Cada año escogemos diez peloteros que, por diferentes razones, serían interesantes de seguir en la temporada.

En algunos casos, se trata de jugadores jóvenes que mostraron destellos de su potencial y deberían dar un salto mayor hasta establecerse por completo como verdaderas estrellas en el mejor béisbol del mundo.

En otros, hablamos de veteranos que por una u otra causas, necesitan demostrar que aún les queda gasolina en el tanque para seguir adelante.

Estos son los diez peloteros a seguir en el 2020.

1.- Javier Báez (Chicago Cubs)

El puertorriqueño de los Cubs es sencillamente el pelotero más divertido de ver en todas las Grandes Ligas. Divertido y espectacular.

No por gusto lo apodan "El Mago". Siempre tiene un truco debajo de la manga, lo mismo con el bate, que con el guante o en el corrido de las bases.

Con 27 años recién cumplidos, posiblemente no hayamos visto todavía lo mejor de Javier Baéz.

2.- Ronald Acuña Jr. (Atlanta Braves)

¿Cuál es límite para el talentoso jardinero venezolano? ¿El cielo?

Acuña Jr. ha dejado claro su objetivo para la campaña del 2020: convertirse en el primer jugador 50-50 (50 jonrones y 50 bases robadas.

El año pasado, en su segunda temporada en las Mayores, se quedó a tres robos de ser el quinto pelotero 40-40.

La meta es difícil, pero con que sólo lo intente, ya valdrá la pena seguirlo día a día en su progreso.

3.- Luis Robert (Chicago White Sox)

Aunque nunca jugó en Grandes Ligas, todo el mundo del béisbol sabe quién fue Omar Linares, el cubano que desde su adolescencia fue codiciado por los cazatalentos como uno de los peloteros más completos que haya pisado jamás un terreno de pelota en cualquier nivel.

Bueno, según aseguran colegas que lo vieron desde sus inicios en la isla, Luis Robert es lo mejor que ha dado Cuba desde Omar Linares.

No debe haber sido por gusto que los White Sox le dieron una extensión contractual por $50 millones sin haber debutado aún en las Mayores.

4.- Luis Arráez (Minnesota Twins)

Si lo que mostró en el 2019 es real, el segunda base venezolano de los Twins es un firme candidato a ganar el título de bateo de la Liga Americana.

Arráez tuvo average de .334, con 109 imparables en 326 turnos, apenas un punto menos que Tim Anderson, el líder de los bateadores del joven circuito, aunque sin las veces requeridas.

Su promedio de embasamiento fue de .399, con un slugging de .439. El 23 por ciento de sus hits fueron extrabases (20 dobles, un triple y cuatro jonrones) y recibió más boletos (36) que ponches (29).

5.- Félix Hernández (Atlanta Braves)

Es difícil creer que uno de los mejores lanzadores que ha tenido las Grandes Ligas en lo que va de siglo XXI esté acabado a los 33 años.

Lo cierto es que desde que cumplió 30 fue como si le hubieran apagado un interruptor, pues en sus tres últimas campañas tuvo récord de 15-27 y efectividad de 5.42 en 314 entradas, mientras que en sus primeras 12 temporadas dejó balance de 154-109 y promedio de limpias de 3.16.

Tal vez lo que necesitaba el venezolano era cambiar de aires, después de jugar 15 contiendas en Seattle.

Quizás lo veamos incluso lanzar en playoffs, la asignatura pendiente en la carrera del Rey Félix.

6.- Miguel Cabrera (Detroit Tigers)

¿Alguien duda que Miguel Cabrera es un futuro miembro del Salón de la Fama?

Con los números que tiene, ya debería alcanzarle para la inmortalidad, pero las cifras redondas llaman más la atención y Cabrera podría llegar en esta misma campaña a los 3,000 hits, 500 jonrones, 1,700 carreras impulsadas, 1,500 anotadas y 600 dobles.

Para ello necesita estar saludable y jugar en al menos 140 partidos, para acumular los 185 imparables, 23 bambinazos, seis remolcadas, 71 anotadas y 23 biangulares que les faltan para esos números cerrados.

7.- Yoenis Céspedes (New York Mets)

El cubano le ha robado hasta ahora el dinero a los New York Mets. En sus tres primeros años de un contrato de cuatro cobró 73 millones de dólares y apenas participó en 119 partidos (81 en el 2017, 38 en el 2018 y ninguno en el 2019).

El equipo consiguió una notable rebaja del salario que devengaría Céspedes en el 2020, al bajar de 29 a seis millones, más incentivos.

El pelotero llegó a los campos de entrenamiento más cerrado que una tumba, negado a conceder entrevistas y dispuesto a que su bate hablara por él en la temporada.

Luego suavizó y dijo a los medios su disposición a estar listo para el Día Inaugural y recuperar todo el camino perdido.

El talento le sobra, aunque la salud no lo ha acompañado y ya son 34 años en las costillas.

Si está saludable y logra ser el pelotero que fue, será de gran ayuda para los Mets y una diversión ver de nuevo sus kilométricos jonrones y certeros disparos desde los jardines.

8.- Chris Sale (Boston Red Sox)

El zurdo Chris Sale tuvo en el 2019 la peor temporada de su carrera, con registro de 6-11 y efectividad de 4.40.

Desde que se estableció como un abridor estelar en el 2012, nunca tuvo números tan bajos en aperturas (25) e innings lanzados (147.1).

De hecho, se perdió por primera vez en ocho años ser invitado al Juego de las Estrellas.

Los Boston Red Sox esperan desesperadamente un rebote de su astro, sobre todo después de ceder al también zurdo David Price a Los Angeles Dodgers y pasarse de tacaños en el arbitraje salarial con el venezolano Eduardo Rodríguez, hecho que podría haber dañado la relación entre el pitcher y el equipo.

9.- Gerrit Cole (New York Yankees)

El pitcher mejor pagado de la historia tiene ahora la oportunidad de hacer realidad un sueño de su infancia: jugar para los Yankees.

Ahora bien. No es lo mismo lanzar en Yankee Stadium que en el Minute Maid Park. No es lo mismo encabezar la rotación del equipo más emblemático de todas las Grandes Ligas, que ser el segundo de los Houston Astros, con Justin Verlander por delante.

Pero hoy mismo, Gerrit Cole es tal vez el mejor lanzador que hay y tiene por delante el reto adicional de liderar a un grupo que ya perdió a Luis Severino por toda la campaña y a James Paxton por las primeras semanas de temporada.

10.- Los Houston Astros

No es uno, sino varios. José Altuve, Carlos Correa, Alex Bregman, George Springer, Yuli Gurriel ...todas las principales figuras de Houston estarán bajo la lupa este año.

Nadie duda de su talento, pero muchos queremos ver si sus números anteriores son legítimos y si pueden repetirlos en el 2020, sin trampas, ni ayudas adicionales.

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FORT MYERS, Florida - Chris Sale se aprestaba a comenzar su sesión de levantamiento de pesas, parte de su entrenamiento de temporada baja. El as de los Medias Rojas de Boston pensó que comenzaría utilizando uno de los discos de mayor peso, la cual tenía frente a sus pies.

"Oh, no", dijo Rick Lademann, quien durante largo tiempo ha servido como entrenador de musculación de Sale. "Esa pesa va para la barra del Chico Grande".

Bueno, al menos así es como Jason Groome (sin duda, un chico fornido) recuerda cómo ocurrió.

