Finalista en 2020 y semifinalista en 2021, el PSG ha adquirido desde entonces la costumbre de dispensar de calculadora y su principal preocupación era pelear por el primer puesto
Dos victorias, dos empates y dos derrotas es el pírrico saldo del PSG en la fase de grupos que le ha permitido, con ocho puntos, clasificarse para los octavos de la Champions League. Nunca había logrado tan pocos enteros desde que el club lo compró Catar en 2011.
Aunque el técnico del PSG, Luis Enrique Martínez, ha asegurado que el equipo estará "mucho mejor" en febrero, la estadística no juega demasiado a favor de un club que busca sin descanso su primera Orejona.
Desde 2011, ningún equipo que se ha clasificado a octavos de la Champions con 8 o menos puntos ha levantado el trofeo. El que más cerca estuvo fue el Tottenham de Mauricio Pochettino de la 2018-2019, que perdió la final ante el Liverpool.
A la espera de los cruces que pueda deparar el sorteo -los parisinos podrían citarse con el Real Madrid, Bayern o City-, no se recuerda en la ciudad del Sena una clasificación a octavos tan agónica desde que el fondo catarí QSI adquirió en 2011 el PSG por 70 millones de euros (hoy está valorado en 4.000 millones).
Finalista en 2020 y semifinalista en 2021, el PSG ha adquirido desde entonces la costumbre de dispensar de calculadora y su principal preocupación era pelear por el primer puesto, que, en teoría, brinda un mejor cruce en los octavos.
Pero en esta edición, la entidad gala estuvo al menos 20 minutos virtualmente eliminadoa hasta que Warren Zaire-Emery empató en el 56 en Dortmund y el Milan empató en Newcastle.
El combinado de Luis Enrique terminó el encuentro en Alemania conformándose con un segundo lugar que frustró especialmente a Kylian Mbappé, quien no entendía por qué sus compañeros contemporizaban (una victoria alzaba a los franceses al primer lugar).
Aunque Mbappé fue de nuevo decisivo -desequilibró en la anda izquierda para el centro al área que acabaría en el empate-, fue otro jugador el que le robó el protagonismo, el adolescente Zaire-Emery, de 17 años.
Su gol desde el corazón del área y su enorme prestación en la medular coparon las portadas de la prensa gala. Incluso el presidente del PSG, Nasser Al-Khelaifi, salió a la palestra para elogiar a la nueva perla parisina.
"Se trata de un magnífico jugador, estoy orgulloso de él (...) Es de París (nació en la ciudad anexa de Montreuil) y quiere quedarse aquí. Eso es importante", apuntó el dirigente catarí, como una manera de ahuyentar a posibles interesados.
Zaire-Emery, que ha ido batiendo algunos de los hitos de precocidad del mismísimo Mbappé, logró, durante algunos minutos, ser el jugador francés más joven en anotar en una fase final de la Champions -marca que pertenecía a Benzema con el Lyon-, hasta que el franco-nigeriano George Ilenikhena anotó, también ayer, el tercer gol del Amberes ante el Barcelona.
Ilenikhena, también de 17 años, es casi ocho meses más joven que Zaire-Emery.