Los Yankees de Nueva York Yankees completaron el improbable milagro y extendieron un año más la espera de unos Indios de Cleveland que una vez más nadaron para morir en la orilla.
Tres momentos definieron el partido.
Didi Gregorius le anunció temprano a Corey Kluber que por muy Cy Young que sea, no es un hombre grande en postemporadas.
En el primer inning le botó la pelota sin nadie en bases para darle a los Yankees rápida ventaja.
El propio Gregorius volvió a sacarla con Brett Gardner en circulación en el tercero para facilitarle las cosas a un C.C. Sabathia magistral.
Cuando llegó a la organización de los Yankees en el 2015, el holandés dejó en claro que no venía a sustituir a Derek Jeter, el gran capitán retirado un año antes, sino que venía a hacer su juego y a aportar lo mejor que pudiera.
¡Y sí que lo ha hecho!
Y ese turno de Gardner en el noveno, con dos corredores en circulación y dos outs, fue simplemente épico.
Foul tras foul, el jugador que más tiempo lleva en la plantilla de Nueva York tuvo el que quizás haya sido el turno más importante de su carrera.
En el duodécimo pitcheo de Cody Allen conectó su etrcer indiscutible de la noche para darle al cerrador Aroldis Chapman un colchón de tres carreras de ventaja.
Chapman volvió a tener otro salvamento de dos innings, con cuatro abanicados. Para eso lo trajeron de vuelta después de haberlo soltado a mitad de la temporada pasada. Para eso lo convirtieron en el relevista mejor pagado de la historia.
En seis innings y dos tercios que ha trabajado en cuatro apariciones de la postemporada, ha ponchado a 13 bateadores con sus rectas de humo y sus efectivos sliders.
Nueva York logró el milagro de remontar una desventaja de 0-2 en la serie para ganar tres seguidos.
Ya lo había hecho contra los Atléticos de Oakland en la serie divisional del 2001, pero aquellos eran los Yankees de Jeter, de Jorge Posada, Paul O´Neill, Roger Clemens, Mariano Rivera, Andy Pettitte y Orlando "El Duque" Hernández.
Esta pandilla de inexpertos como los dos Aaron, Judge y Hicks, los dominicanos Luis Severino y Gary Sanchez y Greg Bird, no estaba supuesta a llegar tan lejos. De hecho, pocos le daban oportunidades de viajar a los playoffs.
Pero aquí están, preparando ya sus maletas para viajar a Texas y comenzar el viernes la serie de campeonato de la Liga Americana contra los Astros.
El momentum es de los Yankees. Eso de salir al terreno sin la condición de favoritos que casi siempre acompaña a esta
franquicia es algo que los convierte en rivales peligrosamente inspirados.
Ya los Indios lo probaron en carne propia. Ahora, 'Houston, you have a problem'.
Stephen Strasburg tomó finalmente la pelota, tras acusar supuestos síntomas de gripe y recibir duras críticas por una presunta falta de compromiso, y superó su propia actuación del primer día, al abanicar a 12 bateadores en siete entradas y llevar a los Nacionales a triunfo de 5-0, con lo que se empató la serie a dos victorias por bando.
Hizo 106 lanzamientos, 72 por la zona de strikes, nada mal para alguien con su salud quebrantada.
Sólo el venezolano Willson Contreras y el puertorriqueño Javier Baez se salvaron de ser ponchados por Strasburg, quien dejó a la alineación de los campeones en tres imparables, uno de ellos por dentro del cuadro.
La suspensión del juego por lluvia el martes le dio al manager Dusty Baker un día más, para poder usar a Strasburg con el debido descanso, en lugar del derecho Tanner Roark, quien era el abridor designado originalmente.
Ante los síntomas gripales de Strasburg, Baker estaba decidido a mantener su decisión respecto a Roark, pero los señalamientos al pitcher en varios medios de prensa, incluido el influyente The Washington Post, lo hicieron recapacitar y pedir la pelota.
