Por segundo año consecutivo ha vuelto la danza de los millones a las Grandes Ligas.

Si en el invierno pasado, entre Mike Trout, Bryce Harper y Manny Machado se comprometieron 1,058 millones de dólares, esta vez entre siete peloteros ya se han invertido 1,154 millones.

A diferencia del año pasado, en esta ocasión el mercado se ha movido bastante rápido, sin esa angustiante espera con la que Harper y Machado tuvieron paralizados muchos negocios que dependían de sus respectivas firmas.

Gerrit Cole ($324 millones), Stephen Strasburg (245), Anthony Rendón (245), Zack Wheeler (118), Madison Bumgarner (85), Yasmani Grandal (73) y Mike Moustakas (64), son los peces gordos que se han llevado los mayores contratos.

Demasiado dinero, dirán algunos. Y sí, son muchos dólares que a los fanáticos les preocupan -con o sin razón- por lo que puedan significar en los precios que deberán pagar en los estadios.

Eso es lo de menos. La cuestión es que mientras algunos de estos contratos son altamente riesgosos, no sólo por las cifras involucradas, sino por la extensión en tiempo, algunos de ellos pueden ser redituables en títulos para las franquicias, mientras que otros son, a primera vista, dinero botado por nada.

Cole tendrá 38 años cuando termine su pacto de nueve campañas con los New York Yankees y lo más probable es que para ese entonces su efectividad esté al nivel de un simple mortal.

Los Yankees lo saben, pero si en ese lapso el mejor serpentinero del 2019 es capaz de darle a la franquicia al menos dos títulos de Serie Mundial, ya la inversión estará pagada.

Strasburg es un caso similar. Los Washington Nationals estaban obligados a hacer una gran inversión en uno de sus jugadores emblemáticos para tratar de defender con éxito -o al menos con decoro- su corona.

Esto le permitirá a Washington mantener su rotación junto a Max Scherzer, Patrick Corbin y el venezolano Aníbal Sánchez, aunque es imperativo para la gerencia seguir hurgando en el mercado para reforzar la ofensiva que perdió a Rendón, uno de sus pilares fundamentales.

Lo mismo pasa con Wheeler. Los Philadelphia Phillies siguen metiéndole dinero a la plantilla y hasta ahora han fracasado estrepitosamente.

Esos 118 millones no guardan proporción con los números mostrados hasta ahora por el lanzador a lo largo de su carrera, con 44-35 y efectividad de 3.77 en cinco temporadas y ninguna de ellas con 200 o más entradas.

Pero Wheeler estuvo saludable sus dos últimas con los New York Mets y los Phillies confían en que justo ahora entre en el pico de su rendimiento, para ayudar al equipo a rememorar las épocas gloriosas de Jimmy Rollins, Chase Utley, Cole Hamels, Jamie Moyer y Pat Burrell.

El cubano Grandal y Moustakas son piezas que van encajando en los rompecabezas de los Chicago White Sox y los Cincinnati Reds, respectivamente, equipos que han terminado sus procesos de reconstrucción y parecen listos para dar un salto en el 2020.

Pero los casos de Rendón, con Los Angeles Angels, y Bumgarner, con los Arizona Diamondbacks, carecen, a primera vista, de todo sentido.

Los Angels pueden ser mejores con el aporte que hará el antesalista por el cual pagaron $245 millones. Por supuesto. Cualquier equipo que tenga a Rendón será mejor que antes de tenerlo. Pero esa no es la interrogante a responder.

La pregunta es si esta nueva adición es lo que necesita el equipo para salir a competir en la dura división Oeste de la Liga Americana.

La respuesta es un no rotundo. Entre Rendón y Mike Trout, el dueño, Arte Moreno, ha comprometido 663 millones de dólares, pero ha olvidado reforzar el área de los lanzadores.

Sin pitcheo no hay paraíso. Tanto dinero invertido en tres hombres (no hay que olvidar los $240 millones de Albert Pujols, a quien le faltan por cobrar 59 millones hasta el 2021), ha hecho imposible cubrir otras áreas y "el otro equipo de Los Angeles" tiene más huecos que un queso suizo.

Y Bumgarner tampoco parece ser el hombre que cambie la suerte de los Arizona Diamondbacks.

No se entiende mucho la estrategia de un equipo que en un año sale de su mejor bateador (Paul Goldschmidt) y su mejor pitcher (Zack Greinke) y luego suelta $85 millones por un lanzador que si bien está más que probado en los grandes momentos, genera demasiadas dudas sobre su futuro.

El zurdo MadBum tiene 30 años, seis menos que Greinke, pero en las últimas tres campañas con los San Francisco Giants su salud no lo acompañó y sus números cayeron estruendosamente.

Entre el 2017, 2018 y 2019, Bumgarner tuvo récord de 19-25 y efectividad de 3.58 en 448.1 entradas de trabajo.

Luego de que entre el 2013 y 2016 tuviera cuatro años con efectividad inferior a las tres carreras limpias por cada nueve entradas, sus promedios fueron en ascenso, a ritmo de 3.32 en el 2017 hasta 3.90 en el 2019.

Este último año volvió a estar saludable y logró lanzar 207.2 entradas, pero permitió 90 carreras limpias y 30 jonrones, las mayores cifras de su carrera en esos departamentos.

Sus estadísticas todavía son bastante buenas, pero ya no son de élite. Su declive es gradual y todavía no resulta tan evidente, pero el tiempo se encargará de demostrar cuán equivocada estaba la gerencia de un equipo que ni siquiera se ve como un contendiente inmediato.

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En términos beisboleros, a Scott Boras no se le puede acercar la pelota por estos días, porque con cualquier lanzamiento, la saca de jonrón.

