La senda hacia el oro no se presenta nada fácil. Brasil eliminó este jueves a uno de los candidatos; nada menos que a los triples campeones mundiales, pero dentro de veinticuatro horas le aguarda Yugoslavia, actual campeón olímpico y europeo.

"Este partido va a ser una delicia", habían anunciado la víspera internacionales brasileños. Y no se equivocaron. Sobre el 'taraflex'del estadio Orfeo demostraron que, en estos momentos, son superiores a los europeos.

Anastasi y Bernardo Rezende "Bernardinho" plantearon estrategias totalmente opuestas para afrontar este decisivo choque. Mientras que el técnico italiano, obligado por la lesión de Samuele Papi, buscó refugio en sus hombres más veteranos, y eligió a Cristian Casoli como sustituto de su mejor receptor.

Bernardinho eligió su formación regular, con Gilberto Godoy "Giba" y Maurício Lima como principales estrategas del juego brasileño. A lo largo de los tres sets, el sexteto brasileño nunca vio peligrar su victoria. Cuando Italia, en ocasiones esporádicas (8-6, 18-21, en la primera manga) logró asumir el mando, los brasileños no tardaban en neutralizar su desventaja.

Pero destronar a los italianos no resultó nada fácil. Fue un choque de altísimo voleibol, que hizo enmudecer durante muchas fases a ocho mil espectadores.

Los aficionados, contagiados por la tensión que se vivía en la pista, mantenían un tenso silencio cuando alguno de los jugadores acudía a la zona de saque. Y fue ahí, en los saques, donde Brasil se mostró más sólido.

Con dos mangas en contra, Anastasi jugó sus últimas bazas: dio entrada a Papi, que apenas se había ejercitado los cuatro últimos días, y al central Luigi Mastrangelo.

Con la aportación de Papi, la segunda línea italiana no sólo mejoró ostensiblemente, sino que sus compañeros se sintieron mucho más seguros. Y el fuerte carácter de Mastrangelo espoleó a sus compañeros.

Los brasileños tardaron en habituarse a las nuevas caras. La precisión de Maurício en los pases comenzó a disminuir, el bloqueo suramericano perdió el control sobre el opuesto Alessandro Fei, y el resultado fue la pérdida de la tercera manga (25-23).

A partir de este instante, la raza de los campeones comenzó a aflorar. Italia, que parecía ya destronada, se enrabietó y reclamó protagonismo. Tanto insistió que el sexteto brasileño comenzó a tambalearse (16-13, 18-15) y sucumbió en un final (28-26) que quedará, durante mucho tiempo en la retina de los aficionados.

Llegó el quinto set, y en él quedó depositado el futuro de ambos. Brasil alcanzó la cumbre gracias al encomiable tesón de su capitán, Nalbert Bitencourt y, sobre todo, a la calidad, de dos campeones olímpicos en Barcelona'92: Giovane Gavio y Maurício Lima.

SÍNTESIS
2 - Italia: Gravina, Vermiglio, Casoli, Tencati, Fei, Giani - equipo inicial-, Corsano (líbero), Sartoretti, Papi, Mastrangelo y Zlatanov.

3 - Brasil: Nalbert, Maurício, Henrique, Giba, Gustavo, André, - equipo inicial- Sergio (líbero), Anderson, Ricardo, Giovane y Dante.

Parciales: 23-25 (23m.), 23-25 (24m.), 25-23, 28-26 (28m.) y 13-15 (14m.)

Arbitros: Turner (Australia) y Pérez Vento (Cuba).