Sergio “Maravilla” Martínez estaba feliz. Su pelea por la corona mundial IBO ante el italiano Etinosa Oliha (18-0-0, 8 KO) ya tenía hasta fecha concreta, 25 de noviembre.
“El título IBO fue el primero internacional que logré en mi carrera, y estoy contento de poder cerrarla intentándolo de nuevo”, nos decía antes de viajar de nuevo a Madrid, a fines del mes pasado.
Sin embargo, el sueño no podrá ser. Primero, una señal de alarma fue la súbita desaparición de los anuncios del combate, programado en la ciudad alemana de Rietberg.
Y luego, la confirmación por parte de Martínez de que el combate no se podrá realizar, por un conflicto interno con Elvis Grant, su manager actual.
Según le manifestó a la agencia de noticias Télam, ya había existido algún roce cuando el boxeador argentino aceptó combatir en el Luna Park, en velada que transmitió ESPN KNOCK OUT. Esa noche, la del 21 de marzo, sirvió de lanzamiento también a la serie sobre la vida de Oscar “Ringo” Bonavena por STAR+.
“No le gustó la idea a Grant, pero como yo ya me habia comprometido con ESPN, hice el combate. Prefiero olvidarlo, sobre todo por lo que manifestó el colombiano luego de perder en el primer round” Efectivamente, Jhon Teherán dijo que le habían ofrecido dinero por tirarse, cosa que fue rechazada también por la gente de Chino Maidana Promotions, organizadora del encuentro.
Martínez sentía que se le terminaban los plazos, ya que aunque estuvo soñando con una pelea por la corona WBA con el cubano Erislandy Lara, también era un proyecto a muy largo plazo. Su manager, Elvis Grant, le dio prioridad a otro de sus boxeadores, el australiano Michael Zerafa, retador número uno, lo que dejó a Maravilla alejado del proyecto.
Martínez sabe muy bien que esta cancelación lo aleja del boxeo profesional y competitivo. De hecho, confesó a Télam que estuvo “mal y amargado durante el fin de semana”, cuando se enteró de la cancelación, pero que el regreso al gimnasio levantó un poco su ánimo.
Martínez logró su primer título, el IBO el 21 de junio de 2003 en Manchester, cuando venció por puntos a Richard Williams en peso super welter, remontando una caída en el tercer round.
A los 48, con 57 ganadas, 3 perdidas, 2 empates y 32 nocauts a favor, el ex campeón mundial mediano está enfrentando al infierno más temido: colgar los guantes para siempre.