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Paul George está en casa

Paul George regresó al sur de California para unir fuerzas con Kawhi Leonard y jugar en su tierra natal. Sin embargo, existe otro motivo por su retorno: uno mucho más cercano a su corazón.

La llamada telefónica se produjo en medio de la cena. Paul George había intercambiado mensajes de texto mientras comía: un suceso nada inusual a estas alturas de finales de junio, cuando la NBA se aprestaba a iniciar una de las fases de contrataciones de agentes libres más audaces en toda su historia. Sin embargo, cuando el teléfono comenzó a sonar, George se apartó de su mesa del Catch LA, un restaurante de comida marina de alta categoría, para hablar en privado.

Fue allí cuando sus amigos se dieron cuenta de que algo importante estaba en marcha.

"Sabía que se trataba de algo. Algo grande", afirma Alex Jackson, el mejor amigo de secundaria de George. "Porque puedo darme cuenta con él. Se queda tranquilo, comienza a mirar a su alrededor, porque él tiene algo en mente".

Del otro lado de la línea, le llamaba Kawhi Leonard, la figura próxima a convertirse en agente libre y que acababa de ganar su segundo premio al Más Valioso de las Finales de la NBA, luego de liderar a los Toronto Raptors en la consecución de su campeonato. Ahora, él y George se encontraban discutiendo en secreto la posibilidad de unir fuerzas con un nuevo equipo, Los Angeles Clippers, un movimiento que podría reformular el equilibrio de poder en la NBA durante los años por venir.

Sería un increíble giro de los acontecimientos, uno prácticamente inconcebible debido a su complejidad y grado de dificultad. George se encontraba atado a un contrato con el Oklahoma City Thunder por dos años más. "Simplemente, no parecía factible", expresa George.

No obstante, nada es imposible en esta era del jugador poderoso en la NBA. Leonard y George habían alcanzado la cúspide de sus poderes (e influencias) en el momento preciso en el cual el equipo de su terruño se había ubicado en la mejor posición para aprovecharlos.

Cuando George regresó con sus dos amigos, Jackson y Myles Williams, a la mesa sobre la cual cenaban esa noche, éste intentó mantener el secreto. Ellos son esa clase de amigos que saben bien cuando es mejor no hacer preguntas.

"Pero, después de un rato", expresa Jackson, "él parecía decir: 'debo soltarlo, hombre'".

Creo que volveré a casa.

"P sabe mantener muy bien esa actitud", afirma Williams. "Pero, muy dentro de él, podía darme cuenta de que se sentía emocionado".

Si Leonard y George son capaces de concretar esta operación, los Clippers se convertirían en un contendor al título de forma instantánea. No obstante, para George, existían otros motivos detrás de la posibilidad de jugar con los Clippers. Muchas razones de peso.

"[La gente] piensa que fue un movimiento meramente deportivo", expresa George. "Y por muchas razones, fue un movimiento deportivo. Pero ese no fue su origen".

"Se trató de algo más profundo para mí, algo que va más allá de las razones deportivas".


LA BATALLA POR CONQUISTAR el alma del basquetbol de Los Ángeles, realmente no había sido una lucha encarnizada hasta el día de hoy. Los Lakers se han alzado con 16 títulos y cuentan en su haber con un elenco monumental de miembros del Salón de la Fama, digno del Monte Rushmore, el lugar donde permanecen las efigies de cuatro grandes presidentes estadounidenses. Por su parte, los Clippers ... también tienen su sede en Los Ángeles.

Hoy en día, tenemos una verdadera rivalidad en la urbe californiana. Tan pronto como George, de 29 años, y Leonard, de 28, unieron fuerzas con los Clippers (la sociedad se hizo oficial el 6 de julio, cuando Leonard pactó con el club y George fue canjeado a esta organización), era evidente que los Lakers y Clippers serían los protagonistas del partido estelar de la fecha de Navidad.

Fue un encuentro reñido en todas sus instancias, con Leonard y George intercambiando golpes con LeBron James y Anthony Davis. No obstante, los Clippers hicieron un rally en los minutos finales para imponerse 111-106 sobre sus rivales más glamorosos.

Por un buen rato posterior a la conclusión del partido, George permanece dentro del Staples Center, disfrutando del ambiente.

