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Agustín Gauto y una mala noche

"El Avión" sumó un nuevo triunfo a su récord. Chino Maidana Promotions

La noche del 21 de abril en Quilmes quedó atrás. En los libros de records quedó anotada la victoria de Agustín Gauto, “El Avión”, por puntos y en fallo unánime, al venezolano Luis Guerrero.

Pero…

Más allá de las tarjetas, quedaron grandes dudas. Sobre todo en lo que ocurrió en el décimo asalto. Hasta ahí, Gauto –que ahora suma 20 victorias con una derrota y 14 KO a favor- fue el dominador, aunque se lo notó errático por momentos, sin encontrar la distancia, persiguiendo en línea recta a su rival.

El venezolano Guerrero, ahora con 8 victorias, 6 derrotas 2 empates y 7 nocauts a favor, se insinuaba en las contras de derecha a la cabeza, pero poco. Prefirió cederle el ring al argentino quien para jugar con su apodo, “El avión”, no terminaba de despegar.

Tal vez los 52,300 kilogramos que registraron los dos, no hayan sido los ideales para el argentino, que de hecho ha pasado a militar en la división mosca de los 50,800 kilogramos.

El local, cuyo gancho de izquierda es temible, venía de ganar rápidamente sus dos últimos compromisos (KO 2 en febrero y KO 1 el 8 de abril), luego de una larga inactividad. Tras aquella derrota por nocaut en 2 ante el filipino Miel Fajardo, sufrida en Dubai el 26 de marzo de 2022, pasó prácticamente un año de inactividad total.

De hecho, su última victoria por puntos fue ante el mexicano Jorge Orozco en Concordia, Entre Ríos, el 28 de septiembre de 2019, por el título Latino WBO de los mini moscas.

Entrenado ahora por Rodrigo Calabrese, Gauto se presentó en esta velada organizada por Chino Maidana Promotions en el club El Porvenir de Quilmes, en una reunión televisada por ESPN KNOCK OUT. Subió como favorito, sin dudas. Pero algo no terminò de funcionar.

Las razones seguramente serán estudiadas por el equipo, más allá de que Guerrero fue un rival incómodo. Esa amenaza de su derecha de contragolpe,

también estableció una herramienta a su favor y –quizás- una luz de alarma para el argentino.

La noche se complicó del todo en el décimo y último asalto, cuando ya las ventajas en las tarjetas eran abultadas.

Guerrero, que había sufrido el descuento de un punto en el sexto asalto y una cuenta por caída que no fue demasiado clara en el octavo, metió una derecha a la cabeza, cruzada y pareció conmover a Gauto. Y cuando éste cayó, el referí Carlos Gómez no dio por válida la caída, por dudosa. El árbitro se convirtió de ahì en más en protagonista porque mandó al argentino a su esquina por un problema en los guantes –que nunca se supo muy bien por qué fue-, provocando un respiro en la pelea.

Sin embargo, Guerrero, faltando un minuto y medio, lo tuvo por la lona a Gauto y esta vez (aparentemente, no tuvo más remedio) Carlos Gómez hizo el conteo. Siguió advirtiendo a Guerrero en lo que restaba del asalto, enfriando la pelea y al mismo tiempo, devorando segundos.

El combate terminó y El Avión ganó por puntos, en una victoria inobjetable en las tarjetas, obviamente: el boxeador no tuvo nada que ver con la actuación de un referí que dejó demasiadas dudas. Afirmar que Guerrero en ese último round hubiera podido noquear es retórico porque el hubiera no existe, pero sí puede afirmarse que el referí dilató demasiado las acciones cuando no eran favorables para el boxeador de la casa.

Más allá de la actuación del árbitro, quedan los interrogantes sobre el ganador. ¿Fue una mala noche? ¿Puede ser que haya fallado algo durante los entrenamientos? Seguramente ha llegado el momento de hacer un replanteo en el equipo y ajustar los tornillos necesarios.

Gauto tiene un gran potencial y se lleva el inevitable beneficio de la duda. Después de todo, una mala noche la puede tener cualquiera.