Jugadores buenos, dotados de grandes condiciones técnicas y físicas, siempre han existido en el futbol mexicano. Lo que no hemos llegado a atestiguar plenamente es la combinación de ese talento con una fortaleza mental. Santiago Giménez (Feyenoord/Eridivisie) y Marcelo Flores (Real Oviedo/segunda división de España) parecen poseer un legado indestructible: la formación de casa, el sólido vínculo familiar que no se compra en ninguna parte ni se estudia en alguna universidad. México sigue buscando un equipo, un grupo de jugadores que transforme su historia competitiva internacional. Para ello, necesita, no solo de buenos futbolistas, también de jugadores de otra clase de fortaleza mental...
CIUDAD DE MÉXICO.- Cuando uno cierra los ojos e imagina la delantera mexicana del 2026 con Santiago Giménez y Marcelo Flores, la ilusión renace. Luego, cuando recuerdas que ya antes se habían fincado esperanzas en futbolistas que prometían llevar a México al siguiente nivel de competencia, el desencanto vuelve.
Y ellos nos lleva a la misma conclusión de siempre: México no debe esperar un Messi, un Cristiano Ronaldo, un Maradona o un Pelé. Lo que realmente le debe interesar al futbol mexicano es encontrar un equipo, un funcionamiento, una idea clara de su juego, de lo que quiere y de cómo lograrlo. Claro, esa labor será mucho más sencilla si cuentas con futbolistas de alto nivel, de calidad e incluiría y destacaría de una poderosa mentalidad.
Giménez y Flores se parecen en muchas cosas y son diferentes en otras, pero lo que les une es que son "futbolistas de familia" y ahí es donde puede forjarse la diferencia con respecto a otros jugadores mexicanos en la historia. Veo en Santiago y en Marcelo un sólido vínculo familiar, con el padre, la madre y los hermanos como parte de su desarrollo, primero como ser humano y luego como futbolista. Proceden, además, de escenarios que no son comunes en el futbolista mexicano. Son chicos que han forjado su esencia competitiva sin tener, quizá, el hambre y las carencias de la generalidad de jugadores, pero que lo han transformado -el "hambre"- como motivación, con los ejemplos y la educación que han recibido en casa. No son, definitivamente, Santiago Giménez y Marcelo Flores, el clásico futbolista mexicano que nace en el barrio, en la ranchería, en un mundo donde las carencias y la fragilidad del círculo familiar provoca contextos que tarde que temprano saldrán a relucir en su carrera dentro de la cancha y fuera de ella.
Hay que celebrar totalmente el paso que Giménez y su familia han decidido dar para tratar de jugar en un mayor nivel de juego, aunque ello signifique, con el Mundial tan cerca, un riesgo. También hay que ponderar que Flores y su padre hayan optado por dejar -aunque sea momentáneamente- la grandeza y la seguridad del Arsenal para aceptar el reto de jugar en la siempre compleja segunda división de España. Ambos, crecerán más como jugadores y como personas y terminarán escalando al nivel de su talento futbolístico.
El futbol mexicano sigue buscando el "eslabón perdido". Es evidente, que lo tendrá que hacer basado en un grupo de jugadores, en un equipo, no en una individualidad. Y futbolistas buenos, llenos de cualidades técnicas y físicas, siempre han existido. Lo que no hemos tenido, generalmente, es esa combinación de talento y fortaleza mental. Santiago Giménez y Marcelo Flores lo tienen, son "futbolistas de familia".
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Y está bien, es, al final del día, parte de la competencia y el antagonismo que genera el equipo universitario. La realidad es que la llegada de Dani Alves es todo "un lujo" para el futbol mexicano. Pocos futbolistas con su currículum llegan a esta liga y aunque es verdad que carga con 39 años, también es una realidad que carga con una impresionante foja de títulos y de grandes momentos en las canchas europeas. Alves llega a Pumas, para molestia y celo de sus detractores...
CIUDAD DE MÉXICO.- Desde el avión que lo trae a México, a través de las redes sociales, Dani Alves ha dicho "!Vamos Pumas!". Pronto entenderá que, al club a donde llega, "el vamos" se transforma en un "Goya" profundo y en una tonada llena de sentimientos cuya letra destaca el "como no te voy a querer...
El extraordinario futbolista brasileño todavía no aterriza en México y ya Pumas ha logrado algo que también buscaba: la atención mediática que significa tener a un futbolista de esa envergadura. Pocos personajes con la hoja curricular de Dani Alves han venido a jugar a México. Más allá del futbol que le quede o de la exigencia física a los 39 años, será todo un privilegio verlo con la camiseta de Pumas.
Es evidente que Alves, en México, tendrá grandes retos por delante. El más complejo, en apariencia, es rendir a pesar de su avanzada edad. Nadie tiene duda de que sus mejores días quedaron atrás, pero también nadie puede negar que posee aptitudes futbolísticas que le permiten esconder el paso del tiempo y mantenerse en un estado competitivo. Andres Lillini, el entrenador de Pumas, afronta la misión de encontrarle el mejor lugar en la cancha. Su posición original, la lateral derecha, con obligaciones defensivas, podría ser un riesgo, pero quizá en el medio campo, como un volante ofensivo, Alves podría ayudar a Pumas y lucir más con su juego.
