El arquitecto Roberto Ferreira y los profesionales que le acompañaron en la dirección de la primera etapa de la obra deslindaron responsabilidades ante las consecuencias de la terminación del estadio tras los dos años en que la construcción estuvo paralizada.

El autor del proyecto original es hijo del recordado futbolista Manuel "Nolo" Ferreira, delantero de la selección que obtuvo la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Amsterdam'28 y capitán del equipo albiceleste que fue subcampeón en el primer Mundial de la historia, disputado en 1930 en Uruguay.

Ferreira indicó en una carta publicada el martes por el matutino La Nación, de Buenos Aires, que, tras la rescisión de su contrato de la firma constructora Sade-Ecodyma, varias veces advirtió que debían adoptarse "medidas preventivas" para evitar daños en las primeras estructuras construidas.

"Ante la información pública de la próxima inauguración del estadio y desconociendo las condiciones en las cuales se han ejecutado las obras que permiten tal habilitación, Roberto Ferreira y su equipo profesional deben dejar constancia de que no han sido consultados ni han participado en este etapa de los trabajos", indica la nota.

Ferreira, por tanto, no asume responsabilidades "originadas por la intromisión de modificaciones al proyecto original y por la omisión de ejecución de obras y trabajos preventivos oportunamente recomendados".

Tras un conflicto sindical ocurrido en el año 2000, las obras se paralizaron dos años y fueron reanudadas por decisión de la gobernación de la provincia de Buenos Aires.

El proyecto original de Ferreira, impulsado por el actual presidente del país, Eduardo Duhalde, cuando ocupaba el cargo de gobernador bonaerense, era el de un estadio con capacidad para 32.000 personas, pero en la segunda etapa de construcción se amplió el aforo a 53.000.

El matutino La Nación también indica que los gastos para la construcción del estadio fueron aumentados en relación al primer presupuesto y señala que existen diferencias de dinero invertido entre los registros del Ministerio de Economía bonaerense y los del Tribunal de Cuentas provincial.