El Barcelona-Real Madrid lo tiene todo: calidad, emoción, dinero, historia y el factor de vivir en tiempos mediáticos donde acumulará millones y millones de seguidores en el mundo que llegan olfateando el espectáculo. En el Camp Nou puede suceder cualquier cosa. Messi anda en un plan descomunal, pero Cristiano esta hambriento y eso lo hace más peligroso aún. El Barca esta jugando mejor, pero el Madrid tiene con que pararse con la suficiente personalidad y pelear por los tres puntos. Esta en juego, primero, el honor, y después, si queda tiempo, la Liga. Damas y caballeros, Barcelona-=Real Madrid, el "Juego de los Juegos..."

Getty ImagesLos dos cracks se saludan, en un nuevo clásico...
LOS ANGELES, CA. -- Primero, el honor. Después, la Liga. Ese el orden de los bienes que el domingo se pondrán en juego sobre el Camp Nou.

En valores de talentos, de leyendas, de pasiones, de dineros, de historia, de antagonismo, por donde se le vea, el Barcelona=Real Madrid es el "juego de los juegos".

Y en una época completamente mediática, atrapada por las nuevas tecnologías de la comunicación, el encuentro dejó de ser el "Clásico de España" para transformarse en un "Clásico del mundo". Millones y millones de personas suspiraran frente a la televisión, ante los regates de un Lionel Messi en plan desenfrenado o de un Cristiano Ronaldo, herido en su orgullo, y más peligroso que nunca cuando enfila hacia la portería contraria. En ese escenario, 7 jugadores catalogados entre lo más caros del mundo, dos plantillas que alcanzan la ridícula cifra de 1300 millones de euros (mas de 1, 500 millones de dólares) y dos camisetas que transpiran historia. El Real Madrid-Barcelona dejo de ser un simple duelo deportivo. Hoy, es algo más, mucho más.

Los momentos cuentan...Tienen que contar, pero tampoco marcan un rumbo definitivo de lo que puede terminar ocurriendo en la cancha. Después de todo, el futbol lo hacen, lo juegan, seres humanos, como usted o como yo, que nos levantamos de buenas, de malas, inspirados o poco motivados, que tenemos días de fortuna y de infortunio, que podemos crear, inventar, desarrollar y sobre todo cambiar de un instante a otro. En el juego mismo, hay "accidentes", situaciones, decisiones que pueden transformar el rumbo. El Barcelona es favorito porque juega mejor ahora, porque ha encontrado su estilo basado en un jugador fuera de serie llamado Lionel Messi y secundado por otros grandes futbolistas como Iniesta, Neymar y Suarez. El Real Madrid no anda bien, pero tienen jugadores, un entrenador y la suficiente personalidad para competir en el Camp Nou. El peligro esta ahí. Nunca puedes confiarte cuando Cristiano esta hambriento, Benzema amenazante y Bale desesperado.

No habrá formas de especulación. No esta incluido en el "ADN" de ninguno de los dos equipos ni de sus protagonistas., El Barcelona sabe que es una buena oportunidad para sentenciar la Liga y sacarle 4 valiosísimos puntos a su acérrimo rival además de llegar con la mente fresca, motivada y lucida a los cuartos de final de la Champions League. Y el Real Madrid sabe que es una de sus ultimas oportunidades, quizá la ultima, que requiere estar concentrado y dar un golpe de autoridad sobre la mesa como el campeón europeo y el campeón mundial que es.

Barcelona-Real Madrid, "el juego de los juegos". Hay muchos motivos para pensar en ello: desde los jugadores, los entrenadores, los pueblos y la historia que "santifica" a cada una de las camisetas. El Barcelona-Real Madrid es hoy un partido de tribuna mundial, completamente mediático, con aficionados en China, en África, en Australia , en América y en muchos rincones del mundo, con seguidores que llegan olfateando la calidad de la cancha y de sus protagonistas y que más que un ganador y un vencido, buscan que de todo ello resulte un gran espectáculo en la cancha.

@Faitelson_ESPN

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En la polémica sobre si fue mejor el de Cruyff, el de Guardiola, el de Rijkaard o el de Luis Enrique, yo me quedaría siempre con el Barcelona más poderoso e infranqueable de todos: el Barcelona de Lionel Messi. La más grande joya futbolística del nuevo siglo ha marcado y sigue marcando diferencia con respecto a los demás. Nadie piensa, desarrolla y asegura más que él en la cancha de juego. Y nadie esta, individualmente, en su nivel de comparación. Pero a este Barcelona, incluso a este Messi, se le puede vencer jugando al futbol en equipo, unidos, solidarios, corriendo y metiendo lo que hay que meter y eso lo sabe el Real Madrid y cualquiera otro.

Getty ImagesEl último partido de Lio en Argentina, ante Portugal
LOS ANGELES, CA. -- Entre el Barcelona de Cruyff, el Barcelona de Guardiola, el Barcelona de Van Gaal, el Barcelona de Bobby Robson, el Barcelona de Rijkaard y hasta el Barcelona de Luis Enrique, sobre todo ellos, sigue existiendo y prevaleciendo el más poderoso de todos los "Barcelonas": "El Barcelona de Messi".

Nos hemos cansado de comparar y de buscar diferencias entre el final, la caída de una generación, la llegada de otra, un entrenador, el estilo, las condiciones del juego, lo que aporta la cantera, en este caso La Masía y la idiosincrasia que exige el aficionado al futbol de este peculiar club, pero el gran punto de concordancia es y sigue siendo la mayor obra de arte futbolística del nuevo siglo.