Pero creo que el desafío más complicado para Alves será entender la filosofía y la mentalidad de lo que significa vestir la camiseta universitaria. Está claro que no cualquiera lo puede hacer. Pumas juega bajo un estilo y hasta un espíritu diferente en la cancha, uno que antepone la garra y la entrega por encima de todo y Pumas es un club que requiere que el futbolista sea integral, es decir, un futbolista de 24 horas que comprenda que juega y representa a una universidad.
La mayor parte de los especialistas se niegan adelantar "las fichas" y creen que, a pesar de la llegada de Alves, las aspiraciones de Pumas en el torneo son las mismas. Hay un claro escepticismo por la edad y también, hay que decirlo, hay un dejo de envidia de muchos aficionados, la mayor parte de ellos americanistas, que creen que ese tipo de contrataciones -llamadas "bombas"- solo le corresponden a su club y a ellos. Yo sí creo que las aspiraciones de Pumas han avanzado, sin duda, porque Alves complementa a un equipo que ya antes había contado con las incorporaciones de los argentinos Eduardo Salvio y Gustavo del Prete. Ello, aunado, claro, a lo que ya Universidad tenía en el campo de juego, donde siempre intentará mantener una mezcla de futbolistas foráneos de calidad -como lo es Alves- con jugadores producidos en la cantera del Pedregal.
¿Pumas está para campeón? No, yo no me apresuraría a afirmarlo, pero sí que ha conformado un equipo que alimenta expectativas diferentes y que, sí o sí, debe estar entre los 8 mejores disputando el título de la Liga MX.
Dani Alves es un "lujo" que pocas veces puede darse el futbol mexicano. Disfrutemos de la mucha o poca grandeza que le quedan en sus botines.
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La celebre frase de un poco celebre ex presidente de la Concacaf es una verdad: "México estará en el Mundial". La verdadera cuestión es saber si encontrará el método y el tiempo para encarrilar y apuntalar su futbol y alcanzar el nivel que le otorgue la capacidad para trascender en el Mundial. No hay que perder de vista, nunca, cual es el verdadero objetivo de la gestión de Gerardo Martino: llevar a México al siguiente nivel competitivo. Debe ganarle a sus rivales del área, desvanecer cualquier inquietud en la eliminatoria y, al mismo tiempo, tratar de jugar lo mejor que pueda al futbol... El objetivo no es Jamaica, ni Costa Rica, ni Panamá, ni siquiera Estados Unidos o Canadá, el objetivo está en el Mundial de Catar...
SAN DIEGO, California.- La frase de Jack Warner, aquel poco celebre presidente de la Concacaf que luego terminaría en prisión, es una realidad: "Duerman tranquilos. México estará en el Mundial....".
Más que Jamaica, su poderío físico, su velocidad, el pasto, el clima o el ambiente, lo que realmente inquieta para México es el propio México... Su nivel de futbol en el 2021 fue infame. Debe mejorar y con eso le debe alcanzar.
El proceso de Gerardo Martino se ha descarrilado. Por una u otra razón, que podría ir desde una baja en el nivel individual de los futbolistas y hasta el irrefutable hecho de que el entrenador no encontró las formas para sacar el mayor provecho al plantel de futbolistas con el que cuenta. Fallaron los jugadores y falló también Martino y ello propició un año oscuro para la selección. Eso debe cambiar a partir de este jueves en Kingston, si la selección mexicana no desea meterse en un camino más ajustado rumbo a Catar.
Nadie tiene la menor de las dudas de que México estará en el Mundial, pero de qué sirve ir al Mundial si no tiene el nivel competitivo para estar ahí. Se supone que el futbol mexicano pasó ya de esa etapa donde "fotografiarse" en la Copa del Mundo era suficiente. Justamente para eso llegó Gerardo Martino, para tratar de darle el paso de calidad, para llevar a la selección al siguiente piso, al siguiente nivel competitivo. Estos partidos deben servir para ganar el boleto mundialista y también para jugar mejor al futbol, porque si no lo hace hoy, tampoco lo hará mañana, cuando haya que enfrentar a otra clase de rivales y de niveles.
México ha sido "bendecido" con una nueva y talentosa generación futbolística. Además, está en una combinación exacta, con jugadores veteranos, de amplia experiencia y recorrido y de otros jóvenes que apenas empiezan el camino. Empezando por un portero de amplia experiencia, seguridad y liderazgo como Guillermo Ochoa. Dos zagueros centrales de alta competencia: Johan Vázquez (Génova de Italia) y Néstor Araujo (Celta de Vigo de España). Tiene un medio de contención -Edson Álvarez- que es titular en el Ajax holandés, dos mediocampistas de la Liga Española como Andrés Guardado y Héctor Herrera, dos atacantes de alta escala europea como Hirving Lozano y Jesús 'Tecatito' Corona y un centro delantero -Raúl Jiménez- que juega en uno de los mayores niveles del juego, la Liga Premier de Inglaterra. Al lado de ellos, jugadores jóvenes con mucho talento: Diego Lainez, Erick Gutiérrez, Gerardo Arteaga, Carlos Rodríguez, Orbelín Pineda, Uriel Antuna, Osvaldo Rodríguez y Alexis Vega, entre otros. No hay pretextos. Martino tiene que ganar el boleto al Mundial y luego debe apuntalar un equipo que sea capaz de llegar hasta donde otras selecciones mexicanas no se han atrevido a hacerlo.