Ahora le tocó a otro de sus encumbrados clientes, Anthony Rendón, firmar un megacontrato, éste por siete temporadas y $245 millones con Los Angeles Angels.

De esta manera, entre el lunes con Stephen Strasburg, el martes con Gerritt Cole y el miércoles con Rendón, el agente más poderoso de toda la industria ha conseguido pactos por un monto total de $814 millones.

Boras explotó la desesperación y frustración de Arte Moreno, el dueño de los Angels, por haber perdido la puja por Cole y le presentó al antesalista como la última Coca-Cola del desierto.

Moreno mordió el anzuelo y le dio a Rendón un contrato que no tiene dinero diferido y tiene una cláusula absoluta de no cambio.

El pelotero de 29 años está en el pico de su carrera y en las últimas tres de las siete temporadas con los Washington Nationals bateó para .310, promedió 43 dobles, 28 cuafrangulares y 106 impulsadas por campaña con un OPS de .952.

Si vale ese dinero o no es cuestionable, pero la cifra la dicta el mercado y las necesidades del equipo que lo contrató o en este caso, más que las necesidades, los deseos de dar un golpe de efecto para impresionar al nuevo manager Joe Maddon, aunque la pregunta es: ¿qué puede representar Anthony Rendón en las aspiraciones “del otro equipo de Los Angeles”?

Además de este pacto que los ata a Rendón hasta 2026, los Angels tienen comprometidos $390.5 millones hasta 2030 con Mike Trout, $72 millones hasta 2022 con Justin Upton, $59 millones hasta 2021 con el dominicano Albert Pujols y $15 millones en 2020 con el curazaleño Andrelton Simmons.

Al menos lograron sacarse de encima los $12.6 millones que ganaría Zack Cozart la próxima temporada al conseguir canjearlo a los San Francisco Giants, sin embargo, el equipo sigue sin lucir realmente competitivo, con un cuerpo de serpentineros que fue el cuarto peor de toda la Liga Americana con efectividad colectiva de 5.12 y que hasta el momento no ha recibido ninguna mejoría en el mercado.

Si la temporada comenzara ahora mismo, los Angels serían incapaces de plantarle cara en la División Oeste del Joven Circuito a los Houston Astros o a los Oakland Athletics. Quizás ni siquiera a los Texas Rangers. Tal vez su competencia sería con los Seattle Mariners por no quedar en el sótano del grupo.

Todavía tienen Moreno y la gerencia tiempo para pescar un par de abridores y relevistas de buen nivel en el mercado, pero no se trata de gastar dinero a lo loco y a manos llenas sino de hacerlo con inteligencia.

Basta mirar a la acera de enfrente, a sus propios vecinos de Los Angeles, que han abierto la billetera de par en par por cuanto agente libre les pasa por al lado y para nada.

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Bryce Harper no estará más en D.C. después del próximo año. O tal vez sí.

En este punto, la única persona que sabe la respuesta a esa interrogante es, bueno, nadie. Harper, quien podría ser agente libre luego de la temporada 2018, podría firmar con los Yankees de Nueva York. O los Dodgers de Los Angeles. O los Cachorros de Chicago o los Filis de Filadelfia o cualquier otro equipo dispuesto a abrir su billetera y pagar por los servicios del exJMV. O podría firmar de vuelta con los Nacionales de Washington, la única franquicia que ha conocido desde que fue seleccionado en el primer turno general del sorteo de 2010.

Siempre hay oportunidad de que Harper y los Nacionales acuerden una extensión de contrato a largo plazo en algún punto entre hoy y los siguientes 11 meses, cuando expirará su actual acuerdo. Pero dado el hecho que es representado por el agente Scott Boras, quien es conocido por llevar a sus clientes a cumplir la totalidad de sus acuerdos cuando se trata de irse a la agencia libre, las probabilidades no son buenas.

Hablando de probabilidades, asumiendo que Harper llegue al mercado de agentes libres el año que viene, los Yankees son los favoritos para firmarlo. Eso de acuerdo al corredor de apuestas Geoff Johnson del portal mytopsportsbooks.com, quien coloca a Nueva York 7-3, ligeramente por encima de Washington (5-2) y además mejor que Chicago (8-1) y Filadelfia (10-1).

Con esto no queremos decir que los días de Harper en el Distrito estén contados. Dado su historial con los Nacionales, y dada la relación del equipo con Boras (cinco de los siete jugadores mejores pagados en Washington son clientes de Boras), no sería una sorpresa si el toletero de 25 años se queda jugando en D.C. De todos modos, con las reuniones invernales pautadas para comenzar la semana que viene en Orlando, Florida, el gerente de los Nacionales Mike Rizzo necesita comenzar a planificar para la posibilidad muy real de que la cara de la franquicia salga de ahí - lo que quiere decir que él necesita saber cómo aprovechar al máximo lo que podría ser el año final de Harper en la capital de la nación.

He aquí cinco cosas que Rizzo necesita lograr en esta temporada baja para poder sacarle el máximo al año final de Harper:

1. Añadir otro brazo al bullpen reconstruido. En el invierno pasado, el bullpen de los Nacionales necesitaba una renovación completa. Un año después, un pequeño retoque podría ser todo lo que se necesite. El cerrador Sean Doolittle, adquirido en la fecha límite de cambios que ayudó a que el penoso bullpen de Washington diera una vuelta de 180 grados, sigue bajo contrato. Lo mismo aplica al preparador Ryan Madson, quien llegó de Oakland en el mismo acuerdo que trajo a Doolittle. Pero los siguientes tres relevistas más importantes de los campeones divisionales del año pasado -- Matt Albers, Brandon Kintzler y Oliver Pérez -- son agentes libres. Albers tuvo el mejor año de su carrera, Kintzler logró 29 rescates y Pérez lleva 15 años de carrera, así que se espera que los tres sean relativamente caros para un relevista intermedio. Eso sin mencionar que el veterano Shawn Kelley -- quien batalló con lesiones y su propia inefectividad el año pasado - se ganará $5.5 millones la próxima temporada. Así que Rizzo tendrá que ser un comprador astuto cuando se trata de agregar uno o dos brazos para darle respiro al resto del bullpen de Washington.