A primera vista, Sale y Groome tenían todas las características de una pareja dispareja. Sale, de 28 años y de contextura alta y delgada, ha sido invitado en seis ocasiones al Juego de Estrellas y ha terminado entre los cinco primeros en votación para el Cy Young de la Liga Americana en igual cantidad de oportunidades. Groome, de 19 años y con el físico del arquetípico lanzador de poder, ha pitcheado por 62 episodios en las menores desde que los Medias Rojas lo tomaran en la primera ronda del draft de 2016 y lo firmaron con un bono por $3.65 millones.

Allí estaban los dos, un par de pitchers zurdos entrenando uno al lado del otro, tres veces a la semana en el complejo de entrenamientos del suroeste de la Florida, del cual Lademann es cofundador, motivándose mutuamente de formas que disimulaban muy bien los niveles muy diferentes en los cuales se encuentra cada uno dentro de sus carreras y vidas.

"Recuerdo mi primer par de semanas en las mayores, y los chicos con los que estuve: (Mark) Buehrle, (Jake) Peavy, (John) Danks, Edwin Jackson; y en el bullpen, (Matt) Thornton, Jesse Crain, (Scott) Linebrink... Puedo sentarme y recitar nombres todo el día", dice Sale, recordando los veteranos que fueron sus compañeros en los Medias Blancas de Chicago. "La forma en la cual me ayudaron y aportaron a mi formación. Que pueda decir: 'Óyeme, si quieres tener éxito, este es el trabajo que debes hacer'. Sólo lo estoy pasando".

Sale está devolviendo el favor. Esa fue su intención en octubre cuando se enteró por medio de Laz Gutiérrez, entrenador de destrezas mentales de los Medias Rojas, que Groome había decidido mudarse con su familia desde New Jersey hasta Fort Myers, para estar cerca del complejo de entrenamiento del equipo. Sale pidió el número telefónico de Groome y le envió un mensaje de texto con una invitación a entrenar con él.

"Pensé que uno de mis amigos me estaba gastando una broma", dice Groome.

Pero no era así. Ese mismo día, Groome se encontró con Sale y Lademann.

¿Cómo es la experiencia de entrenar con Sale para un lanzador adolescente? Imagínense ser estudiante de música y poder improvisar con Eddie Vedder, o ser un aspirante a fotógrafo y poder estar al lado de Annie Leibovitz en una sesión. Mientras Groome manejaba al sur de la carretera Interestatal 75 por el trayecto de media hora desde Fort Myers hasta Naples, apenas podía expresar su entusiasmo.

"Estaba verdaderamente nervioso", expresa Groome. "Seguía hablando con mi novia y decía: 'Voy a entrenar al lado de, o al menos conocer a un hombre al cual he estado admirando durante los últimos años'".

Sale y Groome fraternizaron rápidamente. El joven mostró su admiración por la ética de trabajo del veterano, mientras que éste último quedó impresionado por el deseo de aprender del jovencito. Crearon una agenda de trabajo. Iniciarían sus semanas con un entrenamiento los lunes por la noche. Los miércoles, harían Pilates al lado del pitcher de los Medias Rojas Rick Porcello. Sale y Groome volverían a la sala de pesas los jueves y viernes.

Groome se mostraba más cómodo en el gimnasio. Con una estatura de 6 pies, 6 pulgadas (1.98m), perfectamente se podía medir al lado de Sale. Sin embargo, Groome pesa 220 libras (casi 100 kilos), casi 50 libras más que su nuevo mentor del pitcheo, mostrando además la fortaleza natural que se puede esperar con dicha contextura.

"Es vergonzoso para mí", dice Sale, entre risas.

Si bien Groome no tiene problemas a la hora de alardear de su masa muscular, se mostró fuera de su elemento a la hora de hacer Pilates. Siendo sincero, Groome pensó al inicio si Sale y Porcello no estaban bromeando cuando le propusieron esta rutina, "pero ahora entiendo que es muy importante para mantener la flexibilidad, especialmente cuando se trata de los lanzadores. El primer par de clases no estuvieron mal, pero las siguientes 10 a 15 sesiones que tuvimos fueron especialmente duras".

"Es una persona muy tranquila, pero puedo ver cómo en ciertos días se sentía y me preguntaba: 'Muy bien, ¿qué está pasando aquí?'", dice Sale. "Cuando se piensa con respecto a los atletas y el deporte, se piensa en levantar pesas, correr y lanzar y entrenar con balones medicinales. Sin embargo, mucho depende del control del cuerpo y saber cómo utilizar músculos distintos en momentos diferentes. De eso se trata el Pilates".

Ambos lanzadores forjaron nexos gracias a los hermanos gemelos de 5 años de Groome y el hijo de 7 años de Sale. Sale consintió el interés de Sale en los autos veloces y el baloncesto e intentó, con poco éxito, de despertar su gusto por el golf.

Una cosa que Sale y Groome raramente discuten es el pitcheo.

Basándose en sus condiciones y destrezas, Groome no requiere de mucha ayuda, ni siquiera por parte del propio Sale. Considerado como el prospecto número 1 de la organización de los Medias Rojas y en el puesto 30 en todo el béisbol organizado por Keith Law de ESPN, Groome lanza su recta en el rango de las 95 millas por hora y tiene una curva bastante engañosa que incita a hacer swings fallados. Sin embargo, se vio obligado a ausentarse por dos meses de la acción en la pasada zafra luego de una torcedura en uno de sus laterales en su primera apertura, además de sufrir otro esguince, esta vez en su antebrazo, en el mes de agosto. En sus actuaciones, Groome alcanzó a sumar efectividad de 5.69, incluyendo promedio de carreras limpias permitidas de 6.90 en 11 aperturas en el Greenville de Clase-A baja, otorgando promedio cercano a los cinco boletos por cada 9 innings.

"Recién salido de la secundaria, estaba acostumbrado a lanzar juegos completos con cifras de ponches de dobles dígitos, tolerando sólo un hit sin carreras", afirma Groome. "Sin embargo, a este nivel, se les paga a todos para que jueguen este deporte de la misma forma en la cual lo hago yo. Tengo una diana a mis espaldas por todo lo que conlleva ser prospecto. Sé que los rivales quieren tener buen desempeño cuando se enfrentan a mí".

Groome dice que el compartir con Sale le ha enseñado la importancia de concentrarse en cada pitcheo en vez de estar pensando en un futuro lejano. Lo más importante para Groome ha sido aprender el valor del trabajo duro y la preparación previa.

"Pude entender al verle entrenar cómo eso se podía traducir en su actuación. En la lomita, porque es muy serio, es competitivo y se asegura de hacer todo bien", dice Groome. "Empecé a comprender y decirme: 'Wow, quizás no estoy haciendo todo el esfuerzo que realmente puedo poner'. Durante la temporada baja anterior estuve lidiando un poco con mi peso. Pensé que estaba haciendo un buen trabajo y ahora, cuando lo comparo con la temporada baja actual, entiendo que no estaba haciendo toda la labor necesaria. Este invierno lo entendí y ahora sólo quiero estar en el mejor nivel que pueda alcanzar con mi trabajo fuera del terreno".

Groome, considerado de forma unánime como fija segura para estar entre los 10 primeros seleccionados del draft, vio bajar su cotización debido a problemas con respecto a su posibilidad de ser firmado y preocupaciones mostradas sobre su mentalidad para mantenerse en el morrito, todo sumado a ciertos rumores entre la comunidad de scouts sobre presuntas transgresiones fuera de terreno. Groome fue reclutado como lanzador para la Universidad de Vanderbilt, considerada como potencia del béisbol colegial en Estados Unidos; y luego, de manera curiosa, abandonó esta casa de estudios para inscribirse en el Chipola Junior College de Florida.

Los Medias Rojas tomaron a Groome en el puesto 12 del draft y expresaron confianza en la fortaleza de su carácter y la calidad de sus lanzamientos. Y Sale conoció a Groome como un deportista comprometido con la búsqueda de su mejoría.

