Argentina: levántate y anda

Cuando el equipo local bajó su intensidad, su adrenalina volcada positivamente en cada faceta del juego, se transformó en el equipo ordinario y vulnerable que había sido en otros momentos antes de este excelente Mundial que estaba jugando

EL DOLOR DE YA NO SER:
Marcos Milinkovic y Javier Weber se frustan por ver escaparse la victoria
(Reuters)
BUENOS AIRES -- Un primer set increíble y acaso traicionero por la facilidad con que se ganó significó, paradójicamente, el preámbulo de la debacle argentina en el Mundial de voleibol.

Fue triunfo de Francia, claro y consecuente con su mejor rendimiento integral en un partido con matices marcados por varios aspectos que desencadenaron que los bleus accediesen a las semifinales y que los argentinos deban rearmarse, ahora, para luchar por el quinto puesto como objetivo de máxima.

Y lo mejor a la hora de repasar el 3 a 1 en favor de Francia es respondernos algunas preguntas: ¿Los argentinos dejaron escapar una posibilidad histórica?

Sí, indudablemente... Sin pretender que la derrota se transforme ni en drama nacional ni en karma para este plantel, habrá que admitir que de todos los rivales que podían tocarles en cuartos de final a la selección blanquiceleste, Francia era el más accesible en los papeles.

¿Por qué se dio vuelta el partido? Francia tuvo capacidad para cambiar después de la paliza sufrida en el set inicial. Cambió jugadores como los ingresos fundamentales del armador De Kergret (por Patin que había arrancado como titular) y, sobre todo, de Luc Marquet, autor de 18 puntos y verdadera pesadilla para los bloqueadores argentinos por su habilidad y confianza en los remates.

Pero además se propuso, y lo logró, bajar su margen de error. Así se "puso en partido", así luchó con garra cada pelota (se sabía que se sienten cómodos cuando la pelota va y viene en puntos de larga duración) y así fue señalándole a la Argentina el camino de la impotencia.

¿Qué le faltó a la Argentina? Esa capacidad de cambio, de adaptación "al nuevo partido" que se propuso tras el segundo set, que se llevó Francia por 29-27. La selección dirigida por Getzelevich siguió sacando igual (terminaron por fortalecer a Antiga en la recepción de tanto buscarlo) y atacando muy frontalmente a un rival que esperaba bien parado.

Pero además se cayó la actitud para defender y el bloqueo mostró muchas fallas individuales por no invadir sobre el campo rival o por colocar las manos para "ser usados" permanentemente por Marquet o Capet. Es cierto que se intentaron algunas variantes de hombres: Ferraro por Weber, Porporatto por Conte, Giani por Bidegain, pero esta vez el oxígeno que vino desde el banco no contribuyó demasiado.

En definitiva, cuando la Argentina bajó su intensidad, su extrema concentración, su adrenalina volcada positivamente en cada faceta del juego, se transformó en el equipo ordinario y vulnerable que había sido en otras oportunidades antes de este excelente Mundial que estaba jugando.

¿El partido tuvo un momento clave? Sí, claro, en el segundo set. De haberlo ganado la Argentina seguramente hubiera sido un 3-0 para la selección blanquiceleste. En el desenlace de ese set, con la Argentina arriba 22-20 hubo errores en el ataque de Elgueta, de Milinkovic (ambos la tiraron afuera), hubo otra pelota que no se recuperó sobre una pifia de Daquin (era defendible y dudaron entre Marcos y Conte) y la pelota del set (ataque suave de Marquet) se le terminó filtrando a Spajic por bloquear separado de la red.

En resumen, Francia jugó mejor esos puntos decisivos y se llevó el éxito en un parcial clave, porque les permitió ganar en confianza y soltarse.

¿Conclusiones? Es una pena que habiendo perdido un solo partido, la Argentina se haya quedado afuera del póker de semifinalistas. Pero alguna vez, como en los Juegos de Sydney 2000, le tocó vivir la situación opuesta: llegó a cuartos de final con apenas dos victorias en la rueda preliminar (EE.UU. y Corea del Sur) y se cruzó con Brasil, que venía invicto, al que los de Getzelevich derrotaron por 3 a 1. Así es el deporte...

El Mundial no terminó. Ahora se viene para la Argentina el duro equipo griego y así como no hay consuelo para la derrota con Francia tampoco debe ser tomado como "objetivo consuelo" luchar por el quinto lugar. Para la Argentina lograr ese quinto escalón es recontravalioso y realimentarse para dar batalla es un desafío enorme que este grupo, más allá del dolor y la frustración, deberá afrontar...

ALEJANDRO COCCIA es periodista deportivo desde 1982. Se desempeñó como redactor del diario La Nación de Buenos Aires, y desde 1993 conduce los programas de rugby de ESPN. Actualmente es comentarista de rugby y voleibol por ESPN+, uno de los conductores del SportsCenter Latino y columnista de ESPNdeportes.com.

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jueves, 10 de octubre