2. Encontrar un quinto abridor. Liderados por el as Max Scherzer, los primeros tres abridores de los Nacionales fueron tan buenos como cualquier otro trío en el béisbol. De hecho, Scherzer, Stephen Strasburg y Gio González terminaron entre los primeros seis en la votación del Cy Young de la Liga Nacional, siendo Scherzer el ganador por segunda temporada seguida. A pesar de tener un año por debjao de lo esperado, hace apenas una temporada que el cuarto abridor Tanner Roark llegó entre los primeros 10 en la votación del Cy Young. Así que, sí, esta rotación es muy buena. Pero eso no significa que no quede trabajo por hacer. Hace dos años como novato, Joe Ross lucía como el siguiente gran lanzador de los Nacionales. Pero desde ese entonces ha tenido problemas para mantenerse saludable, lo que ha convertido el puesto de quinto abridor en una incógnita. El prospecto A.J. Cole, quien abrió ocho partidos y tuvo efectividad por debajo de 4.00 la pasada temporada, podría ser la respuesta. Como también lo podría ser el ex seleccionado en la primera ronda Erick Fedde. Pero Rizzo - quien le lanzó $210 millones a Scherzer hace un par de años, aunque la rotación ya parecía sólida - no quiere dejar asuntos a la suerte cuando se trata de su precioso grupo de cinco abridores. Así que esperen que Washington sea un jugador importante en el mercado de lanzadores.

3. Reemplazar los bates perdidos en la banca. La banca fue un gran factor en ayudar a los Nacionales a conseguir su cuarto banderín divisional en seis años. Pero el bateador emergente supremo Adam Lind, cuya opción mutua fue declinada, es agente libre. Así como también es el seleccionado en la fecha límite Howie Kendrick y el jugador del cuadro Stephen Drew, los que ayudaron a Washington a sobrevivir lesiones de jugadores clave. Wilmer Difo, quien sustituyó de forma admirable en el campocorto a Trea Turner tras sufrir la rotura de su muñeca, sigue en los alrededores, pero podría encontrarse moviéndose a la segunda base si Daniel Murphy (rodilla) no está listo en abril. En otras palabras, los Nacionales podrían necesitar nuevos refuerzos en sus reservas.

4. Extender el contrato a la otra superestrella. Anthony Rendón no es un nombre tan conocido como Harper. No le encanta ser el centro de atención como Harper. Pero muchos dicen que es tan valioso como Harper. El antesalista de 27 años terminó sexto en la votación del JMV el año pasado, y su fWAR de 6.9 fue el mejor entre todos los jugadores de la Liga Nacional. A pesar que Rendón, al igual que Harper, es representado por Boras, su personalidad discreta y su fobia a la atención se parece mucho a la de Strasburg, otro representado por Boras quien acordó una extensión de contrato a largo plazo en mayo de 2016. Restándole menos de dos años al contrato de Rendón, ahora es el momento para que Rizzo lo asegure. Si tiene éxito, sería un gran avance para garantizar que Washington siga siendo un contendiente perenne más allá de la próxima temporada - con o sin Harper.

5. Ganar la Serie Mundial. Obviamente, esto no va a poder ocurrir en los próximos 300 días. Pero eso no significa que Rizzo y los Nacionales no puedan comenzar a pensar sobre la única cosa que hará que parezca correcto si Harper decide irse a otro lado. Ellos han estado en los playoffs cuatro veces con Harper, y en las cuatro ocasiones, han sido eliminados en la Serie Divisional de la Liga Nacional a pesar de ser el mejor sembrado. Si extienden su mala racha a 0-en-5, perder a Harper encima de eso sería un gran golpe. Sin embargo, si logran ganar cuatro partidos ante los campeones de la Liga Americana el año que viene, entonces perder a Harper no se sentiría tan doloroso. Y eso podría convencerlo de volver por más.

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Es posible que la serie del pasado fin de semana entre los Cachorros de Chicago y los Nacionales de Washington no haya sido la previa de la Serie Divisional de la Liga Nacional que todo el mundo pensaba que iba a ser.

Después de todo, los quisquillosos Cerveceros de Milwaukee están apenas a medio juego de los Cachorros y podrían terminar quedándose con el banderín de la Central LN. Y sin mencionar a esos quisquillosos Marlins de Miami están apenas a 13 juegos de los Nacionales y podrían terminar ganando el Este LN (es broma).

Incluso si los Cachorros y los Nacionales hacen lo que se espera y se llevan sus respectivas divisiones, los Dodgers de Los Angeles se caigan por un precipicio y jueguen para .300 en el resto del camino, en cuyo caso Washington sería el primer sembrado y tendríamos un choque Chicago-L.A. en la SDLN (de nuevo es broma). O quizás un choque Chicago-Colorado o Chicago-Arizona (sigue siendo broma).

OK, así que es posible que la serie Cachorros-Nats haya sido de hecho un atisbo de lo que nos espera en el otoño. Si le creemos a FanGraphs, que actualmente le da a Chicago un 86 por ciento de probabilidades de ganar la Central y a Washington un 99.9 por ciento de ganar el Este, entonces la probabilidad de una serie divisional entre Cachorros y Nacionales es de un... 86 por ciento.

