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Utiliza Canelo Alvarez el mismo libreto de Floyd Mayweather

Floyd Mayweather y Saúl Canelo Álvarez no se parecen en nada, pero son iguales en algo: el libreto de sus carreras. El primero inventó una forma de ganar dinero vendiendo la fantasía ampliada de su boxeo sumado a su carisma personal. El segundo intenta encaminar su carrera por una senda parecida. Y claro, del original a la copia hay un gran abismo. De la película que estamos presenciando en ese abismo se trata esta columna. Descifrar las coincidencias de dos figuras tan lejanas pero tan cercanas entre si gracias al arte de "vender con éxito, lo que ya fue vendido con más éxito".

El boxeo, al igual que los deportes más populares, es un gran negocio. No es una novedad, la novedad es la forma en que se utilizan las herramientas de un lado o del otro. Las deportivas o las comerciales. Ambas son incompatibles, sin embargo Floyd Mayweather consiguió educar a sus fanáticos de que eso no es verdad. Floyd transformó en arte la ficción del boxeo comercial y consiguió convencer a millones que compraran, entre otras cosas, al adefesio del siglo como la pelea del siglo (Floyd vs. Pacquiao).

No conforme con ello, nos regaló otro disparate de pelea contra Andre Berto y le dijo adiós a los ensogados como el número uno en el ranking Libra por Libra. Controversial y polémica, su figura ocupó todos los espacios, llamó a la discusión entre adeptos y opositores, fomentó la crítica o el elogio a su forma de manejarse fuera de los cuadriláteros y el rechazo mayoritario a la eterna auto-glorificación de su fortuna. Pero Floyd eligió esa forma de ser amparado en la primera etapa de su carrera, cuando construyó su nombre bajo el paraguas de su técnica elusiva y depurada. Se le puede negar todo a Floyd, pero jamás sus capacidades boxísticas.

Cuando Floyd se fue, dejó un enorme vacío en lo comercial e increíblemente, también en lo deportivo. Canelo Álvarez trabaja para llenarlo y parece que lo hace recurriendo a las mismas herramientas boxísticas y comerciales. Claro no necesariamente toda copia es parecida, máxime en estos tiempos en que las malas copias cruzan los océanos en contenedores. Pero busquemos esas similitudes para entender el "librito copiado de Canelo".

LOS RIVALES

Hubo algunas excepciones, pero la regla de Canelo y Floyd ha sido siempre enfrentar a rivales con nombre, pero que jamás se encontraran en el mejor momento de sus carreras o que deben subir de pesos inferiores. A ese factor, agreguemos la panacea de la estrategia que inventó Mayweather. "Floyd nunca enfrentó rivales a modo. Floyd eligió rivales a modo". Algo que Canelo parece decidido a perpetuar en su estrategia.

¿Dónde radica la diferencia entre enfrentar y elegir? Es muy sencillo, un rival a modo en cualquier momento puede cambiar el ADN de su mediocridad motivado por la oportunidad y dar el batacazo. O si se trata de una estrella apagada, puede recordar su pasado y darle un susto al favorito. Por el contrario, cuando el rival a modo es "elegido", el primer sentimiento será de agradecimiento, de honra. "El campeón me dio una oportunidad". Lo hemos escuchado muchas veces. El absurdo agradecimiento que condiciona su desempeño. "Que me importa perder si me llevo la mejor bolsa de mi vida o como dijo Liam Smith, "cobro el cheque y me voy de compras". O lo que le sucedió al argentino Marcos Maidana, que se retiró y se dedicó a comer asado con sus amigos, agradecido por los dos cheques que recibió gracias a sus derrotas ante Mayweather.

EL MISTERIO, LA INCOGNITA y EL CAPRICHO

Floyd Mayweather nos enseñó que cualquier anuncio relacionado con su figura no dependía de más nadie que de sí mismo. Así nos acostumbramos a vivir expectantes a sus cuentas oficiales en las redes sociales para saber de primera mano el nombre de su próximo rival.

La atmósfera de su carrera se manejó mediante anuncios públicos, en redes sociales o sobre el ring, después de sus escenificadas batallas. Canelo parece que también lo imita en ese rubro. Cada día son más comunes sus estudiadas frases por la misma vía de comunicación o llevar las frases armadas del guion al final de sus peleas. Luego de vencer a Smith hubo una de esas frases guionadas, cuando dijo que le habían hecho una oferta de ocho dígitos a Golovkin.

El mexicano no peleará en diciembre, pero es posible que por muchos meses, habrá frases misteriosas en sus cuentas sociales donde manejara (igual que Floyd) la expectativa sobre si pelea o no pelea contra el kazajo. Una incógnita movida a capricho para respetar la herramienta que tanto éxito utilizó el estadounidense.

LA PELEA DESEADA, LA PELEA DILATADA

Mayweather esperó casi seis años para enfrentar al que todos querían que enfrentara: Manny Pacquiao. Y le fue bien a los dos, nos engañaron a todos con el mayor fiasco de la historia y ganaron las bolsas de su vida. El libreto comercial fue el adecuado, el libreto deportivo fue penoso.

