<
>

Real Madrid: El tridente mágico no funciona... de momento

play
Kylian Mbappé salvó al Real Madrid de otro tropiezo en LaLiga (1:29)

Rodrigo Fáez con el análisis del partido entre el Real Madrid y el Real Betis en la jornada 4 de LaLiga. (1:29)

El tridente de ataque del Real Madrid, conformado por Vinícius, Mbappé y Rodrygo, aún no ha mostrado el potencial que se espera.


El partido contra el Real Betis no fue más que el ejemplo de lo que es el Real Madrid de esta temporada: un equipo que está lejos de su mejor momento y lleno de grandísimas estrellas que no acaban de entenderse. Es la realidad y da igual el resultado porque las sensaciones no son buenas. Y todo ello a pesar de que Kylian Mbappé por fin marcó en el Santiago Bernabéu por partida doble.

Esta temporada llegó Kylian Mbappé con la intención de brillar en un ataque de ensueño con Vinícius Junior y Rodrygo. El resultado hasta la fecha es insuficiente: les cuesta entenderse, se buscan unos a otros en exceso para demostrar que pueden funcionar y, lo que es más importante, al equipo le cuesta un mundo el peaje que paga el resto del equipo con la falta de sacrificio arriba.

Carlo Ancelotti sabe desde el principio que los tres de arriba no iban a ayudar a nivel defensivo. Es el precio a pagar por tener un tridente mágico. Sin embargo, esa falta de trabajo arriba parte mucho al equipo en un centro del campo que sigue huérfano de Toni Kroos. Y más con un Aurélien Tchouaméni que no es un perfil como el alemán y al que muchos han querido aupar a centrocampista ofensivo con las bajas de Eduardo Camavinga y Jude Bellingham. Cada uno a lo suyo, por favor.

Volviendo a los tres de arriba, Ancelotti empieza a desesperarse. Se le nota en las ruedas de prensa, donde el italiano se muestra algo más incómodo que de costumbre. Sabe que no le queda otra que alinear a los tres y tiene las manos atadas para exigirles ciertos sacrificios. También es normal. Cuando uno tiene tanta pólvora arriba tiene que tener encaje para ese tipo de cosas. El míster declaró tras el partido que “no estamos en nuestro mejor nivel, pero llegará”.

Lo mejor para el Madrid, y para el propio Mbappé, son los dos goles del francés. La alegría por marcar, la victoria final y la celebración del público son la mejor medicina para que los aficionados y la crítica desvíe su atención. Porque al Madrid y a Mbappé les viene como a nadie la ovación que se llevó el francés en su sustitución del minuto 83 y el abrazo entre Ancelotti y el francés.

Pero al Madrid del tridente mágico le empieza a costar demasiado hilvanar jugadas, tener fluidez y terminar los ataques. El técnico da mucha libertad a sus delanteros que cambian de posición de forma habitual. En el partido contra el Betis se vio, sobre todo en la primera parte, cómo Vinícius y Mbappé mutaban de puesto e, incluso, cómo Rodrygo jugó el último tramo antes del descanso por la izquierda.

La gente quiere un equipo que juegue de memoria y destaque por un carácter goleador que de momento dista mucho de la realidad. A escasos metros de la posición de ESPN en el Santiago Bernabéu, un aficionado se preguntaba si en algún momento Ancelotti se planteará un cambio de sistema. Si todo sigue así, que nadie lo descarte. O algún cambio de cromos. Porque la unidad B que abanderan Brahim Díaz y Endrick funciona mejor cuando no hay espacios, cosa que al tridente le trae loco.

Veremos cómo llega el Madrid después de la Fecha FIFA. Hasta el momento el resultado está muy lejos de ser satisfactorio y Ancelotti tiene muchos deberes en los próximos diez días. Si todo sigue igual en la reanudación del campeonato, el Santiago Bernabéu le recordará a Ancelotti, a Mbappé, a Rodrygo y a Vinicius que el Madrid y el madridismo demanda una mejora del juego inmediata para que las sensaciones de Mbappé con sus compañeros sean las mejores.

Por lo menos, Mbappé sonrió, fue el triunfador de la noche y sus dos goles y la ovación final le vendrán genial. Porque si una cosa sabe el internacional francés es que el Madrid no espera por nadie, sólo por los títulos.