Cuando hablamos de Lionel Messi hablamos también de uno de los mejores cinco futbolistas que jamás hayan existido en el juego. Y cuando comparamos a Lionel Messi comparamos también al máximo valor que tiene el juego. No entenderlo de esa manera, no reconocerlo, es parte de una ceguera casi natural del ser humano por defender lo que en su mente, en su pasado, debe permanecer como algo inalterable: "Lo que yo vi fue siempre mejor que lo que existe hoy", es casi una reflexión, un reproche natural del hombre que niega o intenta negar la realidad. Lo demás, se refiere a un asunto de pasión, de colores, que es entendible hasta cierto punto. Los rivales de Messi, los detractores de Messi, quieren decirnos que Cristiano Ronaldo es un futbolista a la altura de Lionel Messi cuando estamos hablando de dos futbolistas de dimensiones opuestas. Y no estoy diciendo que el portugués no tenga la capacidad de ser un gran jugador o un gran atleta, uno de los mejores en la historia haciendo particularmente lo que él sabe hacer, pero no con la misma capacidad técnica, física y mental que el argentino. El Barcelona tiene un estilo de juego, admirado y elevado a la máxima potencia por algunos de los "grandes maestros" con los que ha contado en su historia, encabezados por su "padre celestial futbolístico" ++si ese es el título correcto++ llamado Johan Cruyff y extendido por un alumno visiblemente adelantado llamado Pep Guardiola. Aun así, me pregunto, ¿qué habría sido de este Barcelona sin la aparición de Lionel Messi? Messi ha transformado al Barcelona de ser un equipo de futbol de elite, de historia, de gran abolengo en un "súper equipo", que puede ganar títulos al por mayor, que puede establecer records, que puede vencer a sus grandes oponentes y que además, lo mejor de todo, lo hace por la vía que corresponde a sus olores, a sus colores y a sus ideales futbolísticos: lo hace respetando el juego, buscando la armonía en cada una de sus líneas, respetando un estilo que ha recibido el reconocimiento del mundo entero, incluyendo a aquel que no es particularmente aficionado al futbol. Hay muchas diferencias entre el Barcelona y el Real Madrid y entre el Barcelona y los grandes clubes europeos ++Bayern, Juventus, Chelsea, Manchester City o el Paris Saint Germain++ y ese es Messi. Todo ellos tiene grandes planteles, ricos, poderosos, futbolistas de condiciones fantásticas, algunos de ellos con destellos mágicos sobre el campo, pero ninguno tiene a Messi. Ninguno de ellos tiene un jugador que pueda crear y desarrollar con la inteligencia, la velocidad y al mismo tiempo la eficacia de Messi. Ello, los deja, un renglón por abajo en el tema. Pero el futbol es un deporte de asociación, de conjunto, donde no basta que un solo futbolista marque distancia para asegurar el triunfo. Necesitas de otro tipo de factores que puedan guiarte hasta el campeonato. Y de eso se trató esto. He ahí la duda sobre lo que pueda ocurrir o dejar de ocurrir el domingo en el Camp Nou, la semana que viene la Champions o en la final de la Copa del Rey. Messi marca una gran diferencia sobre los demás y la única de forma ganarle al Barcelona de Messi es jugándole en equipo, en grupo, sin errores, solidarios y sincronizados. Esa debe ser la misión del Real Madrid en el juego del domingo y de todos los equipos que afronten a este Barcelona, propiedad única y exclusiva del mejor jugador de nuestra época...de Lionel Messi.

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LOS ÁNGELES -- En pleno incendio, Manchester City se quedó sin bombero. Y la vorágine siniestra azulgrana consumió la aterrorizada ciudadela de Manuel Pellegrini. 1-2, Barcelona les hurta la bandera.

Cuando Yaya Touré saltó del barco con la absurda expulsión ante CSKA y los réditos de su castigo, el City debió tocar a queda en la Champions. Sin el músculo, corazón y cerebro del marfileño, las veredas del Manchester se convirtieron en autopistas. Y era el minuto 90 y el Messi-rati de Lionel mantenía el motor a punto, aunque se le desbieló en el sitio de sacrificios del punto penal.

Claro, no sólo Yaya entregó su espada anticipadamente. Kompany se dedicó a cuidarle la espalda y no las piernas a Luis Suárez, y el belga tuvo pase VIP para ver inmaculadamente esos dos goles. Y cuando Manchester cosecha con Agüero el 1-2, en rebelión ya desesperada, Clichy negocia en la espinilla de Alves su segunda amarilla y la roja del exilio.

Y el Messi-rati, menospreciado en la marca por Pellegrini, se dedicaba a borrar con pinceles el oscuro laberinto que los atrapó con la derrota en Málaga, sin que entonces, ni Lionel ni Neymar, pudieran sacar siquiera un calcetinazo.

Y los Ciudadanos quedan heridos de muerte. La incredulidad, hecha renuncia, comienza desde el rostro cenizo de Pellegrini. Su estrategia simplista es un discurso de bisoños. "Si les quitamos la pelota, los anulamos", la retórica de la obviedad.

Barcelona sudó sin sufrir. Batalló sin ser herido. El adversario tenía problemas de identidad. Se sentía preparado y fortalecido para atacar, pero lo hacía con ritmos desordenados. El Kun, encima, se obsesionaba con salvar en solitario la plaza, porque Dzeko era un estéril acompañante que nunca le devolvió pelotas, ni le enredó a los defensas adversarios.

Y mientras el Messi-rati se regocijaba con las libertades, Barcelona empezó a sufrir nuevamente cuando Adriano entra por Alves, y se convierte en perseguidor más que en un recuperador por la banda.

Lo irónico, es que el mismo Messi-rati pudo condenar la eliminatoria. En sus correrías, tramita un penalti. Y lo cobra en la última jugada del partido. Al manchón fatalista. Y cobra mal. Lo entrega al lance paciente de Hart y en el contrarremate, caricaturescamente, el mismo Leo se hace un lío y remata de cabeza, desviado, a sólo ocho metros de un inmenso hocico ansioso de sepultar en la garganta de la red el epitafio del 3-1. El fabricante de victorias, arruina su propia exaltación. El Messi-rati se apaga a milímetros de cruzar la meta.