Un grupo de aficionados se congrega cerca del túnel que conduce al camerino de los Clippers. La muchedumbre crece mientras varios guardias de seguridad, vestidos con abrigos rojos, intentan evitar que los seguidores obstruyan el paso de George.

Pudo haber sido una escena incómoda: los aficionados bien pudieron haber empujado y pegado codazos para conseguir el autógrafo de George o algún otro recuerdo de él. Pero un razonamiento colectivo se apodera de la multitud. La silla de ruedas de Paulette George se encuentra dentro del túnel, pero ella y su esposo, Paul George Sr., estaban a cuatro filas por encima del grupo. Seguían en las tribunas.

George, completamente uniformado, se acerca a ella, pone su brazo alrededor de su madre, protegiéndola de la muchedumbre, mientras le ayuda a bajar lentamente las escaleras.

Nadie les tocó.

"Creo que los aficionados ... ellos lo entienden", indica George. "Y me permitieron disfrutar ese momento con mi mamá".

George siempre se ha mantenido cercano a su progenitora. De niño, él era su "compañero", según recuerda Paul, que la tomaba de la mano mientras ellos hacían diferentes diligencias por todo Palmdale, California. Ella lo llamaba "Hombre", porque Paul era más alto que el resto de los niños de su edad y porque era el único varón entre sus tres hijos.

"Mi mamá lo era todo", afirma George. "Ella se aseguraba que la casa se mantuviera organizada, se aseguraba que hiciéramos nuestros deberes. Ella era la ejecutora de obras. Mi papá es más similar a mí: una persona tranquila".

De niño en el sur de California, George era fanático de Kobe Bryant y era el "compañero" cercano de su mamá. Cortesía: Familia George

Pero hubo una noche en la cual Paulette sufrió un fuerte dolor de cabeza y todo cambió. Un coágulo sanguíneo había ascendido desde una pantorrilla, obstruyendo el paso del oxígeno a su cerebro, lo cual le provocó una apoplejía. Ella tenía 36 años. Paul apenas tenía 6. Él se encontraba fuera de su casa jugando al basquetbol, cuando llegó la ambulancia y los paramédicos transportaban a su madre en una camilla. Paul se aterrorizó.

"Ella se encontraba prácticamente en estado vegetativo". Así recuerda George esos primeros días en el hospital. "Estaba irreconocible, no se podía comunicar, no podía hablar, estaba encegueciendo".

Paulette podía escuchar todo lo que ocurría a su alrededor, más no podía hablar o moverse. Eventualmente, ella aprendió a cómo comunicarse de otras formas.

"Alzaba su mano y los médicos le pedían que la apretase, que apretara la mano", afirma George. "Eso fue suficiente para mí. Entendí que ella se mantenía consciente. Seguía con nosotros".

Paulette requirió de años de constantes terapias para aprender de nuevo a hablar y caminar. Durante una de sus permanencias en un complejo de rehabilitación, ella contrajo una fiebre alta causada por la neumonía y estuvo a punto de morir.

"[La historia de] mi mamá tiene todo que ver con el desafío a las probabilidades, porque todas las probabilidades estaban en su contra", expresa George. "Dijeron que mi mamá no volvería a caminar. Dijeron que mi mamá no volvería a hablar. Dijeron que quedaría completamente paralizada, que no volvería a tener visión. Y ella desafió todas esas nociones".

Paul Sr. laboró en dos empleos con el fin de mantener a su familia, mientras su esposa seguía recuperándose. Portala y Teiosha, sus hermanas mayores, ayudaron a criar a su hermano. Al momento en el cual Paul era novato en la secundaria Knight de Palmdale, ya su madre podía presenciar sus partidos. Jimmy Segura, jefe de equipamiento deportivo de la secundaria Knight, colocaba una silla especial para ella frente a la cancha, en la cual se sentaba al lado de Paul Sr.

"Asistieron a todos y cada uno de los partidos de secundaria", afirma Segura.

Sin embargo, desplazarse aún representaba toda una dificultad para Paulette. A pesar de ello, sus hijos le daban la motivación necesaria para seguir exigiéndose. Fue capaz de recuperar su independencia y aptitudes al seguir intentando hacer la mayor cantidad de cosas posibles. Subir pocos peldaños, incluso si requería de 10 minutos para lograrlo. Caminar, en vez de usar la silla de ruedas. Cortar todos los artículos que salían en el periódico sobre Paul y pegarlos a un álbum.

