El máximo goleador de la Selección argentina de fútbol habló de su deseo de realizar una experiencia en el fútbol inglés, el ciclo cerrado con la celeste y blanca, su relación con los técnicos como Bielsa y Capello, la posibilidad de su vuelta a Boca Juniors, la confesión de que su permanencia en Italia está a punto de acabarse y la realidad política y social de la Argentina.

OTRA VEZ EN TRIGORIA
El lugar es el mismo, y nada parece haber cambiado en este oasis de tranquilidad bucólica que es Trigoria, el centro de entrenamientos de la Roma, ubicado unos 25 kilómetros a sur de la ciudad eterna.

La misma pileta, las mismas plantas ornamentales, la misma atmósfera irreal, el mismo silencio poblado de muchachos enfundados en el uniforme social, que pasan a nuestro lado como sombras, impalpables.

No, no es cierto. No todo es igual. Han pasado apenas 16 meses, pero el ritmo enloquecido del fútbol moderno ha sumado, en poco más de un año, una cantidad enorme de acontecimientos, y la realidad actual de Gabriel Batistuta nada tiene que ver con el momento que él vivía en ocasión de la entrevista anterior, la que le concedió a ESPNdeportes.com pocos días antes de la obtención del Scudetto 2000/01 con la camiseta de la Roma.

En efecto, Gabriel no es el mismo. La sonrisa de satisfacción con la que nos recibió entonces ha desaparecido, y los ojos sonrientes ahora están escondidos detrás de un par de gafas espejadas ("¿No te las podrías sacar?" - pregunta tímidamente el camarógrafo - "Sabés, por el reflejo. . .". "No", es la seca respuesta, y ahí nos damos cuenta de que hasta el tono de su voz es diferente).

En pocos minutos, también nos daremos cuenta de que fuimos elegidos para grabar un adiós, de que seríamos testigos de un trascendental anuncio: el ciclo italiano de Batistuta está a punto de acabarse.

EL FINAL DE UNA CARRERA GLORIOSA
La atmósfera nos contagió, y no pudimos evitar una referencia a la anterior ocasión para arrancar la charla.

-Gabriel, hace menos de dos años, justo aquí, nos dijiste que seguirías jugando un par de años más. Almanaque en mano, el plazo está a punto de vencer. . .
-Bueno, la verdad es que nunca, años atrás, hubiera creído que, a esta edad, todavía estaría jugando. Pero los años pasan y las ganas no se van, el físico aguanta, y entonces por ahora no voy a parar. Cuando me levante un día sin ganas de ir a entrenar, ese día el fútbol se habrá acabado para mí. Pero, entre tanto, voy a seguir un poco más.

-Vos siempre decís que te gustaría jugar en Inglaterra. Vas a tener que apurarte. . .
-Efectivamente, Inglaterra es una experiencia que me intriga. Hasta junio tengo contracto con la Roma, y trataré de hacer lo mejor posible por mi equipo, pero luego me gustaría seguir mi carrera allá. ¿Las razones? Son muchas.

El fútbol inglés tiene un carisma, un fascino increíble, y seguramente, por su espectacularidad, es el más buscado por los canales televisivos de todo el mundo y de consecuencia por los patrocinadores. Además, estoy cansado de un fútbol tan táctico.

En la Premier League se juega abierto, y con mis características creo que sería el mejor lugar para seguir siendo protagonista. Pero hay más: ahí el partido dura 90 minutos, y luego listo, todos a casa y a otra cosa.

Me lo confirmó también (Juan Sebastián) Verón, en Inglaterra uno tiene más tiempo para sí mismo, la presión de la prensa y del público no es tan enloquecedora como aquí en Italia.

Por otra parte, también tengo ganas de una nueva experiencia desde el punto de vista cultural y humano: un nuevo idioma, una cultura diferente, otro gran país para conocer, también en función de la educación de mis hijos.