No sirve de consuelo al barcelonismo, pero @2010MisterChip consigna que Messi falla su tercer penalti en Champions, tantos como Cristiano Ronaldo, Figo y Schevchenko. Y no sirve, porque el museo de los ridículos siempre está inoportunamente abierto, 24/7.

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"Semidioses"

FECHA
15/01
2015
por David Faitelson

La semana ha vuelto a encumbrar a dos grandes figuras del deporte de nuestra era y sin duda dos grandes futbolistas de todos los tiempos. Cristiano y Messi no solo aceptan la rivalidad de cada semana en la cancha, la llevan a otro nivel, a una trascendencia que les da el suficiente poder para sentarse en la misma mesa de otros grandes atletas de la era: Jordan, Phelps, Bolt, Federer, tanto el portugués como el argentino son iguales a ellos. No admitirlo es caer a un mundo dominado por las pasiones del que algún día nos podríamos arrepentir.

LOS ANGELES, CA.-- Jordan, Phelps, Bolt, Federer, Cristiano y Messi. No veo que ninguno de esos nombres desentone en la clase más pura, ganadora, contundente y mágica en la historia moderna del deporte.

Siento, sin embargo, alguna clase de obstáculo, de animadversión con respecto a la idea de aceptar a Cristiano y a Messi entre los mejores de todos los tiempos. Y entiendo que una de las estructuras más sólidas del deporte se refiere a la pasión y en el deporte, sobre todo en el futbol, lo que sobran son pasiones: pasión por el futbolista, pasión por el equipo y pasión por los colores que representa uno y el otro, pero no podemos permitir que esa pasión nos ciegue y nos impida ver lo que realmente tenemos antes nuestros ojos: dos futbolistas completos, devastadores en la cancha, llenos de clase e inspiración que terminarán pasando por meticuloso filtro que separa a los comunes de los especiales y luego a los especiales de los consagrados y más tarde a los consagrados de los semidioses del deporte.

No solo son los números, las estadísticas, los títulos y los hechos contundentes de cada semana en la cancha, también está la forma de hacerlo. Luego de ganar su tercer Balón de Oro, segundo consecutivo, Cristiano Ronaldo envió un mensaje claro muy acorde con su personalidad y sensibilidad: "Quiero seguir ganando, quiero seguir siendo el mejor. Voy a luchar para alcanzar a Lionel Messi", dijo volteando hacia el extremo izquierdo de la sala donde el jugador argentino del Barcelona lo veía con una tímida sonrisa.

Un poco más tarde, alguna de las muchas cámaras que existen hoy en día, logró captar una escena fascinante, cuando en las entrañas del auditorio en Zürich Messi coincide con Cristiano que le presenta a su pequeño hijo. Se alcanza a escuchar que el portugués afirma que el chico es un admirador de sus goles.

Messi y Cristiano entienden no solo la rivalidad, también la responsabilidad que tienen como futbolistas de todos los tiempos. Y aunque en realidad son diferentes en sus maneras de exponer su talento en la cancha y son distintos también al momento en que están lejos de ella, ambos tienen un sentido competitivo que les permite incendiar la cancha con récords y con talento.

Messi y Cristiano pertenecen a la clase más alta que el deporte pueda presumir... y los únicos beneficiados son, además de ellos, ustedes, yo, todos que podemos disfrutarlos en una época apegada a la tecnología y a las grandes comunicaciones... Jordan, Phelps, Bolt, Federer, tanto el portugués como el argentino son iguales a ellos. No admitirlo es caer a un mundo dominado por las pasiones del que algún día nos podríamos arrepentir.

@Faitelson_ESPN

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LOS ÁNGELES -- Sport, diario español, desenmascara la intimidad del Barcelona. Le quita el maquillaje y muestra las verrugas en su rostro.

Asegura Sport que Luis Enrique duda, como media Barcelona debe hacerlo, que la gastroenteritis de Lionel Messi era una farsa. Y la súbita recuperación de semejante ataque digestivo, le confirmó las sospechas.

Y el técnico quiso abrir un expediente laboral a Messi, para montar el antecedente de abandono de trabajo sin causas justificadas. Nadie puede mostrarse rozagante, fuerte, chapeteado, entero, luego de 24 horas de evacuaciones, fiebre, vómitos y deshidratación. Claro, a menos que Messi sea un titán, un coloso.

Recordemos, aplicándolo al Barcelona, que hasta Aquiles era tan fuerte como lo era su propio talón, citando a Frank Underwood (House of Cards).

Pero cuando Luis Enrique pensaba elaborar el memorándum, tres personajes lo detuvieron: Iniesta, Xavi y Busquets.

Obviamente el entrenador consultó con tres de los líderes naturales de su vestidor. Cuando cuestionó su propia autoridad y su propia conciencia, en vestíbulos ajenos, Luis Enrique empezó a perder ambas herramientas, la autoridad y la libertad de decidir.

La duda es si Luis Enrique consultó a Xavi, Iniesta y Busquets, para que le dijeran que sí, o para que le dijeran que no. Y si consultó el DT del Barcelona para que lo apoyaran en lo que era una abierta, implacable y casi suicida declaración de guerra, o para que le detuvieran la tentativa de suicidio.

Por donde se vea, es una manifestación de la crisis que se vive el Barcelona en sus entrañas degenerativas.

1.- Si Luis Enrique quiso genuinamente y no se atrevió, menoscabó su autoridad. Si quiso y lo pararon en seco, condicionó su autoridad. Si lo pensó y nunca se atrevió a proceder, se adhirió a la nómina de los que viven bajo el Salario del Miedo.