Tareas simples que su apoplejía le había arrebatado. Pero estas fueron sumamente preciosas cuando ella fue capaz de recuperarlas.

Cuando Paul asistió a la Universidad de Fresno State, sus padres se mudaron de Palmdale a Fresno (aproximadamente a tres horas de distancia, al norte de Palmdale) y así poder seguir presenciando sus partidos. Sin embargo, cuando Paul fue elegido en el draft de 2010 por los Indiana Pacers, viajar para acudir a sus compromisos deportivos se dificultó de manera considerable.

"Mi mamá no se queja", afirma George. "Pero el poder sostener una conversación con ella, es difícil para ella subirse a un avión y viajar".

"Para mí, poder venir a verla y hacer mucho más fáciles los viajes a ella y a mi padre, fue una de las razones más importantes por las cuales quería regresar y jugar en casa".


DESPUÉS DE LA CONFERENCIA DE PRENSA en la cual los Clippers presentaron formalmente a George y Leonard, el entrenador Doc Rivers acompañó a George mientras se acercaban a la audiencia. Un tema de conversación salió a relucir rápidamente.

"Fue gracioso", afirma Rivers. "Un George, dos George, tres George... ¡Bendito! Su hermana, el esposo de su hermana, su padre, su madre ... y ellos han asistido a todos los eventos que hemos organizado. Todos están presentes".

Incluso, existen personas de apellido George que rodean al jugador, sin tener parentesco con él. Tenemos a Vincent George, su guardia de seguridad, a quien Paul conoció en Oklahoma City. "Me llama 'tío'", bromea Vincent George. Tenemos al "entrenador George", el asistente al entrenador de la secundaria Knight de Palmdale, quien le enseñó a hacer volcadas saltando por encima de botes de basura. "De hecho, mi nombre es J-O-R-G-E Swayne", afirma el técnico entre risas. "Pero él simplemente me llama Entrenador George".

Son muchos. Y a criterio de algunas personas (incluyendo el entrenador de George), esto podría representar una distracción fuera de la cancha.

"Por ejemplo, yo adoro Chicago", afirma Rivers con respecto a su terruño. "Pero no tengo interés alguno en jugar allí. De ninguna manera ... toda la gente, las peticiones de boletos".

Pero George lo prefiere así.

"De hecho, [él] quería regresar a su casa y sumergirse en esas distracciones, en vez de alejarse de ellas", indica Rivers.

En Indiana, George tenía una casa en los alrededores del embalse Geist Reservoir, donde pernoctaban sus amigos y familiares, se iban a pescar mientras él acudía a sus prácticas para terminar friendo cualquier pescado que hubiesen atrapado. George se mantenía en contacto con sus amigos a través de la mensajería de texto y sesiones nocturnas de juegos de video.

Pero esas visitas y encuentros virtuales no son lo mismo que vivir en la misma ciudad. Después de pasar casi una década lejos de su hogar, sus amigos podían percibir cómo George anhelaba volver a contar con ese apoyo.

"No le veíamos muy seguido", indica Dallas Rutherford, uno de los amigos más cercanos de George. "Volábamos hasta allá, pero obviamente todos ya somos mayores y tenemos vidas propias. Por eso, no podíamos estar allí 24 horas al día, siete días a la semana".

Ahora en Los Ángeles, George cuenta con aproximadamente 70 parientes que asisten regularmente a eventos, partidos o reuniones familiares. Existe un grupo más numeroso de amistades que pueden acudir a sus cotejos y brindarle su apoyo.

"Pienso que él se encuentra en ese momento de su vida en el cual piensa: 'Sé quienes son mis amigos. Sé quienes fueron a visitarme a Indiana. Sé quienes fueron a visitarme a Oklahoma'", indica Williams.

"Parece decir: 'Ésta es mi gente'".


Peinado de ESPN por Erin Svalstad; producción por Mary Brooks/3Star Productions Joe Pugliese por ESPN

EN AGOSTO DE 2014, George pudo presenciar de primera mano lo que significa estar rodeado por las personas más importantes para él. Mientras Paul se encontraba en Las Vegas para asistir a unas prácticas de la selección de Estados Unidos, sufrió una fractura en su pierna que amenazaba seriamente la continuidad de su carrera, debido a una aparatosa caída mientras intentaba bloquear un balón.

