Abdicó el rey. O mejor dicho, se hastió. Tomó la decisión correcta: retirarse. Se fue invicto. Con la gloria de igualar al legendario Rocky Marciano (49-0-0, 43 KOs) y con los bolsillos llenos. Pero sobre todo, sin secuelas, al menos evidentes, de una larga carrera profesional de 19 años en el traumático arte del pugilismo.

Así se despidió Floyd Mayweather Jr. (49-0-0, 26 KOs), aunque muchos no creamos que sea cierto y nos aventuremos a vaticinar que en algún momento reconsiderará su decisión. Algo que le sentaría mal a sus millones de detractores, en particular a Oscar de La Hoya.

"Es su última pelea y todo el mundo lo está celebrando porque la gente está cansada de ver peleas aburridas", dijo el 'Golden Boy'. Y subrayó que "esta Era de Mayweather ha sido la peor en la historia del boxeo, porque no se ha tratado de hacer historia, de pelear por pasión y amor al deporte, ha sido la peor en la historia del boxeo, porque para él todo ha sido negocio, hemos visto peleas poco interesantes, aburridas".

Puede que tenga razón Oscar, pero no fue justo. El mérito de Floyd no solo se circunscribe al negocio. Como boxeador fue el mejor de su generación. Pero sobre todo, pese a ser un maestro de la defensa, supo sobresalir en una época donde los medios y los fanáticos se encargaron de tirar por el caño la esencia primigenia del boxeo: el arte de pegar y no recibir.

Desapareció el arte por la gracia del arte. Los fanáticos no quieren artistas. Adoran lo tosco, lo vulgar, lo marginal. Aun así, Mayweather sobrevivió.

De La Hoya no fue quien más se benefició con la marcha del portento de Grand Rapids. Fueron los púgiles que estuvieron a su sombra en la división welter (147 libras) y la súper welter (la abordaremos en un próximo trabajo). Sin él en escena a nadie volverá a minimizar sus logros porque no le han ganado a Floyd.

Floyd es historia y le toca a los que siguen escribir la suya.

¿Cómo queda el panorama en la división welter?

El Consejo Mundial de Boxeo (CMB) anunció que cesará de reconocer a Money Man como su campeón en ambas divisiones. Simplemente están a la espera de un documento donde Mayweather notifique oficialmente su retiro.

Es cuestión de horas para que el CMB disponga del cinturón verde y oro y presente quiénes serán los nuevos aspirantes al trono. Si bien nunca se sabe cómo actuarán los organismos, la lógica indica una contienda entre el número uno y el dos en el escalafón de la entidad. Ellos serían el británico Amir Khan (31-3-0, 19 KOs) y el norteamericano de raíces puertorriqueñas Danny 'Swift' García (31-0-0, 18 KOs).

Khan y García tienen un pasado en común que incita al morbo. El 14 de julio de 2012, 'Swift' noqueó a Khan en cuatro rondas y le arrebató la faja mundial ligero welter (140 libras) en la versión del CMB. Antes del golpe de gracia de García su oponente marchaba con aparente ventaja. Sería interesante una revancha entre ambos, ahora con más tonelaje.

No solo ellos tienen jerarquía para aspirar a la corona del CMB. Shaw Porter (26-1-1, 16 KOs) y Marcos Maidana (35-5-0, 31 KOs), que peleó dos veces contra Mayweather y que en la primera de esas batallas le complicó la vida, se encuentran posicionados en los puestos tres y cinco.

Los nombres de los aspirantes se repiten en la versión de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB). Únicamente se adicionaría el estadounidense Keith Thurman (26-0-0, 22 KOs), rey regular que deberá ser proclamado como campeón absoluto tras oficializarse el retiro de Floyd, quien todavía aparece como súper campeón. Del dos al cinco en la clasificación figuran Khan, Maidana, García y Porter, respectivamente.

De la Organización Mundial de Boxeo (OMB) habría que añadir a Timothy Bradley (32-1-1, 12 KOs), campeón del organismo, y al filipino Manny Pacquiao (57-6-2, 38 KOs); éste último no podrá contender hasta 2016 por la lesión de hombro que sufrió en mayo, previo a la pelea contra Floyd.

Desde el pedestal de la Federación Internacional de Boxeo (FBI) se asoma el británico Kell Brook (35-0-0, 24 KOs), monarca de la entidad, y su próximo retador el argentino Diego Chaves (23-2-1, 19 KOs).

Así está el panorama en las 147 libras. Este grupo ya se encuentra en la línea de partida. La meta es heredar los cinturones de Floyd. Por sus nombres queda en evidencia que no habrá vacío de talento, aunque dudo que alguno alcance en jerarquía a su predecesor, pese a que Oscar de La Hoya se empeñe en acusarlo de aburrido.

¿El sucesor?

Mi apuesta es Thurman... y ¿la suya?
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Desde que Floyd Mayweather Jr. (49-0-0, 26 KOs) anunció a Andre Berto (30-3-0, 23 KOs) como oponente para su última pelea profesional muchos lo criticaron y se preguntaron si valía la pena gastar un centavo para ver la despedida del mejor boxeador del nuevo siglo.

La respuesta es simple y tajante: NO.

'Money Man' necesitaba un reto y no un paseo para atraer a los fanáticos que quedaron decepcionados por la que se promocionó como La Pelea del Siglo (Mayweather-Pacquiao) y ni siquiera fue La Pelea de la Cartelera.

No lo hizo. Su arrogancia pudo más. "Él es el p... amo". Y lo dejó claro cuando "bendijo" a Berto, peleador del vulgo que para colmo ha perdido tres de sus últimas seis presentaciones.

Pero esta vez las personas no mordieron el anzuelo. Primero, porque pocos creen (yo tampoco) que la pelea del sábado 12 de septiembre sea su despedida como boxeador profesional. Ya una vez salió del retiro (entre 2007 hasta 2009) y que reincida no sorprendería a nadie. Y segundo, porque faltan apenas tres días para la contienda en el MGM Grand de Las Vegas y todavía hay más de 2 mil asientos disponibles.