2.- Si Xavi, Iniesta y Busquets impidieron el edicto laboral contra Messi, es malo, porque han entregado el vestuario a la impunidad e inmunidad del jugador. Si los tres lo hacen por proteger al grupo, lo que hacen es entregar a sus doncellas a las garras del dictador. Y si lo hicieron porque creen que es un capricho infantil de Messi, entonces se vuelven cómplices y solapadores, y son tan culpables como Leo.

3.- Si la directiva del Barcelona, al enterarse de esta versión de Sport, un medio que es visto como voz y conciencia del Barcelona, no aclara estas aseveraciones con todos los protagonistas, desde porqué se enferma Messi, pasando porqué duda Luis Enrique, y hasta llegar a porque interfieren Xavi, Iniesta y Busquets, lo que hace también es agachar la testuz ante el pequeño absolutista.

Lo explicábamos en la anterior entrega: tras el discurso de abdicación de Carles Puyol, era evidente que detrás de los rostros de querubines también habitan arpías, en todos los niveles y en todas las alcobas de la caza azulgrana.

Y al final, queda claro, Luis Enrique, protegido tal vez por Iniesta, Xavi y Busquets, terminó siendo abandonado por la plantilla, y dejado en manos de Messi y su evidente poder sobre el club.

Y visto así, de ser genuina semejante tiranía del otrora extraterrestre futbolista, el destino final, lo define mejor que nadie Francisco de Quevedo: "La soberbia nunca baja de donde sube, porque siempre cae de donde subió".

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LOS ÁNGELES -- La venganza es una joya culinaria: más deleita mientras más se cocina. Y Real Madrid la cocinó a fuego lento. Intenso, pero lento.

La paciencia es un árbol de raíces amargas y frutos dulces, dicen los persas. En el Bernabéu se empalagaron.

3-1. Y pudieron ser más. Y debieron ser más. Noche festiva de la Casa Blanca, aprovechando que los tres gigantescos enanos de aquel Barcelona que fue su Némesis recurrente, se consumen. Iniesta y Xavi han tomado una tregua. Y Messi claudicó a ser Messi hace ya un año..

Y sin ellos, sin las tres piedras filosofales de La Masía -hoy, por hoy, casi más mítica que legendaria-, el Barcelona no entreteje milagros con la fascinación pulcra de la pelota.

Sí: los tres desaparecen y la transición se aborta cuando Barcelona debe encarar a sus iguales, y no al cortejo de patiños habituales de la Liga.

Real Madrid fue más poderoso. En todas las aristas letales del futbol. Fue más atlético. Más fuerte. Más resistente. Más letal. Más consistente. Y más convencido espiritualmente.

Baste recordar que se levantó del atropello moral y deportivo que fue el gol de Neymar, para de inmediato reclamar la potestad de su propio escenario.

Y empezó a gestionar, de inmediato, especialmente con Marcelo, Cristiano y Benzema, con el sostén impecable de Kroos, toda una épica ofensiva, que por momentos llegó a retar a la pusilanimidad arbitral, como el abrazo de Pancracio, de Piqué sobre Benzema.

Barcelona no tenía manejo. Su abdicación del vanagloriado y embelesador tiki-taka, para tratar de encontrar recorridos más rápidos, incluso parece ser atentatorio a su propio almacén físico.

Recordemos: el Barcelona de Guardiola se distinguía por ser el equipo que menos corría pero mejor recorría la cancha. El maratonista era el balón, los genios se dedicaban a inspirarse. Por eso, al final del encuentro, los catalanes resoplaban y los madridistas soplaban.

Real Madrid agregó a los condimentos del Clásico, el inteligente respeto a la cartografía de Ancelotti. Especialmente nunca se desesperó, insisto, a pesar incluso, de la estocada de Neymar.

Incluso llamaba la atención el desparpajo de libertad que se le concedía a Marcelo, el acompañante perfecto al ataque, y todo ese larde del brasileño se construía magníficamente con la cobertura territorial del sobreslaiente Kroos, quien sudó su primer Clásico con un espíritu muy alemán: primero ganar y después sentir; primero máquina, después mortal.

¿James Rodríguez? Cumplió. Sin ser una de las claves de la victoria. Llama la atención, sin embargo, cómo en tres ocasiones al menos, apareció en los confines del área, en condiciones propicias para su pierna izquierda, pero le negaron la pelota, forzando incluso jugadas hacia Cristiano y Benzema.

Dramático e irónico que el misticismo de ese número endiosado en la cancha, nunca se materializó. Los "10", como suele ocurrir, no dejaron un legado memorable, como debería ser, en la cancha. Messi no fue, ya no es, el de tantos Clásicos. James, en su favor, debe decirse, apenas empieza a paladearlos.

Y queda demostrado que los discursos de las extorsiones físicas a los jugadores, a causa de los calendarios, son una falacia. ¿Fue evidente en algún momento que el Madrid tenía 24 horas menos de reposo que el Barcelona? Pareció todo lo contrario.

Por todo ello, al final, Madrid y madridismo disfrutan del lado sádico de los cocineros de la venganza: mientras más lenta, se vuelve más deliciosa.

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BRISTOL -- Real Madrid recibe al Barcelona el sábado en lo que será una nueva edición del Clásico. En el historial, Real Madrid cuenta con dos victorias más que Barcelona (91 a 89). En la actualidad liguera, el merengue necesita ganar para poder ponerse a tiro de su rival, que es líder con 22 puntos.

Durante la temporada pasada se enfrentaron en tres ocasiones de las cual el Barcelona ganó las dos citas en liga y Real Madrid ganó la final de la Copa del Rey. En el segundo partido de Liga, el último en el Santiago Bernabéu, Lionel Messi convirtió tres goles para que Barcelona gane 4 a 3 y para que, además, él se convierta en el máximo goleador histórico de los clásicos (llegó a 21 goles y superó a Alfredo Di Stéfano que sumaba 18).