El "duerman tranquilos" de Jack Warner me deja muy tranquilo. Estoy seguro de que México estará en el Mundial. Lo que realmente no me deja dormir es la inquietud de que, si con este futbol, le alcanzará para su verdadero cometido: trascender en Catar 2022...
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Lo que realmente trasciende es la capacidad de competir por ellas. Y en eso está enfocado desde hace muchos años el futbol mexicano. En lograr que sus equipos puedan pelear al más alto nivel, como esta selección lo hizo el martes ante Brasil y como lo hará, seguramente, el viernes ante Japón. De nada sirvió ganar el oro olímpico en Londres si no elevas tu estatus competitivo. Y esta selección ha mostrado esa cara, lo ha hecho ante una potencia mundial como Brasil, una Brasil que, en el 2018, en el Mundial, le mostró a México el camino de regreso a casa con una escena poco competitiva y digna de nuestro futbol. Gran trabajo de Jaime Lozano y de sus futbolistas. Estar entre los cuatro primeros de los Juegos Olímpicos es ya, un paso soñado, por el futbol mexicano...
SAN DIEGO, California.- Un tercer lugar en los Juegos Olímpicos no debe ser un premio de consolación ni tampoco un puesto que el futbol mexicano pueda despreciar. Estar entre los 4 semifinalistas ya es un estatus que nuestro futbol debe atesorar.
En ninguno de nuestros pensamientos aparece el término de "fracaso" en el andar olímpico de esta selección. Todo lo contrario. El equipo de Jaime Lozano peleó en el campo de juego con todos sus recursos, virtudes y defectos y aunque Brasil fue mejor en 120 minutos y hasta en los tiros de penaltis, México se las arregló para llevar a una potencia mundial histórica del juego hasta sus límites físicos, técnicos y mentales. Hay un aprendizaje profundo tras la caída ante Brasil. Hay que seguir trabajando para elevar la calidad del futbolista mexicano y como dice el propio Lozano, darles un seguimiento y apoyo a estos futbolistas para que alcancen su máximo nivel de desarrollo.
Lo importante para el futbol mexicano no fue ganar el oro olímpico en Londres 2012, sino darle una certeza de que siempre encuentre los caminos para competir entre los mejores. Esa capacidad mantendrá al futbol mexicano permanentemente en la posibilidad de competir y ganar las medallas. A final, creo que ese es el objetivo de nuestro futbol en todos sus niveles. Alcanzar la capacidad de competir ante las grandes potencias, justamente lo que ese equipo logró el martes por la madrugada (en el continente americano) en Kashima y cosa que no hizo la selección mayor, por ejemplo, en el ultimo Mundial, en Rusia, cuando fue eliminada por la propia selección brasileña en los octavos de final.
Lo que siempre hemos ponderado en nuestro futbol: las formas, las maneras, el estilo de ganar, perder o empatar. Aunque suene a un cliché, la selección mexicana perdió con "la cara al sol" ante una Brasil que terminó siendo mejor en el campo de juego.
Hay muchas cosas que se deben aprovechar de esta selección olímpica. Primero, la capacidad grupal e individual de sus protagonistas. El equipo encontró orden y personalidad en el plano colectivo, mérito de los futbolistas y del entrenador. Y en el renglón individual, hay varios nombres que le quitan el sueño al futbol mexicano: Sebastián Córdova, Luis Romo y Alexis Vega han cumplido con un destacado desempeño olímpico que debe significarles un "pasaporte" para tratar de jugar en un nivel mayor al de la Liga MX. Veremos ahora, sin el enmarañado camino de exportación de futbolistas en México, se los permite. Y en cuanto al entrenador, me parece una magnífica oportunidad para hacer, por primera vez, las cosas de una manera distinta y ordenada. Lozano es un buen director técnico. Hay que seguir alimentando en él esa capacidad para que, algún día, sea el entrenador de la selección mayor. Es el momento de ponerle más cerca de Gerardo Martino -quiera o no el entrenador argentino- para que se cultive más en su posición y sea, a futuro, cercano o lejano, el sucesor del argentino. Pero, por favor, que no le pase lo que ocurrió con Jesús Ramírez y con Raúl Gutiérrez, que después de ser campeones mundiales sub-17, vieron como su carrera tomaba un rumbo diferente.
México debe estar orgulloso del papel de su selección en el Mundial de futbol. Para nosotros, hay algo más importante que ganar medallas. Mantenernos en un estatus que nos permita siempre competir y aspirar a ellas.