Hizo bien el manager en cambiar de opinión. Si Roark venía en su mejor noche y dominaba a Chicago, Baker, frecuentemente criticado por sus erráticas decisiones, habría quedado como un genio.
Pero si por el contrario, el serpentinero recibía una lluvia de palos, posiblemente este hubiera sido el último juego que dirigía el mentor con los Nacionales.
Si Strasburg hubiera venido mal, nada se le podría criticar a Baker, pues decidió morirse con su mejor caballo disponible.
Entretanto, los Nacionales sacaron provecho de un error del campocorto Addison Russell para fabricar la primera carrera que hubiera sido suficiente para la victoria.
La defensa de Chicago lleva seis marfiladas en cuatro partidos, demasiados en una serie tan cerrada, que no se ha ido de un solo lado en ninguno de los encuentros.
El tiro de gracia lo dio Michael Taylor con su jonrón con bases llenas ante Wade Davis en el octavo.
El quinto y decisivo partido se jugará en el Nationals Park de Washington, cuyo ganador avanzará a enfrentar a Los Angeles Dodgers a la serie de campeonato de la Liga Nacional.
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La Madre Naturaleza alargó un día más la espera. Demasiada lluvia sobre la Ciudad de los Vientos obligó a posponer hasta el miércoles el cuarto partido de la serie divisional entre los Cachorros de Chicago y los Nacionales de Washington.
En principio, parecería que la suspensión beneficiaría más a los Nacionales, que tendrían disponible y descansado al derecho Stephen Strasburg para iniciar en lugar del menos calificado Tanner Roark.
Pero el manager Dusty Baker decidió mantener su elección inicial, a pesar de la gran actuación de Strasburg en el primer juego de la serie, con diez ponches en siete entradas.
Baker, cuyas malas decisiones tienen a Washington contra la pared, explicó que Strasburg no se siente bien de salud, aparentemente por un incipiente estado gripal.
El dirigente dijo que Roark cuenta con toda la confianza del equipo para encarar el decisivo compromiso.
A juzgar por la historia, a Roark (13-11, 4.67) no le ha ido mal en su carrera ante los Cachorros, contra quienes ha trabajado siete veces, seis como abridor, con saldo de 4-2 y efectividad de 4.06.
Este año, en una salida ante Chicago, lanzó seis y un tercio, con dos carreras permitidas, para apuntarse el éxito.
La lluvia entonces beneficia a los Cachorros, pues le da un día extra de descanso al abridor Jake Arrieta, relegado primero al tercer puesto y luego al cuarto turno de la rotación por molestias en el tendón de la corva de su pierna derecha.
El director Joe Maddon dijo que trató de darle todo el descanso posible para que se recuperara, aunque, más allá de su reconocida calidad como lanzador, el largo tiempo de inactividad y el estado real en que se encuentre la lesión son factores que pueden jugar en su contra.
No las ha tenido todas consigo frente a los Nacionales en su carrera. En nueve aperturas tiene balance de 1-2 y efectividad de5.48, la segunda peor ante cualquier equipo de la Liga Nacional, detrás de los Rockies de Colorado, ante quienes trabaja para promedio de limpias de 6.11.
En el 2017 tuvo una salida contra Washington y fue castigado con seis carreras, cinco de ellas limpias, en cuatro capítulos, en los que regaló seis bases por bolas.
Un triunfo de Chicago provocaría la repetición de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional del pasado año ante Dodgers de Los Ángeles, que barrieron en tres juegos a los Diamondbacks de Arizona y esperan por rival.
De paso, para Washington sería su cuarta participación en series divisionales sin haber podido jamás avanzar a la siguiente ronda de los playoffs.
Si ganan los Nacionales, entonces el quinto y decisivo encuentro se disputaría el jueves en la capital del país.
Entonces habrá qué esperar hasta el miércoles para saber en realidad a cuál de los dos equipos benefició más el día extra.
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Guía para el juego de la SDLN del martes: ¿Podrán los Cachorros eliminar a los Nacionales?