"No es sencillo para un chico de 19 años el tener que conducir por media hora para estar en un lugar determinado y de forma puntual a las 9 de la mañana", dice Sale. "Eso muestra su dedicación. No hay quejas al respecto. Llegó cada día listo para trabajar y así lo hicimos".

Sale ahora pasa sus días en el clubhouse del equipo grande en el complejo primaveral de los Medias Rojas, preparándose para su apertura del día inaugural el 29 de marzo en Tampa Bay. Groome, por su parte, está en el campamento de ligas menores, en el cual las instalaciones no son tan lujosas y es más difícil alcanzar la gloria. Aún no ha recibido su asignación para inicios de temporada. Sin embargo, su regreso a Greenville es lo más probable.

Con el tiempo, Groome podría emerger como el lanzador que termine con una sequía de una década de duración convirtiéndose en el primer abridor criado por la propia organización que dure por largo tiempo como miembro de la rotación de Boston desde la aparición de Clay Buchholz. En ese momento, quizás Sale siga con los patirrojos, asumiendo que el equipo pacte con él un contrato que se extienda más allá de su opción prevista para 2019.

"Sería grandioso", afirma Groome. "Especialmente si alcanzo ese nivel, sería maravilloso poder decirle: 'Oye, ¿recuerdas en 2017-18, cuando entrenamos juntos por primera vez? Ahora estamos juntos lanzando en la Serie Mundial".

¿Y no sería un tema de conversación interesante entre rutinas de Pilates?

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Chris Sale, el astro zurdo de los Medias Rojas de Boston, tuvo una pésima aparición en su debut en postemporada e inmediatamente nos lleva a una interrogante: ¿estamos en presencia de un David Price II?

Sale, uno de los firmes candidatos al premio Cy Young de la Liga Americana, fue castigado con siete limpias y nueve hits en poco más de cinco entradas, pues ni siquiera saco outs en el sexto episodio, cuando voló por los aires ante el empuje ofensivo de los Astros de Houston.

Boston tiene en sus filas al también zurdo David Price, uno de los mejores lanzadores de los últimos años, pero convertido en un pitcher de prácticas cuando llega octubre, a juzgar por su récord de 2-8 y efectividad de 5.54.

Los Astros golpearon primero con pizarra de 8-2 en el inicio de la serie divisional, donde el pequeño Jose Altuve fue el principal verdugo de los Medias Rojas, al disparar tres cuadrangulares.

Altuve castigó a Sale en la primera y quinta entradas y luego se la botó en el séptimo a Austin Maddox, tercer lanzador utilizado por John Farrell.

Desde el inicio del partido comenzaron los fuegos artificiales contra Sale, quien permitió jonrones seguidos de Alex Bregman y Altuve.

Después de dos innings de relativa calma, en los que Boston consiguió empatar ante Justin Verlander, Houston volvió a cargar contra Sale en el cuarto, con un sencillo y dos dobletes, para retomar una ventaja que no perdería más.

Los Astros aumentaron la diferencia por el segundo bambinazo del pequeño gigante venezolano en el quinto, para terminar de emboscarlo en el sexto. Tras permitir doble de Evan Gattis y caminar a Josh Reddick, Farrell no esperó más y le pidió la pelota, pero ambos corredores, de su entera responsabilidad, anotaron también por imparable remolcador de Brian McCann ante el apagafuegos Joe Kelly.

La paliza recibida por Sale pone a Boston en una situación comprometida, con todo y que es apenas el primer partido de la serie.

Y es que este era el juego que los visitantes esperaban arrancarle a sus rivales para tratar de llegar al Fenway Park al menos con la serie empatada.

Ahora Boston está en manos de Drew Pomeranz, otro zurdo que en dos aperturas contra Houston en el 2017 tuvo buenas actuaciones, con un triunfo sin derrota y efectividad de 1.46 en 12.1 entradas.

En su carrera ha lanzado 12 partidos, siete como abridor, contra la novena tejana, con balance de 2-2 y promedio de limpias de 3.69.

Por los Astros tomará la lomita del Minute Maid Park Dallas Keuchel, que no lanzó contra los Medias Rojas este año, pero a quien le ha ido mal de por vida contra este equipo.

En tres partidos, Keuchel tiene una derrota sin triunfo y elevada efectividad de 9.88, con 15 limpias y 19 imparables en 13.2 episodios.

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A los miembros de la Asociación de Escritores de Béisbol de Estados Unidos (BBWAA) que les toque votar por el premio Cy Young de la Liga Americana ya no la tienen tan fácil.

Si la campaña terminara ahora mismo, el zurdo Chris Sale, de los Medias Rojas de Boston, debería ganar el galardón de manera unánime, pues comparte el liderazgo de victorias en el joven circuito (14) con el también zurdo Jason Vargas, de los Reales de Kansas City, va segundo en efectividad (2.88) y es líder absoluto en ponches en todas las Mayores, con 253.

Además, es segundo en la Americana en WHIP (bases por bolas y hits por inning), con 0.93.

En cuanto a los abanicados, tiene un promedio de 9.7 ponches por juego y teniendo en cuenta que deben quedarle siete aperturas en la campaña, lleva un paso para terminar con 321, con lo que se convertiría en el primer lanzador de la Liga Americana con superar los 300 chocolates desde que en 1999 lo hiciera Pedro Martínez (313), precisamente con Boston.

Sin embargo, el zurdo no ha ganado en sus tres últimas aperturas, con dos derrotas y un partido sin decisión, con palizas en las dos salidas más recientes.

En esos dos encuentros ha sido bateado libremente, con 11 carreras, diez de ellas limpias, y 14 hits, en diez episodios de labor.

Además, para un hombre que ha ponchado a diez o más bateadores en 16 de sus actuaciones en el 2017, llama la atención que en su más reciente labor apenas abanicó a tres, su cifra más baja de la temporada.

Los Medias Rojas deberían estar más que preocupados por esta repentina baja de su astro de la lomita.

Puede simplemente que se trate de una mala racha, normal en cualquier deportista.

Pero cuando un lanzador tan dominante como Sale de pronto comienza a ser castigado libremente, aunque el velocímetro siga marcando su velocidad habitual, muchas veces semejantes palizas son el prólogo de una lesión del brazo.

Sería un golpe devastador para el equipo, que ya perdió desde el 22 de julio al también zurdo David Price, que ya se había perdido los dos primeros meses de la contienda.

Si no fuera el caso de una lesión, también sería motivo de preocupación que en sus dos salidas ante los Indios de Cleveland, un potencial rival en la postemporada, ha sido castigado por la Tribu con 14 carreras en ocho innings.

O que en cuatro aperturas ante los Yankees de Nueva York, archirrivales de Boston y otro posible contrincante en los playoffs, tiene balance de 0-2.

Por lo pronto, ha perdido impulso en la carrera por el Cy Young ante Corey Kluber, el derecho de los Indios, quien ahora lidera la liga en efectividad (2.65) y en WHIP (0.91), y va tercero en abanicados (208), aunque suma dos triunfos menos que el zurdo de los Medias Rojas.

Este martes 29 de agosto tiene programada su próxima apertura, ante los Azulejos de Toronto.

Entonces veremos si lo que pasó en los últimos días fue solamente un mal momento o si es hora de prender las alarmas.
BOSTON - Hace diez días, en un momento en el que las carreras escaseaban más que el agua en un desierto, los Medias Rojas subieron al dominicano Rafael Devers de Triple-A, donde ha estado jugando por menos de dos semanas. Para muchos observadores, pareció como una movida de pánico, como si el cotizado prospecto de 20 años fuese apresurado para intentar salvar a un contendiente en problemas.

