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Fight Credential: Las claves extendidas de Lomachenko y Rigondeaux

En una de las más esperadas batallas del 2017, los ex campeones olímpicos Vasyl Lomachenko (9-1 con 7 KOs) y Guillermo Rigondeaux (17-0 con 11 KOs), se enfrentan este sábado en el Madison Square Garden de Nueva York, en una batalla a 12 asaltos y donde estará en juego el título OMB de las 130 libras en poder del ucraniano.

El cubano sube dos divisiones (de 122 a 130 libras) para afrontar este desafío ante un rival más joven, que lo supera en altura y que llegará con notorias ventajas de peso a la hora del combate. No obstante esas diferencias, hay también una notoria ventaja en la extensión de brazos que favorece a Rigondeaux en siete centímetros sobre su oponente.

El choque entre ambos, implica una clara confrontación de escuelas diferentes pero de alta y similar calidad técnica. Son rivales de una inteligencia boxística superior y un impresionante pasado amateur que los avala como, quizás, los mejores de la historia en ese escenario del pugilismo mundial.

Imaginarlos frente a frente es un verdadero desafío para la especulación previa y por el tamaño de su calidad, es difícil consensuar argumentos unánimes para establecer un vencedor de antemano. En las claves extendidas de nuestro Fight Credential, analizaremos por separado los doce rubros que pueden determinar a ese vencedor.

PEGADA (RIGONDEAUX)

En este rubro las cosas parecen claras. Rigondeaux es poder y Lomachenko volumen. El cubano, por regla general, lastima de contragolpe y según el rival, arriesga poniendo presión en cuentagotas. El ucraniano acumula mucho golpeo en velocidad y variando ángulos estilo compás. Los dos llegan al mismo resultado por caminos diferentes. Si el cubano consigue buenos golpes de poder temprano, puede ser la diferencia, si eso no ocurre, el volumen del ucraniano hará la diferencia al final.

EXPERIENCIA (LOMACHENKO)

En el campo amateur han recorrido caminos largos y similares, las diferencias aparecen en el profesional. Rigondeaux ha peleado más veces (17), pero Lomachenko, con menos peleas (10), ha confrontado a mejor oposición y en mejor secuencia. El cubano ha enfrentado a tres rivales en los últimos tres años y ha peleado apenas dos asaltos y medio en los últimos 24 meses. Excepto la victoria sobre Nonito Donaire o una insípida pelea contra Joseph Agbeko, no hay grandes nombres en su palmarés.

VELOCIDAD (LOMACHENKO)

Es difícil establecer un parámetro que a todos nos conforme cuando debemos definir las diferencias en velocidad. En la rapidez permanente, que nace de la presión inteligente, desplazamientos alternados o volumen de golpeo, las ventajas son para Lomachenko. Sin embargo, en velocidad de reflejos defensivos y explosividad de golpeo la ventaja es para Rigondeaux. Sin embargo, hay un factor que necesariamente podrá a prueba esa ventaja para el cubano: el aumento de peso ¿Le reducirá la rapidez?

DURABILIDAD (EMPATE)

La durabilidad en un escenario como el que plantea la batalla entre Lomachenko y Rigondeaux se puede medir desde la resistencia de cada uno. Por su alta elusividad y velocidad defensiva, hasta hoy, a los dos ha sido difícil golpearlos. Sin embargo, Rigondeaux cuando le han llegado o lo han mandado a la lona, ha demostrado buena asimilación. Lomachenko también ha mostrado asimilación, aunque nunca ha sido castigado ni lastimado en un combate.

DESEQUILIBRIOS (EMPATE)

No hay un Talón de Aquiles definido, que pueda establecer el camino hacia la victoria de uno o de otro. Apenas asoman, dentro del espacio destinado a los puntos de desequilibrio, dos posibles factores. En Rigondeaux los golpes que lo sorprenden desde los ángulos, por encima del brazo extendido, parecen complicarlo. Así lo tumbó Hisashi Amagasa en el 2014. En el caso de Lomachenko, por las señas de su lenguaje corporal, la sospecha es que los golpes al hígado le hacen daño y lo frenan.

