BUENOS AIRES -- Mario Kempes, campeón del mundo con la Selección Argentina, habló a través de ESPN FC Radio del actual Barcelona y las expectativas puestas en el equipo de Gerardo Martino: “En algún momento vendrán los recambios que cuestan”.

Por el lado del Barcelona, el Matador analizó que lo realizado en esta temporada por los catalanes, cinco títulos conquistados, es muestra de que “Luis Enrique supo manejar los tiempos, es una cosa impresionante e imagino que en algún momento esto tendrá un techo”. “El potencial ofensivo que tiene con Neymar, Messi y Suárez ni en las mejores épocas lo había tenido”, comentó por ESPN 107.9 FM.

Para quien ahora es también entrenador, el problema va a ser cuando se vayan estos jugadores y haya que renovar el equipo: “El técnico que quiera cambiar algo va a encontrarse con inconvenientes”. Esto no le es ajeno a la Selección Nacional: “Argentina tiene juventud y hay que darle oportunidad. No siempre deben estar las mismas caras”.

En ese mismo sentido, “tienen que ver (en AFA) quién va a dirigir una cosa y otra. Se debe tener una buena comunicación con el jefe, que es el Tata”.

"Ojalá que veamos una gran Selección Argentina. Hay que tener mala suerte para perder dos finales. Esta camada de jugadores se merece un título", cerró Kempes.

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BUENOS AIRES -- El Dr. Enrique Prada, médico clínico, cardiólogo y deportólogo, explicó a través de ESPN FC Radio las posibilidades de que Lionel Messi juegue el domingo: “Un cólico renal indica que hay un cálculo, pero aliviando el dolor con buenos analgésicos, antiinflamatorios y antiespasmódicos, en 48 horas puede estar mejor para rendir en alta competencia”

“De acuerdo al tamaño, el tratamiento. Pero aliviar el dolor alcanza. La zona en la que esté el cálculo influirá y deberá tomar líquidos, muchos. Con eso puede competir tranquilamente, salvo que esté ubicado en un lugar más comprometedor, que esté estancado y no se lo pueda eliminar disolviéndolo. En ese caso incomodará, pero con buenos analgésicos, podría jugar también. Calmar el dolor te renueva. Hay que ver la respuesta al tratamiento, si es inmediata o no. Pero si lo es, podrá jugar bien”, aclaró el doctor por ESPN 107.9 FM.

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BERLÍN (Enviado especial) -- Espectáculos musicales, juegos, fútbol recreativo, comida, bebida y mucha diversión. Eso es lo que se puede ver en el Champions Festival a pocas horas de la gran final de la Liga de Campeones entre Barcelona y Juventus. Es cierto que la gran mayoría de los hinchas todavía no llegó a Berlín, pero también lo es que el partido más importante del fútbol europeo ya se transformó en el atractivo más importante de una de las ciudades más hermosas del mundo. Hoy, la Champions supera a todo en la capital alemana.

Por una vez, los turistas que visitan la Puerta de Brandeburgo y la Pariser Platz no sólo se pueden sacar fotos con la cuadriga ornamental que se ve en las alturas, sino que también tienen la oportunidad de disfrutar de varias actividades relacionadas con el gran partido del sábado. Y lo aprovechan.

En medio de la plaza, del lado oriental de la puerta, se levanta una mega tienda con los artículos oficiales de la Champions. Centenas de personas por hora pasan por el local, algunos sólo para ver y otros -la mayoría- para llevarse un recuerdo: una camiseta, una bufanda, un banderín y hasta un reloj de 200 euros. A pocos metros se encuentra el sitio donde se exhibe el trofeo. La Orejona es, sin duda, la máxima atracción del festival. La larga fila que espera para fotografiarse junto a la copa nunca se achica y está compuesta por hinchas de todas las edades.

Hacia el lado occidental se abre una gran feria de atracciones que comienza con lo mejor de todos: el un verde luminoso de una canchita de fútbol reducido. Allí juegan niños y niñas como si ellos estuvieran definiendo al mejor de Europa. Este viernes participarán de un partido viejas glorias del campeonato europeo. Hombres que alguna vez sintieron la gloria que este sábado sentirán los hombres de Barcelona o los de Juventus.