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No llamar al goleador histórico de las selecciones mexicanas cuando ha recuperado su forma y su nivel es una decisión que puede marcar para siempre la era de Gerardo Martino. La secrecía, el misterio que prevalece alrededor de la determinación tampoco ayudan al entrenador argentino. Nadie -ni el 'Tata', ni Yon de Luisa, ni Gerardo Torrado, ni el propio Javier Hernández- han respondido directamente si se trata de un tema futbolístico o si es una situación que va más allá de la cancha. Mientras ese enigma crece, también lo hace el nivel futbolístico del hoy delantero del Galaxy de Los Angeles...
SAN DIEGO, California.- Para bien o para mal, Gerardo Martino ha tomado una decisión: no llamar a Javier 'Chicharito' Hernández.
Sólo el tiempo y los resultados serán capaces de dictar una sentencia sobre su determinación. La realidad es que en el futbol mexicano no existe un jugador que por si sólo sea capaz de cambiar el rumbo de un equipo, pero en el caso del 'Chicharito' existe uno o quizá dos agravantes. El primero es que se trata de un futbolista de condiciones legendarias para las selecciones mexicanas -máximo anotador de todos los tiempos- y el futbol mexicano en general -es uno de los tres futbolistas que, junto con Hugo Sánchez y Rafael Márquez, alcanzaron un lugar en la clase más privilegiada del juego-. Y la segunda es que, a diferencia de lo que ocurría en el pasado reciente, hoy, está bien, en forma, haciendo goles y reclamando el protagonismo que le corresponde y que se ha ganado en el campo de juego.
Lo que sigue es una pregunta que, hasta ahora, no ha tenido respuesta y que se ha perdido en el mundo de las interpretaciones. ¿El alejamiento del 'Chicharito' de la selección es un tema futbolístico o extra futbolístico? El 'Tata' se guarda la respuesta y al mismo tiempo se involucra en un tema que históricamente ha generado polémica en la selección mexicana: llamar a un futbolista naturalizado. Rogelio Funes Morí está en la nómina de la Copa Oro y, para muchos, en apariencia, ocupando el puesto que le correspondería a Javier Hernández.
Ni Martino ni la Federación Mexicana de Futbol y ni 'Chicharito' quieren explicar dónde está la "fuente" del conflicto, que, insisto, puede tratarse de un "conflicto" de intereses deportivos -nadie lo descarta- donde el jugador no ofrece lo que el entrenador requiere para el funcionamiento del equipo o, si exista alguna situación más allá de la cancha, donde el futbolista no es bien visto de acuerdo con las reglamentaciones y/o los códigos de la selección. Las autoridades, Martino y el propio futbolista han dejado todo bajo un velo de misterio.
Cuando 'Chicharito' se alejó de un nivel competitivo -el torneo anterior-, no había espacio para una polémica mayor. Su alejamiento de la selección estaba justificado en su pobre rendimiento. Hoy, está de vuelta, en lo que mejor saber hacer: estar en el lugar correcto a la hora correcta y aportar goles y protagonismo a su equipo. ¿Por qué no lo llaman? Esa la pregunta.
Sea como sea, Martino ha tomado una decisión, una decisión delicada que puede marcar su carrera como entrenador de la selección mexicana. Para bien o para mal, ha tomado un riesgo. No llamar a un futbolista histórico y no explicar -lo cual es su derecho- del por qué no lo llama. El tiempo y los resultados dictarán la sentencia sobre el caso...
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Los primeros 90 minutos de la liguilla han dejado anonadados a los dos grandes favoritos al título del futbol mexicano. Y el problema es que más allá de las suspicacias por temas de decisiones técnicas o de controversia arbitral, Cruz Azul y América fueron superados en el campo de juego y tendrán que tener una demostración casi perfecta en los juegos de vuelta si pretenden recuperarse. Los dos están heridos, uno quizá más que el otro, pero tendrán que "sanar" esa herida haciendo lo que mejor han hecho en las últimas semanas: jugar bien al futbol. El problema es que, aún así, podría ser que no les alcance. Cruz Azul y América están, hoy, más cerca del fracaso que de la gloria...
SAN DIEGO, California.- Cruz Azul y América no tuvieron que esperar demasiado para confirmar que el proceso final para determinar a un campeón en el futbol mexicano -la famosa liguilla- se juega a otro ritmo y a otro nivel de futbol. Los dos "mandones" del torneo están heridos. Puede que uno más que el otro, pero, la realidad indica que ambos están "lastimados".
El Cruz Azul ha vuelto a abrir "la puerta" de sus "viejos fantasmas" en la fase final del torneo. La derrota en Toluca, matizada por una extraña y polémica decisión del entrenador que decide dejar en la banca a dos de sus figuras más importantes y salpicada de cierta tensión arbitral, ha vuelto a poner en entredicho la capacidad de este club para afrontar la liguilla. Cruz Azul ha perdido por dos goles a uno ante un peligroso Toluca que viene desde la fase de reclasificación, donde se dio "el lujo" y "el valor" de eliminar al León, el todavía campeón vigente. En favor de Cruz Azul, habrá que decir que la controversia arbitral existió, sobre todo en el penalti que marcó el triunfo y la ventaja del local y que, además, permanece la sensación de que el equipo, después de todo, no ha jugado para perder. De todas formas, el revés ha significado el final de una larga racha de 19 partidos sin derrota justo en un momento donde Cruz Azul necesita de toda su energía, física y moral, para no fallar tal y como lo ha hecho en las últimas dos décadas.