¿Le importa a Mayweather Jr.? No parece. En conferencia de prensa, dejó clara su postura con relación al poco interés de la gente en la pelea: "no importa a quien escoja, siempre la gente me criticará. Así que nadie está obligado a ver la pelea".

Esa no es más que otra muestra del carácter del púgil de Grand Rapids. Él impone sus condiciones, gústele a quien le guste y pésele a quien le pese; a esta altura del juego no va a cambiar. Aunque la cartelera sea un fracaso siempre tendrá a mano la excusa de su dinero. (Según la revista Forbes ha amasado una fortuna de 589 millones en los últimos cinco años y eso le convierte en el deportista mejor pagado).

Los grandes "perjudicados" en este pulso serán los púgiles que integran el resto de la cartelera. Ser parte de las veladas protagonizadas por Floyd siempre resultó atractivo y una excelente vitrina; esta vez no lo será. A nadie le motiva pelear en un recinto semivacío.

Es una verdadera lástima. Hay varios duelos que sí prometen salvar la noche para aquellos que pagaron el boleto al MGM Grand de Las Vegas y los valientes que se dignen a soltar el billete por el Pague por Ver (64.95 dólares por la señal en SD y 74.95 en HD).

Mayweather erró, pero quienes no se equivocaron fueron los que completaron la cartelera que cierra el multimillonario vínculo del Money Man con Showtime, por seis peleas y más de 200 millones de dólares. Ellos fueron al seguro al convocar a los actores de reparto.

Apostaron a la rivalidad deportiva entre México y Puerto Rico, una de las más grandes en la historia del boxeo. Así garantizan el interés del público de ambas nacionalidades.

Primero el excampeón del mundo Johnny González (58-9-0, 49 KOs) enfrentará a Jonathan Oquendo (25-4-0, 16 KOs). Y luego el monarca súper pluma (130 libras), Román 'Rocky' Martínez (29-2-2, 17 KOs), le dará la revancha a Orlando 'Siri' Salido (42-13-2, 29 KOs), a quien le arrebató la faja de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) que hoy presume.

Como coestelar colocaron al sueco Badou Jack (19-1-1, 12 KOs) frente al británico George Groves (21-2-0, 16 KOs). En disputa estará el cinturón súper mediano (168) del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) que Jack le quitó sorpresivamente en abril a Anthony Dirrell (28-1-1, 22 KOs).

Con la presencia de dos europeos en una pelea titular se asegura también que personas del otro lado del Atlántico presten atención a una cartelera que está sentenciada al fracaso.

Mi consejo: vaya a bar donde pasen la cartelera, disfrute un par de cervezas mientras ve los combates de respaldo y luego, tras escuchar el veredicto del pleito Groves-Jack, regrese a casa. Le puedo asegurar que la pelea estelar no sirve.
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¿Quién es el mejor púgil mexicano todavía activo? Juan Manuel Márquez. ¿Quién es el más mediático? Saúl 'Canelo' Álvarez. ¿Quién pudiera ser el más reconocido en corto plazo? Leo Santa Cruz (31-0-1, 17 KOs).

No son delirios etílicos. Así lo veo. Está en las manos del 'Terremoto' alcanzar esa cima. Colocarse a la misma altura del guerrero Márquez y el telegénico Canelo.

Ya dio un paso firme tras derrotar inobjetablemente a su compatriota y tricampeón mundial, Abner Mares (29-2-1, 15 KOs), por decisión mayoritaria en un combate que está en carrera por la distinción de Pelea del Año, y agenciarse la vacante faja de súper campeón pluma de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB).

Súmele que con apenas 27 años ya cosechó títulos en 118 libras, avalado por la Federación Internacional de Boxeo (IBF), y en 122, bajo el amparo del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).

A esta altura de su carrera, al michoacano tiene ante sí dos caminos, uno largo y otro corto, para sentarse a la misma mesa de las dos figuras más visibles de la armada azteca.

¿Cuál sendero eligirá? Ahí está el dilema, el ser o no ser de Leo Santa Cruz.

El camino largo:

En primer lugar, y por un problema de respeto a sus colegas de profesión, debería "legitimar" su reinado. Enfrentar a los dos hombres que se labraron una reputación entre los plumas y la AMB se encargó de ningunearles. Ellos son el argentino Jesús Cuellar (27-1-0, 21 KOs), monarca regular, y el peruano Carlos Zambrano (26-0-0, 11 KOs), titular interino.

Los siguientes pasos están a la vista de todos. Vencer a los restantes campeones plumas: el estadounidense Gary Russell Jr. (26-1-0, 15 KOs), el británico Lee Selby (21-1-0, 8 KOs) y el ucraniano Vasyl Lomachenko (4-1-0, 2 KOs).

Con todas las fajas ceñidas a la cintura, y juzgando que la división pluma reúne mucha calidad y cantidad de talentos, su ascenso en la escala de valores se dispararía exponencialmente, casi asegurándole un puesto entre los mejores 10 en el ranking libra por libra.

Esta travesía puede tomar otro rumbo. Subir a las 130 libras (superpluma), dada la estatura de Leo (1.71 metros), y pugnar por un cuarto cinturón que le colocaría como el cuarto mexicano con semejante hazaña.

De lograrlo se sentaría en el mismo altar de Juan Manuel Márquez (rey en 126, 130, 135 y 140), Erik 'El Terrible' Morales (122, 126, 130 y 140) y Jorge 'El Travieso' Arce (108, 115, 118 y 122). Además superaría a las leyendas Julio César Chávez (130, 135 y 140) y Marco Antonio Barrera (122, 126 y 130).

Nada mal. Aunque le tomaría un tiempo considerable.

El camino corto:

Sencillo: aceptar el reto del cubano Guillermo Rigondeaux (15-0-0, 10 KOs).

Cada día crecen los rumores acerca del ascenso del antillano a las 126 libras. Para su fortuna o su desgracia renace la posibilidad de que ambos zanjen diferencias dentro de un cuadrilátero.

Primero habría que convencer a José Santa Cruz, padre y entrenador de Leo, quien dijo a Canal de Boxeo que "con Rigondeaux no hay nada que hacer. Para que vas a pelear si la misma televisión no lo quiere. No hay dinero. Él que vaya por su lado y nosotros por el de nosotros".

