Max Verstappen casi aseguró el título mundial con una joya de manejo en Interlagos, la casa de Ayrton Senna
Max Verstappen se graduó de leyenda en Interlagos. El piloto de Red Bull prácticamente aseguró el título mundial de la F1, su cuarto en fila con una joya de manejo, fiereza y una pizca de suerte para sazonar, mientras que su compañero de equipo, el mexicano Sergio Pérez no pudo meterse en los puntos.
El neerlandés de 27 años se sobrepuso a una calificación desafortunada, una penalización de cinco lugares en la parrilla, para luego de partir en la posición 18, navegar, sí navegar porque la pista del Gran Premio de Sao Paulo era un río hasta el triunfo.
Arrancada senniana de Verstappen
Poseído por el espíritu de Ayrton Senna, Verstappen brincó en la largada del lugar 17 al 11 en tan sólo una vuelta y para la segunda de 69, a las que fue reducido el GP por una largada fallida, adelantó a Lewis Hamilton para meterse en los puntos. No pocos recordaron la hazaña del legendario brasileño en Donington de 1993.
Verstappen parecía tener instalado en su auto un detector de tracción. Ponía las cuatro llantas en los lugares de la pista donde el agarre existía, mientras que sus rivales hacían malabares por mantener el auto dentro del trazado.
Para su rival en el campeonato de pilotos, el inglés de McLaren, Lando Norris, el inicio fue un parto donde perdió la punta con George Russell.
La lluvia no cedía, pero tampoco era suficiente como para pensar en neumáticos “full wet”, todo mundo se mantenía en intermedios. Lo que para la mayoría era un húmedo infierno, para Max era el sitio de su recreo.
Vuelta cinco, Verstappen pasa a Gasly y se pone noveno. Vuelta seis, Alonso lo vio adelantarse irremediablemente, ya que Max marcaba la vuelta más rápida y ahora apuntaba al séptimo escaño que poseía Oscar Piastri.
Hay que recordar que bajo estas condiciones de lluvia no se habilita el DRS, por lo que cada rebase fue a la antigüita, de puras manos y frenada en piso mojado.
Piastri, quien tiene el poderoso MCL38, fue, en la vuelta 10, una víctima más del paso de Verstappen, quien hizo rebases en donde se puede y en donde no se puede del circuito del autódromo Carlos Pace, pero sobre todo patentó la zona interna de la curva uno, donde su auto se convertía en un pincel ante los torpes brochazos de sus contrincantes.
Liam Lawson, quien ante Checo Pérez es una fiera, se vio como un cachorro de gato cuando Max insinuó que lo pasaría. No sólo le abrió la puerta, sino que hasta le hizo una reverencia cuando le cedió el sexto puesto.
Leclerc, detiene la avanzada de Max, pero Hulk lo favorece
La avanzada de Max encontró un obstáculo difícil cuando tuvo enfrente al Ferrari de Charles Leclerc. Giro tras giro, Verstappen acechaba a menos de medio segundo y en la vuelta 22 se lanzó por fuera, pero el monegasco lo aguantó con bravura.
Leclerc decidió ir a pits en la vuelta 25, cuando la precipitación pluvial arreciaba, algo que padeció en carne propia Nico Hulkenberg, al salirse de la pista dos rondas después.
El despiste del alemán de Haas fue la señal para entrar pits y así lo hicieron, Piastri, Alonso, Oliver Bearman, Carlos Sainz Pérez y Guanyu Zhou.
Hulkenberg, con ayuda de oficiales de pista pudo reincorporarse, pero eso le supondría ser descalificado. Pero trajo como consecuencia que en el momento en que los líderes Russell y Norris, además de los Racing Bulls de Yuki Tsunoda y Lawson ingresaron a fosos, el Safety Car Virtual se acabó y se vieron perjudicados.
Los que no pararon, Esteban Ocon, Max Verstappen y Pierre Gasly tenían ahora la oportunidad de adelantarse momentáneamente.
Colapinto fue el amuleto de Max y los Alpine
En la vuelta 30, ingresó el Safety Car ante la baja visibilidad en la pista, para neutralizar la caravana. Ese fue el instante que escogió Franco Colapinto para cambiar gomas, no perdería mucho tiempo, pero un error del argentino lo convirtió en la pata de conejo que necesitaban los pacientes que seguían con las mismas llantas para encumbrarse definitivamente.
Colapinto se estrelló en la última curva del trazado con Safety Car en movimiento. Novatez, malas condiciones y llantas frías provocaron una bandera roja por la que Ocon, Verstappen y Gasly habrían mandado una botella de vino a la mesa de Franco en señal de agradecimiento.
Todos a los fosos, se mantienen las posiciones, pero se pueden cambiar llantas “gratis”. El coraje de Norris y Russell no era apto para todo público.
Ocon fue supremo, pero Max un genio
Luego de 26 minutos de bandera roja se dio la rearrancada lanzada, donde los que creían que Ocon era ‘pain au chocolat” servido en la mesa de Verstappen se equivocaron. El francés defendió su puesto y dejó atrás a Max. Se ve que Ocon es de los que no rehúye a una buena lluvia, vaya manejo.
Mientras, Lando Norris daba una pequeña muestra del por qué el título de pilotos se le escapa, a pesar de tener el mejor auto de la parrilla, al seguirse de frente y perder el cuarto lugar con Russell.
Interlagos no se conformaría con los abandonos de Lance Stroll en la vuelta de formación, el de Hulkenberg y el de Colapinto. Tocó el turno en la vuelta 39 a Sainz el traer de vuelta las amarillas y el SC, al ir de excursión con violento final en la curva 8.
Un chance más para el perro de caza de alcanzar a la liebre. En la vuelta 42, el SC se fue a su guarida y Ocon quedó a merced de Verstappen. Contener una vez al tricampeón del mundo es una proeza, haberlo hecho una segunda habría sido un milagro.
Y como los milagros no existen, el Red Bull se devoró al Alpine en la curva uno. Como contraste, Norris creyó que en lugar de GP estaba en un rally se fue largo para caer hasta el séptimo lugar, que sólo mejoraría gracias a las ‘Papaya Rules’ y a Piastri que le cedió el sexto.
De ahí en adelante, fue coser y cantar para Verstappen. Veintiséis vueltas de acrecentar su ventaja, hasta más de 19 segundos. Del lugar 17 a la punta, nada más.
La lluvia que equipara la máquinas y deja toda a las manos y la fortuna premió a Verstappen con 26 puntos y su primera victoria en 11 Grandes Premios, no lo hacía desde la carrera de Barcelona.
El poderoso holandés llegó a Brasil con una ventaja de 47 puntos sombre Norris y se va con 62 unidades, con 86 por disputarse.
Su octavo triunfo del calendario con tres carreras para completar la temporada, una de ellas Sprint, la de Qatar. Si mantiene la menos 60 puntos de ventaja en tres semanas tras eL GP de Las Vegas, Verstappen será tetracampeón.
Un podio extraño, con Ocon y Gasly en los escaños contiguos a Verstappen. Dos franceses, algo que no pasaba desde el 25 de mayo de 1997, cuando fueron segundo y tercero, Olivier Panis y Jean Alesi.