Leonel Ríos, Néstor Andrés Silvera y Daniel Montenegro en dos ocasiones anotaron los goles de Independiente y Sebastian Romero marcó el único de la Academia en un intenso clásico jugado por primera vez en la historia en el estadio de River Plate, que se presentó repleto con las dos pasiones de Avellaneda en las tribunas.

Gabriel Milito, de Independiente, y Carlos Maximiliano Estévez vieron la tarjeta roja. Si bien la diferencia en el marcador puede parecer excesiva, fue Independiente el que mostró mayor volumen de juego, el que se sobrepuso mejor a los momentos difíciles y el que aprovechó al máximo las situaciones que creó.

El trío Insúa-Montenegro-Guiñazú fue el que dictó los designios del partido desde el comienzo, imprimiéndole ritmo al juego sobre un piso resbaloso, mientras todo el equipo presionaba a Racing para ensuciarle la salida.

Para colmo para Racing, la prematura salida de Diego Milito por lesión le quitó sorpresa y movilidad adelante. Ese predominio de los rojos cristalizó cuando Silvera se filtró en la insegura defensa local y cruzó la pelota rasante para la llegada de Ríos por el lado opuesto para que decretara el 1-0.

La expulsión infantil de Gabriel Milito, por infracción en la media cancha, rápidamente subsanada por el entrenador Américo Gallego con los cambios posicionales, sugirió un cambio en la historia del partido, mucho más cuando Sebastian Romero empató el partido con golpe de cabeza, tras previo tiro libre de Sixto Peralta desviado apenas de taco por Belloso.

Para Romero fue su cuarto gol contra Independiente, de los doce que anotó en Primera. Y si bien Racing pasó a controlar el terreno, dejó ver grietas en el fondo que Independiente capitalizó al máximo.

Esta vez encaró Montenegro por la derecha, cruzó la pelota al otro lado y Silvera, ganando en velocidad, acomodó el derechazo para poner el 2-1.

Cuando Racing se vio reducido también a diez jugadores por expulsión de Estévez, que se ganó la segunda amarilla por fuerte infracción contra Guiñazú, el partido le quedó servido a Independiente, que en cada contraataque en la desierta defensa racinguista era un preanuncio de gol.

Racing iba, pero sin profundidad, e Independiente contestaba con mucho peligro. A los 31 minutos, Montenegro, el más claro de la cancha, definió el pleito cuando clavó el tercer gol de los rojos.

La jugada arrancó con una pelota robada por Diego Castagno Suárez por izquierda -un sector desguarnecido por Racing-, el ex Colón alargó para Silvera y el comodorense la cruzó para la llegada de Montenegro para definir.

A los 38, llegó la frutilla del postre en una jugada calcada aunque con otros protagonistas. Esta vez escapó Federico Domínguez por la izquierda y la cruzó para que llegara otra vez Montenegro para definir.

Aunque puede ser exagerado el 4-1, Independiente no dejó dudas en cuanto a cuál de los dos hizo mejor las cosas. Racing no pudo aprovechar los tramos propicios y se fue envuelto en silbidos.