Pero Carlos Febles solo se preguntaba por qué se tardaron tanto en subirlo.

Febles, ex jugador del cuadro de Grandes Ligas con los Reales de Kansas City, dirigió a Devers durante los primeros 3 1/2 meses de la temporada en Doble-A Portland. En 77 juegos allí, Devers bateó .300 con OPS de .943 a pesar de ser uno de los jugadores más jóvenes en la liga. Nunca pasó más de tres partidos sin un hit y jugó una defensiva sólida en la tercera base. Y demostró poder para todas las bandas. De sus 18 jonrones, 13 fueron hacia el jardín central o para la banda contraria hacia el izquierdo.

Cada vez que sonaba el teléfono de Febles, él pensaba que era el director de fincas de Boston Ben Crockett para anunciarle el ascenso de Devers, incluso a Grandes Ligas. Los Medias Rojas no estaban recibiendo producción de sus antesalistas y el año pasado demostraron que no tenían miedo de subir jugadores directamente de Doble-A. Lo hicieron con Andrew Benintendi y Yoan Moncada. ¿Por qué no Devers?

Pero pasó mayo y llegamos a junio, y luego a julio y Devers siguió en el mismo lugar. Luego incluso que el antesalista de Clase A Michael Chavis fuese movido a Portland al final de junio, Devers no se amilanó - no incluso luego del receso del Juego de Estrellas, cuando los Medias Rojas decidieron asumir la totalidad de la deuda de $48.3 millones para dejar en libertad a Pablo Sandoval y salir de Jhonny Peralta. En ese entonces fue que finalmente Devers fue ascendido a Triple-A, y de la forma en que Febles lo veía, probablemente se iba a quedar allí por algún tiempo.

"Para ser honesto contigo, yo pensaba que él sería enviado a Triple-A, que pasaría allí un mes y medio, y que luego sería subido en septiembre", dijo Febles. "Pero las cosas salieron un poco más temprano de lo esperado".

Y parece ser que los Medias Rojas tomaron una buena decisión. Desde el debut de Devers la semana pasada en Seattle, se ha ido de 28-12 (.429) con dos dobles, dos jonrones y cuatro remolcadas. Al momento lleva una racha de seis partidos con imparable al llegar al juego de nuestro Miércoles de Grandes Ligas por ESPN ante los Indios de Cleveland, incluyendo un juego de cuatro hits el lunes en la noche. Y es apenas el sexto jugador de los Medias Rojas en los pasados 50 años en llegar a base en sus primeros siete juegos en grandes Ligas, uniéndose a Sam Horn, Mo Vaughn, Shea Hillenbrand, Kevin Youkilis y Daniel Nava.

"Nosotros solo nos hemos sentado a admirar su trabajo", dijo el jardinero derecho Mookie Betts. "Aunque es joven, en algunos aspectos nos ha mostrado a nosotros que llevamos algún tiempo acá arriba como hacer las cosas. Me disfruto mucho el verlo".

Así que ¿qué fue lo que cambió? ¿Por qué los Medias Rojas se desviaron de su camino trazado en el que iban moviendo a Devers por el sistema de fincas y de repente lo lanzaron al medio de la contienda por el banderín antes de la fecha límite de cambios?

"Raffy nos forzó a cambiar el curso gracias a su trabajo duro, al demostrarnos que estaba listo, y por la forma en que lució en la tercera base", dijo el asistente del gerente de los Medias Rojas Eddie Romero, quien jugó un rol al servir de cazatalentos en República Dominicana y descubrirlo y firmarlo a los 16 años en 2013, casi tres meses antes que Boston ganara la Serie Mundial. "Nuestro personal sintió que estaba listo. Vamos a darle la oportunidad. ¿Por qué no?"

DEVERS SE CONVIRTIÓ en una opción más seria para los Medias Rojas el 20 de julio.

Durante algunas semanas, Boston fue vinculado a rumores de cambio por Todd Frazier, un veterano antesalista con poder del medio de la alineación y que se esperaba que fuese cambiado por los Medias Blancas de Chicago. Pero Frazier también tiene un contrato que expira, lo que significaba que los Medias Blancas no iban a recibir mucho a cambio a menos que lo colocaran en un paquete de jugadores más grande. Y así mismo fue, ya que enviaron a Frazier junto a los relevistas David Robertson y Tommy Kahnle a los Yankees de Nueva York por cuatro jugadores, incluyendo el seleccionado en la primera ronda del sorteo del 2016 Blake Rutherford.

Había algo de tiempo antes de la fecha límite de cambios, pero la mayoría de las opciones en la tercera base no eran atractivas. Mientras tanto, Devers se fue de 4-4 con un cuadrangular en su debut en Triple-A y no mostraba señales de bajar el paso, llegando a la base en los nueve partidos que disputó en dicho nivel. Si había alguna preocupación, era la defensiva de Devers. Cometió cuatro errores en ocho juegos en la antesala.

Mirando atrás, el presidente de los Medias Rojas Dave Dombrowski dijo que pasó igual cantidad de tiempo hablando con su propia gente sobre Devers que con otros equipos sobre antesalistas disponibles. Aunque Febles dijo que él y el coach de bateo de Doble-A Lee May Jr. no fueron parte de la conversación para subir a Devers a Grandes Ligas, sus brillantes reportes nocturnos de inicios de temporada fueron considerados. Crockett intervino. Y también lo hicieron Romero y el manager de Triple-A Kevin Boles. Dombrowski incluso envió al cazatalentos de asignaciones especiales Brad Sloan a observar el juego de Devers por un fin de semana.

"Diariamente, hablábamos con las personas sobre como él manejaba el nivel de juego en Triple-A", dijo Dombrowski. "Y realmente, el consenso es que él era un jugador de béisbol, que ama jugar el deporte. Nos presentaron las opciones (de cambios), y nuestra gente dijo, '¿Por qué no intentas esto? ¿Por qué no intentas [con Devers]? Él está en una posición donde lo puede hacer'".

Dombrowski recibió a Devers la semana pasada con dos consejos: "Diviértete. Sé tú mismo". Y para todos los efectos, Devers está siguiendo esos consejos al pie de la letra, aunque suene un poco intimidado.

"Yo sabía que iba a ser diferente, pero no pensaba que iba a ser así de diferente", dijo Devers mediante un intérprete. "Uno ve todas esas superestrellas por TV, y uno espera que algún día las puedas conocer. Pero el poder conocerlas y decir que soy su compañero es algo realmente cool".

AL ENTRAR a la temporada, había algunas probabilidades de que Devers tuviera problemas temprano. Por un lado, él nunca había jugado en el frío clima de Nueva Inglaterra que estaba a punto de enfrentar en Maine. Y por el otro, le tomó algún tiempo el año pasado el adaptarse a un nuevo nivel de juego en Clase A Salem. Hasta el Día de la Recordación de la temporada pasada, bateaba apenas .185 con cuatro jonrones y OPS de .578.

Pero al igual que Devers aprendió de dichos problemas, los Medias Rojas también aprendieron sobre Devers.

"Creo que ese fue su primera mala racha prolongada, pero definitivamente fue buena para él", dijo Romero. "Pienso que él sería la primera persona en decirte eso mismo. Tuvo que batallar contra el estigma de no poder cumplir con la expectativa de ser un gran prospecto. Solo poder superar eso a tan temprana edad, el haber podido mantener su madurez. Nunca perdió la compostura. Nunca tuvo problemas. Nunca demostró su frustración de manera exteriormente. Una cosa que sabíamos era que él siempre seguiría trabajando".

