El conjunto de Víctor Muñoz, con dudas tras lo sucedido en la Copa Intertoto, quería comenzar con buen pie el campeonato y aprovechar el alto ritmo de juego conseguido con una pretemporada tan fuerte y de hecho, desde el primer minuto de juego evidenciaron una chispa diferente a su rival.

Si Osasuna se presentaba con las novedades de los mexicanos y con un cambio en su estilo de juego, el Villarreal lo hacía con Pepe Reina en portería como principal novedad y el debut de Marcos Senna en el centro de campo.

Después de cinco minutos de tanteo, el Villarreal comenzó a funcionar. Víctor Fernández, que volvió al equipo titular tras su suplencia en la Intertoto, aprovechó el rechace de la defensa al disparo de Senna tras una gran jugada, para marcar de cabeza, en la primera ocasión de su equipo.

El marcador a favor hizo que el Villarreal encadenara minutos de buen juego, lo que volvió a verse reflejado en el marcador. Otra vez Víctor, tras un rechace, batió a Unzué para poner el 2-0 el partido, que dejaba las cosas claras al primer cuarto de hora.

Osasuna se dedicaba a intentar a jugar al toque en el centro del campo, con buenas llegadas por bandas pero con poco peligro y demostrando un juego cansino y al pie, que facilitaba el trabajo de recuperación de Josico y Senna.

Esas recuperaciones significaban peligro contra el conjunto navarro, ya que, con dos goles a favor, el Villarreal trataba de explotar las bandas con la velocidad de Guayre y Calleja, mientras el Osasuna sólo llegó con peligro en un disparo de Iván Rosado que atrapó Reina pasada la media hora de juego.

El Villarreal, con la tranquilidad que le daba el marcador, llevaba el dominio del partido, contra lo que no podía luchar el Osasuna, que se mostró muy inocente en la faceta ofensiva.

Tras el paso por el vestuario, el Osasuna mantuvo su juego de control y toque pero en esta ocasión, ante un Villarreal permisivo y que vivía de rentas a la espera de sentenciar en un contra, que no llegó.

Eso permitió al conjunto navarro rondar el área local y tanto rondaba el área que, en un error defensivo, una gran jugada de Pablo García, clave en el empate, dejaba a Antonio López un gol casi hecho.

Con el 2-1, el Villarreal siguió tentando la suerte y, aunque trató de llegar al área por medio de Guayre, Unzué pasó por ser un mero espectador.

El partido entraba en la recta final y Osasuna no llegaba con peligro pero, en una jugada de estrategia, otra vez García se encontró con la suerte de un rechace que ponía el definitivo 2-2 aunque los navarros no habían hecho tanto para empatar y el Villarreal hizo bien poco para mantener su ventaja.