Así que nos vamos con eso y echaremos un vistazo a lo que los pasados tres días en Wrigleyville nos dijeron en torno a las contiendas por los banderines en la Liga Nacional. Aquí les traemos cinco puntos clave:

1. El mes de agosto en MLB puede parecerse mucho al mes de agosto en la NFL

El football de pretemporada no significa nada porque los chicos que están en la duela en agosto no son, en su mayoría, los que estarán en septiembre. Este fin de semana en Chicago fue algo bien parecido a eso. Ninguno de los tres mejores abridores de Washington lanzó porque Stephen Strasburg está en la lista de lesionados, Max Scherzer tenía dolores en el cuello y Gio González se ausentó ante el nacimiento de su segundo hijo.

Solo uno de los tres mejores abridores de Chicago estuvo en el montículo porque, hay cinco chicos en una rotación estándar de Grandes Ligas y algunas veces ellos se toman un descanso. Así que los Nacionales saltaron el turno de Jake Arrieta y José Quintana. En otras palabras, olvídense del grano de sal: Dados los choques en el Wrigley Field, el hecho que Washington ganó dos de tres partidos para ganar la serie del fin de semana y la serie de temporada regular (4-3) tiene que ser tomado con un envase completo de NaCl.

2. La ofensiva de Washington está hecha para octubre

Independientemente de cuando sea el regreso de Strasburg y si se puede mantener saludable en la recta final, los Nacionales van a ser un out difícil en los playoffs - en realidad, unos 27 outs difíciles - porque su alineación es más profunda que la voz de Barry White. Olvídense de las 5.5 carreras por juego que ellos están anotando este año (la mejor marca en la LN). Olvídense de los números que están logrando los chicos que conforman la edición moderna y ampliada de la Fila de Asesinos, Bryce Harper, Ryan Zimmerman, Daniel Murphy y Anthony Rendón. Todo lo que tienen que hacer es mirar lo que ocurrió en la parte final del partido que resultó en victoria viniendo de atrás para Washington 9-4 el domingo.

Abajo en el marcador 4-3 en la parte alta de la octava entrada, Harper abrió con sencillo dentro del cuadro ante el relevista Carl Edwards Jr. Le siguió Zimmerman, quien conectó largo doble a la parte más lejana del jardín central. Con corredores en segunda y tercera sin outs, el manager de los Cachorros Joe Maddon eligió que el derecho Edwards le diera boleto intencional al zurdo Murphy, una opción completamente defendible... hasta que consideramos que el hombre que venía a batear luego de Murphy (Rendón) lidera a Washington en WAR. OK, así que quizás no tienes que ser candidato al JMV para conectar un lanzamiento quebrado - lo que Rendón terminó haciendo con el primer ofrecimiento que recibió de parte de Edwards para empatar el marcador - pero el simple hecho que Edwards hizo un lanzamiento rompiente con los sacos congestionados te dice todo lo que necesitas saber sobre lo peligroso que Rendón es y ha sido toda la temporada. En el siguiente lanzamiento, el 7º bateador Matt Wieters abrió el partido con un cuadrangular. Así que, sí, la alineación de los Nacionales puede batear. Y como lo sabe todo el mundo, el bateo viene bien en el otoño.

3. De repente el bullpen de Chicago está lleno de interrogantes

Con el debido respeto a Brian Duensing, cuando él es el relevista más efectivo en tu equipo - lo que fue Duensing ante Washington en este fin de semana - tienes problemas. Podrá ser que Wade Davis lleve de 23-23 en salvamentos en esta temporada, pero en las últimas ocho semanas, él ha logrado un WHIP de 1.80 y ha otorgado 12 boletos en sus pasadas 16T entradas. Dos de esos boletos fueron el sábado, cuando Davis tuvo una novena entrada de 30 lanzamientos y cayó atrás en el conteo en cuatro de los cinco bateadores que enfrentó. El zurdo Justin Wilson, quien era uno de los relevistas más calientes en el mercado de cambios, también tuvo problemas el sábado y ahora ha permitido siete corredores en las bases en tres entradas desde que llegó desde Detroit. Y entonces está Edwards, quien fue bateado el domingo y ahora ha permitido un total combinado de 10 carreras limpias en las últimas 6 1/3 entradas de trabajo.

Ya que los relevistas se han convertido en una parte crítica de las luchas en la postemporada, si Maddon no logra resolver los problemas en su bullpen, su escuadra podría tener un corto mes de octubre. Eso es, si logran sobrevivir el embate de Milwaukee (y San Luis y Pittsburgh) en agosto y septiembre.

4. De repente el bullpen de Washington está lleno de respuestas

No, en serio. Comparado con los grandes nombres que cambiaron los bullpens la temporada pasada -- Aroldis Chapman, Andrew Miller y Mark Melancon -- los chicos que el gerente de Washington Mike Rizzo añadió en la fecha límite de cambios de este año (Ryan Madson, Sean Doolittle, Brandon Kintzler) tienen todo el chisporroteo de un tazón frio de gazpacho.

Afortunadamente para los Nacionales, el chisporroteo no es una estadística cuantificable. Sin embargo, los boletos y los hits sí lo son. Y el monstruo de tres cabezas mejor conocido como Madlitzler se combinó para permitir apenas tres hits y un boleto en 5 2/3 entradas en blanco ante los Cachorros. Eso se traduce a un minúsculo WHIP de 0.71. Madson ha estado especialmente dominante; en siete apariciones desde que se unió a Washington, el derecho de 36 años ha lanzado siete entradas en cero, permitiendo apenas cuatro hits y un boleto con 11 ponches. El bullpen de los Nacionales, cuya efectividad de 5.20 era la peor en el béisbol durante la primera mitad de la temporada, ha compilado efectividad de 4.66 desde el receso del Juego de Estrellas. Y 4.26 desde que Madson y Doolittle se unieron al equipo. Y 3.65 desde que llegó Kintzler.