El América ha salido de Pachuca con un pie fuera de las semifinales. Es inevitable señalar que ha sido claramente superado por los Tuzos y que, de ninguna manera, ha perdido el juego ante un rival que se dedicó a especular, a tirar pelotazos o a depender de una decisión arbitral. Por primera vez en todo el semestre futbolístico, hubo alguien que se le paró enfrente y le jugó con argumentos al América. Y eso, obviamente, debe doler al interior del grupo. Santiago Solari ha "conocido" y "reconocido" la liguilla de forma bastante ruda y se lleva, además del resultado, una hoja llena de apuntes sobre los defectos que finalmente mostró su equipo. El América compitió hasta que el Pachuca hizo los ajustes -crédito del entrenador Pezzolano- y terminó pidiendo la hora en el Hidalgo. El desenlace del juego incluyó la expulsión del importante mediocampista peruano Pedro Aquino, quien será extrañado por Solari el domingo, cuando el América necesite desarrollar un juego casi perfecto para darle la vuelta a la eliminatoria.
Cruz Azul y América fueron superados. Cruz Azul y América están "heridos", quizá uno con mayores repercusiones que el otro, pero ambos, grandes favoritos, han puesto en entredicho su camino para alcanzar el título de la Liga MX.
La esperada final del torneo está en "jaque". Cruz Azul y América necesitan volver a las bases y al rendimiento de la campaña regular, pero ambos tienen el marcador en contra y enfrente dos equipos con los hombres y el futbol para hacerles más daño y completar la obra. Tendrán que apostar por una jornada perfecta o casi perfecta. Si no lo hacen, el impresionante torneo que lograron se irá por la borda y habrán, le guste o no, fracasado... Para mí están más cerca del fracaso que de la gloria.
@Faitelson_ESPN
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En el sistema de competencia adoptado en los tiempos de la pandemia resalta aún más esa pregunta cuando el futbol mexicano se apresta para distinguir a un campeón. Una vez superado el proceso de reclasificación, un equipo que hizo una temporada por debajo del 50 por ciento de la línea de productividad será incluido en el mismo grupo de otro que tuvo una campaña descomunal y que alcanzó o estuvo cerca de la marca de los 40 puntos. Para decirlo como es: Cruz Azul y América podrían estar, al final, en las mismas condiciones que Chivas y Tigres cuando han cumplido con temporadas completamente disímbolas. ¿Injusticia? Yo no diría eso. Diría que el futbol mexicano, ante la crisis sanitaria, se ha adaptado a una necesidad comercial y al mismo tiempo ha atraído más mediocridad a su cancha...
SAN DIEGO, California.- A partir de que los torneos se volvieron más comerciales que deportivos, el reto del futbol mexicano ha radicado en no confundir la competitividad con la mediocridad. Lo es más hoy, cuando amparados en la crisis que genera la pandemia, los dirigentes de este futbol han decidido cambiar el sistema de competencia.
Y las nuevas condiciones no mienten: no hay ascenso ni descenso y se califican a las finales un total de 12 de 18 equipos que forman parte de la Liga MX. Es decir, los boletos para las instancias donde aspiran -o aspiraban- a llegar los equipos de mayor constancia y calidad se han abaratado radicalmente.
Uno esperaría que Cruz Azul y América, los dos equipos que marcaron el ritmo del campeonato, que presentaron las mejores actuaciones y los mejores números, terminen levantando el trofeo. Eso es probable, pero no tan probable como debería ser. Hay clubes que con 21, 22 o 23 puntos, es decir menos del 50% de productividad en la temporada, están accediendo al repechaje y que, con una noche agraciada o favorable en circunstancias, aspirarán a meterse y respirar en el mismo ambiente que los equipos que mostraron otro nivel de juego y de regularidad.
Entendemos, todos, que la necesidad de la televisión -la fuerza que manda en el futbol mexicano- es imperiosa para tratar de recuperar los dineros perdidos durante esta crisis sanitaria. El repechaje es una forma de darle herramientas de recuperación. Y nadie puede estar en contra de ello. Lo que podría estudiarse es un método para proteger más a los clubes que han mantenido el espectáculo del juego durante la temporada de 17 fechas. No me parece justo, dicho esto con todo respeto, que Cruz Azul y América sean colocados en el mismo espectro que Chivas o que Tigres que han cumplido con una temporada mediocre. Vamos a darle su lugar y a tratar de proteger a lo que se preocuparon por mantener un nivel desde la fecha 1 del campeonato y no a quienes apretaron al final y se metieron en la lucha por el título.
No hay ochos clubes -hablando de lo que será la liguilla- que estén en el mismo nivel competitivo y, mucho menos hoy, cuando "el filtro" se ha ampliado más allá de la media tabla de competencia, donde sobra, insisto, la medianía y la penuria futbolística.
