurriera, no era jugador estrella. Sólo fui un jugador seleccionado (en un puesto alto del draft). Sin embargo, después de esa noche, mi vida cambió”.

Carter no fue la única figura con volcadas notables en el evento final del sábado del fin de semana del Juego de Estrellas de la NBA. Entre los concursantes se encontraban el jugador de los Raptors y primo de Carter, Tracy McGrady, el base de los Houston Rockets, Steve Francis, y el base de los Philadelphia 76ers, Larry Hughes. Luego de años de eventos mediocres, la multitud que llenó la arena a capacidad plena esperaba ver una noche que enorgulleciera al Dr. J (Julius Erving), MJ y a Dominique Wilkins “El resumen de jugadas humano”. Pues bien, terminaron viendo una excelente actuación por parte de una estrella en ciernes que poco después se haría con dos apodos propios: “Vinsanity” y “Mitad hombre, mitad asombroso”.

Primero, Carter se ganó la ovación por parte de la multitud y la atención de Shaquille O’Neal y su cámara portátil con una volcada a 360 grados. En su tercera volcada, Carter atrapó un alley-oop, pasó el balón entre sus piernas, lo volcó y luego, apuntó al cielo tras caer en el tabloncillo. Con el juez Isiah Thomas alzando los brazos al cielo en muestra de asombro, Carter miró fijamente a una cámara de televisión y dijo estas palabras, que ahora son leyenda:

“Ha terminado”.


Todo había terminado incluso antes de que Carter asombrara a los asistentes con una volcada en la cual metió su antebrazo en el aro. La multitud estaba confundida hasta que vieron esa memorable volcada en la repetición de la pantalla gigante Jumbotron. Carter terminó superando a Francis fácilmente en las finales en la que quizás sea la mejor actuación vista en un concurso de volcadas en todos los tiempos.

Claro que no, Carter no jugó con los Warriors y nada de lo que hizo esa noche influyó en la tabla de posiciones. No obstante, cuando se trata de revisar los momentos más grandes vividos en el baloncesto jugado durante la historia del Oracle Arena, lo hecho por “Vinsanity” en esta histórica cancha, tiene que ser considerado como uno de los más importantes.

--Marc J. Spears