Ahí don José no se equivoca. A Rigondeaux las televisoras no lo quieren. Pero una victoria de su hijo sobre él le garantizaría de inmediato sentarse en el mismo peldaño que Márquez y Canelo.

Sin dudas, esta es la vía rápida, pero también la más riesgosa. La familia Santa Cruz lo sabe.

No son pocos los expertos que consideran que ganarle al Chacal es casi imposible. El entrenador Freddie Roach subrayó en una ocasión que "era el púgil con más talento con el que había trabajado". Su colega Robert García señaló que "(Rigo) es muy talentoso y debería estar en las grandes fechas de HBO". Mientras otro preparador, el estadounidense Jesse Reid, exclamó que "el Chacal es un fenómeno de la naturaleza".

Gracias a su trabajo formando campeones, Roach y Reid se ganaron un espacio en el Salón de la Fama; y es muy probable que en el futuro García les acompañe.

Quizás ahí esté la verdadera razón por la que la mayoría de los peleadores que están o han pasado por el territorio (122 libras) del Chacal prefieren esquivarlo, tal y como hicieron Santa Cruz y Abner Mares.

"A Leo que le pongan los mejores peleadores que hayan. Lo que no me gustan son los peleadores correlones, a mí me gusta que peleen, que le den el gusto que la gente quiere, que le den peleas, dijo José Santa Cruz una vez que le recordaron esa situación. "A Rigondeaux ya lo conocemos todos, ese muchacho no pelea. Pelea mientras lo dejan, si siente un golpe, ese no lo vuelven a ver en todo el ring. Ese te amarra, te empuja, te hala. Entonces digo yo que con él no tenemos nada qué hacer".

Aquí don José juzga a la ligera. Vulgariza las habilidades defensivas del cubano. Y no toma en cuenta --al menos ese es su discurso de boca hacia fuera-- que si Leo derrota al Chacal no tendría que volver a preocuparse por buscar rivales. Todos irían por él. Semejante "deferencia" podría recibirla en varias divisiones. Ganarle a uno de los mejores púgiles amateurs de la historia y uno de los tres más completos de los últimos años en el boxeo rentado te garantiza ese tipo de licencias.

Además sería el modo más eficaz de silenciar las críticas de los fanáticos. Ellos no le perdonan la manera huidiza en que emigró de la división supergallo. Sus propios compatriotas se encargaron de recordárselo en medio de la ceremonia de pesaje de su pleito con Mares cuando comenzaron a gritarle: "Rigondeaux, Rigondeaux".

Solo queda preguntarse si la pelea soñada, entre Santa Cruz y Rigondeaux, se dará o simplemente Leo optará por tomar el camino largo para evadir al lobo disfrazado de Chacal. Ya lo hizo una vez, no me extrañaría que volviera a hacerlo.
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El 'Chacal' a la deriva

FECHA
12/08
2015
por Damián L. Delgado Averhoff
Guillermo Rigodeaux
Courtesy of Gary Hyde

En Cuba se dice con sorna que para ser guapo (valiente) hay que tomar sopa con tenedor. Pero aquí en los Estados Unidos los guapos como Guillermo Rigondeaux (15-0-0, 10 KOs), sí que toman sopa con tenedor, comen frijoles (habichuelas) con absorbente y ascienden de categoría aunque regalen ventajas.

Al 'Chacal' no parecen sobrarle los caminos. Su vida ha sido muy difícil. Y ante situaciones extremas no se vislumbran más opciones que soluciones extremas.

Paradójicamente su carrera se "torció" en abril de 2013 después hacer lucir como un principiante al mejor peleador de 2012, el filipino Nonito Donaire. Años más tarde de aquella exquisitez -- aunque los pseudo conocedores digan que fue una contienda aburrida -- Rigondeaux sigue sin hallar el norte.

De poco o nada le ha servido demostrar sobre el cuadrilátero que es uno de los tres boxeadores más completos de la actualidad y posiblemente uno de los mejores del nuevo siglo.

A tal punto es su calvario que nadie se ha sentido atraído por sus cinturones de súper campeón y campeón de las 122 libras en las versiones de la Asociación y la Organización Mundial de Boxeo (AMB y OMB), respectivamente. Lo peor de la historia es que el tiempo pasa y no aparecen retadores.

Le han condenado sus excepcionales destrezas (sus rivales saben que las opciones de vencerlo son ínfimas), su empecinamiento en conservar su filosofía amateur y, sobre todo, la ineptitud de sus promotores.

Escribió el colega Chris Farrell que Rigondeaux "(...) necesita un promotor que pueda, a través de la narrativa, explicar a los aficionados por qué él es, sin duda, el mejor boxeador del mundo".

Necesita un promotor de calidad, pero hoy no lo tiene. Y ante el veredicto más brutal para un boxeador: no pelear, el Chacal valora subir a la división pluma (126 libras) en busca de los combates que le son esquivos en su gallinero natural (la división súper gallo).

Rigondeaux es Dios en 122 libras, pero la arriesgada estrategia lo empuja al mundo de los mortales. Él es un 122 natural y raras veces su cuerpo supera las 124 libras. Ya tuvo una primera experiencia el 31 de diciembre de 2014. Mientras la mayoría de los de su estatus disfrutaban el advenimiento del nuevo año, él tuvo que desplazarse hasta Japón para pelear ante el local Hisashi Amagasa (29-5-2, 19 KOs).

Aquel combate fue en 122, así y todo el cubano regaló a su oponente más de una decena de libras y 6 ½ pulgadas de estatura. Aun así lo noqueó en 11 rondas y literalmente le desfiguró el rostro. Lo más llamativo fue que mostró más agresividad que la acostumbrada, algo que tanto le reclama la fanaticada.

Curiosamente su demostración volvió a enterrarlo. Palos porque bogas y palos porque no bogas. Después de ver aquello (me refiero a las diferencias de estatura y peso) los potenciales aspirantes a sus cinturones tal parece que se intimidaron más. 'Si es capaz de destrozar a un hombre mucho más grande y más pesado, que hará con nosotros', imagino que pensaron.