ESTAMINA (EMPATE)

La estamina controla la fuerza física y la resistencia de cada rival. Ambos, en este rubro, han demostrado hasta hoy ser atletas excepcionales. La preparación en sus campamentos, que los fanáticos acompañan en redes sociales, es una muestra de su dedicación y disciplina. En este rubro no existen diferencias entre ambos. Quizás, el aumento de peso de Rigondeaux pueda ser un factor que le afecte en la pelea larga. No obstante es solo una duda que no altera el equilibrio general.

VERSATILIDAD (LOMACHENKO)

Por sus estilos y lo demostrado en sus carreras profesionales, en este rubro no hay ninguna duda sobre las ventajas del ucraniano. Lomachenko es quien impone el ritmo en sus peleas gracias a su variedad de desplazamientos, a las sorpresas en su arsenal ofensivo o sus cambios de velocidad. Rigondeaux, en esta pelea, está condenado a ajustar a partir de lo que proponga su rival y en ese territorio el cubano es irresoluto. Ejemplo, cuando enfrentó a Agbeko y este le cedió la iniciativa, no hubo pelea.

CONSISTENCIA (RIGONDEAUX)

Los dos han demostrado consistencia y estabilidad en su boxeo, pero hay factores que los diferencian en este renglón. Rigondeaux es coherente con su estilo, no cambia y lo respeta a rajatabla, aunque mayormente al fanático le resulte tedioso. De Lomachenko se pueden esperar siempre novedades y eso necesariamente altera su consistencia. Su estilo se está transformando hacia el show, especialmente contra rivales de menor tamaño o inferiores. Eso gusta, pero cuidado, puede crearle confusiones.

TECNICA (EMPATE)

La destreza técnica es el signo que los distingue. Lomachenko a partir de la velocidad y variedad de herramientas ofensivas. Rigondeaux apoyado en su velocidad defensiva, en la capacidad de escapar de todos los acosos y de sorprender de contragolpe aprovechando al máximo su extensión de brazos. No hay diferencias en este rubro, pero sí hay que esperar sorpresas. Que el cubano decida imponer el ritmo o que Lomachenko le ceda la iniciativa invitándolo a su territorio. Esa puede ser la posible rareza técnica entre dos virtuosos de la estrategia.

FISICO (LOMACHENKO)

Lomachenko llega a este combate en su mejor condición física y sin problemas de peso. A la hora del combate su tonelaje estará cercano a las 140 libras, algo que no perjudicará su velocidad ni reflejos, a la vez de darle mucha fortaleza. Rigondeaux, por el contrario, invade un territorio desconocido y su desempeño físico es una incógnita. De las 122 libras en las que ha estado cautivo por casi toda su carrera, a los 37 años da el salto hacia las posibles 129 libras. Un peso que tanto puede beneficiarlo como podría perjudicarlo.

ESQUINAS (RIGONDEAUX)

A la hora del combate, las dos esquinas tendrán un papel fundamental, especialmente en una batalla que ha tenido tantos componentes inusuales como los atípicos métodos de entrenamiento del ucraniano o la activa verborragia del entrenador cubano Pedro Luis Díaz, demostrando confianza total en la victoria de su pupilo. Pero más allá de esas puestas en escena, no hay dudas en que - por sus desventajas - será Rigondeaux el que tendrá que inventar para llevarse la victoria. En ese aspecto, Díaz será el responsable de que ello se cumpla y dé buenos resultados.

INTANGIBLES (LOMACHENKO)

Lo que escapa a la certeza de la evaluación, es el activo intangible y en esta pelea abundarán esas incógnitas ¿Cuánto pesará la dimensión del combate en la ansiedad de Rigondeaux o de su equipo? ¿Logrará equiparar calidad al nuevo peso o logrará efectivamente aumentar de peso sin complicar músculo y velocidad? ¿Cuánto pesará, para su concentración y compromiso con la victoria, la atmosfera agresiva que su propia fanaticada ha creado en las redes sociales? ¿Le pone presión el saber de antemano que si pierde, también perderá el título súper gallo AMB? Todas las preguntas sin respuesta de los intangibles, esta vez, giran alrededor de Rigondeaux y su gran desafío.