En la reclamada batalla contra GGG, Canelo parece que leyó y adoptó el mismo libreto. A cuanto más larga la espera, mayor será la ganancia. Como que el tiempo juega a su favor y la demora será algo así como una cuenta de ahorro. Mejor aún será la espera si el tiempo ayuda a deteriorar las condiciones de Golovkin. ¡Vaya! Una forma de emparejar y que el kazajo no sea tan favorito a ganar como en el presente. Cualquier coincidencia con lo ocurrido a Pacquiao, que llegó deteriorado y lejos de sus mejores épocas a la pelea contra Mayweather, no parece mera coincidencia.

LAS FECHAS MEXICANAS

Mayweather creó un negocio encima de las dos fechas patrióticas tradicionales del pueblo mexicano en mayo y en septiembre. Se apropió de las mismas y estableció su estrategia pensando que el fanático mexicano sería su mayor y verdadero cliente. No dudó alguna vez, incluso, en subir al ring con un sombrero de charro con los colores de la bandera mexicana sobre su cabeza.

Canelo ya habló de esas dos fechas como que serán en las que siempre peleará y como una "reconquista" de algo que un boxeador estadounidense les había arrebatado. O sea, se fue Floyd y Canelo partió al asalto de las fechas que dejó libres el estadounidense.

PELEAR CON UNA MANO LESIONADA

Floyd Maywetaher nos acostumbró a que en algunas de sus peleas "siempre" ocurría algún problema en alguna de sus manos. Lo escenificaba en cámaras, incluso, sacudiendo la muñeca y advirtiendo a su esquina que estaba lesionado. Hubo rumores de lesión previo a su pelea contra Miguel Cotto en el 2012 o alegó que no pudo noquear a Robert Guerrero (rival previo a Canelo Álvarez) en el 2013, debido a una lesión en la mano derecha.

Canelo sufrió, al parecer, un percance parecido en su última pelea contra Liam Smith. Ganó de manera contundente a un rival inferior, no obstante el mexicano denunció un problema en una de sus manos que disminuyó su capacidad boxística y además le impedirá pelear en diciembre. Es decir, sólo volverá para "las fechas mexicanas del 2017".

Cualquier boxeador puede lesionarse las manos durante una pelea o durante un sparreo. Pero a los efectos del éxito comercial, hay lesiones oportunas e inoportunas. Si te lesionas y pierdes, es malo. Si te lesionas y ganas, es bueno. ¡Vaya! Le otorgo a mi rival de turno el hándicap de enfrentarme disminuido y pese a ello logro vencerlo. Como los héroes de las historietas, "logran la victoria disminuidos y con el último aliento de su vida".

LA ESQUIVA, EL CUERPEO, LA ELUSIVIDAD

Fue mi sorpresa en la pelea de Canelo ante Liam Smith. En mis claves había sugerido el cuerpeo como una de las posibles herramientas del mexicano. Pero, un cuerpeo en el medio del ring, apenas el movimiento de torso para hacer fallar el golpe largo y de inmediato la respuesta en contragolpe.

Canelo lo hizo en algunos momentos del combate, pero, para sorpresa mía y de muchos, cuando se recostó a las cuerdas se vistió de Floyd Mayweather y lo vimos cabecear, pelear de lado, mover el torso y jugar al amague previo al "toreo" característico de Floyd.

Pero claro, Floyd lo hizo toda la vida y fue la esencia del estilo que cautivó a los amantes del boxeo esgrima. Lo de Canelo, si realmente quiso imitarlo, fue otra cosa. Precisamente, cuando empezó a esquivar de esa manera, fue el momento en que recibió los mejores "madrazos" de Liam Smith. Obviamente, fueron golpes que le llegaron a la cara de Canelo sin conmoverlo. Había una diferencia astronómica en el poder de uno y otro, al igual que en la asimilación de uno y otro. Pero quedó la imagen de Canelo intentando torear como Floyd, en otra de las grandes coincidencias del libreto.

SOLO FALTA UNA SIMILITUD
Todos recordamos la grotesca incursión de Floyd Mayweather en la lucha libre. Un episodio que en su legado, seguramente, será evitado y del cual poco se habla en la actualidad. Para ser más exactos, fue el 3 de octubre del 2008 cuando se "enfrentó" al gigante de la WWE "The Big Show" durante la Wrestlemanía 24.

El espectáculo fue algo así como el prólogo caricaturesco a la segunda parte en la historia de Floyd. Una segunda parte donde el negocio primó por encima del respeto al deporte. Una etapa donde se eligieron rivales y hasta jueces para sus peleas.

Esa similitud no puede ser encontrada en la carrera de Canelo, pero no es tarde para que lo intente. El libreto que inventó Mayweather incluye algún combate macarrónico de ese tamaño, entonces Canelo deberá, al menos, considerarlo si su intención es respetar a rajatabla el buen remunerado camino que recorrió Floyd. En ese caso es de esperar que algún día del futuro lo veamos al tapatío frente a algún enmascarado de la lucha libre mexicana. Por supuesto elegido y de menor peso. Seguramente habrá muchos rivales disponibles y no es descabellado ir pensando en sus nombres. Se los dejo de tarea.