Su madre estaba presente: pudo hacer el viaje de cuatro horas en carretera acompañada por el padre de George. Ella bajó las escaleras de las tribunas de la cancha de la Universidad de Nevada Las Vegas (UNLV), llegó al tabloncillo y lo acompañó en la ambulancia que lo trasladó al hospital.

"Honestamente, necesitaba eso", afirma George. "Sentía tanto dolor. Sentía tanta incredulidad. Estaba bajo un fuerte shock. Inmediatamente, caí en un estado mental depresivo, pensando: '¿Cómo pudo suceder esto?'".

Fue la madre de Paul quien lo alentó durante todo el trayecto hasta el hospital ... y mucho después.

"Había algo que se mantenía en mi mente: 'Si mi mamá fue capaz de superar todo lo que sufrió, entonces esto sería un lecho de rosas'", recuerda George. "En serio. En el día más oscuro, cuando yo no podía más [mental, físicamente], pensaba: 'Recomponte. Mi mamá ha sufrido cosas peores. Tienes con qué. Sólo debes seguir esforzándote'. Fue allí donde se originó toda la motivación. Al ver cómo mi mamá superó todo lo que le ocurrió".

George requirió de ocho meses para volver a la cancha. Su regreso fue una ocasión lo suficientemente importante para que su familia hiciera el viaje para ver a Paul convertir su primera canasta y terminar con 13 puntos en 15 minutos de juego en una victoria de los Pacers sobre el Miami Heat. Para febrero de 2016, Paul había vuelto a su nivel digno de All-Star. No obstante, cuando los Pacers perdieron en la primera ronda de los playoffs de ese año (contra los Raptors) y el siguiente (a manos de los Cleveland Cavaliers), George tenía la sensación de que su ciclo en Indiana se acercaba a su fin. Quería volver a Los Ángeles en calidad de agente libre en 2018. Los Pacers comenzaron a buscar un cambio factible, antes de perderle como agente libre a cambio de nada.

“Había algo que se mantenía en mi mente: ‘Si mi mamá fue capaz de superar todo lo que sufrió, entonces esto sería un lecho de rosas’”

- Paul George

Los Lakers fueron uno de los primeros candidatos para hacerse con sus servicios. El interés de George en incorporarse a este equipo ya había sido objeto de informes de prensa y después de todo, hablamos de un chico que creció a una hora de distancia del centro de Los Ángeles, con la leyenda de los Lakers Kobe Bryant como ídolo. Pero los Lakers decidieron no entregar a sus jóvenes jugadores para adquirir a George por una sola temporada, antes de que pudiera pactar con ellos en condición de agente libre.

El Thunder cubrió el vacío dejado por los Lakers y negoció por George, a pesar de no tener certeza de poder mantenerle a largo plazo. Para Oklahoma City, valía la pena asumir el riesgo de perder a George a manos de los Lakers después de un año. George reemplazó a un Kevin Durant que acababa de partir y sirvió como aliciente para mantener contento al base estrella Russell Westbrook. Adicionalmente, Westbrook y el Thunder creían que la campaña serviría como una visita de reclutamiento de un año de duración en la cual convencerían a George para quedarse en Oklahoma City.

"Durante ese año, Russ y P desarrollaron una gran relación", afirma Williams. "En el caso de Paul, si no llegas a perder su confianza, sin duda te apoyará un 100 por ciente. Y Russ lo apoyaba sin importar lo que había sucedido".

Por eso, al verano siguiente, cuando era agente libre, George sentía una conexión con el Thunder más profunda de lo que la mayoría esperaba. La idea de un regreso a casa en Los Ángeles le llamaba la atención, aunque se sentía un poco molesto con los Lakers, porque estos no intentaron concretar un cambio para hacerse con sus servicios el año anterior. No podía negar el nexo y la lealtad que este sentía hacia Westbrook y el Thunder y no quería dejar al equipo después de jugar solo una campaña con ellos. George renovó con el Thunder por cuatro años y $137 millones, sin siquiera reunirse con los Lakers o cualquier otro equipo.

"Él se mantuvo de forma sumamente discreta", comenta Alex Jackson. "Ni siquiera yo estaba enterado de que [permanecería en] Oklahoma City hasta que él me informara que yo tomaría el vuelo para asistir a la fiesta en la cual hicieron el anuncio".