Farrell hizo una valoración muy interesante sobre el posible ascenso de Rigondeaux a las 126 libras, posibilidad creciente con los rumores de una pelea (se pactaría en 126) del cubano con el ucraniano Vasyl Lomachenko, monarca pluma de la OMB.

"Por desgracia, pronto (Rigo) perderá por primera vez, seguramente por nocaut, y con su derrota vendrán suspiros de alivio (...)", escribió Farrell. "Rigondeaux no perderá ante un mejor peleador, porque no hay ninguno alrededor. Él va a perder pronto, porque va a ser obligado, a través de la falta de opciones tanto económicas como boxísticas a superar obstáculos demasiado grandes para un hombre de su tamaño y mucho más jóvenes. Quien supere a Rigondeaux será mucho más grande y mucho más joven que él".

Queda claro, al menos a mí, que por mucho talento que tenga Rigondeaux no es inmune a las diferencias de peso. Ojalá que aquellos que velan por él lo tomen en consideración y se pongan las pilas para que el Chacal siga haciendo historia en las 122 libras.
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Quisiera imaginarme qué diría mi profesora de gramática y redacción, Aixa Kindelán, si escuchara la frase "la pelea que todos quieren ver". Bueno, miento... sí lo sé.

La (des)calificación sería un mayúsculo reprobado o un reprobado mayúsculo. (Aquí el orden de los factores tampoco alteraría el producto). No habría derecho a réplica tras utilizar la manoseada frase.

En la historia del pugilato moderno no existe sentencia más prostituida. Tal es así que promotores y boxeadores la han convertido en argumento (económico) para validar tanto las buenas como las malas peleas.

Sea cierto o no, siempre escucharás (o leerás) que alguna de las partes involucradas declaró "aceptamos este combate porque es el que la gente quiere ver".

¡Pamplinas!, gritaría un famoso humorista de la radio cubana.

Abner Mares (29-1-1, 15 KOs) vs. Leo Santa Cruz (30-0-1, 17 KOs), prevista a realizarse el 29 de agosto en el Staples Center de Los Ángeles, es uno de los ejemplos más recientes.

¿Realmente es esa la pelea que queremos ver? La verdad nunca es absoluta, pero estoy convencido de que esa no es la contienda que verdaderamente desean ver los fanáticos.

La conjunción de estilos de estos guerreros mexicanos ciertamente augura mucha emoción, sin embargo la ecuación que la mayoría quisiera observar incluye siempre al cubano Guillermo Rigondeaux (15-0-0, 10 KOs).

Santa Cruz vs. Rigondeaux o Mares vs. Rigondeaux.

No estoy loco ni bajo las influencias de sustancias alucinógenas. Sí, sí... ya sé que Rigo es un peleador "correlón" y "aburrido"; así y todo pocos se atreverían a cuestionar que es el mejor de los tres por amplia distancia. Lo avala su pasado.

Los amantes del deporte desean a los mejores cara a cara. Los atletas sueñan con ganar a las leyendas para tallar su legado. Y seguramente los seguidores de Santa Cruz y Mares pagarían por verlos apalear al "cubano correlón".

Seamos sinceros, son pocos los que no disfrutarían esa hipotética situación. Apagarle la sonrisa al 'Chacal', que no se ha cansado de llamar gallina a todo inquilino pudiente que lo ha evitado en la división súper gallo (122 libras), puede ser una recompensa innigualable.

¿Cuánto aval recibirá el púgil que logre derrotar al doble campeón olímpico, considerado como uno de los cuatro púgiles aficionados más grandes de la historia y que en el profesionalismo tiene dos fajas mundiales y está incluido en TOP 10 del ranking libra por libra?

Muchísimo y casi todos lo sabemos.

Primero Mares y después Santa Cruz se pasaron con ficha. Subieron a la división superior (126 libras). Ni uno ni otro se sintieron con el talento para derrotarle. Debieron haberlo estudiado y llegado a esa conclusión.

Quizás en unos años cambien de parecer y se encaramen en el ring contra él. El nombre del cubano siempre brindará lustre a su resumé, no importa que en ese entonces esté en la frontera de los 40 años.

Habría que preguntarles a Santa Cruz y Mares (junto a sus entrenadores, promotores y aficionados) si de existir la posibilidad real de vencer al Chacal y despojarle de sus dos cinturones absolutos hubieran escogido enfrentarse entre ellos como primera opción.

La pesadilla Rigondeaux no acaba aquí para ambos púgiles. El peleador de 34 años se cansó de que sus fajas se cubrieran de telarañas y ya comenzó a cantar que subirá a las 126 en busca de peleadores, a pesar de que él es un 122 natural y estaría dando ventajas a todos sus adversarios.

Allí, en las 126, están Santa Cruz y Mares y desconozco si volverán a evitar a Rigondeaux con el pretexto de que esa no es la pelea que la gente quiere ver y con la certeza de que es mejor que digan: aquí corrió, que aquí murió.
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Erislandy LaraEthan Miller/Getty ImagesEl cubano desea una pelea contra el kazajo Gennady Golovkin.
Soñar no cuesta un centavo. Y muy válidas son las aspiraciones de Erislandy Lara (21-2-2, 12 KOs) de pelear contra Floyd Mayweather Jr. (48-0-0, 26 KOs), Miguel Cotto (40-4-0, 33 KOs) y Gennady 'GGG' Golovkin (33-0-0, 30 KOs), tal y como aseguró después de brindarle a nuestro colega de ESPN, Delvin Rodríguez (28-8-4, 16 KOs), un recital de boxeo. Pero este deseo luce complicado.

Es vox populi que las tres dianas a las que apunta Lara tienen en mente objetivos diametralmente opuestos y resulta poco probable que varíen sus metas para subirse al ring contra un púgil peligroso y que en el acápite de las ganancias no resulta tan atractivo.

Sin embargo, si algún cubano puede obtener un combate ante los "pesos pesados" del pugilismo moderno ese es el autodenominado ''The American Dream'.