De donde yo vengo, eso se llama una tendencia - una que, de continuar, podría ayudarle a los Nacionales a conseguir la primera victoria en su historia en una serie postemporada.

5. Hay buena oportunidad de que nada de esto importe

Independientemente de quien gane el choque en serie divisional entre el segundo y tercer sembrado en la LN, hay gran oportunidad de que los Dodgers estén esperando por ellos. ¿Por qué? Porque el porcentaje de victorias de L.A. en los pasados dos meses (.863) es casi 200 puntos más alto que el porcentaje de victorias de los Nacionales en los pasados tres días (.667). Ese dato es correcto. Con otra victoria el domingo, los Dodgers llegaron a record de 44-7 en sus últimos 51 juegos. Cuarenta y siete.

El momento de la racha de los Dodgers tampoco es coincidencia: El primero de esos 51 partidos llegó el 6 de junio, cuando L.A. venció a los Nacionales en el juego final de una serie de tres partidos en Tinseltown. Al día siguiente, Justin Turner -- quien es, um, bastante bueno en el béisbol - volvió luego de perderse tres semanas por una dolencia en la corva. Y desde ese entonces todo ha sido miel sobre hojuelas para ellos. ¡Y eso a pesar de de haber perdido a su as Clayton Kershaw por las pasadas dos semanas!

Por supuesto, el hecho de que el equipo de Dave Roberts lleve ritmo para conseguir 115 victorias en la temporada regular no garantiza nada en la postemporada. Solo pregúntenles a los Marineros de 2001, los que establecieron marca de victorias en temporada regular con record de 116-46, solo para perder en la Serie de Campeonato de la Liga Americana. Y entonces está esto: De los 21 equipos que han logrado 100 victorias en una temporada desde el inicio de la era del comodín, solo siete de ellos han llegado a la Serie Mundial. Así que quizás haya algo de esperanza para los Nacionales. O los Cachorros. O los Cerveceros. O los Marlins.

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Aunque no es un Todos Estrellas - por lo menos no todavía -- Anthony Rendón estuvo ahí en espíritu cuando los Nacionales de Washington tuvieron su conferencia de prensa de Todos Estrellas el lunes.

Estuvo ahí trasbastidores detrás del podio, donde el lema de #VoteRendón estaba a lo largo y ancho de una plétora de monitores de video. Estuvo ahí en la camiseta de Max Scherzer, que tenía una imagen de la cara de Rendón y las palabras, "Anthony es mi jugador favorito". Estuvo ahí cuando se le preguntó a Daniel Murphy por qué su compañero debía ganar el premio del Voto Final para decidir el último espacio en la escuadra de la Liga Nacional.

Murphy dijo: "¿Has ido a FanGraphs?"

Entre la montaña de estadísticas, se puede encontrar esto en FanGraphs: Hasta el final de junio, Rendón era uno de cuatro jugadores de la Liga Nacional con más boletos que ponches. Los otros tres son Buster Posey y Joey Votto, los que han ganado un JMV, y Anthony Rizzo, quien todavía no lo ha ganado pero ha terminado entre los primeros cinco en las votaciones en los pasados dos años. Todavía queda por verse si Rendón tiene algún galardón de JMV en su futuro. Pero por ahora, se puede alegar que en una escuadra repleta de talento de los Nacionales que ha puesto en ridículo al resto de la Liga Nacional hasta ahora, él ha sido el jugador más valioso de su equipo.

En los primeros tres meses de la temporada, Washington lideró la Liga Nacional en prácticamente todas las categorías ofensivas importantes, gracias en parte a un Escuadrón del Pánico moderno que provocaría celos a los Yankees del 1927. El ocupante del tercer turno en la alineación Bryce Harper está luciendo como en el 2015 cuando se agenció el premio de JMV. El limpiabases Ryan Zimmerman, que está teniendo la mejor temporada de su carrera, está en la corta lista de candidatos para el 2017. Detrás de él está Murphy, quien ha retomado las cosas donde las dejó el año pasado, cuando terminó segundo en la votación del JMV. Pero a pesar de lo importante que han sido esos tres para el éxito en la primera mitad de los Nacionales, su sexto bateador podría el más peligroso de todos.

Para entender el por qué, consideren un turno al bate a finales de junio ante los Cachorros. Con los actuales campeones en ventaja 2-1 en la parte baja de la séptima entrada y con corredor en primera, Rendón se paró en la baja de bateo para medirse a Carl Edwards, un relevista derecho con buen repertorio que antes de ese partido había permitido apenas 13 hits en 31 entradas. Con el conteo igualado en 2-2, Edwards disparó una recta a 95 mph en la esquina de afuera del plato. Un pitcheo perfecto para un lanzador, pero Rendón lo arruinó con un movimiento de muñeca en el último segundo, conectándolo de foul hacia el lado derecho. Entonces Edwards envió una bola rápida a 96 mph justo por encima de la parte superior de la zona, la que Rendón conectó de foul hacia atrás. Luego de dejar pasar una curva que cayó en el terreno para lleva el conteo a cuenta completa, Rendón conectó el octavo pitcheo del turno - otro rectazo a 96 - y la llevó lejos al jardín izquierdo central, donde aterrizó a 416 pies de distancia para darle ventaja a los Nacionales 3-2. Fue el tipo de pelea a muerte que sus compañeros y los fanáticos en D.C. suelen esperar de parte de Rendón.