No hubo tales dolores de crecimiento en Doble A. Si algo, Devers proyectaba confianza. Según las cuentas de Febles, 14 de los jonrones de Devers para Portland fueron en conteo de dos strikes. Un cazatalentos de la LA que vio a Devers en mayo alabó su mejorada forma de batear en el plato, afirmando que lo vio "mucho más selectivo" y "convirtiéndose en un hombre".

Y a pesar de las fallas defensivas en la corta estadía de Devers en Triple A, Febles dijo que tenía "manos suaves y pies rápidos", haciéndose eco de las evaluaciones del manager de Salem Joe Oliver y del manager de los Mets de Nueva York en Doble-A Luis Rojas, quien también tuvo a Devers a su cargo en el béisbol invernal de RD en los pasados dos años.

"Uno ve su cuerpo, y quizás no luzca demasiado atlético, como un chico que se vaya a robar 10 bases en una temporada, o incluso cinco", dijo Rojas. "Pero mueve mucho mejor que lo que uno pensaría. Y lo que más sobresale de él es su actitud. Siempre está sonriendo, sin importar lo que le pase".

Ah, sí. La sonrisa. Si hay una característica definitoria sobre Devers que podamos destacar desde su ascenso, es su siempre presente sonrisa en su rostro, esa sonrisa "grande y dentuda" que Romero recuerda haber notado cuando lo evaluaba en su adolescencia.

También podría ser tan valioso para los Medias Rojas como cualquier cuadrangular que conecte Devers. Para un equipo que se ha identificado por las quejas de David Price y que en ocasiones no parece estar divirtiéndose demasiado en su búsqueda del banderín del Este LA, los Medias Rojas podrían beneficiarse del positivismo que parece traer Devers.

"Él es joven. Se está disfrutando por completo el juego, internalizándolo por completo", dijo Betts. "Eso nos muestra lo que nosotros debemos hacer - simplemente disfrutar el juego. Y eso es definitivamente lo que él está haciendo".

Romero dice: "Es refrescante. Es energético. Es positivo. Uno solo espera que eso nunca cambie. Y sabes qué, desde que él tenía 15 años, no ha cambiado. Pienso que simplemente él es así".

FEBLES NOTÓ ALGO más sobre Devers. Tiene algo de la misma idiosincrasia que posee el antesalista de los Rangers de Texas Adrián Beltré, compatriota dominicano y el miembro más reciente del club de los 3,000 hits.

"Si lo observas,, se para encima de la tercera base antes de cada bateador, y en cada batazo de foul, se quita el guante e intenta lanzar a la primera base", dijo Febles. "Se la pasa haciendo bromas con el inicialista cada vez que se embasa. Suele sacarle la camiseta de adentro del pantalón, tal y como lo hace Adrián. Y hace exactamente lo mismo que hace Adrián de batear y caer de rodillas".

Devers insiste que su jugador favorito es Robinson Canó, pero encuentra halagadoras las comparaciones con Beltré. Y también son adecuadas. Beltré jugó una temporada en Boston, bateando .321 con 49 dobles, 28 jonrones, 102 remolcadas y OPS de .919 desde 2010. Desde ese entonces, los Medias Rojas han utilizado 39 antesalistas, incluyendo nueve esta temporada. Desde Youkilis y Will Middlebrooks a Sandoval, Travis Shaw y los otros entremedio, ninguno ha podido adueñarse de la posición.

Los Medias Rojas creen que Devers puede acabar con esa racha, y a medida que julio finalizaba, no estaban dispuestos a esperar más tiempo para averiguarlo.

"Siempre existe algo de riesgo y algo de temor porque este es un escenario inmenso", dijo Romero. "Estás siendo empujado a Boston, al Fenway Park, en medio de una carrera por el banderín. Así que hay obviamente algo de eso, 'Wow, ¿podría ser un escenario demasiado grande - para cualquiera?' Pero él es el mismo chico ahora que cuando lo conocí con casi 16 años, y no ha hecho nada diferente desde que llegó aquí. Pienso que por eso es que ha tenido este éxito inicial".

Y por eso es que los Medias Rojas estaban tan seguros que llamarlo ahora era la movida correcta.

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KANSAS CITY, Mo. - Se ha convertido en el elefante en el cuarto - o más apropiadamente, el panda en el camerino.

¿Por cuánto tiempo podrán los Medias Rojas de Boston darse el lujo de mantener a Pablo Sandoval en su roster?

Sandoval estuvo en la alineación en la tercera base el lunes en la noche, apenas la tercera vez que apareció como titular en los últimos 10 partidos. Se fue de 3-1 y logró manejar todas sus oportunidades en el terreno. Pero cuando llegó la octava entrada y los Reales de Kansas City trajeron al relevista zurdo Mike Minor con ventaja de dos carreras y dos en base, el manager de los Medias Rojas John Farrell sacó a Sandoval por un bateador emergente.

"La situación de juego dictó una oportunidad para nosotros para buscar un choque que nos gustaba", dijo Farrell luego de la derrota 4-2 en la que los Medias Rojas se fueron de 7-0 con corredores en posición de anotar y dejaron 11 corredores en los senderos. "Ese choque de Chris [Young] ante un zurdo representaba la carrera de la ventaja si lograba sacar una del parque".

OK, bien. Young le batea bien a los zurdos, así que hace sentido enviarlo al plato. Pero los Medias Rojas no tenían ningún jugador del cuadro saludable en la banca, ya que su intermedista Dustin Pedroia no estaba disponible tras ser golpeado por un lanzamiento en sus costillas el domingo en la noche, lo que tuvo como consecuencia que escupiera sangre.

Al sacar de juego a Sandoval, Farrell envió un mensaje claro. En las entradas finales de un partido cerrado, él preferiría tener al receptor Christian Vazquez mudándose a la tercera base - una posición que no ha jugado desde que estaba en liga menor en 2009 - que dejar a Sandoval batear del lado derecho del plato.

Analicemos esto por un momento.

Hace tres años, en el Kauffman Stadium, Sandoval atrapó un elevado en territorio de foul para darle a los Gigantes de San Francisco su tercer campeonato de Serie Mundial en cinco años. El Kung Fu Panda, como se le conoce en el área de la Bahía, bateó .429 en esa Serie Mundial ante los Reales, cimentando su estatus como uno de los mejores jugadores de playoffs en el béisbol, y logró traducir eso en un contrato de cinco años y $95 millones con los Medias Rojas, quienes estaban desesperados por conseguir más ofensiva en la tercera base luego de la desaparición de Will Middlebrooks.

Y ahora, luego de un horrible 2015, una cirugía de hombro el año pasado y un mal arranque en esta temporada, es enteramente posible que Sandoval - ahora con 30 años - podría no volver a ser un jugador productivo.

Los Medias Rojas apostaron en el invierno pasado que Sandoval podría tener una temporada de recuperación. En cambio, promedia .212 con cuatro cuadrangulares y OPS de .623 en 32 juegos. Desde que regresó a juego tras un mes de ausencia por una lesión en la rodilla, lleva de 35-7 con 2 extrabases, 3 boletos y 11 ponches. Y sigue exhibiendo alcance limitado en la tercera base.

Dadas las alternativas internas que tiene Boston y el hecho que a Sandoval se le debe un total de $42 millones en 2018 y 2019, parece que los Medias Rojas tendrán que darle una última oportunidad para reclamar el puesto de titular en la tercera base antes que el presidente de operaciones de béisbol Dave Dombrowski comience a considerar un cambio. Pero Farrell solo pone a Sandoval en la alineación ante lanzadores derechos. E incluso en esos momentos, se fue con Josh Rutledge sobre Sandoval por tres partidos consecutivos en el pasado fin de semana en Houston porque los Astros ponen la pelota en juego con mayor frecuencia que cualquier otro equipo en el béisbol.

