Hay un hecho fuera de debate: Caitlin Clark ha sido una fuerza singular que ha hecho crecer el juego femenino como ninguna jugadora universitaria lo había hecho antes.
CLEVELAND -- Hablemos de Caitlin Clark.
Quiero decir, todo el mundo habla de ella. Así ha sido durante meses.
La gente ha estado debatiendo si ella es la GOAT. Los aficionados del deporte han estado discutiendo si ella es la mejor jugadora de su generación. Los analistas, como yo, han estado pontificando que la guardia senior de los Iowa Hawkeyes es la mejor jugadora ofensiva que ha aparecido en décadas.
Pero hay un hecho que está fuera de debate: Caitlin Clark ha sido una fuerza singular que ha hecho crecer el juego femenino de una manera que ninguna jugadora universitaria lo había hecho antes.
Nunca hemos visto a una jugadora vender entradas como Clark, tanto en casa como fuera de ella. Nunca hemos visto a una jugadora impulsar los ratings como ella. Nunca una jugadora había atraído tantas miradas hacia el baloncesto universitario femenino.
Caitlin Clark ha cautivado al aficionado a los deportes en general. El aficionado casual a los deportes. Incluso, a los no aficionados a los deportes.
A la gente simplemente le encanta verla jugar.
Ella juega de manera diferente. Nunca hemos tenido una jugadora que consistentemente toma y hace triples. Una jugadora que puede espaciar la cancha de esta manera y luego manipular a los defensores y pasar con precisión y velocidad. Es una de las mejores pasadoras que jamás haya visto el basquetbol femenino.
Y sí, batió decenas de récords. Anotó 3,951 puntos en su carrera, incluidos 30 el domingo, cuando Iowa perdió por 87-75 en el partido por el campeonato nacional. Promedió 31.6 puntos por partido en su último año y 28.4 puntos en su carrera. Pasó por delante de leyendas anotadoras como Pete Maravich y Lynette Woodard.
Esos números y récords son increíbles. Incluso podrían ser insuperables. Pero el legado de Clark va mucho más allá de los libros de récords.
Ella destacó el baloncesto femenino como nunca antes lo habíamos visto. Un récord de 9.9 millones de espectadores sintonizaron sus televisores para ver la victoria de LSU sobre Iowa en el juego del campeonato nacional de 2023. Y el lunes, la victoria de Iowa por 94-87 sobre LSU en Elite Eight tuvo un promedio de 12.3 millones de espectadores, el partido de baloncesto universitario femenino más visto de la historia y uno de los partidos más vistos en cualquier deporte que no sea el fútbol americano de la NFL durante el año pasado.
En la temporada regular, siete cadenas de televisión y plataformas de transmisión diferentes registraron sus juegos universitarios femeninos con mayor audiencia cuando Iowa jugaba.
Iowa agotó todos sus partidos en casa este año y todos menos dos como visitante. Los precios de las entradas para el partido como local de temporada regular de Iowa contra Ohio State fueron los más altos registrados para un partido de baloncesto femenino.
Lo bueno es que la gente no sólo está siguiendo a Iowa. Según la NCAA, 292,456 aficionados asistieron a los juegos femeninos de primera y segunda ronda del torneo de la NCAA de este año, un aumento de 60,779 fanáticos con respecto a 2023. Hace solo cinco años, según los registros de la NCAA, 274,873 fanáticos asistieron a todo el torneo femenino de la NCAA de 2019.
¿Eso sucedería sin el efecto Caitlin Clark? Probablemente no.
Quién sabe a dónde irá a partir de aquí. ¿Es éste el comienzo de un aumento constante en la popularidad del baloncesto universitario femenino? ¿Es un fenómeno único que la seguirá hasta la WNBA pero que no continuará en la universidad después de que Clark se vaya? No lo sabemos.
Pero éste es un punto innegable en la evolución de la popularidad del baloncesto femenino.
Mientras el deporte femenino ha contado con grandes equipos y jugadoras durante varias décadas, ninguna jugadora antes de Clark había tenido tal impacto en el número de espectadores.
Si eres aficionada del baloncesto femenino, debes reconocer y apreciar lo que ella ha hecho para hacer crecer el deporte.
La carrera universitaria de Clark llegó a su fin el domingo. No ganó un campeonato de la NCAA.
Pero ninguna jugadora ha hecho más para elevar la popularidad del juego femenino que Caitlin Clark.