Luego, los patrocinadores de UEFA tienen su sitio en el Festival. Empresas automotrices, de alimentos y de tecnología se suceden en la recorrida. Hay juegos que siempre llaman la atención. Un arco en el que hay que hacer un gol al ángulo, una red para practicar pases al estilo Xavi-Iniesta, un metegol y otras atracciones que generan el interés de grandes y chicos. Además, hay firma de autógrafos de figuras como Christian Karembeu y también está el espacio para disfrutar de una gran variedad de comidas.

En el medio, muñecos de Carlos Tevez y Gianluigi Buffon saludan, promotoras ofrecen a la gente pintarse la cara con los colores de los equipos y una banda de vientos toca el himno de la Champions. Hasta horas antes del partido quienes pasearán por el festival serán, en su mayoría, turistas que están en Berlín y de paso pueden disfrutar de esta final. Porque los simpatizantes llegarán muy sobre la hora, teniendo en cuenta las crisis que se viven tanto en Italia como en España.

Una zona que en hasta hace poco más de dos décadas estaba desierta y era presa de la división, hoy es el escenario de una fiesta del fútbol. Eso solo es algo para celebrar. Gane quien gane.r este sueño cumplido. A la vida y a la pelota.

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BERLÍN (Enviado especial) -- A tres días de la gran final de la UEFA Champions League, Berlín continúa su vida cotidiana sin darle demasiada trascendencia al partido del año. Como si el gran duelo entre Barcelona y Juventus se disputara en otro lugar. la capital alemana aún no registra una actividad futbolera superior a la normal, que por lo general no es demasiada en un sitio que no tiene representantes exitosos en la Bundesliga ni una tradición como la de Munich, Dortmund o Hamburgo.

Caminar por Berlín hoy no tiene diferencias con cualquier otro día. La ciudad mantiene su tranquilidad acostumbrada, esa previsibilidad característica. En Berlín no hay ruidos muy fuertes y alejarse unos metros de las grandes avenidas alcanza para sumergirse en un silencio casi zen. Lo que hace décadas fue un caos por la guerra, el hambre y la destrucción, hoy es todo lo contrario. Y esa serenidad no se ve tocada por la Champions. Aún.

Sólo se puede sentir la presencia de la final en algunas plazas (o platz), que ya esperan adornadas con banderines alusivos o con la clásica pelota de estrellas. Algunos turistas se sacan fotos y expresan su emoción, pero los alemanes pasan indiferentes. El hecho de no tener un representante nacional seguramente pesa para ellos, tan acostumbrados a jugar las finales.

Hay dos puntos estratégicos donde la Champions ya está instalada, pero tiene que ver más con la organización que con el sentimiento popular. En el estadio Olímpico y en la Puerta de Brandemburgo todo nos habla de Barcelona y Juventus. Aunque la calma de los espacios verdes que lo roden sigue intacta, el escenario de la final ya está vestido para la ocasión. La cancha que recibió la final de la Copa del Mundo 2006 es el sitio que cualquier amante del fútbol quiere visitar hoy en Berlín. A las imágenes de Hertha y la Selección alemana se suman los logos de la UEFA y los escudos de Barça y Juve. Además, cientos de periodistas llegan para realizar así los trámites previos al encuentro.

Por otro lado, en la Puerta de Brandemburgo se llevará a cabo el "Festival de la Champions League", que comenzará el jueves 4 de junio. Los preparativos están en su última etapa y el centro de la ciudad todavía mira aquello que altera el paisaje con un poco de recelo. Pero cuando comiencen las actividades, todos disfrutarán. Hasta el domingo 7, habrá partidos entre antiguas glorias, firma de autógrafos de ídolos como Michael Ballack, torneos de Playstation y recitales musicales.

La capital de la mayor economía del mundo ganará 39 millones de dólares gracias a esta gran final. Crecerán los ingresos por turismo, recuerdos, hospedaje, transporte y comidas. Eso es un incentivo para los comerciantes berlineses. Los partidos de Champions son muy importantes para los empresarios de las ciudades sede, porque han generado 261 millones de dólares durante esta temporada. La final hace crecer aún más ese número.