Siete meses después de aquel enfrentamiento la historia seguramente será distinta. El delantero portugués Cristiano Ronaldo, que suma 13 goles en los clásicos, está convirtiendo goles a un ritmo inigualable y su proliferación goleadora se ha elevado de manera estratosférica. Por su cuenta, Messi está a un gol de igualar el récord histórico de goleadores en La Liga (Telmo Zarra, 251), y que mejor oportunidad de lograrlo que en el campo del eterno rival.

Aquí analizamos porque, tanto Leo como Cristiano, son (y siempre lo serán) protagonistas del Clásico español:

El mago y la máquina Messi vs. Cristiano Ronaldo
Cristiano vs MessiStats and Info

¿Cabe alguna duda de quiénes serán los jugadores a seguir en el Clásico? Lionel Messi y Cristiano Ronaldo no solo desafían a la historia sino que también lo hacen a ellos mismos. Esta semana ambos jugadores anotaron en sus citas europeas y están a punto de destronar el récord histórico. Messi llegó a 69 goles mientras que Ronaldo llegó a 70 goles en la historia de la competencia, así poniéndose a un gol del récord histórico en UEFA Champions League (Raúl 71).

El delantero portugués ha sido una máquina imparable en el 2014. Ganar la última edición del Balón de Oro parece no haberlo satisfecho y desde el comienzo de la temporada suma 15 goles en siete partidos de liga y 20 en todas competencias. Por su cuenta, Messi ha marcado siete goles en liga y dos en Champions, y se ha encargado de repartir goles a medida de asistencias (lleva 9).

Es irrefutable el hecho que ambos jugadores sean sinónimo de gol, pero si vale la pena evaluar como es la relación de cada jugador con la red.

Desde que llegó a La Liga en 2009/10, Cristiano Ronaldo ha convertido 192 goles en la competencia, una marca extraordinaria aún más si se tiene en cuenta que lo hizo en& 172 partidos. Ningún jugador ha rematado más que Cristiano Ronaldo, pero lo que más llama la atención es la diferencia de disparos con el resto de los delanteros Ver gráfica A.

Real Madrid vs BarcelonaStats and Info

Lejos de ser una desventaja, la gran cantidad de remates efectuados por Cristiano han provocado que el delantero esté en plena carrera para convertirse en el máximo goleador histórico de Real Madrid. Ver gráfica B

Real Madrid vs BarcelonaStats and Info

En 2014/15, Cristiano Ronaldo lleva 15 goles en liga y 20 en todas las competencias. Lleva diez partidos consecutivos con gol y su promedio personal de gol por partido es de 2.14, mejor que el 93 por ciento de los equipos en las cinco grandes ligas de Europa.

La relación de Messi con el gol es similar aunque también tiene sus divergencias comparado con el estilo de Cristiano Ronaldo. En la actual temporada, Messi, a pesar de no contar con tantos goles, ha podido elaborar en la creación una suma importante de goles para su equipo. No solo es el líder en asistencias, sino que también es el líder en oportunidades de gol creadas (esta estadística está definida por un pase que es seguido por un remate o un mano a mano). Ver Gáfica C.

Real Madrid vs BarcelonaStats and Info

Como si fuera poco, la magia de Messi no es algo que queda plasmado en la actual temporada a base de números. Los indicios de su nuevo rol, como creador, se pueden observar desde hace varios años. Desde 2010/11, Messi no solo ha marcado goles sino que también ha dado más asistencias en todas las competencias que cualquier otro jugador. Ver gráfica D.

Real Madrid vs BarcelonaStats and Info

Ambos jugadores representan un nivel distinto a cualquier otro jugador en la actividad futbolística. Los goles que Leo no hace los entrega a un compañero y las oportunidades que a Cristiano se le presentan, las concreta aunque tenga que rebuscársela con un remate imposible. Es por eso que comparar a Messi y a Cristiano Ronaldo es injusto, pero también inevitable. Ambos hacen cosas mejores y peores que el otro, porque al fin y al cabo son jugadores distintos. Distintos entre ellos pero más que nada distintos al resto.

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LOS ÁNGELES -- "Si Jesucristo no pudo renunciar a ser Dios que se puede esperar de los hombres". Una frase, una verdad absoluta, pero sin autor que la reclame.

Y pasa. Hasta en un cosmos lúdico y poco lúcido como el futbol. Y si el altar pagano se quedó vacío, el atrio pagano, también.

Messi se derrumbó del pedestal. Los semidioses también tienen rodillas de barro.

Y nadie está preparado para la imperfección de los perfectos. Y menos, claro, ellos mismos.

Pero Lionel no se desplomó porque el universo se cimbró. Más bien, el universo se cimbró por su caída.

¿Qué dolerá más a Messi? ¿Qué le dolerá más en la metamorfosis pública de ir de hijo prodigio a hijo pródigo?

1.- ¿El estrepitoso impacto ante el espejo sincero que le relata su propia endeblez y fragilidad? A los dioses los construye el fanatismo y los destruye el fanatismo. Son artesanías de sus mejores momentos y ruinas de sus malos momentos.

2.- ¿O le flagelará más a Lionel el abandono masivo de su corte? Los advenedizos huyeron. Las legiones de iconoclastas que compraron el hábito azulgrana hoy guardan silencio. Un silencio bruno, colapsado.

Messi, el malabarista prodigioso de pies vertiginosos, tahúres, ventajistas, letales, prestidigitadores y ladinos, ha dejado de tirar magia.

Y como pasa con los dioses y los semidioses, cuando se desvanecen los milagros, se desvanece la fe. Los fervorosos de los humanos deificados, de los seres sacralizados, chantajean: exigen un prodigio cada día, para entregar su lealtad cada día.