"Él es mi chico", dijo el coach de bateo Rick Schu. "Si la Serie Mundial está en juego y uno necesita un golpe y a alguien que exprima un turno al máximo, él es el hombre".

Tengan en cuenta que los Nacionales - quienes han perdido tres veces en tres apariciones en la primera ronda de la postemporada - siguen en búsqueda de su primera aparición en un Clásico de Otoño. Pero si ellos llegan lejos este año, sin duda Rendón será uno de los responsables.

Seleccionado en la primera ronda del sorteo procedente de Rice University, el antesalista de 27 años ya tiene WAR de 3.7 (de acuerdo al portal web favorito de Murphy), líder entre todos los antesalistas y el segundo mejor en la Liga Nacional detrás de Paul Goldschmidt de Arizona. Para estar seguros, parte del valor de Rendón viene de su juego seguro en la esquina caliente, donde sus siete carreras salvadas por la defensiva lo ubican tercero en dicha posición en la LN y cuarto en todo el béisbol. Pero el grueso de su valor viene gracias a su bate, donde se ha convertido en uno de los outs más difíciles en todo el deporte.

"Yo solo intento hacer que el lanzador trabaje más", dijo Rendón, quien en mayo tuvo una batalla campal de 14 lanzamientos ante el nudillista de los Bravos R.A. Dickey que terminó en un boleto y que lo ubica empatado con la aparición en el plato más larga en esta temporada en la Liga Nacional.

Esta temporada, está promediando 4.50 pitcheos por aparición en el plato, la mayor tasa en las mayores. Su habilidad para agotar a los serpentineros rivales viene de la rapidez de sus manos combinada con su trabajo micro enfocado en la caja de bateo. En cualquier día, Rendón tomará de 20 a 25 swings de práctica desde un 'tee'. De todos esos, casi la mitad serán pelotas que él coloca fuera de la zona de strike, cerca de 3 pulgadas fuera de la zona (el diámetro de una pelota). Algunas veces lo coloca arriba y pegado, otras veces abajo y afuera, duplicando las localizaciones que más podría ver en conteo de dos strikes.

"Ese es un tema común para los lanzadores", dijo.

El tema común para Rendón es turnos al bate de calidad que duran tanto, que sus compañeros han tenido que recalibrar por completo sus relojes de juego. El receptor Matt Wieters, quien jugó los primeros ocho años de su carrera en Baltimore, ahora batea detrás de Rendón en Washington. Con los Orioles, Wieters solía pasar los primeros tres pitcheos en el círculo de espera haciendo swing con un bate con pesas. Antes del cuarto lanzamiento, le quitaba la pesa al bate y tomaba su bate regular para prepararse para su turno. Pero en D.C., con Rendón bateando frente a él, rápidamente se dio cuenta que cambiar de bate luego de tres lanzamientos no valía la pena.

"Estaba tomando mi bate regular y no hacía nada con él por un tiempo", dijo Wieters, "así que ahora espero cuatro lanzamientos. Pero ese es un buen problema".

Es mucho mejor que el problema que el ex receptor de Baltimore solía tener con respecto a Rendón.

"Tenía que intentar varios lanzamientos ante él, y era difícil encontrar un pitcheo para poder dominarlo".

Recientemente, ha sido más difícil aún.

Debido a que las manos de Rendón son tan rápidas y su swing es tan compacto, los lanzadores suelen evitar retarlo con lanzamientos pegados que podrían dominar a otros bateadores. De hecho, el 53 por ciento de los ofrecimientos que Rendón ha visto este año han sido en la parte de afuera de la zona, la segunda mayor marca entre bateadores derechos en la Liga Nacional. Así que en el medio de mayo, antes de una serie de tres juegos en Atlanta, Schu sugirió que su carga se debía mover más cerca del plato. De ese modo, esas pelotas en la mitad exterior estarían mucho más cerca del mango del bate, más fácil de halar. Sobre esto Schu dice: "Puede hacer mucho más daño".

Y más daño es exactamente lo que Rendón ha estado haciendo. En su primer juego luego de irse de Atlanta, el toletero que suele hablar pausado llevó consigo un gran madero, al conectar par de jonrones ante Seattle. Le siguió a eso con cuadrangulares en cada uno de sus próximos dos juegos ante los Marineros. Luego de conectar cinco jonrones en sus primeros 41 juegos de la temporada, Rendón se ha ido para la calle 11 veces en sus últimos 36 juegos. Su OPS de 1.117 desde el 23 de mayo es el segundo mejor en la Liga Nacional. Quizás lo más impresionante es que lo ha podido hacer sin abandonar su paciencia sobrenatural.

"Parece tan relajado, tan despreocupado en la caja de bateo", dijo el antesalista de los Cachorros y actual JMV Kris Bryant, quien vio a Rendón lograr seis hits durante la serie de Washington ante Chicago. "Muchos lanzamientos en el borde de la zona, los toma con facilidad y simplemente los ve irse. Todo le sale tan fácil".

¿Cuál es la cosa que no le está saliendo fácil a Rendón? Un viaje al Juego de Estrellas. A pesar de su temporada sobresaliente, cuando se anunciaron los rosters para el Clásico de Mitad de temporada, el antesalista de los Nacionales no apareció en el listado debido a la amplia presencia de talento en su posición, un listado que incluye a Nolan Arenado de Colorado como titular y Jake Lamb de Arizona como reservista. Como resultado de eso, no recibió una invitación para la conferencia de presna del Todos Estrellas el lunes en D.C.