Los hinchas de Barcelona y Juventus llegarán casi como los planteles: sobre la hora del partido. Por eso aún no se ven por las calles de Berlín camisetas blaugranas ni bianconeras. La reventa de tickets todavía no llegó a su pico máximo y por ahora cotiza a unos dos mil euros. En cuanto empiecen a llegar los simpatizantes, el valor de la entrada crecerá en el mercado negro. Hoy, hay más hinchas de Fenerbahce que de los protagonistas de esta final en la ciudad.

Berlín alterará su tranquilidad habitual para recibir al partido más importante del año. Lo hará a su manera, sin cambios muy bruscos y de forma organizada. Todavía, la capital alemana vive a espaldas de la final de la Champions, pero en cuanto más se acerque la final, más difícil será permanecer al margen de la gran fiesta del fútbol. por este sueño cumplido. A la vida y a la pelota.

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Somos parte de una generación bendecida en el deporte. Atletas fantásticos, de grandes condiciones físicas, de una profunda capacidad para crear, inventar, han sido parte de nuestros días. No permitamos que los sentidos o cierta pasión nos confundan y nos cieguen de lo que tenemos frente a nuestros ojos. El sábado, en Las Vegas, atestiguábamos el trabajo defensivo de Floyd Maywetaher. Tres días más tarde, en Barcelona, apareció la genialidad sobre la cancha de futbol de Lionel Messi.

LOS ANGELES, CA. - A la mañana siguiente, me queda claro que tenemos permitido cualquier cosa en el futbol y en todo el deporte, incluyendo el discernir sobre el Barcelona, el Madrid, el Bayern o la Juventus, Messi o Cristiano Ronaldo, o quizá sobre los estilos y las condiciones distintas de cada deportista, pero lo que tenemos prohibido es perder la capacidad de asombro.

Y la escena aparece, otra vez, dando vueltas por nuestra mente. El amague, la aceleración, el cambio de flanco, las virtudes técnicas, las físicas y las intelectuales que son partes inseparables de la jugada. Una belleza, una obra de arte en medio de un simple, burdo y trivial partido de futbol. Lionel Messi era el autor.

Pero hoy hay tiempo para "nublar" el horizonte: que si aprovecho la debilidad del contrario, que si fueron otros los que hicieron el "trabajo de desgaste" para propiciar las jugadas del final del partido, que por qué no tuvo ese nivel en el verano del año pasado cuando la selección argentina lo necesitaba en la final del Mundial, que si fue el entorno familiar, el nutriólogo "los batidos", la relación con Luis Enrique, que esto y que lo otro.

La realidad, muchas veces, queda distorsionada, no la vemos o no la queremos ver porque nuestra condición humana siempre nos lleva a un sitio donde lo que ocurrió en el pasado y lo que vendrá en el futuro será siempre mucho mejor. Vivir el presente de un futbolista que inscribe sus días con base a mensajes contundentes en la cancha no está entre nuestras prioridades.

Luego y siempre está la pasión. El deporte lleva esa pasión de modo inherente. Y la pasión divide por colores, por pensamientos, por hechos, por héroes, por la historia misma. Pero incluso aquí debemos permitirnos cierta coherencia para entender qué estamos viendo y que ese personaje podría estar más allá del bien y del mal a la hora de polarizar los sentidos. Lionel Messi es un futbolista para todos, incluso para los madridistas o para quienes sean "enemigos" del Barcelona. No verlo de esa forma puede terminar siendo un verdadero desperdicio.

La época ha sido maravillosa con nosotros. No ha permitido ver a atletas de gran desarrollo, destreza, arte y fuerza histórica, deportistas que dentro de su especialidad levantan la duda, no sobre su grandeza, sino son definitivamente lo mejor de su deporte. Atletas que fueron incluso más importantes que el deporte que representaban. Desde Michael Jordan, Magic Johnson, Kobe Bryant, Joe Montana,Tom Brady, Derek Jeter, Diego Maradona, Zinedine Zidane, Cristiano Ronaldo, Roger Federer, Pete Sampras, Carl Lewis, Usain Bolt, Michael Phelps, Michael Schumacher, Floyd Mayweather y Tiger Woods, entre muchos otros. No confundamos a los sentidos. Valoremos, disfrutemos, gocemos .o que el destino nos pudo por delante. Lo último que podemos perder es la capacidad de asombrarnos.