Sandoval parece poco adecuado para ser utilizado estrictamente como bate zurdo viniendo de la banca y no es viable como reemplazo defensivo en la parte final de los partidos.

Y cuando los Medias Rojas juegan con una banca corta, como ocurrió el lunes, las limitaciones de Sandoval suelen esposar aún más a Farrell.

Se espera que el mercado de cambios tenga varias opciones en la antesala, incluyendo al toletero de los Medias Blancas de Chicago Todd Frazier. Hace dos semanas, parecía que los Reales pondrían en cambio a Mike Moustakas, quien es elegible para la agencia libre luego de la temporada. Pero ellos han ganado ocho de sus últimos nueve juegos para volver a meterse en la pelea en la División Central de la LA.

"Yo no presto atención a nada de eso", dijo Moustakas sobre el ser mencionado en rumores de cambios. "Yo soy un Real de Kansas City. Voy a seguir siendo un Real de Kansas City hasta que me digan lo contrario. He estado aquí toda mi vida como jugador de béisbol. Ya llevo 10 años en la organización. Es más que una familia para mí. Yo salgo allá afuera cada día e intento ganar los partidos de béisbol para este equipo".

Farrell está bajo la misma obligación para con los Medias Rojas, lo que significa poner a sus jugadores en la mejor posición para tener éxito. El lunes en la noche, eso incluyó el poner un bateador emergente por Sandoval y poner a un receptor en la tercera base.

Fue la señal más clara de cuán bajo ha caído el valor de las acciones de Sandoval, y hay que preguntarse por cuánto tiempo persistirá esta situación.

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Los Piratas de Pittsburgh no han ganado la Serie Mundial desde 1979. Los Mets de Nueva York no se coronan desde 1986. Y los Indios de Cleveland han estado esperando desde 1946.

Añadan esos a la lista de equipos que nunca han ganado el campeonato -- Astros de Houston, Cerveceros de Milwaukee, Marineros de Seattle, Vigilantes de Texas y Rockies de Colorado -- y tienen muchas bases de fanáticos esperando por un gran desfile.

Así que, ¿cuáles de estos equipos están más próximos a ganar una Serie Mundial?

¡Voten ahora! Entonces, en nuestro Domingo de Grandes Ligas, nuestro equipo de producción de Béisbol Esta Noche hará sus selecciones durante el partido del domingo en la noche entre los Piratas y los Mets (ESPN Deportes, 8 p.m. ET).

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Doce años de juego en Boston le han dado información a Dustin Pedroia para saber que aquí los equipos son juzgados casi diariamente como "una mier---", como dijo él mismo el otro día, o "el mejor de todos los tiempos". En raras ocasiones, dice, Pedroia, hay puntos de vista en medio de esas dos posiciones.

Pero los Medias Rojas de este año están refutando la teoría del intermedista.

Justo al pasar la marca del primer cuarto de temporada, los Medias Rojas juegan para 23-21, medio juego más cerca del primer lugar del Este LA que del sótano. Han anotado 13 carreras más que las permitidas. Ellos no han ganado más de dos juegos en fila desde una corrida de cuatro victorias del 15 al 18 de abril, pero tampoco han perdido más de tres consecutivos. Se ubican en el medio del paquete en la LA en anotadas y slugging pero están últimos en cuadrangulares. Cada cinco días, ellos envían al mejor lanzador en la liga al montículo. Pero entre las salidas de Chris Sale, no hay nada que se aproxime al nivel de interés que generó el retirado toletero dominicano, e ícono de la franquicia, David Ortiz por los últimos 14 años.

Los Medias Rojas han sido enloquecedoramente mediocres. Aunque no se les puede considerar todavía como una causa perdida, se supone que su nómina de $197 millones y su colección de jóvenes estrellas los convirtieran en los reyes del Este LA. En cambio, andan dando tumbos en una desesperada necesidad de algo, lo que sea, que los impulse a jugar como se supone.

Con esto en mente, hay tres maneras de convertir a los Medias Rojas en el equipo que se supone que sea - o por lo menos hacerlos más interesantes para un mercado que bosteza con equipos que apenas sobreviven con records de .500.

1. Cambio por un bateador de poder.

Dave Dombrowski no tiene que esperar hasta después del Día de la Recordación para admitir sus dos peores cálculos en la temporada baja: Subestimó cuánto los Medias Rojas iban a extrañar a Ortiz y apostó por una temporada de recuperación del antesalista de $95 millones Pablo Sandoval.

La temporada pasada, los Medias Rojas lideraron la LA en anotaciones por más de 100 carreras. Ellos trajeron de vuelta casi la misma alineación - liderada por Mookie Betts, Pedroia, Xander Bogaerts, Hanley Ramírez, Andrew Benintendi y Jackie Bradley Jr. - pero están empatados en sexto puesto en la LA en carreras luego de apalear a los Vigilantes Texas 11-6 el martes en la noche.

Perder a Ortiz fue como apagar el interruptor de poder. Los Medias Rojas lideraron la LA en dobles y se ubicaron segundos en hits y porcentaje de embasamiento. Pero estuvieron octavos en slugging y octavos en total de bases, lo que significa que ellos no están recibiendo suficientes extrabases para remolcar carreras. Y solo han conectado 38 jonrones en 43 juegos.

Dombrowski esperará hasta el regreso de Sandoval de la lista de lesionados para buscar grandes cambios. Pero el presidente de los Medias Rojas debe saber ya que Sandoval no es una fuente confiable de poder. Solo ha tenido dos temporadas de 20 temporadas en su carrera, y la más reciente (2011) fue hace mucho tiempo.

El Dave cambiador no titubeó la pasada temporada en atender las necesidades de pitcheo de boston. Adquirió al zurdo Drew Pomeranz de los Padres de San Diego dos semanas antes de la fecha límite de cambios directos. Como tal, no resulta sorpresa que los Medias Rojas han estado atentos al antesalista de los Medias Blancas de Chicago Todd Frazier.

Existe un nombre aún mejor: El antesalista de los Reales de Kansas City Mike Moustakas. Al igual que Frazier, él será elegible para la agencia libre luego de la temporada, por lo que no bloquearía el paso del cotizado prospecto de 20 aos Rafael Devers. Pero él se está ganando $8.7 millones (Frazier se gana $12 millones) y batea a la zurdas (Frazier es bateador derecho). Los 11 jonrones de Moustakas son cuatro más que los que tiene el resto de los bateadores de la alineación de los Medias Rojas.

Moustakas no haría que todos se olviden de Ortiz. Pero colocar ese bate en el medio de la alineación haría que más de esos sencillos de Bogaerts y dobles de Betts se conviertan en carreras.

2. Asegurarse que Price está bien.

Tres de cada cinco días, el manager John Farrell puede contar con una salida sólida de su lanzador abridor. Mientras Rick Porcello, Sale y el ascendente zurdo Eduardo Rodríguez sigan luciendo de confiables a dominantes, los Medias Rojas se puedan dar el lujo de no apresurar a David Price en su asignación de rehabilitación en las menores.

Es cierto que el venidero regreso de Price de un susto en el codo en los entrenamientos primaverales es primordial para la suerte de Boston, y los Medias Rojas no quieren que Price desperdicie balas en un montículo de Triple-A cuando ellos lo necesitan para que lance lo más posible en Grandes Ligas. Pero ellos también necesitan a Price para el resto de la temporada - no meramente por un puado de aperturas antes de sufrir un retroceso.