Juego 4 SDLN: Nacionales en Cachorros (Cachorros en ventaja 2-1)
Tanner Roark (13-11, 4.67) vs. Jake Arrieta (14-10, 3.53), 5:30 p.m. ET (TBS) Lo que está en juego: ¿Les hemos mencionado en este espacio que Dusty Baker nunca ha ganado una Serie Mundial? ¿O que los Nacionales intentan evitar una cuarta derrota en la serie divisional en seis temporadas sin haber siquiera llegado a la Serie de Campeonato de la LN? Los Nacionales han bateado apenas para .121/.200/.231 en los primeros tres juegos, y a pesar de lo doloroso que fue perder el Juego 3 luego que Baker sacara a Max Scherzer y dejara a Sammy Solis y Óliver Pérez permitir los hits para empatar y perder el juego sin que Ryan Madson o Sean Doolittle pudiesen entrar al juego, la ofensiva anotó apenas una carrera y esa entró gracias a un elevado que cayó entre tres. Si los Nacionales ganan: Tendrían el derecho de volver a casa, donde batean mucho mejor (con OPS de 83 puntos mayor), con Stephen Strasburg en el montículo con cinco días de descanso. Incluyendo su apertura en el Juego 1, Strasburg tiene efectividad de 0.78 en 11 aperturas desde el receso del Juego de Estrellas mientras sus rivales promedian .166. Si los Cachorros ganan: Se echarían champaña unos encima de los otros y celebrarían su cuarta victorias consecutiva en una serie de playoffs. Una estadística clave que deben conocer: La temporada de Arrieta tuvo sus altas y sus bajas pero parecía haber llegado a su mejor momento en julio y agosto con efectividad de 2.25 y 1.21, respectivamente. Pero sus mejores meses fueron abril y mayo y su peor fue julio. Su tasa de dejados en base fue terrible en la primera mitad, y mucho mejor en la segunda. Se puede decir esto de casi todos los lanzadores, pero todo se trata del comando de la recta: Los bateadores tuvieron slugging de .429 y .526 ante su recta en abril y mayo, .263 y .293 en julio y agosto. Arrieta tuvo grandes diferencias en sus números ya que los zurdos tuvieron un OPS de 228 puntos mayor. Baker debería considerar poner a Adam Lind en el jardín izquierdo para tener un bate zurdo extra ahí. El choque que más importa: Roark versus los bates zurdos de los Cachorros, Anthony Rizzo y Kyle Schwarber. Roark es el típico lanzador de cinco pitcheos con una recta de cuatro costuras, una de dos costuras, más un slider, una curva y un cambio. Sin embargo, tiene grandes diferencias en sus números: vs. LHP: .284/.362/.474vs. RHP: .223/.277/.341 Con eso en mente, esperen que el manager de los Cachorros Joe Maddon rellene su alineación de zurdos, lo que probablemente signique que veremos a Jon Jay en los jardines y Ben Zobrist en la segunda base (o quizás le dé a Ian Happ una oportunidad titular). Noten que los Cachorros tienen en su roster de la serie a 14 jugadores de posición, lo que le dá a Maddon más flexibilidad en su banca en caso que Baker traiga a uno de sus relevistas zurdos. La predicción: Arrieta es una especie de incognita con su salud, pero este podría ser un partido en el que ambos managers tengan que recurrir a su bullpen. Maddon tiene a John Lackey en reserva. Esperen algo más de ofensiva, pero los Cachorros utilizarán su ventaja de estar en casa para terminar la serie con una victoria 5-4. Sí, otra derrota por una carrera para los Nacionales.
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Por segunda ocasión en tres partidos, los abridores de los Nacionales de Washington mantienen sin hit a los Cachorros de Chicago por los primeros cinco o seis innings y luego el equipo termina perdiendo.
Max Scherzer no parecía el pitcher que venía de una lesión y por espacio de seis episodios tuvo a los actuales campeones en un puño.
En el séptimo, después de un out, Ben Zobrist rompió el encanto del no-hitter con un doblete.
Fue entonces que el manager Dusty Baker entró en pánico y con 98 lanzamientos a su haber, le pidió la pelota a Scherzer.