La liguilla y las injusticias de la liguilla no son una historia nueva en el futbol mexicano, pero al existir este repechaje, esta ampliación de "candidatos" a pelear por el título, se garantiza que habrá una disminución en el nivel de juego y que podría prevalecer la injusticia para un club que se ha esmerado en hacer una campaña de 40 puntos y que podría quedar eliminado, en una serie "a matar o morir", ante un equipo que apenas rebasó los 20 puntos.
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Era algo extraño, anormal, siempre lo fue en un futbol que vive de prisa y que acostumbra a romper proyectos y a atentar contra la continuidad. Lo de Tigres y el 'Tuca" era -porque siga o no siga, ya nunca será lo mismo- una relación fincada en la confianza, en el respeto, en una faceta romántica que cada día se aleja más del juego. Nada es eterno ni en la vida ni en el futbol, pero siempre pensamos que el final de los días del 'Tuca' en Tigres serían tal y como los planeaba el 'Inge' Rodríguez en ese casi "cuento de hadas": "Él llegará a mi oficina, tocará la puerta y me dirá que se acabó. Que no sigue...". No fue así. No será, desgraciadamente, así...
SAN DIEGO, California.- Lo del 'Tuca' parece ser otro golpe certero a aquellos que se aferran a una faceta romántica en el juego. "Ellos me dieron su palabra sobre mi renovación y con eso me basta...".
Todo hace indicar que los días de la tercera etapa de Ricardo Ferretti de Oliveira con Tigres están contados. Si este no es el final, se parece mucho a él. El legendario entrenador está por terminar una etapa de más de 10 años consecutivos dirigiendo al mismo equipo, tiempo en el cual llevó al club universitario al siguiente nivel competitivo y mediático. Gran parte de lo que Tigres es hoy, se lo debe, indudablemente, a este brasileño-mexicano.
Nada es eterno, ni en la vida ni en el futbol. Los movimientos de los últimos meses en Tigres pudieron establecer el camino para lo que finalmente se avizora que sucederá al final de la temporada y también, en el final del contrato del 'Tuca'. Al otro personaje fundamental en la concreción de este Tigres también "le ganó" el tiempo. El ingeniero Alejandro Rodríguez había dispuesto su retiro como presidente del equipo en mayo del 2018. Tuvo que regresar el verano del año pasado ante la intempestiva salida de Miguel Ángel Garza, quien había colaborado a su lado y que parecía ser el "heredero" y el hombre clave en la administración del club. Hace sólo algunos meses, apareció en San Nicolás de los Garza la figura de Mauricio Culebro, ex directivo de Televisa y del América. Tigres depende de una empresa cementera transnacional que se llama Cemex. "Ellos no se meten mucho porque no les generamos pérdidas", me dijo alguna vez Rodríguez. Con los estadios cerrados por la pandemia, nadie sabe cómo la situación ha cambiado en los últimos tiempos en cuanto a los temas económicos y también es evidente que los resultados deportivos de este Tigres, en la actual campaña, no ayudan demasiado.
Yo creo que Tigres ha ido preparando, sigilosamente, por debajo de la mesa, la salida de Ferretti. Para eso, llegó Culebro, para ser "el malo" de la película y quitarle esa responsabilidad al 'Inge' Rodríguez, amigo personal y entrañable del 'Tuca'. Tenía que ser alguien distinto quien encabezara el finiquito. En Cemex, no cayeron nadie bien ciertas declaraciones donde, en apariencia, Ferretti condicionaba la continuidad de los futbolistas con respecto a la renovación de su contrato.
"El 'Tuca' sabe cómo funciona esto", me decía el 'Inge' durante una entrevista. "El día en que él entre a mi oficina y me diga que ya no quiere seguir, ese día nos pondremos a buscar un entrenador".
El trato de Ferretti con Tigres estaba garantizado en "alma y sangre". Se resolvía entre dos personajes que veían el futbol y la vida de forma diferente. El 'Inge' y el 'Tuca', dos románticos dentro de un futbol cada día más frío, calculador y comercial, sobrevivían a pesar de todo y contra todo. El día en que ya no estaban para ello, se terminó la fantasía.
Tigres está en todo su derecho de buscar un cambio y el 'Tuca' está, también, en su derecho de reclamar que él tenía un pacto de palabra que aseguraba su continuidad. Ello demuestra, indudablemente, que los dos están en caminos diferentes. Tigres y el 'Tuca', el final de una "fantasía"...
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Irónicamente, está concebida y diseñada para ayudar a quienes menos lo necesitan. La "Revolución" de Florentino es un movimiento de amenaza para ajustar los reglones económicos de la máxima competencia mundial de clubes. Es un tema de dinero. No hay más. No hay una razón de "justicia social" aplicada al juego, no hay una forma de transformarla en un movimiento que genere mejoras sustanciales al futbol como deporte. La "Revolución" de Florentino está fraguada por tres de los clubes más ricos de la historia de la industria y por personajes cuyos nombres figuran en la lista de la Revista Forbes. La "Revolución" de Florentino es casi imaginaria. Es decirnos cómo sería el mundo del futbol con ellos y sin ellos. Y al final, no va suceder. Lo que existirá es una negociación que le permita a lo más ricos ser más ricos y a los más pobres ser más pobres. Cualquier semejanza con la realidad de nuestro mundo es mera coincidencia...