@Faitelson_ESPN

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El problema con Lionel Messi es que cuando juras y perjuras que has visto todo lo que tienes que ver de él, te sale con algo nuevo, que te deja pasmado, aturdido, sorprendido, maravillado. Diez años después, 405 goles más tarde, el futbol y nosotros no podemos cansarnos de admirarlo por lo que es capaz de generar en la cancha. Y si buscamos la definición más correcta, el diccionario dirá que es algo no tangible, poco real y alejado de cualquier teoría científica: es magia.

LOS ANGELES, CA. - Las comparaciones terminan siendo un sacrilegio y también una pérdida de tiempo. Lo que tenemos que hacer es disfrutarlo y atesorarlo al máximo, cada momento, cada inspiración, cada genialidad, cada gol, cada latido..

El problema con Lionel Messi es que cuando juras y perjuras que has visto todo lo que tienes que ver de él, te sale con algo nuevo, que te deja pasmado, aturdido, sorprendido, maravillado. Diez años después, 405 goles más tarde, el futbol y nosotros no podemos cansarnos de admirarlo por lo que es capaz de generar en la cancha. Y si buscamos la definición más correcta, el diccionario dirá que es algo no tangible, poco real y alejado de cualquier teoría científica: es magia.

El balón a los pies. El recorte por izquierda, un nuevo giro a la derecha, la cabeza en alto, el corazón sobre 150 pulsaciones, la cabeza fría. A Boateng no le destroza la cintura, lo destroza de pies a cabeza y luego, cuando enfrente aparece la inmensa humanidad del personaje que el mundo del futbol llama el mejor portero de la época, él la toca, "la pica" suavemente, con la derecha que no es la suya, y el balón se suspende en el aire, lentamente hace una parábola, detiene el tiempo, parsimonioso y cae agitando las redes. Una obra de arte en medio de un partido de futbol.

Por momentos parece dormido. El balón pasa cerca de él, lo toca, acompaña la jugada, trota, observa, analiza, piensa y de pronto estalla, despierta "el monstruo" mismo que vive en su interior y encuentra la manera, el método para romper el partido.

Pep Guardiola lo había adelantado en la víspera del partido: "Cuando está bien, es imposible detenerlo". Y así fue, pero qué ironía: el "Monstruo" que el mismo Guardiola creo, terminó devorándoselo.

Y la historia moderna del Barcelona y del futbol habla y reconoce épocas y busca compararlas: ¿Era mejor el Barcelona de Guardiola? ¿Es mejor el Barcelona de Luis Enrique? La realidad es que del Barcelona de Guardiola al Barcelona de Luis Enrique, me quedo siempre con el Messi del Barcelona.

Tiene 27 años de edad. Ha ganado casi todo lo que se puede ganar como futbolista, pero su genialidad alcanza para más, porque no sabemos qué tiene preparado, listo para inventar el sábado, la próxima semana, dentro de un mes, en su inagotable capacidad para hacer del juego de futbol una obra de arte.

@Faitelson_ESPN

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El Barcelona-Real Madrid lo tiene todo: calidad, emoción, dinero, historia y el factor de vivir en tiempos mediáticos donde acumulará millones y millones de seguidores en el mundo que llegan olfateando el espectáculo. En el Camp Nou puede suceder cualquier cosa. Messi anda en un plan descomunal, pero Cristiano esta hambriento y eso lo hace más peligroso aún. El Barca esta jugando mejor, pero el Madrid tiene con que pararse con la suficiente personalidad y pelear por los tres puntos. Esta en juego, primero, el honor, y después, si queda tiempo, la Liga. Damas y caballeros, Barcelona-=Real Madrid, el "Juego de los Juegos..."

LOS ANGELES, CA. -- Primero, el honor. Después, la Liga. Ese el orden de los bienes que el domingo se pondrán en juego sobre el Camp Nou.

