Liverpool tuvo una floja actuación en terreno de Arsenal y perdió 3-1. Virgil van Dijk y Alisson Becker protagonizaron una jugada clave en el compromiso que fue un antes y un después en el desarrollo de un juego que se presentaba favorable al equipo de Jurgen Klopp.
El central neerlandés y el arquero brasileño no se entendieron tras un pelotazo largo de la defensa de Arsenal y todo terminó en gol de Martinelli. Van Dijk falló primero y luego Alisson no conectó el despeje, dejando la pelota servida al atacante de los Gunners, que luego ampliaron el marcador y ganaron 3-1.
Luego del partido, el defensor habló con la prensa y no ocultó su tristeza por este fallo que podría costarle la Premier al equipo.
"Fue un día complicado, sin dudas. Me hago cargo completamente del segundo gol, fue un punto de quiebre en el partido", dijo.
"Debería haberlo hecho mejor, podría haber tomado una mejor decisión en ese momento. Me duele y le duele al resto del equipo. Fue un gran punto de quiebre en el partido porque creo que antes de ese gol estábamos jugando muy bien", agregó en charla con Sky Sports.
Sobre la jugada en sí, el neerlandés aportó: "Debería haberla despejado, pero tomé la decisión equivocada en ese segundo y desafortunadamente estas cosas pasan en el fútbol. No estoy buscando excusas. En este nivel de competición, tienes un segundo para decidir y yo elegí dejar picar la pelota y poner mi cuerpo en el medio. Alisson me tocó un poco y por eso él tampoco pudo despejar".