Salió así, sin pausas, todo de un único, largo tirón. En fin, si ese no fue un desahogo, no sabríamos decir que fue. Once años son muchísimo, especialmente en el fútbol. Parece claro que el largo, exitoso, osaríamos decir glorioso paréntesis italiano de Batistuta ha llegado al final.

Gabriel no soporta más la histeria de los hinchas italianos, y de los romanos en particular. No lo dice abiertamente, es obvio, pero cuando nos explica su visión del juego, todo resulta evidente.

-El fútbol es así: alcanza medio centímetro para transformarte de Dios en villano. Una pelota en el poste, un gol errado por milímetros te cuesta una clasificación, y te quieren matar. Si la pelota rebota tres veces y al final entra, entonces sos un fenómeno.

Pasó aquí, en Trigoria: luego de las primeras fechas, los hinchas estaban locos, querían romper todo, hasta quisieron agredir a unos compañeros. Anteayer, luego del triunfo en el Santiago Bernabeu, al volver acá había una verdadera fiesta popular. Y eso que pasaron 5 o 6 semanas, no más. . . ¿Qué pasó, antes éramos todos unos burros y en 40 días nos volvimos grandes campeones?".

LA SELECCIÓN ARGENTINA
Esa referencia a un tiro en el poste nos hizo pensar al Mundial de Francia 1998, cuando justamente un disparo de Gabriel pegó en el palo y, luego de haber danzado delante del arco, salió y cambió la historia. Entonces, el tema Selección hace su ingreso obligado en la charla.

-¿Tu renuncia a la Selección es definitiva?
-Sí, definitiva. Lo dije muchas veces y no volveré atrás.

-¿Hablaste con Bielsa? ¿Podría ser el partido en Japón la ocasión para una despedida?
-No, en Japón seguramente no estaré. A parte, si me quieren hacer una despedida, no tendría sentido que se haga tan lejos. Yo jugué por la Argentina, de haber despedida debería hacerse en Buenos Aires. Pero no depende de mí.

-Han pasado varios meses. ¿Tu análisis sobre lo que ocurrió en el Mundial cambió?
-No, para nada. Es como te decía antes. Fuimos como candidatos, perdimos un sólo partido y quedamos afuera. Otros equipos perdieron uno y siguieron, nosotros no tuvimos esa suerte. En el fútbol lo único que cuenta es meterla adentro.

-Entonces, te parece justo que Bielsa tenga otra oportunidad. . .
-Yo lo dije aún antes de que firmara el nuevo contacto. Argentina jugaba bien, era el candidato de todos, el grupo estaba unido y su fútbol era lindo, ofensivo, divertido. El Mundial anduvo mal, pero no sería justo disminuir un trabajo excelente de cuatro años por un par de semanas.

-¿No te da un poco de bronca ver a Crespo jugar a lado de Vieri? Dos delanteros de área, y les va bastante bien. . .
-¿Mirá que Cúper no inventó nada, eh? Un montón de técnicos juegan así, con dos delanteros netos. Pero a Bielsa eso no le gustaba, ¿qué le vamos a hacer? Él prefería tener dos delanteros con características diferentes.

-Pero, por ahí, en los últimos 20 minutos de un partido que hay que ganar o ganar, se podía probar otra cosa. . .
-Bueno, es como te decía antes: después es muy fácil hablar, a cosas hechas. Lo difícil es adivinar la movida justa en el momento justo. Con el resultado puesto, todos somos grandes técnicos.

La verdad es que Gabriel demuestra una grandeza no común. La Selección ya quedó atrás, y nada le impediría pasar facturas o tomarse revanchas. Pero no, se mantiene fiel a su estilo y lo defiende a Bielsa aún más de cuanto haya hecho cuando era un jugador de él.

Como nos dirá más adelante, su relación con los técnicos es siempre mejor luego de la separación profesional. Entonces, le regaló a su ex entrenador la mejor de las defensas posibles.