Cuestionable la decisión. Si bien es cierto que el derecho había tenido molestias en la espalda por las que tuvo Baker que retrasar hasta el tercer juego su uso y 98 envíos es una cifra considerable, el estelar derecho merecía un voto de confianza después de semejante alarde de dominio.
Con la pizarra con ventaja mínima de 1-0, el manager trajo al rescate a Sammy Solís... ¡Sammy Solís! No estamos hablando de Mariano Rivera o de Trevor Hoffman.
Solís vino a intentar preservar la minúscula diferencia, pero el cubanoamericano Albert Almora Jr, de emergente por Kyle Schwarber, lo recibió con cañonazo remolcador del empate.
El siguiente hombre que enfrentó, Jason Heyward, también le pegó imparable, como para reconfirmarle al manager de los Nacionales el error monumental que cometió al sacar a su as.
Pero no pararon ahí los disparates del estratega de los Nacionales.
Con el juego empatado 1-1 en el octavo, la primera desocupada y corredor en segunda con la potencial carrera de la ventaja, prefirió lanzarle a Anthony Rizzo, el mejor bateador de los Cachorros, que había impulsado cuatro de las siete carreras fabricadas por su equipo en la serie.
Para ello trajo al veterano mexicano Óliver Pérez, por la manida costumbre del ''zurdo contra el zurdo''.
Es Óliver Pérez, no Aroldis Chapman...
Rizzo, quien esperaba que lo transfirieran intencionalmente, le disparó a Pérez imparable remolcador y al llegar a la inicial gritó a viva voz: ''¡A mí se me respeta!''.
Baker no respetó las jerarquías, ni de su abridor Max Scherzer, ni del toletero Anthony Rizzo y ahora Washington queda, una vez más, al borde de la eliminación en series divisionales, fase de la que nunca ha podido avanzar más allá.
El cuarto juego será en el Wrigley Field de Chicago y los Nacionales tendrán enfrente a Jake Arrieta, mientras por los visitantes subirá a la lomita Tanner Roark, quien al menos en el papel, no le llega a los tobillos a su más encumbrado rival.
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La ofensiva de los Nacionales de Washington lo dejó todo para el octavo inning, para vencer 6-3 a los Cachorros de Chicago y respirar en la Serie Divisional de la Liga Nacional.
Los poderosos bates de los Nacionales habían estado dormidos por espacio de 16 episodios, con apenas una carrera, producida por jonrón solitario de Anthony Rendón en el primer inning del segundo partido.
El abridor zurdo Jon Lester había continuado el dominio de su compañero Kyle Hendricks y Chicago amenazaba con limpiar completo a Washington en el Nationals Park, antes de que las acciones se trasladaran al Wrigley Field, en la Ciudad de los Vientos.
Pero Bryce Harper convirtió el parque capitalino en un manicomio con su cuadrangular de dos carreras que igualó las acciones en el octavo, en mismo inning en el que Ryan Zimmerman definió con otro bambinazo con dos hombres en circulación.
Aquí salió a relucir la diferencia entre el pitcheo abridor y el relevo intermedio de los actuales campeones.
El puente entre los iniciadores y el cerrador Wade Davis tiene demasiadas fisuras, que se evidenciaron en el juego de este sábado.
Primero Carl Edwards Jr, que permitió el jonrón del empate de Harper, y luego Mike Montgomery, que toleró el de la ventaja de Zimmerman, no pudieron preservar el bien trabajo de Lester para entregarle el juego en bandeja de plata al cerrador Davis.
El manager Joe Maddon debería preocuparse también por la ofensiva de su equipo, que no ha estado muy productiva, apenas tres carreras en cada uno de los encuentros.
Si Stephen Strasburg y Gio González no se llevaron el triunfo en sus respectivas aperturas fue por falta de apoyo de sus compañeros, pues ambos serpentineros tuvieron sólidas salidas.
El lunes se reanuda la serie en Chicago, con Max Scherzer y el colombiano Jose Quintana, por los Nacionales y los Cachorros, respectivamente.