Pero Messi se ha ido de la cancha. Y los eventuales, los oportunistas adoradores no se conforman con la iconografía de sus grandes hazañas. Quieren más, y si no ocurre, ellos se hacen menos.

¿Qué pasa con Messi? ¿Dónde se escondió la conflagración azulgrana que en segundos hacía estallar la trinchera del adversario con pincelazos prodigiosos? Porque eso solía ser Messi: sembraba muerte y terror deportiva, pero con matices del arco iris. No dejaba luto, dejaba fiesta.

Los mitos desatan su propia mitología. En torno a Messi, cada quien desmenuza las penurias del jugador portentoso.

Colguemos las lenguas viperinas, las nuestras, las suyas, las de todos, para que destilen verdades que no son absolutas, e incluso algunas que tal vez no sean ni verdades, pero en la fantasía de la especulación, la aberración cotiza mejor que la sensatez. ¿O no?

1.- Que Messi abandona al Barcelona porque se cuida para la Copa del Mundo. Que renuncia a la gloria inmediata del equipo que le paga, para buscar la gloria suprema con la nación a la que él se debe.

Hay versiones argentinas que aseguran que hay un preparador físico y un enviado del cuerpo técnico, que trabajan por separado con Messi, en la misma complacencia del Barcelona, con la única meta de optimizar todo ese armamento para aniquilar a los adversarios mundialistas como caudillo albiceleste.

2.- Que el trabalenguas de la renovación de su contrato, que arrastra ya tres meses de demora y pláticas, le pone la cabeza en un mundo que nunca le ha preocupado en lo absoluto: el dinero, que, sin embargo sí regentea la avidez de su familia.

La ambición de su clan, erosiona las ambiciones primarias, sencillas, frívolas de Messi: jugar al futbol, o, perdón, seguir inventando el mundo con un balón de futbol.

3.- Y hasta se le conceden atributos que no embonan con ese rostro taciturno, distraído, y menos aún con esa proclividad más al silencio que a la verbosidad o la elocuencia.

Difícil concebir un personaje paralelo al Messi que uno cree ver, pero, insinúan, que es un tipo autócrata, dictador, intolerante, conspirador, manipulador, y que taimadamente urde los destinos de sus entrenadores y jugadores.

4.- Hay incluso versiones que hablan de nefastos vicios gastronómicos, tras haber traicionado la pureza dietética a la que lo obligaba un comando nutricionista de tiempo completo en la época épica de Pep Guardiola.

5.- Y otras versiones, más recatadas, más íntimas, más confidenciales, cuchichean sobre algunos recovecos mentales del genial futbolista, que le juegan una mala pasada, y entre la ansiedad, las presiones, las tensiones y el descarnado ambiente de expectativas, Messi se recluye.

Lo cierto es que el prodigio ya no se prodiga en la cancha. Se aisló total y absolutamente en uno de esos escenarios que él más disfrutaba.

Como cazador consumado, Messi siempre había reaccionado de manera implacable ante una presa suprema para el barcelonismo como lo es el Real Madrid. El miércoles, Messi fue tragado por la que presuntamente sería su víctima propiciatoria. Cazador cazado.

Ni un amague. Ningún disparo peligroso. Ni un servicio venenoso medido. Ni un arrebato de furia. Ni un desplante desparpajado del artesano del futbol.

Ni siquiera una falta de esas de cárcel, condenables y censurables, de esas que siempre recibe, ninguna de ellas mereció esta vez del Real Madrid.

Como lo dijo burlonamente el mismo Pepe: "¿Messi? ¡No lo vi!".

Aunque el hombre ha crecido creyendo en dioses que no ve, en el futbol la teología se vuelve más exigente: exige que se le maraville con un milagro con el balón, para refrendar, para confirmar sus votos de fe.

Y el Messi-as hoy descubre su ordinariez, y con él, un equipo completo.

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MADRID -- Cuando Cristiano Ronaldo anotó el 3-0 parcial al Sevilla, festejó con un saludo militar. Gesto significativo, pues se trataba de un claro mensaje al presidente de la FIFA, Joseph Blatter, quien en tono burlón lo había comparado con un 'comandante'.

Esa noche, Ronaldo se destapó con un triplete para la victoria del Real Madrid por 7-3, mientras el estadio entero se le entregaba en cada movimiento o toque de balón. Era una muestra de apoyo de la afición merengue a su estrella, ridiculizada y humillada por el mandamás del futbol. Hubo de todo: cánticos, pancartas, y un sinfín de gestos de adhesión a quien al día siguiente absolutamente todos los periódicos de España llamaban "comandante" en sus encabezados, aunque con una connotación muy distinta a la original.

Messi & Cristiano Ronaldo
Getty ImagesCristiano y Messi compiten en todos los ámbitos
Pocos jugadores saben sacar el máximo provecho de su impacto mediático como lo hace Cristiano Ronaldo. Y demostró su punto.

A estas alturas, el video en el que Joseph Blatter imita a un militar para referirse a l jugador portugués ha dado al menos cinco vueltas al mundo. Sucedió en la sesión de preguntas y respuestas durante una charla en la Universidad de Oxford. Los estudiantes habían pedido una comparación entre los dos mejores del mundo: Lionel Messi y Cristiano Ronaldo.

Esperaban, quizás, que Blatter se refiriera al potencial goleador o habilidades de cada uno, tema de debate permanente entre los adeptos de uno y otro desde hace años como lo es la fama de niño bueno del de Barcelona contra la arrogancia y la estilizada imagen del merengue. Normal, entre los aficionados de a pie. Queriendo congraciarse con su joven audiencia, Blatter se refirió a todo menos futbol.