"Es realmente duro para mí el darme cuenta que él no está en esa mesa ahora mismo", dijo Scherzer. "Pienso que está teniendo ese tipo de año. Es uno de los mejores antesalistas en el deporte, y cuidado si no el mejor. Así que es realmente duro para mí sentarme aquí y decirles que no merece ir".

Queda por verse si los fanáticos piensan que Rendón se merece estar ahí. Junto con Bryant, él es uno de cinco jugadores que compiten por el puesto final en el roster de la LN. Los resultados de la votación se anunciarán una vez concluya el proceso el jueves en la tarde. En el interín, Rendón solo puede sentarse y ser paciente.

Afortundamente, él es bien bueno en eso.

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A mí me gusta nombrar a algunos jugadores jóvenes como candidatos a dar un salto de calidad significativo en su rendimiento individual cada año; la lista del año pasado contó con ocho nombres, y cuatro de ellos dieron un salto de calidad gigantesco, mientras que otros dos mejoraron de forma moderada.

Este año es distinto, ya que he separado la lista en dos grupos. El primer grupo está compuesto por siete peloteros que estoy convencido que darán un salto de calidad, el cual se verá acompañado por la elevación de su valor en el diamante durante 2014. El segundo grupo está compuesto por cuatro jugadores que tuvieron buenas temporadas en 2013 y que creo que poseen el potencial necesario para mejorar un poco más en 2014.

Skaggs
Skaggs

Tyler Skaggs, Lanzador zurdo | Angels de Los Ángeles

Skaggs no la pasó bien desde el primer día de la temporada en 2013, llegando al entrenamiento primaveral con una manera de lanzar más compacta que lo llevaba a soltar la pelota antes y desde un punto más elevado, con menos velocidad y lanzamientos quebrados más suaves. Los Diamondbacks nunca solucionaron este problema, pero los Angels sí han logrado hacerlo. Skaggs ha logrado que su bola rápida se registre a 95 mph nuevamente y recuperó su mejor versión de la bola curva. Eso no significa que él se haya perfeccionado -todavía necesita trabajar en su cambio de velocidad, mientras que su control de la bola rápida no era genial anteriormente aún antes de cambiar su manera de lanzar-, pero todo esto lo debería convertir en un tipo con un PCL de 4.00 o menos esta temporada, considerando la mejoría de sus lanzamientos y la mudanza a un estadio de los Angels que es más grande y debería ayudarlo a mantener la pelota dentro del parque.

Eaton
Eaton

Adam Eaton, JC | Medias Blancas de Chicago

Yo creía que Eaton se había postulado para tener un gran año en 2013, pero una lesión sufrida en la primavera lo marginó hasta julio y él nunca recuperó ese lugar que parecía que le pertenecería al tope de la alineación de los Diamondbacks. Sea cual sea la razón del canje, ahora Eaton está en Chicago, en un equipo que necesita su capacidad para embasarse con un porcentaje alto y que tiene todas las razones del mundo para darle una oportunidad a largo plazo y ver si él se puede adueñar del puesto como jardinero central titular. Debería poder contribuir un porcentaje de embase de .350 o más, junto a entre ocho y 10 cuadrangulares.

Profar
Profar
Jurickson Profar, 2B | Vigilantes de Texas

Profar pasó gran parte de la temporada pasada en las mayores tras ser considerado el mejor jugador de las ligas menores en 2013, pero su tiempo en el diamante fue intermitente debido a que los Vigilantes tenían que complacer a un cierto segunda base llorón que ellos tenían en su plantel. Ese veterano ahora está en Detroit, haciendo declaraciones explosivas contra la organización que le pagó 15 millones de dólares para estar en el camino de su mayor promesa el año pasado, así que ahora Profar es el dueño exclusivo del trabajo en segunda base. Su talento verdadero no se vio reflejado en el jugador que tuvo un BABIP de .280 -su cifra de 2013- y además él se ha vuelto más fuerte. Yo veo un promedio de bateo de .280/.345/.400 este año con una capacidad defensiva por encima de lo normal con el guante en segunda base en su futuro.

Rendon
Rendon

Anthony Rendon, 2B | Nacionales de Washington

El rendimiento de Rendon como novato fue un poco decepcionante al compararlo con su reputación como bateador, con un promedio de bateo de .265/.329/.396 en su haber tras contar con poco menos de 400 turnos al bate, pero yo veo que existen muchísimas razones para creer que va a ser mucho más productivo en su segundo año. El swing de Rendon es excepcional al contar con una velocidad tremenda y un ojo muy selectivo, algo que ya se ha hecho notar con su porcentaje elevado de contacto, el cual se ubica claramente por encima del promedio general de la liga de 21.2 por ciento.

Él es un bateador que se especializa en conseguir batazos en línea y no debería tener demasiado problema al enfrentar lanzamientos veloces. Sin embargo, su porcentaje elevado de batazos de línea (25.5 por ciento) en 2013 no se tradujo en un BABIP elevado, y además él no castigó a las bolas rápidas tan duramente como yo esperaba, empeorando su actuación contra lanzamientos veloces a medida que avanzaba la temporada. Quizás se cansó físicamente, y quizás el hecho de que haya tenido menos de una temporada entera de experiencia en las ligas menores antes de ser promovido significó que él siguió evolucionando como bateador en Washington. Yo creo que elevará su promedio de bateo a aproximadamente .300/.360/.440 y brindará un rendimiento adecuado en defensa como segunda base, si es que puede espantar al fantasma de las lesiones que lo viene ahuyentando desde que él era un estudiante de primer año en la Universidad de Rice.

