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¿Cómo impactan los cupos extras de las Eliminatorias CONMEBOL en el sueño mundialista?

ESPN.com

28 años después, las Eliminatorias Sudamericanas vuelven a tener un cambio paradigmático. Así como en 1998 la Copa del Mundo experimentó un aumento de participantes, de 24 a 32, la próxima cita mundialista pasará a contar con 48 seleccionados.

En busca de generar oportunidades para países generalmente ajenos a la mayor competencia futbolística global y, claro, de proliferar negocios y encontrar nuevos mercados, la FIFA determinó que el Mundial de Canadá, Estados Unidos y México tendrá un incremento de 50% en cuanto a equipos respecto a las últimas siete ediciones.

Con este panorama, CONMEBOL pasará de tener cuatro cupos y medio a seis y medio. ¿Cómo impactará este revolucionario cambio en sus Eliminatorias?

En primer lugar, algunas Selecciones que no son 'fijas' en las Copas del Mundo tendrán posibilidades concretas de clasificar. Con Argentina y Brasli consolidadas como las grandes potencias continentales, quienes ciclo a ciclo se juegan su chance contarán con mayor margen de error.

La Albiceleste y la Verdeamarela, las únicas con asistencia perfecta desde 1998 -Uruguay, cuatro veces al hilo adentro por repechaje, solo faltó en la cita de Francia-, podrían tomarse el torneo clasificatorio, por historia, presente y jerarquía, con otro enfoque.

El nuevo (hipotético) límite de puntos necesarios para clasificar les concede a los finalistas de la última Copa América cierto changüí para probar variantes de cara a los grandes torneos, sus principales objetivos, pero esa no es la realidad de los demás seleccionados.

No lo es para los habituales contendientes por los cupos mundialistas, como Uruguay, Chile, Colombia, Ecuador e incluso Perú y Paraguay. Y mucho menos para Bolivia y Venezuela, menos acostumbrados a esas instancias.

De las 'nuevas reglas del juego' se desprenden dos escenarios contrapuestos.

¿Planteos más conservadores fuera de casa?

En las Eliminatorias Sudamericanas, como la CONMEBOL Libertadores y la CONMEBOL Sudamericana, se convirtió en una especie de cliché futbolero el "hay que ganar de local y sacar algún punto de visitante".

El fervor por el fútbol en esta parte del mundo le da un valor importante, casi fundamental, a la localía, respaldada por miles de metros de altura, climas calurosos o húmedos y campos de juego flojos de papeles. Harás lo necesario para que el huésped se sienta fuera de casa.

Siguiendo esa línea argumental, y con mayores posibilidades de clasificar al Mundial, los directores ténicos tratarán de sacarle el mayor provecho posible a su hinchada, buscando obtener un alto porcentaje de puntos como anfitrión.

Si efectivamente eso sucediera, los equipos en cuestión necesitarían menos unidades en rodeo ajeno para quedarse con una de las plazas, al menos la de repechaje, por lo que no sería extraño ver a equipos defenderse para rascar empates y acercarse al sueño mundialista.

Este no debería ser el caso de Argentina y Brasil, volviendo a una lógica en la que los presuponemos cerca de la clasificación, pero sí para los equipos destacados pero más terrenales, que tienen posibilidades concretas de hacerse fuertes como locales.

¿O equipos más osados?

A pesar de que la empiria puede guiarnos a un escenario más especulativo, también cabe la posibilidad de que los equipos, a sabiendas de las mayores oportunidades para clasificar, decidan apostar por un fútbol más valiente.

Si sumando seis puntos fuera de casa clasifico, ¿por qué no desafiar al local con un juego atrevido para conseguir esas dos victorias necesarias?

En pos del espectáculo futbolístico, sería una bendición para los nuestros encontrar en esta modificación reglamentaria una puerta para un cambio tan profundo como paradigmático. Si eso sucede, lo demostrarán los próximos meses y lo ratificarán los sucesivos ciclos mundialistas, más globales y democráticos, pero también más lucrativos.