La jugadora de Florida escapó de las sospechas generadas por la francesa Emilie Lot en el arranque de un abierto tradicionalmente negado a la autoridad de la tenista norteamericana.

Williams, que entonces tuvo que agotar los tres sets y emplearse a fondo, tardó más de lo esperado en resolver la primera manga ante la jugadora belga, estimulada por la proyección de la pista central y dispuesta a intentar no desaprovechar el seguimiento que genera la principal favorita.

Pero la resistencia fue muy limitada. Callens se sostuvo en el equilibrio de los ocho juegos iniciales (4-4). A partir de aquí, Serena rompió por vez primera el servicio de su rival y tomó impulso. La norteamericana se anotó de una tacada los ocho siguientes y cerró el partido.

Sin embargo, la jugadora de Florida no termina de encontrarse agusto en el inicio de temporada. Williams reconoció que empieza a sentir la presión de la favorita.

"Creo que juego un poco tensa. Tal vez pongo demasiada presión sobre mí. Debo serenarme un poco, sobre todo pensando en lo que viene a partir de ahora porque el exceso de tensión puede perjudicarme", reconoció la tenista norteamericana.

"Pretendo que la presión que arrastra el hecho de ser la número uno no me afecte pero a veces no puedo deshacerme de esta circunstancia. Me he convertido en el rival a batir para cada jugadora y eso pesa", añadió Williams.

Serena mantiene la confianza en romper el maleficio de este Grand Slam, único que le resta por incluir en su nutrido palmarés.