SAN DIEGO, California.- Casi todas las "revoluciones" en la historia de la humanidad se forjan alrededor de la injusticia y del hambre, pero no veo la forma de que el Real Madrid, la Juventus o el Manchester United o si usted quiere enlistarlos bajo el orden de la lista de Forbes -Agnelli, Glazer y Pérez- se acerquen a esas necesidades o penurias.
La de Florentino es una "revolución" diferente. Es casi imaginaria e irónicamente, va a terminar favoreciendo a quienes menos lo necesitan.
Los grandes y poderosos clubes europeos han mostrado su musculatura. Se han levantado ante el poder y el control de la UEFA. Les han dicho lo que podría pasar y no -espero- lo que realmente va a suceder. No veo el final de la Champions como tal. Veo una adecuación al sistema, más que de la competencia, de la administración y de la repartición de los bienes que arroja el futbol. El presidente del Real Madrid ha llamado al "frente" de una "batalla" que hoy está fincada en la amenaza. Es una "guerra" imaginaria. Desde el domingo, solo hubo un plan tirado a los medios, esparcido en las redes sociales, como humo, como pirotecnia, sin la estructura ni la infraestructura que requiere una verdadera competencia de los mejores clubes del futbol de la historia. Era y sigue siendo más rimbombante el título de "Superliga", el grado elitista del juego, el alejamiento de las masas -algo impensable cuando quieres más ganancias- y el enfrentamiento directo con autoridades que están lejos de poseer una credibilidad. Florentino les enseñó cómo sería el mundo de futbol con ellos y sin ellos y aceptó el precio de pasar por canallas, egoístas, avaros e intransigentes. Preparó todo como debía ser. Propagó los planes y apareció por la noche del lunes, en Madrid, en los estudios del Chiringuito TV, el programa con mayor rating, pero no con la mayor seriedad y veracidad como para anunciar el rompimiento del orden y el proyecto más ambicioso en la historia mundial del futbol. Florentino y su revolución imaginaria, el amague, la intimidación, el decirle al mundo que el futbol está agonizando como para justificar lo que plantea su movimiento.
El futbol no puede discriminar a nadie. El futbol es de grandes y chicos. El futbol debe ser siempre una competencia libre, abierta, dispuesta, democrática. El futbol es de "David y Goliat". El futbol está para contar historias donde el débil le gana al poderoso. El futbol es más que un grupo de equipos ricos. El futbol es de todos y no es de nadie.
En el fondo, Florentino y sus "secuaces" -Angelli y Glazer, por el orden en Forbes- saben que lo que plantean es imposible, pero también se saben con la suficiente fuerza y poder para mejorar lo que tienen hoy. Han tirado la amenaza con una respuesta maravillosa de carácter mediático. No importa si los que se oponen al movimiento son mayoría. Lo que trasciende aquí es la repercusión que han generado. Y a partir de ahí, vendrá la negociación y el movimiento triunfará cuando las cifras se transformen y favorezcan a los más poderosos. Sí, la extraña "Revolución de Florentino" es única, porque está concebida para ayudar a quienes menos lo necesitan...
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Mienten los entrenadores y los futbolistas del América y del Cruz Azul. El de este sábado no es un simple juego de tres puntos ni tampoco un partido cualquiera. El juego tiene un valor proporcional al de la historia de ambos clubes y puede marcar futbolística y emocionalmente a los jugadores de cara a una liguilla, donde ninguno de ellos puede darse el lujo de fallar. América y Cruz Azul juegan en el Azteca: uno por extender una racha y el otro por apoderarse del liderato general, pero esos son solo pretextos. El verdadero valor del juego es algo intangible e incomparable: el honor...
SAN DIEGO, California.- Mentiras y pretextos. No es el liderato general y no es mantener una marca de juegos invicto. Hay algo más poderoso en el sábado que propone el futbol de México.
Ni Cruz Azul ni el América pueden decir que solo hay tres puntos en disputa y que es, casi, un partido cualquiera. Si lo hacen, están mintiendo. El juego de este sábado, esté como esté en la tabla general, en la bonanza como se encuentra hoy y aún en la desgracia como ha ocurrido en alguno momento del pasado, es un partido especial. Es un juego de honor.
Y los futbolistas de ambos equipos deben estar conscientes de la responsabilidad que ello implica: jugar por la historia, por los colores y la leyenda de ambos clubes, algo que, además, se potencializa para efectos del aficionado de cada equipo.
El valor del resultado es igualmente relevante para ambos. Entiendo que la lucha por el liderato general no es un factor determinante porque los dos comparten estadio, pero es un "medidor" en todos los sentidos: desde el futbol y hasta la personalidad que ambos necesitarán en la liguilla.