En valores de talentos, de leyendas, de pasiones, de dineros, de historia, de antagonismo, por donde se le vea, el Barcelona=Real Madrid es el "juego de los juegos".

Y en una época completamente mediática, atrapada por las nuevas tecnologías de la comunicación, el encuentro dejó de ser el "Clásico de España" para transformarse en un "Clásico del mundo". Millones y millones de personas suspiraran frente a la televisión, ante los regates de un Lionel Messi en plan desenfrenado o de un Cristiano Ronaldo, herido en su orgullo, y más peligroso que nunca cuando enfila hacia la portería contraria. En ese escenario, 7 jugadores catalogados entre lo más caros del mundo, dos plantillas que alcanzan la ridícula cifra de 1300 millones de euros (mas de 1, 500 millones de dólares) y dos camisetas que transpiran historia. El Real Madrid-Barcelona dejo de ser un simple duelo deportivo. Hoy, es algo más, mucho más.

Los momentos cuentan...Tienen que contar, pero tampoco marcan un rumbo definitivo de lo que puede terminar ocurriendo en la cancha. Después de todo, el futbol lo hacen, lo juegan, seres humanos, como usted o como yo, que nos levantamos de buenas, de malas, inspirados o poco motivados, que tenemos días de fortuna y de infortunio, que podemos crear, inventar, desarrollar y sobre todo cambiar de un instante a otro. En el juego mismo, hay "accidentes", situaciones, decisiones que pueden transformar el rumbo. El Barcelona es favorito porque juega mejor ahora, porque ha encontrado su estilo basado en un jugador fuera de serie llamado Lionel Messi y secundado por otros grandes futbolistas como Iniesta, Neymar y Suarez. El Real Madrid no anda bien, pero tienen jugadores, un entrenador y la suficiente personalidad para competir en el Camp Nou. El peligro esta ahí. Nunca puedes confiarte cuando Cristiano esta hambriento, Benzema amenazante y Bale desesperado.

No habrá formas de especulación. No esta incluido en el "ADN" de ninguno de los dos equipos ni de sus protagonistas., El Barcelona sabe que es una buena oportunidad para sentenciar la Liga y sacarle 4 valiosísimos puntos a su acérrimo rival además de llegar con la mente fresca, motivada y lucida a los cuartos de final de la Champions League. Y el Real Madrid sabe que es una de sus ultimas oportunidades, quizá la ultima, que requiere estar concentrado y dar un golpe de autoridad sobre la mesa como el campeón europeo y el campeón mundial que es.

Barcelona-Real Madrid, "el juego de los juegos". Hay muchos motivos para pensar en ello: desde los jugadores, los entrenadores, los pueblos y la historia que "santifica" a cada una de las camisetas. El Barcelona-Real Madrid es hoy un partido de tribuna mundial, completamente mediático, con aficionados en China, en África, en Australia , en América y en muchos rincones del mundo, con seguidores que llegan olfateando la calidad de la cancha y de sus protagonistas y que más que un ganador y un vencido, buscan que de todo ello resulte un gran espectáculo en la cancha.

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LOS ÁNGELES -- Son guerra cruentas. Y crueles. Pero inocuas. Sin luto y sin funerales. Acaso tristeza y rencor que sólo magnifican los esplendores crecientes de la victoria. El arco iris nace y muere en el barro.

Batallas inmisericordes. Pero no se levantan obituarios ni mausoleos. Zacapelas de cancha, de futbol, de sudor y músculo, de talento e inspiración. Pero, principal y soberanamente, de un amor propio inoculado de ansiedad y desprecio.

Las confrontaciones entre Barcelona y Real Madrid no tienen memoria, por más que sean memorables. Los antecedentes tienen vetada y vedada la entrada a los coliseos eventuales de estas cruzadas. Eso las hace más espectaculares: el pasado se divorcia del presente. Los héroes habituales pueden ser marionetas de los misteriosos imponderables.

Ningún Clásico Español se parece a otro. Sus actores, la mayoría tipos sobresalientes en hormonas, neuronas y músculos, se empeñan en reinventar sus propias odiseas. La obviedad y la rutina no existen en un cosmos impredecible donde a cada segundo se intenta una hazaña. Y a eso juegan Real Madrid y Barcelona.

