Eso debería decir para un club de futbol que presenta estadísticas impresionantes y un comportamiento impecable dentro del campo de juego, adaptado a los complejos tiempos que afrontamos. El Bayern de Múnich ha completado una gesta histórica: la Liga, la Copa y la Champions. Y lo ha hecho basado en las propias características de su juego, de su mentalidad, que le sirvió para adaptarse a dos 'mundos' completamente diferentes en el futbol y en la humanidad misma: el de antes de la pandemia y el de después de la pandemia. Si alguien va a colocarle un 'asterisco' al título del equipo bávaro, este debería decir que se acercó, que coqueteó, con algo que no existe ni en el futbol ni en la vida misma: la perfección…

Bayern
Getty ImagesBayern celebra su sexto título europeo

SAN DIEGO, California.- En una época nada propicia para encontrar la perfección futbolística, el Bayern de Múnich se asoma como el Campeón de Europa con un nivel y una excelencia que asusta a propios y extraños.

La humanidad y el propio mundo del futbol viven --sobreviven-- hoy agobiados por las dudas, pero nadie tiene duda de que el equipo alemán es el mejor de todos. Sus números de toda la temporada son realmente impactantes y asombrosos. Una sola derrota, un empate, campeón de la Bundesliga, monarca de la Pokal (La Copa) y vencedor invicto de la Champions. Antes y después de la pandemia, el Bayern era el soberano de los clubes en el futbol europeo, hoy, lo es más que nunca y para prueba ha amanecido en el ranking de la UEFA como el club con el mejor coeficiente de las últimas cinco temporadas, por encima del Real Madrid, del Barcelona, del Liverpool, de la Juventus y de todos. El mejor es el Campeón. Punto.

Pero, seguramente hay más que números fríos y estadísticas portentosas en este equipo de futbol. Primero, yo destacaría su estilo de juego, que pondera la posesión del balón como una forma de atacar y también de defenderse. El Bayern casi no le presta la pelota sus rivales y de tal forma se cuida y tiene más probabilidades de hacerle daño al oponente. Luego, hay una calidad individual sobresaliente en este grupo: desde Lewandowski, pasando por Gnabry, Müller, Thiago Alcántara, Kimmich, Goretzka, Neuer y hasta las irrupciones de los jóvenes Alphonso Davies y de Kingsley Coman.

Flick
Getty ImagesEl entrenador del Bayern Munich, Hans-Dieter Flick con la Orejona

Sobre el gran talento individual y la inobjetable capacidad colectiva, hay un elemento a tomar en cuenta: la mentalidad. Un equipo que no se da descansos en la competencia, que sabe qué es lo que quiere y cómo lograrlo y que jamás pierde el control. Si hace un gol, busca el otro, no especula, no defiende, no depende del rival para ejecutar su plan de juego. Ellos, como buen club alemán, salen a hacer lo suyo sin importarles demasiado los demás.

Hemos visto una demostración impecable y yo diría que tan próxima unan 'perfección' --que se supone no existe en el futbol-- que asombra a cualquiera. Un equipo que supo sobreponerse a las circunstancias que afrontó la humanidad, una pandemia, que separó a los atletas de los campos de ejercitación y que encerró a mentes libres en sus casas. Ellos, los del Bayern Munich, fueron iguales y hasta mejores antes y después de la crisis sanitaria. Se adaptaron a los protocolos, a las tribunas sin aficionados, a los cambios en el formato de competencia. Impecables, grandiosos, omnipresentes. Yo me atrevería a colocarles un asterisco --y no es el que todos suponen de una Champions irregular--. En mi asterisco diría: El Bayern de Múnich, casi perfecto…

@Faitelson_ESPN

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