Por ahora, la tropa de Dusty Baker espantó el fantasma del fracaso, luego de que Washington haya quedado eliminado siempre en la primera ronda de los playoffs las tres veces anteriores que avanzó a la postemporada, en el 2012, 2014 y 2016.
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1. El mes de agosto en MLB puede parecerse mucho al mes de agosto en la NFL
El football de pretemporada no significa nada porque los chicos que están en la duela en agosto no son, en su mayoría, los que estarán en septiembre. Este fin de semana en Chicago fue algo bien parecido a eso. Ninguno de los tres mejores abridores de Washington lanzó porque Stephen Strasburg está en la lista de lesionados, Max Scherzer tenía dolores en el cuello y Gio González se ausentó ante el nacimiento de su segundo hijo. Solo uno de los tres mejores abridores de Chicago estuvo en el montículo porque, hay cinco chicos en una rotación estándar de Grandes Ligas y algunas veces ellos se toman un descanso. Así que los Nacionales saltaron el turno de Jake Arrieta y José Quintana. En otras palabras, olvídense del grano de sal: Dados los choques en el Wrigley Field, el hecho que Washington ganó dos de tres partidos para ganar la serie del fin de semana y la serie de temporada regular (4-3) tiene que ser tomado con un envase completo de NaCl.2. La ofensiva de Washington está hecha para octubre
Independientemente de cuando sea el regreso de Strasburg y si se puede mantener saludable en la recta final, los Nacionales van a ser un out difícil en los playoffs - en realidad, unos 27 outs difíciles - porque su alineación es más profunda que la voz de Barry White. Olvídense de las 5.5 carreras por juego que ellos están anotando este año (la mejor marca en la LN). Olvídense de los números que están logrando los chicos que conforman la edición moderna y ampliada de la Fila de Asesinos, Bryce Harper, Ryan Zimmerman, Daniel Murphy y Anthony Rendón. Todo lo que tienen que hacer es mirar lo que ocurrió en la parte final del partido que resultó en victoria viniendo de atrás para Washington 9-4 el domingo. Abajo en el marcador 4-3 en la parte alta de la octava entrada, Harper abrió con sencillo dentro del cuadro ante el relevista Carl Edwards Jr. Le siguió Zimmerman, quien conectó largo doble a la parte más lejana del jardín central. Con corredores en segunda y tercera sin outs, el manager de los Cachorros Joe Maddon eligió que el derecho Edwards le diera boleto intencional al zurdo Murphy, una opción completamente defendible... hasta que consideramos que el hombre que venía a batear luego de Murphy (Rendón) lidera a Washington en WAR. OK, así que quizás no tienes que ser candidato al JMV para conectar un lanzamiento quebrado - lo que Rendón terminó haciendo con el primer ofrecimiento que recibió de parte de Edwards para empatar el marcador - pero el simple hecho que Edwards hizo un lanzamiento rompiente con los sacos congestionados te dice todo lo que necesitas saber sobre lo peligroso que Rendón es y ha sido toda la temporada. En el siguiente lanzamiento, el 7º bateador Matt Wieters abrió el partido con un cuadrangular. Así que, sí, la alineación de los Nacionales puede batear. Y como lo sabe todo el mundo, el bateo viene bien en el otoño.3. De repente el bullpen de Chicago está lleno de interrogantes
Con el debido respeto a Brian Duensing, cuando él es el relevista más efectivo en tu equipo - lo que fue Duensing ante Washington en este fin de semana - tienes problemas. Podrá ser que Wade Davis lleve de 23-23 en salvamentos en esta temporada, pero en las últimas ocho semanas, él ha logrado un WHIP de 1.80 y ha otorgado 12 boletos en sus pasadas 16T entradas. Dos de esos boletos fueron el sábado, cuando Davis tuvo una novena entrada de 30 lanzamientos y cayó atrás en el conteo en cuatro de los cinco bateadores que enfrentó. El zurdo Justin Wilson, quien era uno de los relevistas más calientes en el mercado de cambios, también