Lara se arrimó a Al Haymon y no cabe duda que buena sombra le cobija. Contrario a Guillermo Rigondeaux (15-0-0, 10 KOs) y otros muchos boxeadores cubanos que se marchitan por la ineptitud de sus manejadores, Lara se mantiene activo a ritmo de dos peleas por año a partir de 2013. En 2012 y 2011 hizo tres pleitos per cápita, en 2010 peleó cinco veces y en 2009 subió al ring en siete oportunidades.

Al Haymon sí tiene "pegada". Él sabe dónde, cuándo y cómo lanzar la carnada. Ya "pescó" a Saúl 'Canelo' Álvarez (45-1-1, 32 KOs) --está descartada una revancha entre ellos según palabras de Oscar de La Hoya y el propio Canelo-- y su próxima presa bien puede ser el temible GGG.

Haymon se ha ganado a pulso el beneficio de la duda.

Lo que si tengo más que claro, incluso apostaría por ello, es que Mayweather y Cotto no van a pelear contra Lara. Ni uno ni otro tienen que demostrar nada y no van arriesgar en el epílogo de sus respectivas carreras, a no ser por cifras exorbitantes y éste no es el caso.

En cambio, Golovkin parece más asequible. El kazajo también está reclamando grandes combates y hasta la fecha solo ha obtenido a peleadores de segundo nivel. Está a su favor que a todos le ha pasado por encima como si fuera una aplanadora.

Incluir el nombre de Lara en su resumé le daría muchísimo valor para empujar más contra la pared a los pejes gordos que constantemente le evitan. El cubano es un peleador mucho más capaz que los oponentes que ha enfrentado GGG. Para el kazajo sería un verdadero reto descifrar su estilo elusivo, el mismo que hizo ver mal al Canelo en una pelea en la que muchos (entre los que me incluyo) no vimos perder al cubano.

Las ventajas que obtendría GGG en el ascenso de Lara hacen realizable la pelea. En primer lugar, él se mantendría en su peso natural (160 libras); y segundo, el antillano se expodría a un hombre que pega más duro que Alfredo Angulo (23-5-0, 19 KOs) y hasta el propio Canelo, quienes con sus golpes de poder le pusieron en apuros.

Ciertamente la bolsa no sería la más espectacular, pero desde el punto de vista deportivo y dado el poder de "convencimiento" de Haymon, existen los argumentos para creer en la posibilidad de que este encuentro se realice. Esto no quiere decir que es un hecho la Golovkin-Lara.

El 'American Dream' también tiene otras alternativas sobre la mesa. De mantenerse en las 154 libras lo más factible sería buscar la unificación de su título de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) con los estadounidenses Cornelius Bundrage (34-5-0, 19 KOs) y Demetrius Andrade (21-0-0, 14 KOs), monarcas respectivos de la Federación Internacional de Boxeo (IBF, por sus siglas en inglés) y la Organización Mundial de Boxeo (OMB). Descarto una unificatoria por el cinturón del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) porque está en poder de Mayweather Jr.

De ascender aparecen varios nombres atractivos. Andy Lee (34-2-1, 24 KOs), monarca de la OMB, Jermain Taylor (33-4-1, 20 KOs), titular de la IBF, y Daniel Jacobs (29-1-0, 26 KOs), dueño de la faja regular de la AMB -GGG es el supercampeón. Elimino de la ecuación a Peter 'Kid Chocolate' Quillin (31-0-1, 22 KOs), quien se codea en la nobleza de peso medio, porque personalmente me aseguró que no pelearía contra un cubano (Quillin nació en Estados Unidos, pero su padre es cubano).

Lo más llamativo y a la vez productivo en el hipotético ascenso a peso mediano es que los reyes de la división, a pesar de ostentar cinturones mundiales, carecen de la categoría de megaestrellas. Ninguno se puede dar el lujo de imponer condiciones. Esa jerarquía relativa y su necesidad de trascender le abren las puertas a Lara para acceder a ellos y, de aprovecharlo, seguir acercándose al sueño americano.
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Una perla con luces y sombras

FECHA
30/05
2015
por Damián L. Delgado Averhoff
Erislandy LaraMark Ralston/AFP/Getty ImagesLa proyección de púgiles como Lara puede beneficiar o perjudicar a los cubanos que vienen detrás.
El deshielo entre Cuba y Estados Unidos es un hecho. Podrá demorar poco más o poco menos, pero el impulso parece irreversible.

En las actuales circunstancias no solo las Grandes Ligas están pendientes a los avances en las negociaciones entre las antagónicas partes, también el boxeo profesional está a la expectativa y pudiera ser uno de los grandes beneficiados, aunque nunca a los niveles del béisbol.

En medio de la "crisis de talentos" otro nicho de donde escoger y otro mercado siempre es bienvenido, mucho más cuando se trata de una nación con enorme tradición boxística, que desafortunadamente desapareció del contexto profesional por obra y gracia de una persona.

El dominio de Cuba en el amateurismo es incuestionable, siendo la nación que por amplia distancia domina el medallero olímpico con 34 títulos. Además, los atletas de la mayor de las Antillas supieron adapatarse con celeridad a la Serie Mundial de Boxeo (WSB, por sus siglas en inglés), una competencia semiprofesional auspiciada por la Asociación Internacional de Boxeo (AIBA). De hecho, en la versión del 2015 defenderán en la gran final, ante Kazajstán, la corona que alcanzaron en su debut en 2014.

Por otra parte, varios de los púgiles que tomaron las riendas de su futuro han demostrado que tienen las habilidades para sobresalir en el profesionalismo. Guillermo Rigondeaux, Yuriorkis Gamboa, Erislandy Lara, Yoan Pablo Hernández, Rancés Barthelemy y Richar Abril son los más visibles tras haber accedido a títulos mundiales.

Hay talento y existen los precedentes de lo inminente: se realizó una clínica de la NBA, la semana entrante el Cosmos enfrentará a la selección nacional cubana de fútbol y la máxima autoridad del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (Inder), Antonio Becali, acaba de anunciar que se realizará en el presente año un juego contra alguna sucursal de los Orioles de Baltimore.

Tantas señales no pueden estar equivocadas. Los magnates y directivos del boxeo están pendientes y seguramente tratarán de sacarle provecho. Aunque su nivel de interés debe ser muchísimo menor al que muestran Rob Manfred y los equipos de MLB.

