MIAMI -- "No se pueden ganar todos los torneos, pero siempre y cuando se dé una oportunidad hay que estar preparado para hacerlo. Yo lo he hecho bien hasta ahora en el año", resaltaba antes de comenzar el certamen. Y la verdad, en Miami, lo cumplió a rajatabla. Tras la rápida eliminación de Djokovic y las ausencias de Federer y Nadal, Andy Murray vio su chance y no lo dudó. Terminó levantando la copa de campeón y, de yapa, volvió al número dos del mundo después de cuatro años. Por eso ESPNtenis.com lo escogió como La Figura de la Semana.

Andy Murray
APAndy Murray sumó su noveno título en Masters 1000

El triunfo de Murray en Key Biscayne además se dio sobre una situación particular, lo cual le da un poco más de valor. El escocés no está mostrando su mejor nivel. "Espero jugar un poco mejor que en Indian Wells", explicaba a su llegada al este estadounidense, donde ya había festejado en 2009. Sin embargo no pudo cumplir en plenitud con su deseo. Así y todo, con la jerarquía de su tenis, pudo sacar adelante cada uno de sus partidos, a pura estrategia y aprovechando sus momentos para hacer la diferencia. Eso, sin dudas, es un plus que sólo tienen los ganadores.

"Ninguno de los dos jugó bien. Hubo un montón de altibajos y errores", reconocía el británico tras la final ante Ferrer, en la que salvó un match point. Pero bien podría haber sido una frase dicha detrás de la mayoría de cada una de sus victorias en Crandon Park, donde derrotó sucesivamente al australiano Bernard Tomic, al búlgaro Grigor Dimitrov, al italiano Andreas Seppi, al croata Marin Cilic, al francés Richard Gasquet y al propio Ferrer.

Como se puede ver, el camino de Murray al título no fue sencillo en cuanto a nombres propios. Jugó ante cinco preclasificados -dos de ellos top 10- y ante un rival peligroso, como Tomic, que tuvo un gran inicio de año y amenaza con avanzar en el ranking cuando controle sus emociones. Apenas Gasquet, mostrando un juego exquisito en el primer set, le pudo sacar un parcial previo a la final. La otra manga dejada en el camino por el escocés, por supuesto, fue ante Ferrer, luego de un concierto de errores y algunos problemas físicos.

Murray, de esta manera, sumó en Miami su segundo título del año. Ya había festejando en Brisbane, en su apertura de la temporada. Además hizo final en el Abierto de Australia y cuartos de final en Indian Wells. Suma 26 coronas, nueve de ellas en Masters 1000, donde no ganaba desde Shanghai 2011. Además, cuenta con un récord de 19 triunfos y dos derrotas en 2013 y está a un par de festejos de llegar a su victoria 400 en el circuito ATP.

De yapa, este escocés que junto a Ivan Lendl como coach se pudo sacar las ganas de conseguir su primer título en Grand Slam (US Open 2012) y además ganar la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Londres, volvió al número dos del mundo -relegando a Federer- luego de su fugaz paso de tres semanas durante agosto de 2009. Ahora, sin grandes actuaciones para defender hasta la final de Wimbledon (hizo QF en Roland Garros, Monte Carlo y Barcelona), empieza a soñar con descontar los más de 3500 puntos que lo separan del N° 1. Le sobra tenis.

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Andy Murray
Getty ImagesAndy Murray se sacó la espina y pudo festejar en Wimbledon

LONDRES -- Hizo historia. Andy Murray, oriundo de Dunblane, Escocia, cortó la racha más larga sin un campeón local en uno de los cuatro Grand Slam, al coronarse en Wimbledon, y eso ya lo convierte en leyenda para el tenis británico. Pasaron 77 años desde el último festejo de Fred Perry en la Catedral y muchas frustraciones en el medio, incluyendo cuatro semifinales del inglés Tim Henman, hasta que fue Murray el encargado de ponerle fin a esa extensa sequía. Por eso, ESPNtenis.com lo eligió como La Figura de la Semana.

Ya instalado como Nº 2 del mundo, Murray se viene mostrando más audaz y firme en su juego y más estable emocionalmente. Así fue como sorteó algunos partidos muy difíciles en su camino a su segunda corona de Grand Slam ("debutó" en el US Open 2012) y en especial derrotó al serbio Novak Djokovic (1º) en la final londinense.

Murray es el único que ostenta ahora el lujo de haber llegado a cuatro finales seguidas en los 'Majors', siempre en superficies rápidas, ya que faltó al reciente Roland Garros. El escocés perdió la final de Wimbledon 2012, luego se coronó en el Abierto de Estados Unidos y este año cayó en el Abierto de Australia y ahora se impuso en su torneo favorito. Sin dudas, tras varios dolores de cabeza en los grandes torneos, está recuperando terreno perdido y la experiencia le sirve para confiar más en su potencial y dar vuelta la historia reciente.

Durante Wimbledon, Murray, de 26 años, se convirtió en el jugador británico con más victorias individuales en los Grand Slam en toda la historia, hasta que llegó a la marca de 113 con su triunfo en la finalísima. Igualmente, su sueño y el de toda Gran Bretaña era que pudiera festejar el domingo 7 de julio en el mítico All England Club. Y vaya si lo consiguió, superando en tres sets a Djokovic, dueño de ese título dos años antes.

