DALLAS -- Para Ron Rivera, las cosas parecen fáciles en la NFL. Pero ha sido todo lo contrario rompiendo, incluso paradigmas para el único entrenador en jefe latino en toda la liga.

Cuando llegó a los Carolina Panthers en el 2011, tomó a un conjunto que sólo había ganado dos partidos la campaña anterior, para apenas un par de años después convertirlos en eternos contendientes a la postemporada.

Entre 2013 y 2014, los Panthers bajo su mando lograron el primer bicampeonato de la División Sur de la Conferencia Nacional desde el 2002.

Este año, es el entrenador de uno de sólo cuatro equipos que tienen marca perfecta después de cuatro partidos de temporada regular, en la que de nueva cuenta muy pocos han apostado por ellos fuera de Carolina.

“Sólo se trata de trabajar duro”, dijo de manera reciente Rivera, de 53 años. “Hay que estudiar, entrenar y salir a competir, sin importar otra cosa que nada tenga que ver con futbol”.

En el 2011, Rivera se convirtió en uno de los muy pocos entrenadores de origen hispano en la NFL, una liga a la que ha pertenecido por más de tres décadas, primero como un gran jugador de los legendarios Chicago Bears campeones de 1985, después como un cotizado asistente y coordinador defensivo, antes de recibir su primera oportunidad como estratega en jefe.

Rápido transformó la cara reciente de la franquicia y pasó de una marca de 6-10 en su primera temporada a 7- en el 2012. Para el 2013 su récord de 12-4 valió el nombramiento de Entrenador del Año en la NFL.

Las siguientes dos temporadas conquistó el título del Sur de la Conferencia Nacional entre 2013 y 2014, año en el que llegó por tercera ocasión consecutiva hasta la ronda divisional, a pesar de que terminó la campaña regular con marca perdedora 7-9.

Rivera es considerado un gran instructor de la NFL, capaz de adaptar su sistema y plan de juego a las cualidades y habilidades de sus jugadores desde que tocan la NFL por vez primera.

Bajo su tutela, el mariscal de campo Cameron Newton y el linebacker Luke Kuechly lograron nombramientos de Novatos del Año.

Su contexto defensivo como jugador y asistente se ha trasladado a los Panthers, que terminaron las anteriores tres campañas entre los mejores 10 equipos en yardas totales permitidas de toda la NFL; algo que sólo lograron los Seahawks y los San Francisco 49ers.

HIJO DE MEXICANA Y BORICUA

Rivera, hijo de madre méxico-americana y padre puertorriqueño, siempre se ha considerado a él mismo un representante de los hispanos en la NFL, con la responsabilidad que él mismo ha reiterado lleva eso.

“Me siento muy afortunado de que muchos latinos nos sigan a nosotros”, dijo Rivera en una entrevista en Carolina. “Siempre me han apoyado y yo trato de llevar con orgullo esa responsabilidad. Estoy emocionado de representar mi herencia”.

Rivera se pronunció de manera pública en días pasado en apoyo a la iniciativa de llevar partidos de temporada regular a México, como el proyecto recién aprobado de expansión al programa de internacionalización de la NFL.

“Es interesante por mi herencia mexicana y puertorriqueña”, dijo Rivera el pasado jueves. “Como estoy bien cerca de Puerto Rico, la familia de mi papa realmente está en contacto”.

“De hecho, escuchan nuestra transmisión en español”, agregó.

Diferente a la mayoría de los muchachos latinos, Rivera de muy joven comenzó a relacionarse con el futbol americano para convivir con niños de su edad en las bases militares donde trabaja su padre, un oficial de la Armada estadounidense.

Rivera es apenas el tercer latino entrenador en jefe en la historia de la NFL, después de Tom Flores, quien fue campeón con los Raiders además de dirigir a los Seahawls, y Tom Fears, quien fue el estratega de los New Orleans Saints de 1967 a 1970.

“Simplemente quiero ser visto como un ejemplo de que cualquier cosa se puede lograr con consistencia, atención a todos los detalles y honradez en todos los sentidos”, dijo Rivera. “El ser entrenador de futbol americano en la NFL es complicado. Hay que trabajar muy fuerte todos los días para poder competir en todos los aspectos”.

Con el fin de semana de descanso, los Panthers podrán disfrutar sin preocupación alguna su marca perfecta al menos hasta el 18 de octubre cuando enfrenten a los Seahawks.

Es apenas la segunda vez en su historia que salen invictos del primer cuarto de la temporada. La ocasión anterior fueron campeones de la Conferencia Nacional en la campaña 2003 y disputaron el Super Bowl.

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