Los cubanos acceden con relativa "facilidad" a contratos millonarios en el béisbol. Están de moda como consecuencia del impacto que han tenido en MLB jugadores como Yasiel Puig, José Dariel Abreu, Yoenis Céspedes, Aroldis Chapman y Alexei Ramírez, por solo citar algunos.

Lo contrario sucede en el boxeo. Nadie cuestiona las virtudes de Rigondeaux, Lara y compañía, pero en su gran mayoría son criticados por su estilo elusivo, que es efectivo, pero que desafortunadamente no encandila a los fans y desagrada a los grandes emporios del deporte.

Si no hay un cambio de mentalidad en ellos, estarán sepultando sus esperanzas de conseguir grandes peleas, asegurar monetariamente su futuro y que los cubanos que vengan atrás (o sea, el talento que está en la Isla) sean vistos como un producto apetecible. Como dice el refrán: "cría fama y acuestate a dormir".

Cuba podría ser un mercado atractivo, pero a corto plazo no lo es. En un lugar donde la mayor preocupación es conseguir qué comer, resulta poco probable alcanzar los niveles de consumo que brinden rentabilidad a los inversores. Ni hablar de Pague por Ver. A este panorama, adicionémosle que las autoridades deportivas cubanas (dígase el Gobierno) pondrán un listado maratónico de condiciones que entorpecerán cualquier negociación.

Pero a pesar de los inconvenientes, el hecho de que renazca la posibilidad de que Cuba pueda reinsertarse en el boxeo profesional (y en el deporte rentado en general) es una excelente noticia.

Solo resta esperar y cruzar los dedos.
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Roman Gonzalez, Milan MelindoGetty ImagesLa posible revancha entre 'Chocolatito' González y 'Gallo' Estrada puede brindar la emoción que no tuvo la MayPac.
El boxeo ha cambiado. Ya no es lo mismo. Puede que la pelea entre Floyd Mayweather Jr. (48-0-0, 26 KOs) y Manny Pacquiao (57-6-2, 38 KOs) rompiera todos los récords de recaudación y los colocara a ambos, en los puestos uno y dos, del ranking de los deportistas mejor pagados del año. Pero las apariencias engañan. Hoy en día el llamado Arte de Fistiana está huérfano de grandes figuras.

No digo que no exista uno u otro pugilista que tenga el rango de estrella, sino que son pocos los presentes que enamoran verdaderamente al público y tienen grandes resultados.

Mayweather Jr. es un ejemplo. Es indiscutible que es un súper dotado a la defensiva y el contragolpe, sin embargo sus peleas suelen provocar bostezos. Sus mega ganancias responden más a un fenómeno de marketing, a su extrovertido y polémico comportamiento personal, que a lo que realmente despliega sobre el ring.

Ser defensivo no quiere decir ser aburrido. Varios combates de Muhammad Ali --y de muchos otros-- derrumban esa filosofía que hoy se ha convertido en estereotipo. Solo hay que ir a Youtube y ver las peleas de Ali. Es poesía verle mover hacía los laterales, hacía atrás o dar el "pasillo de baile" que casi todos los amantes del boxeo reconocen. Pero, mientras Ali entretenía al público y al rival con su histrionismo defensivo, soltaba como ráfagas sus puños poniéndole un recital de golpes a su oponente. Esa conjunción de talento lo inmortalizó.

Otro aspecto que contribuye al "slump boxístico" es la edad de los intocables. Floyd tiene 38 años, Manny (36) y Wladimir Klitschko (39). Ellos han sido los más dominantes en los últimos años, lo peor de todo es que no se encuentra en el horizonte algún peleador que pueda hacerles verdadera resistencia, ni que decir del relevo.

La grisura de los pesos completos es otro de los síntomas del slump. Las contiendas entre los mastodontes siempre fueron las más promocionadas y espectaculares. Enunciar grandes nombres y combates que pulularon en esa división haría interminable esta columna. Hoy habría que excarvar y dudo que se encuentre alguna, siquiera interesante.

Aclaro que Klitschko no tiene la menor culpa. En el país de los ciegos... el tuerto es rey. El ucraniano no hace más que aprovechar sus contadas habilidades ante adversarios con poquísimo o ningún talento para el boxeo.

No obstante, la limitada gama de colores es relativa. No me contradigo. En las divisiones pequeñas existe mucho talento y se desarrollan peleas bien cercanas a los patrones de gusto de la gran mayoría. Desafortunadamente esas categorías pasan sin penas ni glorias en los principales mercados del deporte, los grandes medios y las multitudes.

Salvo en Japón (y Asia en general), medio ambiente natural de los pesos chicos, en el resto de las zonas geográficas resulta poco común que se destaque y que se coloque a peleadores de bajo tonelaje a protagonizar carteleras; ni hablar del sistema de Pague por Ver.

Esa es una de las explicaciones por la cual el nicaragüense Román 'Chocolatito' González (43-0-0, 37 KOs) apenas tuvo su primera pelea con trasmisión de HBO.

No sé si 'Chocolatito' será el encargado de romper los moldes, pero el hecho de que ESPN y The Ring Magazine lo coloquen en el tercero y segundo lugar del ranking libra por libra, respectivamente, habla a las claras de que se ha comenzado a voltear la cara hacía esas divisiones pequeñas que solo servían para rellenar carteleras.

La pelea revancha de 'Chocolatito' contra el mexicano Juan Francisco 'Gallo' Estrada (32-2-0, 23 KOs) pudiera brindarle color a un deporte que lo necesita. Además de sentar las bases para que sus colegas de peso dejen de estar a la sombra de otros mediocres que su única virtud es vender más.
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Vacante el trono de Floyd

FECHA
08/05
2015
por Damián L. Delgado Averhoff
Adrien BronerGetty ImagesAdrien Broner tiene el talento y la personalidad para que todos estén pendientes a sus peleas.
La Era Mayweather está por terminar. Septiembre próximo o la primavera de 2016, de ahí no pasará su reinado. Su abdicación será por voluntad propia --así parece ser. Mientras quiso la corona, nadie pudo arrebatársela.

¿Quién le sucederá en el trono de mejor peleador libra por libra? Esta es la pregunta que muchos se hacen.