tuvo problemas el sábado y ahora ha permitido siete corredores en las bases en tres entradas desde que llegó desde Detroit. Y entonces está Edwards, quien fue bateado el domingo y ahora ha permitido un total combinado de 10 carreras limpias en las últimas 6 1/3 entradas de trabajo. Ya que los relevistas se han convertido en una parte crítica de las luchas en la postemporada, si Maddon no logra resolver los problemas en su bullpen, su escuadra podría tener un corto mes de octubre. Eso es, si logran sobrevivir el embate de Milwaukee (y San Luis y Pittsburgh) en agosto y septiembre.4. De repente el bullpen de Washington está lleno de respuestas
No, en serio. Comparado con los grandes nombres que cambiaron los bullpens la temporada pasada -- Aroldis Chapman, Andrew Miller y Mark Melancon -- los chicos que el gerente de Washington Mike Rizzo añadió en la fecha límite de cambios de este año (Ryan Madson, Sean Doolittle, Brandon Kintzler) tienen todo el chisporroteo de un tazón frio de gazpacho. Afortunadamente para los Nacionales, el chisporroteo no es una estadística cuantificable. Sin embargo, los boletos y los hits sí lo son. Y el monstruo de tres cabezas mejor conocido como Madlitzler se combinó para permitir apenas tres hits y un boleto en 5 2/3 entradas en blanco ante los Cachorros. Eso se traduce a un minúsculo WHIP de 0.71. Madson ha estado especialmente dominante; en siete apariciones desde que se unió a Washington, el derecho de 36 años ha lanzado siete entradas en cero, permitiendo apenas cuatro hits y un boleto con 11 ponches. El bullpen de los Nacionales, cuya efectividad de 5.20 era la peor en el béisbol durante la primera mitad de la temporada, ha compilado efectividad de 4.66 desde el receso del Juego de Estrellas. Y 4.26 desde que Madson y Doolittle se unieron al equipo. Y 3.65 desde que llegó Kintzler. De donde yo vengo, eso se llama una tendencia - una que, de continuar, podría ayudarle a los Nacionales a conseguir la primera victoria en su historia en una serie postemporada.5. Hay buena oportunidad de que nada de esto importe
Independientemente de quien gane el choque en serie divisional entre el segundo y tercer sembrado en la LN, hay gran oportunidad de que los Dodgers estén esperando por ellos. ¿Por qué? Porque el porcentaje de victorias de L.A. en los pasados dos meses (.863) es casi 200 puntos más alto que el porcentaje de victorias de los Nacionales en los pasados tres días (.667). Ese dato es correcto. Con otra victoria el domingo, los Dodgers llegaron a record de 44-7 en sus últimos 51 juegos. Cuarenta y siete. El momento de la racha de los Dodgers tampoco es coincidencia: El primero de esos 51 partidos llegó el 6 de junio, cuando L.A. venció a los Nacionales en el juego final de una serie de tres partidos en Tinseltown. Al día siguiente, Justin Turner -- quien es, um, bastante bueno en el béisbol - volvió luego de perderse tres semanas por una dolencia en la corva. Y desde ese entonces todo ha sido miel sobre hojuelas para ellos. ¡Y eso a pesar de de haber perdido a su as Clayton Kershaw por las pasadas dos semanas! Por supuesto, el hecho de que el equipo de Dave Roberts lleve ritmo para conseguir 115 victorias en la temporada regular no garantiza nada en la postemporada. Solo pregúntenles a los Marineros de 2001, los que establecieron marca de victorias en temporada regular con record de 116-46, solo para perder en la Serie de Campeonato de la Liga Americana. Y entonces está esto: De los 21 equipos que han logrado 100 victorias en una temporada desde el inicio de la era del comodín, solo siete de ellos han llegado a la Serie Mundial. Así que quizás haya algo de esperanza para los Nacionales. O los Cachorros. O los Cerveceros. O los Marlins.Comentarios
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¿Demasiado pronto? La serie Nacionales vs. Cachorros es una previa de la postemporada
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