Pero Blatter olvidó que los estudiantes del siglo XXI vienen con cámara de alta definición integrada y, para su mala suerte, (o con toda la intención por parte de los medios británicos), el video vio la luz justo el mismo día que se hizo pública la lista de nominados al Balón de Oro. Como cada año, Messi y Cristiano encabezan la lista y son, junto a Franck Ribéry, grandes favoritos al galardón. La 'coincidencia' levantó sospechas, pues la postura del presidente del organismo rector del futbol podría condicionar la votación.

El comentario y, sobre todo, la pantomima del comandante destacaron por encima de todo, pero su comparación fue más profunda. Y dolorosa para el portugués.

"Es un buen chico; a todas las madres les gustaría tenerlo en casa", dijo de Messi y agregó que "no es exuberante (supongo que en la acepción de excesivo, a menos que consideremos al argentino como un ecosistema); está jugando bien, baila, es un hombre amable, un buen chico".

En cambio de Ronaldo dijo "el otro, esto es otra cosa. El otro es como un comandante en el campo de juego", mientras intentaba imitar a un militar.

Eso ya era malo, si tomamos en cuenta que el comentario viene del presidente de la FIFA, pero lo remató: "uno gasta más en el peluquero que otro, pero eso no importa...".

Ciertamente no importa, pero lo sacó a relucir para mostrar sus preferencias. En resumen: Messi es tan buena persona que lo adoptaría cualquiera. "El otro" es autoritario y superficial.

La reacción de Ronaldo no se hizo esperar. Respondió con un post en su página de Facebook y en su Twitter  como ya establecimos, el jugador sabe aprovechar los medios a su disposición a su conveniencia. Habló directamente a sus fans, a sabiendas de que se iba a propagar en cuestión de segundos.

"Este video muestra claramente el respeto y consideración que la FIFA tiene hacia mí, hacia mi club y hacia mi país. Todo queda claro ahora. Deseo al Sr. Blatter una saludable y larga vida para que siga disfrutando, como merece, del éxito de sus equipos y jugadores favoritos", ¿Irónico? Bastante. ¿Justificado? Puede ser.

También de inmediato, la afición portuguesa, dolida, se lanzó a la cabeza de Blatter. Formaron un grupo en Facebook pidiendo la dimisión del septuagenario; grupo que más de una semana después cuenta con casi 210 mil adeptos. El presidente de la FIFA se metió con quien no debía. Hasta el gobierno portugués emitió un comunicado mostrando su repudio.

Desde la Federación Portuguesa y el Real Madrid se enviaron cartas a la FIFA exigiendo explicaciones.

El Real Madrid envió una carta pidiendo una rectificación a lo que el equipo consideró una falta de respeto. "Sería deseable una rectificación que repusiera, si es que es posible, el daño causado tanto al jugador como a nuestra institución", reza la misiva firmada por Florentino Pérez, quien claramente hace alusión a las consecuencias que podría tener a futuro pues "podría condicionar la votación".

La comparación, mala para Cristiano Ronaldo, lo es también para Lionel Messi. No han sido pocos los compañeros, rivales y paisanos del '7' merengue que salieron en su defensa. Y si sus acérrimos claman justicia pues la balanza se puede inclinar en favor de Messi por las preferencias del mandamás de la FIFA, es igualmente probable que pase lo contrario: que se vote al portugués por defenderlo.

Cristiano Ronaldo, en su defensa, mostró suspicacia: "quedan claras muchas cosas". Messi, que ha ganado meritoriamente el galardón los últimos cuatro años, lo dejó como segundo lugar en las últimas dos ediciones. Pero el hecho de que Blatter mostrara abiertamente su preferencia, actúa también en contra del argentino. Empaña el triunfo individual de casi un lustro y deja una sombra sobre el futuro, pues de ganar en enero, no serán pocos los que lo vean como un timo.

Y es, todavía peor, para la credibilidad del galardón mismo. Pues ¿qué valor puede tener un premio que viene, de inicio, condicionado? Lo mejor que podría pasar, a estas alturas, es que se le otorgue a Franck Ribéry. Que además es campeón de la Champions League.

Blatter intentó disculparse; primero con una respuesta a la carta de Pérez en la que se dijo "sorprendido", pues su defensa se basa en que se trataba de un evento privado, y tomó la postura de la inocencia, ya que "no era mi intención ofender". Envió, asimismo, un par de 'twits' dirigidos a Cristiano Ronaldo. Una respuesta que a los defensores del porgués supo a poco.

"El daño está hecho", dijo Carlo Ancelotti, que es, quizás, quien ha hablado con mayor claridad del asunto. "Hay que pensar antes de hablar", agregó el técnico.

Pero eso a Blatter no se le da muy bien que digamos. Y Cristiano Ronaldo no es, ni de lejos, el primer ofendido. Sí el más famoso. 'Joyitas' del suizo, hay para rato:

Dijo, campantemente, que el escándalo extramarital que le costó a John Terry el gafete de capitán en Inglaterra, era normal en otras sociedades. "Se ve así en los países anglosajones, pero si pasa en, digamos, un país latino (Latinoamérica, imagino), le habrían aplaudido". No sólo el comportamiento de Terry es aceptable, además, Latinoamérica está poblada por puro 'macho' y a las latinas nos encanta vivir en un harem.

Ya era de menos extraño que se otorgara la sede del Mundial 2022 a Qatar, pero cuando surgió la preocupación por las estrictas leyes de ese país, donde la homosexualidad está penada, Blatter lo resolvió simplemente pidiendo a los homosexuales "que se abstuvieran de tener relaciones sexuales" durante la justa.

Hombre, tan fácil. Y mientras, la LGBT animando a los atletas profesionales a que salgan del closet. Ya pueden abstenerse, porque en pleno siglo XXI, apoyo de la cabeza de la FIFA, ninguno. Si apenas hace un esfuerzo la discriminación racial y el sexismo, ¿qué pueden esperar el resto de minorías?