Sobre Cruz Azul pesa una marca, la de triunfos consecutivos, que ha llegado mucho más lejos de lo que la propia imaginación de Juan Reynoso y de sus futbolistas abarca. Espero que ello no se transforme en una presión que el club no necesita en este momento ni en víspera de un partido ante el América. Cruz Azul no ha "vendido humo" en su imponente marca de juegos ganados. Ha jugado bien al futbol y sobre todo, ha mostrado una recuperación anímica de lo que fue aquel desastroso episodio de la liguilla del torneo anterior, cuando perdió una ventaja de cuatro goles en semifinales ante los Pumas.
Y el América también ha andado bien, muy bien, salvo el escenario del miércoles por la Concacaf, donde se complicó la existencia en un partido duro ante el Olimpia hondureño. Cierta presión podría originarse de ese desencuentro del americanismo con una era Solari que hasta esa noche había sido, prácticamente, impecable.
América y Cruz Azul es una final adelantada, pero ambos equipos saben que el camino para alcanzar ese objetivo todavía es largo. Los dos, también saben que, dentro de su decálogo, vencerse al rival clásico, es una exigencia y de ninguna forma es un partido cualquiera...
@Faitelson_ESPN
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México llegará a Tokio con la misma personalidad, con el mismo papel que tenía hace casi 10 años cuando se presentó en Londres. Es decir, sin la garantía de nada. El futbol mexicano no está al nivel de las grandes potencias del juego. Es un futbol de "altas y bajas", de "idas y vueltas", de "amargura" y "dulzura". Un día le gana a Alemania, al otro muestra todos sus defectos y traumas ante Suecia. Y al siguiente, "se arrodilla" ante Brasil. Es la historia perene de nuestro juego. Mientras no exista una planeación adecuada, mientras no aparezca un cambio rotundo de mentalidad, mientras el futbol se vea agobiado y presionado por el negocio y la economía, la historia, difícilmente, cambiará. Bienvenidos al futbol de los "milagros inesperados"...
SAN DIEGO, California.- Si Francia es campeón olímpico, es el resultado de la planeación, del trabajo y obviamente del talento de una potencia mundial del juego. Si México es campeón olímpico, es el resultado del esfuerzo, el trabajo y el talento de un equipo e, indudablemente, un "accidente" de la historia futbolística.
Bienvenidos al futbol de los "milagros inesperados".
Hoy, resulta imposible colocar a México como candidato a oro olímpico. Eso hay que dejárselo a las potencias mundiales del juego. Lo del 2012 fue un maravilloso, glorioso e impactante "accidente"... ¿Qué puede volver a ocurrir? Sí, siempre existen los "milagros inesperados"...
No más República Dominicana, tampoco Costa Rica, Estados Unidos u Honduras. Lo que sigue ahora significa competir ante verdaderas potencias del juego: España, Alemania, Francia, Brasil, Argentina, naciones donde el futbol se puede planear de acuerdo a una necesidad histórica y a un talento que, en el plano individual, alcanza con mucha frecuencia los niveles más desarrollados del futbol. Ellos, ganen o pierdan, pueden sentirse "candidatos" a las medallas. México, no. La Selección Mexicana dependerá de formar un buen equipo y de que sus jugadores lleguen en el momento más alto de su curva de rendimiento al evento. Ello, aunado a una concentración absoluta. Soolo eso puede propiciar que México se encuentre ante la posibilidad de acercarse al pódium.
No estoy demeritando a nadie. El futbol en México no está planeado de la manera correcta para pensar en ganar una medalla o un Mundial. Ocurren fenómenos extraños en el camino donde, muy a pesar de las decisiones que toman quienes administran el juego, hay espacio para ganar. Nadie habla del talento. El mexicano lo tiene y de sobra para jugar al futbol, pero nuestro juego se ha planteado de tal forma que la prioridad es ganar dinero antes de obtener logros futbolísticos. La "fórmula" tendría que ser al revés.
En Tokio 2020 (2021), México está más cerca, mucho más cerca de una medalla en clavados, en tiro con arco o en taekwondo que en el futbol. Es un tema de preparación, de planificación, de trabajo. En esas algunas disciplinas deportivas, por citar un ejemplo, México ha hecho una tarea y ha acumulado la suficiente experiencia y regularidad para estar a la par o muy cerca de las grandes potencias. Puede ganar o perder, pero compite. El futbol lo hace de forma intermitente. Un día le gana a Alemania, y a la siguiente muestra todos sus defectos, temores y traumas contra Suecia. Al otro, "se arrodilla" ante Brasil. Esa es la historia de nuestro futbol. O quizá es capaz de ganar no uno, dos mundiales infantiles en un lapso no mayor a seis años y aún así no ha se ha desarrollado plenamente como un productor de futbolistas al nivel y proporción de lo que hacen Brasil, Argentina o Uruguay.
México no es, no puede ser candidato a las medallas del futbol en Tokio. Llegará a la justa olímpica con la misma "personalidad", con el mismo papel que arribó hace casi 10 años en Londres. Aquella vez, sucedió un "milagro inesperado"... ¿Volverá a ocurrir esta vez?
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