Y probablemente, George hubiera permanecido en Oklahoma City si Leonard, en medio de su propio proceso de agencia libre en 2019, no hubiese asomado la idea de que ambos unieran fuerzas.


La sociedad de Leonard y George en Clippers se empezó a formar con una simple llamada telefónica después que los Raptors se coronaran campeones. "Se trataba de felicitarle por el triunfo", afirma George. "Así comenzó todo ... después, cobró vida propia". Andrew D. Bernstein/NBAE/Getty Images

TODO COMENZÓ DE MANERA INOCENTE, con una llamada de George a Leonard (a quien conocía desde sus días de secundaria en el sur de California), pocos días después que los Raptors se alzaron con el campeonato.

"Se trataba de felicitarle por el triunfo", afirma George. "Así comenzó todo ... después, cobró vida propia".

Una vez que los dos hijos del sur de California comenzaron a hablar, "todo empezó a tomar forma lentamente".

Hubo incontables mensajes de texto y llamadas telefónicas, aparte de dos reuniones presenciales en la residencia del rapero Drake en Hidden Hills, California (Drake se hizo amigo de Leonard durante su temporada en Toronto y éste permitió que Leonard, residente de San Diego, permaneciera en su casa mientras se encontraba en Los Ángeles para sostener reuniones en su condición de agente libre). Para el 1 de julio, ambos habían decidido ejecutar su plan: Leonard dijo a los Clippers que estaba interesado en jugar con ellos, aunque con la condición de que el equipo mejorara su roster al incorporar a un jugador con calibre All-Star, de la talla de George.

Al día siguiente, Leonard se reunió con George en Los Ángeles. Poco después de esa reunión, el agente de George llamó al presidente del Thunder Sam Priesti, para preguntarle si éste accedería a intentar un cambio con el fin de ayudar a que George y Leonard jugaran juntos.

Presti se mostró asombrado, aunque respondió que lo pensaría. Su única petición fue reunirse personalmente con George antes de proceder. Presti voló hasta Los Ángeles en la noche del 2 de julio y se encontró con George el 3 de julio. George reiteró su petición y explicó sus motivos para desear un movimiento de este tipo: quería jugar al lado de Leonard pero, más que todo, deseaba jugar en su localidad, apenas un año después de renovar con el Thunder.

No era precisamente lo que Presti deseaba escuchar, aunque el ejecutivo respetaba la forma en la cual George había procedido. Presti indicó que intentaría cambios que le ayudaran a jugar al lado de Leonard y que tuvieran sentido para el Thunder.

Durante el festivo del 4 de julio, el Thunder inició conversaciones con Clippers y Raptors. Era evidente que los Clippers eran el destino preferido y estos se comprometieron de manera activa a crear un paquete de jugadores que les asegurara hacerse con los servicios de George y Leonard.

El dueto de jugadores se mantuvo en comunicación constante, llegando a reunirse nuevamente en la casa de Drake después de que Leonard regresara de sostener una reunión en Toronto, según lo comentado por fuentes con conocimiento de la situación.

Los Clippers sopesaron entregar al prometedor base novato Shai Gilgeous-Alexander, el francotirador Danilo Gallinari y un botín de proporciones históricas, con cinco futuros puestos de selección en primera ronda del draft, era demasiado. En varias ocasiones, el pacto estuvo a punto de caer por su propio peso.

"Nos sentíamos optimistas", afirma George. "Pero aún no estábamos seguros".

Eventualmente, los Clippers decidieron pagar el altísimo precio. No solo iban a recibir a George. Se aseguraban de que Leonard también los eligiera como su nuevo equipo.

El agente de George le comunicó al jugador que el canje había sido concretado. Después, éste procedió a llamar a sus padres.

"No puedo explicar cómo se siente", afirma George. "De niño, uno se ve a sí mismo y se imagina todo esto. Me imaginaba a mis padres siendo capaces de verme jugar en el Staples Center. Me imaginaba jugando en Los Ángeles. Me imaginaba siendo All-Star, una súper estrella".

"No obstante, creo que lo mejor de todo ocurre antes de cada partido, cuando soy presentado al público: 'Paul George, oriundo de Palmdale, California'. No estoy jugando para los Clippers. Este es mi hogar. Juego para el equipo local".