En 2012, Murray había jugado su primera definición en Wimbledon, donde empezó muy bien llevándose el set inicial, pero perdió con el suizo Roger Federer en cuatro parciales. Aquella vez estuvo muy tenso, sin poder descomprimir y reflejar en cancha la tremenda presión de la historia y de tantas ilusiones depositadas en él. Esta vez, ya con esa final a cuestas y con el antecedente de tener ya un 'Major' en sus vitrinas, pudo jugar un poco más tranquilo, más allá de la tensión reinante.

En el transcurso de estos casi 80 años de sequía británica en la Catedral, hubo un jugador, Henman, inglés nacido en Oxford y residente en Londres, que había acaparado la atención del público local durante las dos décadas pasadas. Arribó cuatro veces a los cuartos de final y en cuatro oportunidades a las semifinales, pero siempre le faltaba ese paso extra para poder ser finalista en casa.

La particularidad de Henman, dueño de un estilo vistoso y ofensivo, fue que sus cuatro derrotas en semis las sufrió ante el posterior campeón: cayó ante el estadounidense Pete Sampras en 1998 y 1999, con el croata Goran Ivanisevic en 2001 y frente al australiano Lleyton Hewitt en 2002. Jugó en Wimbledon hasta 2007, pero en sus tres últimas intervenciones ya no pudo superar la segunda ronda.

En 2005 apareció en escena Murray, quien más de una vez era criticado, en sus caídas, por ser escocés, pero los ingleses sabían que se trataba indudablemente del dueño de tomar la posta dejada por Henman e intentar conseguir la hazaña. En el camino, accedió tres veces a semifinales, hasta que ahora le llegó la hora deseada, la más soñada, la de romper una racha ya histórica. Por eso el delirio de los millones y millones de fanáticos y una alegría que durará por mucho tiempo en suelo británico. Murray lo hizo. Fue profeta en su tierra. A festejar, entonces.

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Australian OpenAP Photo
MÉXICO -- La edición de 2014 del Australian Open será recordada por una final sorprendente tanto como emocionante. Stanislas Wawrinka llegó a su primer partido por un título de Grand Slam ante un Rafael Nadal que había tenido un 2013 magistral y que le había derrotado en sus 12 duelos previos.

El suizo arrolló al español en el primer set con un saque potente y un revés impecable que buscó siempre las líneas. En el segundo Nadal se desmoronó con fuertes dolores en la espalda y parecía que se retiraría del partido. Stan ganó también ese parcial pero inexplicablemente comenzó a fallar en el tercero y le dio vida a un Rafa que de pronto se movía mucho mejor. La recuperación no le alcanzó al de Manacor y Wawrinka cerró la faena para levantar su primer Grand Slam y convertirse en el primer tenista no llamado Federer, Djokovic, Nadal o Murray en conquistar un grande desde el US Open del 2009.

El 2015 plantea un panorama distinto. Lejos de apoyarse en su triunfo en Melbourne para vencer el miedo escénico en torneos importantes, Wawrinka cayó en primera ronda de Roland Garros y no pasó de cuartos ni en Wimbledon ni en US Open. Comenzó el 2015 titulándose en el Abierto de Chennai y solo se cruzaría con Nadal, su gran bestia negra, si llega a la final. En el camino sin embargo puede encontrarse con Novak Djokovic quien espera una revancha después de que el suizo le impidiera ganar su quinto abierto australiano al dejarle fuera el año pasado en un electrizante duelo de cuartos que terminó con un 9-7 de Stan en el quinto set.

Djokovic llega como favorito entre otras cosas porque ha dominado el torneo en cuatro de las últimas siete ediciones. La superficie dura de Melbourne Park ha inspirado su mejor tenis desde 2008 cuando ganó el torneo por primera vez. Después de su derrota ante Wawrinka en Rod Laver, llegó a la final de Roland Garros y ganó su segundo Wimbledon. Cerró el 2014 conquistando el Torneo de Maestros aunque no tuvo que jugar la final por el retiro de Roger Federer.

Su Majestad es la gran incógnita. El pasado reciente dice que Roger no tiene oportunidad en Melbourne. Su último título allí lo conquistó en 2010 y desde entonces se han disputado 18 finales de Grand Slam de las que Roger solo apareció en tres y apenas ganó una, Wimbledon de 2012. Fue su título 17 en Grand Slams pero a partir de ese momento Federer ha visto ganar tres grandes a Nadal, dos a Djokovic y dos más a Murray. Claro, Roger llegará a Melbourne Park en forma luego de vencer a Milos Raonic en la final de Brisbane y apuntarse su victoria 1.000 en el circuito.

Después de ganar el US Open en 2012 y el Wimbledon en 2013, Andy Murray se fue en blanco en los Grand Slams de 2014, un año que incluyó cirugía de espalda para él y el polémico cambio de coach de Iván Lendl a Amélie Mauresmo. El escocés buscará un impulso a su mejor nivel con su primer título en Australia.

La lista de aspirantes a sorpresa la encabeza Kei Nishikori quien se convirtió en el primer japonés en jugar una final de Grand Slam en agosto cuando le venció Marin Cilic para titularse en el US Open. El croata no estará en Australia por una lesión en el hombro. El joven búlgaro Grigor Dimitrov querrá confirmar que su llegada a semis de Wimbledon en 2014 no fue casualidad ni fortuna.

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