Es una guerra que pertenece a España, que repercute en Europa,y que fascina al universo del futbol. Y más aún recientemente, porque hay dos figuras sobresalientes y contrastantes.

Es simple: Lionel Messi juega a ser el mejor y Cristiano Ronaldo juega para ser el mejor. Uno, Leo, lo trae en los genes, el otro, CR7, en el ADN. Uno triunfa con lo que la naturaleza le dio, el otro con lo que la naturaleza le ofrece.

Es, además, una fascinante contradicción evangélica: como protagonistas de El Apocalipsis futbolístico en el mundo, el Messías no es Cristiano, y Cristiano no puede ser el Messías.

Y a ambos, a cada uno, al Messías anti-Cristiano y al Cristianoanti-Messías, les rodean 11 apóstoles que se desafían a sí mismos a ser los mejores, para que ellos, los dos notables, sean los mejores. Diez de esos misioneros ejercen en la cancha y el undécimo desde la banca.

Lo saben todos. Lo saben Neymar, Suárez, Iniesta, Xavi, Piqué. Lo saben Benzemá, Bale, Modric, Ramos, Iker. Son accesorios. Ellos no son el objeto de culto, sino que son parte del culto. Son extraordinarios jugadores, pero están destinados a cotizar como actores de reparto. El Óscar supremo no es para ellos.

Barcelona contra Real Madrid, Real Madrid contra Barcelona. Son, esta versión del Armagedón temido, conflagracionesfascinantes que sobreviven a sus 90 minutos, que trascienden a sus 90 minutos. Los ecos, las reverberaciones de esa contienda, se obstinan en mantener con vida a los espectros del marcador.

Cuando el silbante, generalmente el inepto de la jornada, finiquita el Juicio Final, y los ungidos por la victoria y los urgidos en la derrota, buscan guirnaldas o rosas negras, según sea el caso, justo entonces, la otra guerra, la multitudinaria, se desata en las tribunas intangibles del universo.

Porque cuando se consumen el fuego y las luminarias del estadio donde Barcelona y Real Madrid se confabulan para detener la traslación y la rotación del planeta futbol, se encienden entonces trincheras inofensivas, pero con ataques candentes, decadentes, hirientes, insaciables, irredentos.

Porque entonces, los trovadores del Messías anti-Cristiano y del Cristiano anti-Messías sufren la metamorfosis, y van de la pasividad contemplativa de los 90 minutos a la hiperactividad voraz e incansable de ser los heraldos que cabalguen festivos o vindicativos en las redes sociales, que se convierten en catarsis.

Y al final, en la cancha como en el firmamento cibernético, ya no se trata estrictamente de Real Madrid y Barcelona, sino de humanizar flagelando a los inhumanos, a ese Messías anti-Cristiano y a ese Cristiano anti-Messías.

Y al final, cuando el último cartucho se dispara en Twitter, en FaceBook, y se despliega la bandera blanca por agotamiento, ambos bandos empiezan a frotarse las manos: la revancha debe estar cerca, y ya, desde entonces, el futuro se divorcia de ese presente que apesta ya a pasado.

El anhelo por un nuevo Barcelona contra Real Madrid, un nuevo Real Madrid contra Barcelona, empieza a forrar de carne de ansiedad, expectación y revancha, los huesos abandonados.

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En la polémica sobre si fue mejor el de Cruyff, el de Guardiola, el de Rijkaard o el de Luis Enrique, yo me quedaría siempre con el Barcelona más poderoso e infranqueable de todos: el Barcelona de Lionel Messi. La más grande joya futbolística del nuevo siglo ha marcado y sigue marcando diferencia con respecto a los demás. Nadie piensa, desarrolla y asegura más que él en la cancha de juego. Y nadie esta, individualmente, en su nivel de comparación. Pero a este Barcelona, incluso a este Messi, se le puede vencer jugando al futbol en equipo, unidos, solidarios, corriendo y metiendo lo que hay que meter y eso lo sabe el Real Madrid y cualquiera otro.