Candidatos hay para sustituirle en el ranking (Gennady Golovkin, Sergey Kovalev, Terence Crawford), pero son pocos los que reúnen los ingredientes necesarios para convertirse en un fenómeno de masas como lo ha sido Floyd.

Habrá un número uno, pero nadie podrá calzar los zapatos del gran Floyd. Al menos...no por el momento.

Algunos, como Saúl 'Canelo' Álvarez, son mediáticos y su nacionalidad les acompaña, en cambio, no saben generar polémicas y carecen de la maestría deportiva.

Otros, como Guillermo Rigondeaux o Gennady Golovkin (cada uno fiel a su estilo), no tienen carisma ni respaldo de los medios pese a ser excelsos sobre el cuadrilátero.

El boxeo es un deporte sui generis, al punto de que si Lionel Messi fuera pugilista estaría olvidado en un rincón. O sea, no basta el talento deportivo.

Adrien Broner es el hombre. Si tuviera que escoger al heredero de Floyd, él sería mi candidato. No me gustan las copias, y creo que Broner es una especie de clon defectuoso de Mayweather, pero en el país de los ciegos el tuerto es rey.

Es incuestionable la calidad deportiva del púgil de 25 años y su "Bronercentrismo". No llega al nivel de Floyd, pero está relativamente cerca. Es un tipo excéntrico, que da de qué hablar. Y sobre el cuadrilátero es más agresivo que su ídolo. La diferencia es que su defensa no es tan hermética ni tan espectacular su velocidad de movimientos y precisión en el golpeo.

La principal virtud que le acerca a la silla del trono tiene que ver nuevamente con Floyd, quien se ha convertido en una especie de hermano mayor, de maestro para él.

Con esa compañía asegurada, Broner tiene parte de la batalla ganada. Nadie como Floyd sabe manipular a favor y en contra a los medios y la opinión pública. Quienes lo aman pagan por verlo y los que lo odian también pagan con tal de verlo perder.

La esencia de este deporte es el dinero y nadie ha hecho más que Floyd.

Si bien Broner se apresuró al moverse de 135 a 147 libras en busca de grandes bolsas --aquel error lo pagó perdiendo el invicto ante el argentino Marcos Maidana-- ahora se encuentra en las 140 libras, una división que se ajusta mejor a su anatomía.

De cualquier manera, creo que Adrien Broner será una especie de transición a la espera del verdadero rey, de uno que sea una verdadera explosión mediática.

Antes de Floyd hubo reyes legendarios y después de Floyd no le quepan dudas de que también los habrá.
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Wladimir KlitschkoMike Stobe/Getty ImagesWladimir Klitschko busca empatar la racha de defensas consecutivas exitosas de Joe Louis ante Bryant Jennings
¿Será Bryant Jennings (19-0-0, 10 KO) puro trámite para Wladimir Klischtko (63-3-0, 53 KO)? Esta es la pregunta de turno en cada previa donde el ucraniano es una de las partes involucradas. Al menos así ha sido en los últimos nueve años desde su consolidación como campeón mundial en los pesos completos.

La lógica indica que así será; puro trámite lo que presenciaremos el sábado 25 de abril en el Madison Square Garden de Nueva York, donde el 'Dr. Martillo de Acero' expondrá sus cinturones mundiales, avalados por la Federación Internacional de Boxeo (FIB), la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), la Organización Mundial de Boxeo (OMB) y la Organización Internacional de Boxeo (OIB, organismo de menor rango que el resto), respectivamente.

Las diferencias son abismales entre ambos contendientes. A simple vista el campeón resulta invencible. No pierde desde el 10 de abril de 2004. Ha eslabonando una cadena de 21 triunfos, de los cuales 15 fueron por nocaut. Su experiencia competitiva es superior. Mientras él lleva 19 años como peleador profesional, su oponente apenas debutó en el boxeo de paga en 2010.

Solo esas credenciales inclinan la balanza, dejando como una posibilidad remota que Jennings arruine la cadena de 18 victorias y 17 defensas consecutivas en peleas titulares del europeo, quien acecha el récord del mítico Joe Louis (66-3-0, 52 KOs) de 25 exposiciones exitosas en fila.

"Estoy preparado para Bryant Jennings", dijo Klitschko a The Ring Magazine (TRM). "No voy a subestimarlo de ninguna manera. Y no voy a sobreestimarlo de ninguna manera".

En 'La Catedral del Boxeo', el ucraniano de 39 años puede igualar a Louis como los únicos pesos completos con 27 combates de título mundial. Klistchko ha ganado 24 de ellos y está confiado de que saldrá del Garden con el número 25.

"Bryant Jennings está más o menos como en casa. Él va a tener un gran apoyo en la arena y está muy motivado. (...) Él se mueve mucho. Es muy atlético, pero esperemos que no vaya a moverse demasiado", agregó el campeón.

Klistchko indicó que esperaba ver un rival agresivo y auguró que no existe mucho espacio para moverse en el ring por el tonelaje y la estatura de ambos (Klistchko 6'6" y Jenning 6'3"), situación que va a generar "mucha emoción" en el Garden.

A propósito, pasaron más de siete años para su regreso a los Estados Unidos donde ha peleado en 11 oportunidades (dos veces en el Madison Square). En su última presentación, el 2 de febrero de 2008, le arrebató la faja OMB y el invicto al ruso Sultan Ibragimov (22-1-1, 17 KO).

"Bueno, no es sólo mi propia decisión; es la demanda. (...) gracias a la demanda que fue tan fuerte del público", comentó sobre el retorno a la 'Gran Manzana'. "Asimismo, desde la televisión - en este caso, HBO - la demanda es tan grande que me hizo, me obligó a venir aquí y luchar en los Estados Unidos".

"Creo que es el momento correcto, el lugar correcto y el oponente correcto para hacerlo" remarcó Klistchko que tiene reputación de quita invictos. Hasta la fecha ha mancillado el honor de 11 peleadores, de los cuales siete han terminado noqueados.

Su contraparte, que tiene como mejor resultado una victoria por decisión mayoritaria sobre el cubano Mike Pérez (21-1-1, 13 KOs), está consciente de quién recibe todo el favoritismo.