Price no fue eficiente (65 pitcheos en dos entradas) ni particularmente efectivo (tres carreras con cinco hits, incluyendo un cuadrangular) el viernes en su primera salida de rehabilitación para el Triple-A Pawtucket. Está pautado para salir de nuevo el miércoles en la noche con la posibilidad de unirse de nuevo a la rotación la semana que viene en Chicago.

Si Price puede lanzar incluso al nivel que alcanzó la temporada pasada, cuando admitió que estaba más inconsistente que lo usual, ayudaría mucho a estabilizar la parte trasera de una rotación que en la actualidad tiene a Pomeranz y el vacío que los abridores Brian Johnson, Kyle Kendrick y Hector Velazquez no han podido llenar.

Si Price necesita otra salida de afinamiento en Triple-A antes de estar listo, los Medias Rojas deben asegurarse de que la haga.

3. Darle a Farrell más relevo.

Cuando comenzó la temporada baja, Dombrowski puso como objetivo principal en su lista encontrar un preparador. Luego de dos meses en la temporada, los Medias Rojas siguen en esa búsqueda.

Se suponía que Tyler Thornburg fuese el hombre luego que él fuese adquirido desde los Cerveceros de Milwaukee por el antesalista de poder Travis Shaw. Pero una lesión en el hombro en los entrenamientos primaverales ha evitado que Thornburg llegue al montículo.

Más tarde en la temporada, Carson Smith podría terminar siendo la respuesta. Por ahora, sigue trabajando en su recuperación de su cirugía Tommy John.

El derecho lanzallamas Joe Kelly ha mostrado destellos pero sigue con interrogantes con su control. Heath Hembree ha lucido bien, excepto por algunas salidas en las que se infló su efectividad, mientras que Matt Barnes sigue siendo propenso a permitir cuadrangulares.

Con el cerrador Craig Kimbrel en su mejor momento (0.92 ERA, 12-en-13 en salvamentos, 36 ponches, dos boletos), en ocasiones Farrell debe resistir la tentación de utilizarlo por más de tres outs. Si Dombrowski puede conseguir otro relevista confiable antes de la fecha límite de cambios, será una cosa menos por la que Farrell debe preocuparse.

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BOSTON - Era el turno de lanzar de Chris Sale, y tampoco en un partido de liga menor en algún campo remoto de prácticas. Tuvo que tomar un autobús por dos horas y media hacia Tampa para un juego a las 7 pm, lanzar seis sólidas entradas, volver al autobus y llegar a casa poco después de la medianoche. Gran cosa.

Además, eso le dio una probada - una probada en entrenamiento primaveral, si se quiere - de la rivalidad entre Medias Rojas y Yankees.

Si lanzar en la postemporada era lo más grande que Sale no había tenido la oportunidad de hacer en siete temporadas con los Medias Blancas de Chicago, tomar parte en la encarnizada rivalidad podría ser el No. 2 en esa lista. Los Medias Blancas han luchado durante décadas por la supremacía divisional con equipos como los Indios de Cleveland, los Tigres de Detroit y los Reales de Kansas City, pero ninguno de ellos cualifica como una rivalidad tan intensa como esta. Aunque el choque anual entre primos de ciudad con los Cachorros de Chicago provocó alguna vez roces entre los receptores A.J. Pierzynski y Michael Barrett, siempre se ha sentido como una creación forzosa gracias a los partidos interligas.

Pero la rivalidad Medias Rojas-Yankees es algo bien real - no solo en el béisbol, sino más allá del deporte. Seguro, ha perdido algo de brillo en los últimos años, mayormente por el hecho que los equipos no han sido contendientes serios en postemporada al mismo tiempo. Pero sigue siendo una Rivalidad con R mayúscula que data desde los tiempos de Babe Ruth e incluye algunos de los nombres más grandes en el deporte, desde Ted Williams, Joe DiMaggio y Carlton Fisk hasta Thurman Munson, Reggie Jackson, David Ortiz, Pedro Martínez, Derek Jeter y Alex Rodríguez.

Con el inicio de la serie 2017 esta semana en el Fenway Park, Sale está a punto de convertirse en la nueva estrella en entrar al ring cuando tome la lomita del Fenway por los Medias Rojas el jueves en la noche.

Sale ha mantenido un perfil bajo desde que comenzó la temporada, limitando su disponibilidad a los medios luego de haber lanzado. Pero el derecho del as zurdo de medirse a los Yankees el 21 de marzo, más allá de pasar por la ruta de liga menor, y sus comentarios luego del mismo indican que está al tanto que estos juegos tienen una relevancia mayor que los respectivos lugares de los equipos en la tabla de posiciones.

"Obviamente, cualquiera que sabe algo sobre deportes conoce sobre Boston y Nueva York", dijo Sale. "Incluso mirando desde afuera, uno lo puede ver. Se puede sentir el impulso competitive entre estos equipos y en esta serie".

Sale, de 28 años, ha tenido un comienzo históricamente bueno para los Medias Rojas. En cuatro salidas ante los Piratas de Pittsburgh, Tigres, Rays de Tampa Bay y Azulejos de Toronto, ha permitido tres carreras con 15 hits y seis boletos en 29 2/3 entradas mientras es líder en ponches en la liga con 42. Su dominio ha sido comparado con el de Martínez en su primera temporada con los Medias Rojas, y de hecho, es "muy cercano", según dijo el miembro del Salón de la Fama Dennis Eckersley. Luego de cuatro aperturas, Pedro permitió tres carreras con 16 hits y siete boletos en 32 entradas mientras ponchaba 44.

"Es algo impresionante", dijo el intermedista Dustin Pedroia sobre Sale. "'Él ataca la zona y supera a los rivales con sus pitcheos. Tienes que ir allí e intentar batearle, y no puedes. Entonces es cuando te das cuenta que su repertorio es superior. Es impresionante".

El cerrador Craig Kimbrel dijo: "Ha sido grandioso. No se le puede pedir que haga más".

En otra época, el gran arranque de Sale habría sido suficiente para hacer enfurecer a George Steinbrenner. Nada irritaba más al Jefe que Boston hiciera una movida para conseguir a una estrella como Sale, especialmente luego que los Yankees lo dejaran pasar. Algunas cabezas, o por lo menos una como la del gerente Brian Cashman, habrían rodado.

Luego que Sale fuese adquirido en diciembre por un paquete de jugadores de liga menor, incluyendo el cotizado prospecto de 21 años Yoan Moncada y el lanzallamas de Doble A Michael Kopech, Cashman respondió catalogando a los Medias Rojas como "los nuevos Golden State Warriors del béisbol". Fue una declaración que vino en parte por deportivismo, y en parte por admiración genuina. Cashman habló sobre la rotación de abridores de Boston compuesta por Sale, David Price y Rick Porcello diciendo que, "Ellos tienen a su [Kevin] Durant, su [Draymond] Green, su [Klay] Thompson y [Stephen] Curry."

Pero Cashman explicó además que los Yankees no estaban en posición de hacer una oferta comparable por Sale, aunque su sistema de fincas estaba repleto de buenos prospectos. Aunque los Medias Rojas tiene un nucleo de estrellas jóvenes (Mookie Betts, Xander Bogaerts y Andrew Benintendi tienen menos de 25 años), los Yankees están un paso atrás, con Gary Sánchez, Aaron Judge y Greg Bird estableciéndose ahora a nivel de Grandes Ligas mientras Gleyber Torres, Clint Frazier y Justus Sheffield vienen en camino.

"Tenemos un plan de juego que vamos a seguir que nos permitirá mantenernos diligentes y decididos, y pienso que nos va a funcionar bien con el tiempo", dijo Cashman. "Pienso que donde está sentado Boston ahora mismo y donde estamos nosotros, son dos zonas de tiempo diferentes".