BOCA JUNIORS
Imposible no preguntar por el sueño de todos los hinchas de Boca: la vuelta del gran goleador con la camiseta azul y oro. Tomamos el tema de manera indirecta.

-Sos muy amigo de Abel Balbo. ¿Qué te comentó de su experiencia en Boca?
-Qué le fue mal, ¿qué más me podía contar? - Larga la única, pequeña sonrisa de toda la entrevista. Por esto vale la pena subrayarla. - Encontró muchas dificultades, especialmente en el juego. No se encontraba cómodo con los tiempos, todo le parecía demasiado lento. Acá tenés que jugar a dos toques, y si se puede, de primera.

Allá hay que esperar que tu compañero gambetee a un par de adversarios, se acomode y luego, si tiene ganas, que te pase la pelota. A todo eso, Abel ya había entrado y salido de la zona dos veces. Nunca le encontró el ritmo, y a parte la experiencia fue demasiado corta, no tuvo tiempo para acostumbrase de vuelta a ese tipo de fútbol.

-Vos sabés muy bien que el sueño de todos los hinchas de Boca es verte terminar la carrera en la Bombonera. . .
-Bueno, veremos. Por ahora, quiero probar en Inglaterra. Luego habrá que ver si estoy todavía en condiciones de jugar. Igualmente, no pienso en la experiencia en Inglaterra como en algo largo, uno o dos años al máximo. . .

-Por lo menos dejás una puerta abierta. ¿Tuviste algún contacto con los dirigentes de Boca? -No, absolutamente. Es todo muy prematuro. Inclusive, habrá que ver como evoluciona la situación social en el país. Hoy por hoy, las cosas asustan. El deterioro de la condición de vida es terrible. No sabemos quien nos va a gobernar en pocos meses, y realmente el que tenga esa responsabilidad va a tener que cambiar algo en serio, porque el país así no da para más.

DE GOLES, TÉCNICOS Y COMPAÑEROS
El futuro no está claro, más allá del deseo de jugar en Inglaterra, y entonces volvemos al presente.

-En campeonato los goles llegaron, y hasta goles importantes, como en el clásico ante Lazio. Faltaría que comenzaras a marcar también en Champions League. . .
-Es increíble, jugué 20 partidos internacionales con la Roma y no pude anotar. Con la Fiorentina jugué menos y pude hacer varios, algunos inclusive muy lindos. Pero no me desespero, también eso llegará.

-Bueno, en el final, ante el Real, estabas solo, de cara al arco, y Cafú erró un pase increíble. Qué frustración, ¿no?
-No, frustración no. Yo estaba donde tenía que estar, luego si la pelota no me llegó yo no tengo la culpa. No es la primera vez que pasa.

-¿Tenés buena relación con Fabio Capello?
-Normal. Él es el técnico, y yo hago lo que me dice. Es un buen entrenador, pero yo nunca permito que la relación profesional se transforme en otra cosa, no me parece correcto. De hecho, con todos los técnicos que tuve, la relación mejoró y se hizo más amistosa sólo después de que había terminado el vínculo profesional.

-Luego de un comienzo difícil, la Roma parece haberse recuperado bastante bien. . .
-Si, estamos bien ahora. Es un buen equipo, sólido, y podemos luchar en todos los torneos hasta el final.

-¿Volviste a hablar con el Piojo López luego de esas declaraciones polémicas, las que le tomaron sin avisarle que la cámara estaba prendida?
-No, no tengo nada que decirle. Él dio sus explicaciones, y eso es todo. El día del clásico, en la cancha, me saludó y me pidió disculpas, pero para mí está todo bien. Eso sí, yo no hablo mal de mis compañeros, ni con cámara ni sin ella. ¿Queda claro?.

Queda clarísimo. Así como nos queda claro que, si habrá otra ocasión de entrevistarlo, seguramente no será en Trigoria y que, en lo que resta de su paso por Italia, hará todo lo posible para honrar su fama de enorme goleador.