River, en medio de la tormenta

En Núñez, perdió 2-1 con Lanús y se despidió de la lucha por el campeonato. La gente insultó a los jugadores y al técnico

BUENOS AIRES -- La despedida de los jugadores de River Plate, de la cancha y del campeonato, resultó hoy triste y dolorosa. Con un traspié 2-1 ante Lanús como local a cuestas y con todas las muestras reprobatorias posibles de parte de sus hinchas: cantos, silbidos, insultos.

Pese a no jugar bien, River debió empatarle a Lanús. Pero eso a su gente poco le importó, con la certeza de que el campeonato ya es una utopía, los futbolistas y el técnico Manuel Pellegrini se convirtieron en el blanco de la ira de los cerca de 15 mil simpatizantes que desafiaron el clima y fueron al Monumental, esperanzados en que se produjera el milagro que nunca ocurrirá.

River comenzó enchufado, con Andrés D'Alessandro y Alejandro Domínguez complicando a la defensa de Lanús, pero sin encontrar profundidad. Así, la sensación primera de que podía ser un partido más sencillo de lo esperado para River se fue evaporando con el correr de los minutos. Lanús empezó a hacer pie en el mediocampo y en su primera llegada clara lo castigó. Iban 18 minutos cuando el uruguayo Serafín García se le escapó a Guillermo Pereyra por la derecha y mandó un centro que, tras cruzar toda el área, fue conectado al gol por Rodrigo Mannara. En desventaja, River profundizó su búsqueda. Sin embargo, las ideas claras siguieron sin aparecer y, para colmo, después de la apertura D'Alessandro y el Chori Domínguez se equivocaron más de lo que acertaron. Y ésto, sumado a que Damián Alvarez aportó poco y nada, derivó en lo único que podía derivar: confusión más confusión.

La única oportunidad clara que tuvo el local, a los 34, llegó como consecuencia de un mal pase de Carlos Moreno. Domínguez ingresó al área y el arquero uruguayo Claudio Flores, de muy buena tarea, le tapó su potente remate. Dos minutos más tarde, Lanús se puso 2-0. Centro de Moreno, cabezazo de Mannara en el palo y Bustos Montoya la empujó a la red ante el estatismo de los defensores y de Angel Comizzo. Para qué. Fastidiosos por lo que parecía ser una derrota segura, los hinchas de River descargaron toda su bronca contra los jugadores.

"La camiseta de River se tiene que transpirar y si no no se la pongan, vayansé y no roben más", gritaron fuerte, y después le sumaron algunas letras similares a su repertorio tribunero. Cuando reanudaron, el partido cambió por completo tácticamente. Porque Manuel Pellegrini mandó a la cancha a Matías Lequi y Fernando Cavenaghi en lugar de Leonardo Astrada y Damián Alvarez. Y Ariel Garcé, que había arrancado como marcador central por la lesión del paraguayo Celso Ayala, volvió a su habitual función de lateral derecho y compartió la zaga con Lequi.

Eso motivó que Ricardo Rojas se cruzara de lateral y volviera a su clásica posición sobre la izquierda. Y por su parte, Víctor Zapata se adelantó para ubicarse como carrilero, con lo que, en líneas generales, el esquema táctico pasaba a ser el mismo de siempre, con el agregado de que en la delantera estaban juntos Domínguez, Esteban Fuertes y Cavenaghi. Y River, que salió con todo hacia arriba descontó rápido. A los 6, Domínguez mandó un centro desde la derecha y, en su afán por rechazar, García la terminó metiendo dentro de su propio arco. A los 8, Rojas le puso un centro bárbaro a Cavenaghi, quien solo ante el arco la tiró increíblemente afuera. Sobre los 15, Cavenaghi se la sirvió a Fuertes y el Bichi también remató sin la dirección adecuada. Lanús resignó toda posibilidad ofensiva y River hizo los méritos suficientes como para merecer el empate, pero las atajadas de Flores y la mala puntería de sus jugadores le impidieron conseguirlo.

Y el final también fue a puro canto hostil, pero no sólo contra los jugadores. Otro destinatario fue Pellegrini, quien por primera vez desde que llegó a River escuchó gritos hirientes de su propia gente. "Ingeniero, ingeniero, nosotros somos River, no somos San Lorenzo"; "Volvete a Chile la puta que te parío"; "cantemos todos para que vuelva Ramón", fueron algunos de los cantos de la hinchada, precipitados por cierto, dado que se trata del primer semestre del chileno en River y se merece un poco más de crédito.



-DYN

 ENVÍALO | MÁS ENVIADOS

Apertura- Fecha 16
domingo, 10 de noviembre
Portada