"Mientras crecía en Palmdale, sabía bien que amaba este deporte. No sabía lo lejos que me iba a llevar", afirmó George durante un evento en su ciudad natal. Carlos Gonzalez por ESPN

ES EL 29 DE DICIEMBRE y Paul George conduce hasta Palmdale, sintiéndose muy enfermo. Durante la noche anterior, había comentado a los periodistas después de un partido que una gripa "salió de la nada. Intenté dejarlo todo en la cancha, pero honestamente, no había nada dentro de mí que yo pudiera dejar". Esta es la clase de enfermedad que te obliga a permanecer en cama, mucho menos te permite conducir durante hora y media para asistir a un evento al aire libre en la frialdad del invierno. Pero este evento es algo que George no podía darse el lujo de cancelar.

Su fundación había renovado tres canchas nuevas en el parque Domenic Massari de Palmdale y para inaugurarlas, se organizó una feria de atracciones con asistencia libre. El alcalde tenía pautado asistir. Sus antiguos entrenadores y compañeros de secundaria harían acto de presencia. Sus padres ya se encontraban en camino.

Por eso, George se viste con una sudadera roja, ingiere un antigripal y conduce el trayecto de hora y media en dirección al norte, acompañado por su novia Daniela Rajic y sus dos hijas, Olivia y Natasha.

El clima es gélido. Las vías están llenas de nieve producto de una tormenta reciente. A pesar de ello, cientos de personas acuden al evento para darle la bienvenida a George en su regreso al hogar.

A principios de su carrera, es probable que George no hubiese asumido esta oportunidad de la manera que lo hace hoy. Estaba concentrado en consolidarse dentro de la NBA. En el crecimiento de su juego.

"Si esta situación se me hubiese presentado en el año 2 o el año 3 [de mi carrera], probablemente hubiera sentido una corazonada, pensando: 'No sé cómo terminaría todo esto, regresar a casa'", afirma. "Ahora, que me apresto a jugar el año 10, parece ser el momento perfecto".

Ahora, George se encuentra rodeado por vistas familiares para él: los campos desérticos donde solía correr con piedras en su mochila están hoy cubiertos por 30 centímetros de nieve. Justo al cruzar la esquina se encuentra el gimnasio de la secundaria Knight, donde el entrenador Tom Hegre le amenazaba con hacerle correr sprints adicionales si no intentaba encestar más. Del otro lado de la vía se encuentra su antiguo hogar, donde su hermana mayor Teiosha le dominaba en partidas uno contra uno hasta que Paul comenzó a cursar la secundaria.

George creció jugando en las canchas de este parque. Ahora, esas mismas canchas serían bautizadas con su nombre.

"Solía venir acá todos los días después de la escuela y jugaba, trabajaba en mi juego", afirma. "Aquí tuve mi primera excursión en la primaria, aquí fueron mis primeras prácticas con el YMCA".

La voz de George se rompe ocasionalmente, a medida que revive el camino que lo llevó de vuelta a su terruño.

"Quería volver. Quería mejorar este sitio. Quería, simplemente, darles más recuerdos duraderos que podrán vivir mucho más de lo que podré hacerlo yo", afirma. "Cada logro, todos mis éxitos. Pienso que probablemente esto sea lo que me hace sentir más feliz".

Paul Sr. se encuentra en la primera fila de los asistentes al evento, vestido con indumentaria de los Clippers de pies a cabeza. Paulette está a su lado, helada por la nieve, pero contenta y orgullosa.

Sus hijas acompañan a su madre tras bastidores, vestidas con chaquetas color rosa y zapatos con lentejuelas. George afirma que desea retirarse jugando con los Clippers. Lo cual significa que éste será el lugar donde ellas crecerán.

"Mientras crecía en Palmdale, sabía bien que amaba este deporte. No sabía lo lejos que me iba a llevar", indica George, mirando hacia la multitud, sonriendo ante la presencia de tantos rostros familiares.

"Algo que yo quería lograr en mi carrera", afirma, "era volver a mi hogar. Poder estar cerca de mi gente".

Ramona ShelburneShelburne es redactora senior de ESPN. Sus trabajos previos incluyen perfiles de Ronda Rousey, Joel Embiid y Kobe Bryant.

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