MÉXICO -- No es momento de repetir frases trilladas, visitar lugares comunes.

No es momento de proclamar "Cam Newton se ha graduado como mariscal de campo de la NFL".

Para ser sincero, no creo que eso suceda en un momento único en la liga. Los pasadores que alcanzan el siguiente nivel, sea cual sea su punto de comienzo, lo hacen mediante un proceso gradual que comprende numerosos pases completos, incompletos, touchdowns e intercepciones. Comprende triunfos, derrotas, y de vez en cuando, una remontada memorable.

Hoy no estamos listos para asignar la etiqueta de mariscal de campo de élite al Nº 1 de los Carolina Panthers, ni siquiera después de una actuación brillante en el escenario grande del "Monday Night Football" ante rivales tan intimidantes como Bill Belichick, Tom Brady y sus New England Patriots.

Sí estamos listos, en cambio, para decir que ha dado un paso significativo en la dirección correcta.

Una semana después de ver cómo la defensiva hacía el trabajo pesado en una victoria de gira sobre los San Francisco 49ers --en medio de un partido gris en el aspecto personal--, Newton se echó a los Panthers al hombro para cimentar a su equipo como uno de los equipos a seguir en el último cuarto de la temporada regular y, si las cosas siguen como van, en los playoffs durante el próximo mes de enero.

Como siempre, los números cuentan apenas una fracción de la historia. Newton completó 19 de 28 pases para 209 yardas con tres touchdowns a cambio de cero intercepciones. Además, fue líder corredor para Carolina con 62 yardas en siete acarreos. Su índice de pasador quedó en 125.4, pero su Total QBR --que toma en cuenta una mayor cantidad de variables, incluyendo lo que hizo por tierra-- fue de 91.9, de un máximo de 100.

Ahora, pasemos a la otra parte de la historia.

Quien ha seguido a Newton desde sus días universitarios en aquella solitaria campaña en Auburn del 2010 donde elevó a los Tigers a lo más alto del firmamento universitario no pueden dudar de sus capacidades como líder, armando remontadas y haciendo creer a sus compañeros que ningún partido estaba fuera de alcance.

Sin embargo, en la NFL, la historia había sido diferente desde que los Panthers lo tomaron primero global en el draft del 2011. Newton tuvo que esperar 39 partidos --hasta el séptimo partido de la actual campaña-- para conocer lo que era jugar en un equipo con marca ganadora a nivel profesional. En el inter, Newton debió soportar toda clase de cuestionamientos sobre su aptitudes como jugadores, sus cualidades como persona, el color de su piel, e incluso, críticas sobre la supuesta falsedad de su sonrisa como un producto prefabricado.

A partir de esta noche hacia adelante, parte de ello quedará irremediablemente olvidado en el espejo retrovisor.

Los Panthers requirieron de un Newton en plan grande esta noche, y el pasador no los defraudó.

Newton realizó, en términos generales, las lecturas correctas a lo largo de toda la noche ante una defensiva con ausencias importantes, pero también con complejas variaciones esquemáticas. Newton fue preciso en la mayoría de sus envíos, con algunas excepciones en envíos cortos. Newton empieza a repartir de mejor manera el ovoide entre sus diversos objetivos, siendo el pase de touchdown de la victoria para Ted Ginn un ejemplo pertinente. Y Newton inclinó la balanza definitivamente para Carolina con sus yardas terrestres, siendo las más dañinas para New England aquellas conseguidas cuando escapaba de la presión en situaciones creadas de improviso, no en las carreras por diseño.

Una ganancia de 14 yardas en particular viene a la mente, cuando Newton escapó de cuatro defensivos distintos detrás de la línea de golpeo, se dirigió hacia su lado izquierdo para huir de la presión Patriot, y esquivó a dos más regresando hacia el interior del campo en el tercer cuarto para mantener vivo un avance Panther en tercera oportunidad y largo, y a la postre, colocar el ovoide en medio campo. De acuerdo a ESPN Stats & Info, Newton recorrió 75.8 yardas en la jugada, pero lo más importante es que la sensación de frustración para las defensivas en esas instancias es casi indescriptible.

Sin embargo, lo que debemos reconocer de este Newton actual, a diferencia del que vimos en las campañas anteriores, es que el ataque de los Panthers depende cada vez menos de estas improvisaciones. Carolina empieza a mover las cadenas mediante la ejecución de un libro de jugadas que se va abriendo cada vez más para el pasador de tercer año. Eso sí, los Panthers no olvidan el arma que tienen en las piernas de Newton y siguen diseñando acarreos para el enorme mariscal de campo. Las defensivas rivales no pueden, gracias a esta faceta de Newton, dedicarse exclusivamente a las coberturas de pase personales. Los siete de atrás no pueden jugarle a Newton de espaldas.

Carolina ha enviado un aviso al resto de la liga. Ha vencido en semanas consecutivas a dos candidatos genuinos de Super Bowl, y lo ha conseguido siguiendo sendas distintas. Además, han logrado involucrar a la afición como pocas veces en la breve historia del club. La cereza del pastel, fue que los Panthers esquivaron una bala cuando el ala defensiva Charles Johnson regresó al partido después de sufrir una lesión en la pierna que parecía, a primera instancia, trágica.

Reitero lo que dije al abrir esta entrada de blog: Newton no está allí todavía. Pero se va aproximando.

Un Newton como el de la Semana 11, acoplado con una defensiva de los Panthers como la de la Semana 10, le pueden pegar a cualquiera. El talento para llegar a la primera línea de pasadores de la liga está allí. La constancia necesaria, todavía no.

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