Sin embargo, los Yankees entraron a la serie esta semana con marca de 11-7, medio juego mejor que los Medias Rojas (11-8), que se estremecen de solo pensar dónde estarían sin Sale. Price se recupera lentamente de una lesión de codo ocurrida en los entrenamientos primaverales y que probablemente lo mantendrá fuera de acción hasta junio. El resto de la rotación -- Porcello, el nudillista Steven Wright y los zurdos Eduardo Rodríguez y Drew Pomeranz -- han variado de inconsistente a horrible.

Sale trajo a Boston su reputación de lanzador dominante sobre los Yankees. En 10 partidos (siete aperturas) ante el equipo en su carrera, tiene marca de 4-1 con efectividad de 1.17, la más baja de cualquier lanzador que haya trabajado al menos 50 entradas ante Nueva York en los últimos 100 años.

"¿Puedes tocar algo de madera por mí?", dijo Sale en la primavera. "Yo no sé por qué tengo tanto éxito ante ellos. Esa es una buena pregunta. Definitivamente han tenido grandes equipos. Pero algunas veces, solo es cuestión de suerte, supongo".

Entonces consideren desafortunado para los Yankees que tengan que medirse a Sale. Con 19 juegos ante los Medias Rojas, es posible que los Yankees tengan que ver a Sale varias veces.

Pueden apostar que Sale va a estar listo. Y no tendrá que recorrer otras cinco horas de camino en autobús.

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BOSTON - Al menos por ahora, tomemos como ciertas las palabras de Pablo Sandoval en su entrevista con ESPN la semana pasada cuando dijo que estaba decidido a "trabajar duro para lograr más y para mantenerme en el nivel del jugador que soy y que puedo ser".

Excelente. Ya es hora que Sandoval le dé a los Medias Rojas de Boston algo que mostrar por sus $95 millones.

Pero no pretendamos que el regreso del antesalista caido en desgracia, incluso en su mejor forma, pueda reemplazar adecuadamente al retirado bateador designado David Ortiz.

Sandoval solo no va a poder compensar por los 48 dobles, los 38 jonrones, el slugging de .620 y el OPS de 1.021 con los que Ortiz lideró las Grandes Ligas en su temporada de despedida. Sin embargo, el personal del equipo están fijando las posibilidades de los Medias Rojas de seguir siendo el equipo con mayor cantidad de carreras anotadas en el béisbol en la combinación de un renacer de Sandoval y una temporada completa del cotizado jardinero izquierdo Andrew Benintendi.

Sin embargo, con lo que están realmente contando es con su mejorada rotación de abridores para volver a la postemporada.

"A la luz del retiro de David, ¿cómo íbamos a mejorar nuestro equipo?", dijo el manager John Farrell. "Sentíamos que el pitcheo tenía que ser la prioridad".

Especialmente con los Medias Blancas de Chicago dejando en claro que ellos planificaban cambiar a su as zurdo Chris Sale antes del final de las reuniones invernales la semana pasada. No solo que Sale es mucho más barato ($38 millones en los siguientes tres años) que los mejores bateadores disponibles - un detalle que no pasa desapercibido a los ojos de la gerencia de los Medias Rojas que buscan evitar irse por encima del límite del impuesto de lujo por tercer año consecutivo - pero además es alguien que realmente puede hacer la diferencia. Desde 2013, ha tenido un valor de 21.5 victorias sobre reemplazo, de acuerdo a FanGraphs, la tercera mejor cantidad entre los lanzadores detrás de Clayton Kershaw (29.8) y Max Scherzer (23.3).

Así que, luego de ganar 93 partidos y la División Este de la LA la pasada temporada al someter a la obediencia a los contrarios, los Medias Rojas se metieron de cabeza a la batalla por Sale y añadirlo a sus ases David Price y Rick Porcello.

Mientras el presidente de operaciones deportivas Dave Dombrowski se abraza a la vida luego de Ortiz, claramente su plan es ganar con pitcheo. Como apunta Farrell, solo 15 lanzadores tiraron al menos 200 entradas la pasada temporada, y los Medias Rojas ahora tienen tres de ellos en una superrotación que rivaliza con la que tuvieron los Filis de Filadelfia de 2011 (Roy Halladay, Cliff Lee, Cole Hamels) y los Nacionales de Washington de 2015 (Scherzer, Stephen Strasburg, Jordan Zimmermann).

Los Medias Rojas sí hicieron una movida la semana pasada para ayudar a su ofensiva. Pero la firma del primera base zurdo y ganador del Guante de Oro Mitch Moreland con un contrato de un año por $5.5 millones logró poco más que liberar a Hanley Ramírez para ser el principal bateador designado, reemplazar a Travis Shaw (quien fue cambiado a los Cerveceros de Milwaukee por el relevista de la octava entrada Tyler Thornburg), y servir de puente para el prospecto inicialista Sam Travis. Añadir a Moreland, que batea de por vida .254 con OPS de .720, no cambia el hecho que los números de Ortiz todavía no se cubren del todo.

"Seguimos teniendo un muy buen equipo ofensivo", dijo Dombrowski. "Lideramos el renglón de carreras anotadas por 100 el año pasado. No puedo predecir que todo el mundo va a volver el mismo tipo de temporada. [Ortiz] es una buena razón para eso. Pero pienso que seguimos siendo un buen equipo ofensivo".

Solo que no tan bueno como la temporada pasada.

Los Medias Rojas anotaron 878 carreras en 2016, 101 más que cualquier otro equipo en la Liga Americana, pero recibieron las mejores temporadas de sus carreras de varios de sus jugadores, incluyendo los jóvenes jardineros Mookie Betts y Jackie Bradley Jr. Ortiz impulsó 127 carreras y anotó 79, haciéndolo responsable del 23,46 por ciento de la ofensiva.

Sandoval no contribuyó en nada. Luego de perder el trabajo en la antesala con Shaw en los entrenamientos primaverales, Sandoval se fue de 6-0 con cuatro ponches en solo dos partidos, y luego fue sometido a una cirugía en su hombro izquierdo en mayo que finalizó con su temporada.

La semana pasada, Sandoval le admitió a ESPN que se sentía "conforme" luego de haber firmado un contrato de cinco años y $95 millones con los Medias Rojas como agente libre en noviembre de 2014. Perdió su forma física más de lo usual, y en los últimos dos años, perdió movilidad y alcance en la tercera base, conectó solo 10 jonrones, tuvo OPS de .651, y en el punto más bajo de su carrera, se le soltó el cinturón de su uniforme en un swing en un partido en abril en Toronto.

Sandoval, con apenas de 30 años, se sintió avergonzado por ello, y prometió perder peso en un esfuerzo por resucitar su carrera. Pero en las tres temporadas que disputó antes de llegar a los Medias Rojas (2012-14), había promediado apenas 14 jonrones, 72 remolcadas y OPS de .759 por año para los Gigantes de San Francisco y nunca tuvo un WAR de más de 2.9 por temporada según FanGraphs.

En otras palabras, una temporada normal para Sandoval representa ligeramente más de la mitad de la que tuvo Ortiz en 2016.

"No es para ponerlo todo sobre él", dijo Farrell sobre Sandoval, "pero es un bate zurdo que es probado y que tiene mucha oportunidad de tener gran impacto en nuestro equipo este año".

¿No compran esa idea? Por lo menos los Medias Rojas consiguieron en cambio a Sale, quien les da una mejor oportunidad que Sandoval que tener éxito en el mundo post Ortiz, incluso aunque eso signifique cambiar la manera en que ganan los partidos.

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