LOS ANGELES, CA. -- Entre el Barcelona de Cruyff, el Barcelona de Guardiola, el Barcelona de Van Gaal, el Barcelona de Bobby Robson, el Barcelona de Rijkaard y hasta el Barcelona de Luis Enrique, sobre todo ellos, sigue existiendo y prevaleciendo el más poderoso de todos los "Barcelonas": "El Barcelona de Messi".

Nos hemos cansado de comparar y de buscar diferencias entre el final, la caída de una generación, la llegada de otra, un entrenador, el estilo, las condiciones del juego, lo que aporta la cantera, en este caso La Masía y la idiosincrasia que exige el aficionado al futbol de este peculiar club, pero el gran punto de concordancia es y sigue siendo la mayor obra de arte futbolística del nuevo siglo.

Cuando hablamos de Lionel Messi hablamos también de uno de los mejores cinco futbolistas que jamás hayan existido en el juego. Y cuando comparamos a Lionel Messi comparamos también al máximo valor que tiene el juego. No entenderlo de esa manera, no reconocerlo, es parte de una ceguera casi natural del ser humano por defender lo que en su mente, en su pasado, debe permanecer como algo inalterable: "Lo que yo vi fue siempre mejor que lo que existe hoy", es casi una reflexión, un reproche natural del hombre que niega o intenta negar la realidad. Lo demás, se refiere a un asunto de pasión, de colores, que es entendible hasta cierto punto. Los rivales de Messi, los detractores de Messi, quieren decirnos que Cristiano Ronaldo es un futbolista a la altura de Lionel Messi cuando estamos hablando de dos futbolistas de dimensiones opuestas. Y no estoy diciendo que el portugués no tenga la capacidad de ser un gran jugador o un gran atleta, uno de los mejores en la historia haciendo particularmente lo que él sabe hacer, pero no con la misma capacidad técnica, física y mental que el argentino. El Barcelona tiene un estilo de juego, admirado y elevado a la máxima potencia por algunos de los "grandes maestros" con los que ha contado en su historia, encabezados por su "padre celestial futbolístico" ++si ese es el título correcto++ llamado Johan Cruyff y extendido por un alumno visiblemente adelantado llamado Pep Guardiola. Aun así, me pregunto, ¿qué habría sido de este Barcelona sin la aparición de Lionel Messi? Messi ha transformado al Barcelona de ser un equipo de futbol de elite, de historia, de gran abolengo en un "súper equipo", que puede ganar títulos al por mayor, que puede establecer records, que puede vencer a sus grandes oponentes y que además, lo mejor de todo, lo hace por la vía que corresponde a sus olores, a sus colores y a sus ideales futbolísticos: lo hace respetando el juego, buscando la armonía en cada una de sus líneas, respetando un estilo que ha recibido el reconocimiento del mundo entero, incluyendo a aquel que no es particularmente aficionado al futbol. Hay muchas diferencias entre el Barcelona y el Real Madrid y entre el Barcelona y los grandes clubes europeos ++Bayern, Juventus, Chelsea, Manchester City o el Paris Saint Germain++ y ese es Messi. Todo ellos tiene grandes planteles, ricos, poderosos, futbolistas de condiciones fantásticas, algunos de ellos con destellos mágicos sobre el campo, pero ninguno tiene a Messi. Ninguno de ellos tiene un jugador que pueda crear y desarrollar con la inteligencia, la velocidad y al mismo tiempo la eficacia de Messi. Ello, los deja, un renglón por abajo en el tema. Pero el futbol es un deporte de asociación, de conjunto, donde no basta que un solo futbolista marque distancia para asegurar el triunfo. Necesitas de otro tipo de factores que puedan guiarte hasta el campeonato. Y de eso se trató esto. He ahí la duda sobre lo que pueda ocurrir o dejar de ocurrir el domingo en el Camp Nou, la semana que viene la Champions o en la final de la Copa del Rey. Messi marca una gran diferencia sobre los demás y la única de forma ganarle al Barcelona de Messi es jugándole en equipo, en grupo, sin errores, solidarios y sincronizados. Esa debe ser la misión del Real Madrid en el juego del domingo y de todos los equipos que afronten a este Barcelona, propiedad única y exclusiva del mejor jugador de nuestra época...de Lionel Messi.

@Faitelson_ESPN

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