Como es natural, Jennings cree en sus posibilidades. Sus declaraciones fueron elocuentes: "cada campeón una vez fue un contendiente.Yo estoy en ese nivel ahora. Ahora tengo que superar ese nivel y llegar a la cima".

A todas luces el púgil de 30 años está buscando todas las opciones posibles para acortar las diferencias. En recientes declaraciones a TRM polemizó sobre lo permisible que suelen ser los árbitros a favor de Klistchko. Quizás sus palabras buscaban influenciar a su oponente y al referí del combate.

"Lo vi hacer 244 faltas en una pelea (contra Alexander Povetkin) y el árbitro solo le quitó un punto. Eso no es boxeo (...). Si se nos permitieran todas esas faltas ganaríamos fácil".

Jennings podrá decir, insinuar y creer todo aquello que desee, es su derecho, pero dudo que pueda escapar del poder del Dr. Martillo de Acero que va camino a una cita con la historia.

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¿Danny García o Lamont Peterson? Es la pregunta que los fans del boxeo se hacen previo al combate que sostendrán ambos el próximo sábado en el Barclays Center de Brooklyn, como evento principal de la Premier Championship Series.

No es para menos, estos dos púgiles pertenecen a la nobleza del deporte; ahora mismo 'Swift' García posee los cinturones absolutos de las 140 libras (welter junior), avalados por el Consejo y la Asociación Mundial de Boxeo (CMB y AMB), mientras 'Havoc' Peterson ostenta la faja de la Federación Internacional de Boxeo (FIB).

Estos tres títulos no estarán en disputa el sábado pues contenderán en un peso pactado de 143 libras, acuerdo que propuso García, quien permanece invicto en 29 presentaciones profesionales, de ellas 17 terminadas por nocaut.

"Hablé con mi manager, mi equipo y fue la mejor decisión pelear en 143 (libras), apuntó García. "Al final del día es una pelea que los aficionados quieren ver. Creo que a los millones de espectadores que van a estar viéndonos no les va a importar si los cetros se defienden o no. Ellos solo quieren ver una buena pelea...".

"Me gustaría que los títulos hubieran estado en juego, pero lo entiendo. El boxeo es un negocio", declaró Peterson que tiene foja de 33 victorias -17 por KO-, dos derrotas y un empate. "A veces en un negocio tienes que tomar el extremo angosto del embudo. Danny no quería hacer el peso, pero yo quería pelear. Así que, por supuesto, a veces hay que tomar lo amargo con lo dulce".

Si bien la presión que genera una contienda titular no estará presente, García está consciente del espaldarazo que significaría salir de Brooklyn con el brazo en alto, dado que le gustaría subir a las 147 libras, hábitat de gran parte de los mejores boxeadores del momento y donde el billete corre a las dos manos.

Es evidente que irrumpir entre los welters con semejante carta de presentación adjunta a su ya sobresaliente resumé allanaría el camino hacia esos grandes pleitos que le garantizarán su futuro económico y el de sus descendientes.

De hecho, Danny recientemente declaró que Marcos Maidana podría ser ese primer escalón en los welters: "podemos pelear en 147 libras. Soy favorito aunque Marcos "Chino" Maidana haya peleado dos veces con Mayweather. Hizo muy buenas peleas. Mejor de lo que la gente esperaba... Es un boxeador fuerte pero no tiene consistencia. Conmigo va a ser una pelea diferente. Yo pego más fuerte".

García, de 27 años y ascendencia boricua, no se autoproclama favorito ante Peterson. Aunque está presente el dato de que, además de poseer dos cinturones mundiales, ha derrotado a rivales de mayor jerarquía que su oponente de turno. Erik Morales, en dos ocasiones, Amir Khan, por la vía del KO, Zab Judah y Lucas Matthysse debieron rendirle pleitesía.

"Estoy listo para hacer una declaración con esta pelea, pero no estoy dispuesto a decir porque le gané a Matthysse voy a tenerlo fácil contra Peterson," comentó el peleador natural de Pennsilvania que ha demostrado en sus combates pegada y la capacidad de hacer ajustes en medio de la reyerta.

"Yo sé que tengo que salir y dominar. También sé que me enfrentaré a un peleador y una situación diferente... Voy a estar listo para lo que sea, aseguró Swift en una entrevista. "Si quiere probar y tratar de boxear, yo solo tendré que ser un león acechando. Y si él quiere pelear, todo el mundo sabe que yo también puedo hacerlo. Puedo ajustar a cualquier cosa".

Pero... los estilos hacen las peleas. Lo hecho en el pasado no garantiza que gane el de mayor pedigrí. De ser siempre así que aburrido sería el boxeo.

Peterson, quien también venció a Khan, pero perdió por nocaut ante Matthysse, tiene las herramientas y la ambición para derrotar a García, aunque en su entorno están claros del tipo de rival que enfrentarán.

"... (García) en realidad no es tan grande en algún área, pero es bueno haciendo un montón de cosas", expresó Barry Hunter, entrenador de Peterson. "Me gusta la voluntad de Danny para ganar. Sabemos que ha golpeado las probabilidades varias veces. Así que tiene a Lamont que puede hacer una variedad de cosas, también. Estos chicos saben lo que está juego. Creo que es una pelea que lo es todo para los dos".

Peterson, guerrero de buena técnica, golpeo preciso, resistente físicamente e inteligente, es capaz de enredar a cualquiera con su estrategia de combate, tal y como hizo ante Khan. Su falta de poder es su punto flaco. Ese handicap le permitirá a Danny arriesgar a sabiendas de que no recibirá un impacto que lo ponga en peligro.

A su favor está la diferencia de tres pulgadas de estatura. Desde la distancia puede imponer el ritmo martillando con el jab a un peleador que aparentemente le supera en velocidad y pegada.

".. A lo largo de mi carrera he tenido que luchar contra chicos bien redondeados como Danny García, honestamente, soy un peleador muy completo que puedo luchar de diferentes formas y en diferentes estilos".

Mi voto está con Danny, pero habrá que esperar al sábado para conocer quién dijo la última palabra.

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