El equipo de Carlos Getzelevich ha ido de menor a mayor en esta competencia. En cada uno de sus partido experimentó una mejoría, pero ante Bulgaria e Italia explotó.

Si la Argentina juega en ese nivel, con variantes ofensivas más allá de Marcos Milinkovic, velocidad en la zona ofensiva y calidad y seguridad en la recepción (el bloqueo aún es un déficit importante), las semifinales no serán una utopía.

Pero vale avisar que hay que jugar muy bien si se quiere pasar a Francia. Obviamente la actualidad de la Argentina y el apoyo de la hinchada por momentos conmovedor en respuesta a lo que entregan los jugadores en la cancha en cada pelota, tenga buen o mal final, ilusiona a más de uno y por eso, en este país hiperexitista, las entradas volaron en algo más de dos horas. Se espera en el mítico Luna otra noche muy especial.

FRANCIA SERÁ UN DURO RIVAL
Pero... ¿qué es Francia? Un equipo con un juego ordenado y sin un atacante líder, como en la Argentina lo es Milinkovic. El armador Mathias Pattin tiene muchas variantes a la hora de repartir el juego entre el opuesto Laurent Capet, los puntas Frantz Granvorka (el jugador del Padova de Italia es el símbolo del equipo), Stephane Antiga y, eventualmente, Luc Marquet.

Los cuatro se alternan el protagonismo, por lo que Argentina deberá estar muy atento y muy rápido a la hora de bloquear, atendiendo varios frentes a la vez. Hay un bloqueo del primer mundo en Olivier Kieffer y su líbero, Hebert Henno, es un buen receptor.

Uno de los puntos débiles de Francia es el saque, algo que facilitará el trabajo de Pablo Meana.

EL PRIMER CRUCE EN EL LUNA
En tanto, Rusia parece haber recuperado el nivel que lo llevó a ganar la Liga Mundial este año.

Los rusos -que ganaron seis mundiales mientras eran la Unión Soviética- habían perdido sus dos primeros encuentros del certamen ante Francia y Bulgaria, entró por la ventana a la segunda fase donde mostró la solidez que marca su historia y llega en un nivel altísimo.

Grecia no debería ser un escollo importante para los rusos, pero hasta aquí, los griegos, hicieron un Mundial mucho mejor de lo que se esperaba. Están hechos y jugarán sin presión, eso puede convertirlos en peligrosos.