Porque, como es lógico, el racismo, según Blatter, no existe en el futbol.

"No hay racismo; habrá de un jugador a otro, con una palabra o un gesto incorrecto, pero el afectado debe saber que es un juego. Al final, nos damos la mano porque hemos trabajado muy duro contra el racismo y la discriminación", llegó a comentar hace un par de años.

Y de las mujeres, hay que vestirse más femeninas, porque como todos sabemos, el que no enseña no vende.

"Dejemos que las mujeres jueguen en ropa más femenina, como lo hacen en volleyball. Podrían, por ejemplo, tener pantalones más ajustados. Las jugadoras son bonitas, y ya tienen muchas reglas diferentes al futbol varonil, como jugar con un balón más ligero. Esa decisión se tomó para crear una estética más femenina, ¿por qué no hacerlo en moda?", propuso.

No conforme, en un congreso de la FIFA este mismo año, 2013, se jactó de tener "a tres mujeres en la junta" a las que animó a tomar la palabra de esta manera: "digan algo, señoras. Siempre hablan en casa, digan algo ahora".

Con esa visión sobre la homosexualidad, la mujer, pasando por el código moral de las distintas culturas y los conflictos raciales, es normal que el peinado de Cristiano Ronaldo le cause tanto ruido como el de Rihanna.

Blatter necesita, con urgencia, modernizar su departamento de comunicación. O necesita darse cuenta de lo que ha cambiado el mundo desde 1970. Por el momento, nos conformamos con que le haga caso a Ancelotti y cuente hasta diez.

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Argentina v ParaguayAPMessi comprendió todo lo que significa ser el capitán de la selección
BUENOS AIRES -- El seleccionado argentino terminó su participación en las eliminatorias Sudamericanas con el grato sabor de haber alcanzado los objetivos trazados.

Clasificarse para el mundial era la prioridad y se llegó con holgura, dos jornadas antes de culminar el certamen. Y lo hizo en primer lugar, cosa que se aseguró en el Monumental ante Perú.

Pero por sobre todas las cosas la misión que tenían Alejandro Sabella y sus dirigidos era la de revertir una imagen negativa que la gente tenía respecto del equipo. Porque a ese idilio que hoy se palpa en cada presentación del seleccionado llegó después de un proceso que tuvo momentos tortuosos. Basta recordar que en el partido con Colombia, de visitante, el proceso parecía derrumbarse y gracias al convencimiento de un grupo sólido esa tendencia se revertió.

Es cierto que el balance tiene luces y sombras, no todas son flores. Es verdad que, como ha sucedido en todos los procesos a lo largo de la historia, cada entrenador posee una estrategia y jugadores que despiertan controversia. Sabella no es la excepción en este rubro. Pero así como para muchos las debilidades en la defensa es el mayor inconveniente del equipo, en lo colectivo y con nombres propios puntuales, esto se eclipsa gracias a una decisión acertada. Porque el director técnico supo potenciar a un futbolista que, cada vez que se calzaba la celeste y blanca, no rendía en la medida que todos soñaban.

La referencia, obviamente, es para Lionel Messi. Sabella lo mimó, lo rodeó del sistema táctico y de los futbolistas con los cuales él se sentía más cómodo y esa decisión de vio reflejada en la cancha. Con un once contundente, convencido de lo que hace y con un Messi muy parecido (en eficacia) al que se observa cada fin de semana en el Barcelona.

Pero, por sobre todas las cosas, con alguien que decidió asumir el liderazgo no sólo cuando tiene la pelota en sus pies, sino que también ahora lo hace afuera de la cancha. Entendió lo que representa su figura. Para sus compañeros, para Argentina y en cada lugar que el representativo nacional transita en el planeta. Messi comprendió todo lo que significa ser el capitán de la selección. A su manera, sin estridencias, pero lo hizo porque se sintió cómodo, valorado. Pero atención, esta idea no debe ser interpretada utilizando una teoría de los antagonismos (se siente valorado ahora, entonces antes no). Messi hizo el "click" en su cabeza. ¿Producto de una maduración? Es posible. Y es insoslayable pensar que Sabella supo dar con la caricia justa que necesitaba el mejor del mundo.

Fue señalado que el equipo tuvo luces y sombras. Queda claro, entonces, que lo luminoso está en la contundencia de mitad de cancha hacia delante. Y que la contratara está en la defensa. No tanto quizás en la titular, porque de a poquito, aunque aún restan ajustar detalles (como por ejemplo el lateral izquierdo), con el correr de los partidos fue tomando confiabilidad. El inconveniente se genera cuando se necesitan recambios. Ahí esa incipiente solidez, que aún necesita mejorar, se convierte en incertidumbre. A Sabella no le escapar esta historia y trabaja para modificarla. Al punto de que estaría dispuesto a probar nuevos futbolistas en los amistosos que se vienen (Otamendi, Orban, Gonzalo Rodríguez) para encontrar una solución en el corto plazo.

La gran pregunta es: ¿puede Argentina trasladar lo hecho a nivel sudamericano a un mundial? Sin dudas. De hecho, en los amistosos contra los mejores del planeta obtuvo buenos resultados. No se jugaba por los puntos, es verdad, pero nadie va a esos partidos sin predisposición. Un equipo tan temible de mitad de cancha para adelante es capas de derrotar a cualquiera. Ajustando detalles en la línea de fondo, la ilusión tendrá un importante sustento en la práctica. El potencial es envidiable. Pocos en el mundo lo poseen. Será fundamental que todos lleguen a Brasil en buena forma física después de las exigentes temporadas en sus clubes. Si esto sucede, el sueño mundialista tendrá bases sólidas.

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