Bucaramanga salió del fondo de la liga colombiana y apretó su grupo de Conmebol Libertadores. El técnico Leonel Álvarez logró de efectividad de 66 por ciento en tres semanas.
El golpe de timón resucitó al equipo santandereano. Con el paraguayo Gustavo Florentín padeció una crisis que lo instaló en últimos lugares del FPC. Apenas ilusionó en la Superliga ante Nacional de febrero. Su campaña de tres meses dejó cifras desoladoras: una victoria, cinco empates y cuatro derrotas. Marcó cuatro goles y recibió 10.
Terminó su etapa después de perder con Deportivo Pereira en casa. Se despidió con 26 por ciento de rendimiento.
El elegido para reemplazarlo fue Leonel. Su mensaje en la emergencia entre la doble competencia fue primer orden y después juego. Con el equipo más equilibrado, dio el paso adelante que necesitaba: espíritu más combativo, con fútbol largo y potencia aérea.
En sus primeros cinco partidos, el DT antioqueño obtuvo tres triunfos, un empate y una derrota. Anotó 12 goles y encajó seis. Tiene 66 por ciento de efectividad.
Trepó al puesto 11 del torneo local con 16 puntos a cuatro del octavo. Está invicto en Libertadores por sus cuatro unidades en el Grupo E.
“Con ellos va uno a muerte a donde sea, entonces a mí me da felicidad estar acá y más ver una hinchada tan maravillosa, entonces le da alegría a uno que salgan felices, salgan contentos por la propuesta del equipo”, celebró después de golear 4-0 a Fortaleza.
Vivo en liga y Copa, Álvarez se enfoca en profundizar la competitividad que sembró en su corto tiempo de trabajo.
"Estos muchachos están enfocados a buscar partido tras partido porque eso es lo que hacemos, acercarnos también, no descuidar la liga y si nos dan posibilidades pues vamos a presionar”, concluyó.