Smyly
Smyly

Drew Smyly, Lanzador zurdo | Tigres de Detroit

Smyly es el único pelotero de esta lista que jamás ha aparecido en ninguna de mis listas de los 100 mejores jugadores de las ligas menores, ya que yo veía, y en cierta medida todavía veo, un techo demasiado bajo a largo plazo para él debido a su falta de velocidad y a que no posee un lanzamiento en su arsenal que le consiga outs consistentemente. Smyly no lanza duro, pero él incrementó su uso de la bola rápida cortada en 2013, la cual fue sumamente efectiva y convertía a su bola rápida ordinaria en un lanzamiento más peligroso al mismo tiempo. A mí me encanta que los Tigres lo hayan utilizado como un relevista en principio, contando con él como lo que hoy en día se podría considerar un relevista que puede lanzar varias entradas en un mismo juego con un total de 11 compromisos durante los cuales acumuló dos o más entradas lanzadas. Ese sistema no emula al modelo de un tipo como Earl Weaver para moldear a un abridor joven, pero es un buen comienzo.

Además, Smyly me ha demostrado que posee el comando y el control necesario para poder ser más que un quinto abridor de la rotación. La defensa de los Tigers podría no llegar a ayudarlo demasiado, pero yo veo a 160-170 entradas a un nivel promedio para él esta temporada.

Norris
Norris

Derek Norris, C | Atléticos de Oakland

Agreguen a Norris a la pila de peloteros que "serán mejores si logran evitar las lesiones". Norris cuenta con un aspecto muy importante de su juego que yo creo que él todavía puede mejorar, su poder con el bate en sus manos. Cuenta con el tipo de swing necesario para mandar la pelota a volar y ya tiene a dos temporadas con 20 cuadrangulares en su haber antes de cumplir 23 años en las ligas menores. Él podría llegar a ser el tipo de pelotero con un promedio de bateo bajo durante toda su carrera, pero la combinación de su paciencia y su poder deberían poder convertirlo en un miembro bastante valioso de la alineación titular por un buen tiempo. Yo proyecto el tipo de año para él que incluye un promedio de bateo de .250/.350/.465 con entre 20 y 22 cuadrangulares sí es que él juega la temporada entera.

Wily Peralta
Peralta

Wily Peralta, Lanzador diestro | Cerveceros de Milwaukee

Peralta es el tipo de lanzador poderoso que podría, en el mejor de los casos, llegar a tener un año que sorprende a todos al afeitarle una carrera o más a su PCL debido a haber conseguido mejorar su control de la bola rápida como regalo de navidad, pero yo no soy lo suficientemente atrevido como para vaticinar que este será el año en el que eso sucede. Yo sí creo que él va a otorgar más pases libres de los que a él le gustaría, pero a la misma vez él va a eludir más bates con su bola rápida, un lanzamiento con el cual él ha permitido demasiado contacto considerando que su velocidad es de mediados de las 90 millas por hora.

Otros apuntes sobre peloteros que yo creo que podrían llegar a mejorar su rendimiento en el 2014:

•  He cambiado de opinión varias veces sobre el potencial de Anthony Rizzo debido a que su swing no ha sido consistente; él se empecina en cambiar su carga, generalmente empeorando las cosas como consecuencia, lo cual lo convierte en un bateador más propenso a ponchar y en alguien que es particularmente vulnerable contra lanzadores zurdos. Sus manos no están ubicadas tan bajas esta primavera como sí lo estaban la temporada pasada, pero él sigue siendo alguien que altera su estilo constantemente y que no mantiene su peso tan bien como supo hacerlo alguna vez.

Más allá de todo eso, yo todavía creo que él tiene potencial a largo plazo ya que posee un buen ojo y el suficiente poder natural como para eventualmente despacharse con una temporada de 30 cuadrangulares. Su capacidad como bateador no está tan desarrollada como los otros aspectos de su juego y probablemente no lo estará hasta que él se decida por un swing y un estilo más consistente.

•  Chris Archer fue demasiado bueno en el 2013 como para que yo diga que él va a ser una revelación en el 2014, ya que él ya lo ha logrado, pero yo creo que él puede mantenerse a este nivel o hasta mejorar durante una temporada entera con 32 juegos en su haber. Él es el as de espadas de los Rays post-Price, y yo creo que su promedio de ponches se va a elevar hasta tal punto que estará entre el top 10 de la liga.

•  Oswaldo Arcia en verdad no pertenecía en las mayores, pero los Mellizos necesitaban promoverlo. Él se las arregló bastante bien en un principio pero fue brutal tras su promoción más reciente desde la afiliada de Triple-A con ocho pases libres y 54 ponches durante su último paso por las mayores. Él posee el poder necesario para conseguir entre 25 y 30 cuadrangulares pero necesita poder refinar su capacidad para batear antes de conseguir ese tipo de poder, y yo no estoy seguro de que él posea el tipo de disciplina necesaria en el plato para lograrlo en el 2014. Yo creo que veremos un progreso marginal de su parte en el 2014 con quizás entre 35 y 40 pases libres y 20 jonrones.

•  Martín Pérez también probablemente haya sido demasiado bueno para formar parte de esta lista  tuvo un PCL de 3.62 en 124 entradas la temporada pasada  pero yo creo que él puede llegar a alcanzar un PCL de entre 3.50 y 3.75 en 180 entradas durante una temporada entera este año. Me gustaría verlo establecer mejores lanzamientos quebrados; su slider fue más eficaz pero tampoco era letal para bateadores zurdos, y él pagó un precio muy alto por su bola curva en demasiadas ocasiones como para que él siga contando con ella como parte de su arsenal, al menos por ahora.

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