Con la ajustada victoria de Estados Unidos sobre el equipo Internacional en la Presidents Cup, se puede dar por cerrado un extraordinario año para el golf en el PGA Tour, la gira más importante del mundo.
Quizá la imagen más potente para representar el carácter extraordinario que tuvo este 2019 haya sido Tiger Woods y su grito de victoria en el green del hoyo 18 de Augusta. Sin duda uno de los momentos más importantes de la historia del deporte mundial. Esta victoria fue trascendental por varios motivos. En primer lugar porque era tan deseada como poco probable. También porque se fue construyendo de a poco. Su triunfo en el Tour Championship, en septiembre de 2018, su primera victoria en cinco años, fue el primer indicio. Las tres primeras vueltas en Augusta fueron un lento progreso en el “leaderboard” hasta quedar segundo. Ya en la vuelta final el domingo, Woods estaba a dos golpes del puntero, el italiano Francisco Molinari, que parecía no tener posibilidades de hacer bogeys. Para poner las cosas más dramáticas, los nombres en danza eran temibles: Koepka, Schauffele, Cantlay, Poulter, Day, Finau, Fowler, Rahm. Todos tenían chances, pero todos sucumbieron. Tiger no. Su birdie en el 16 selló su regreso triunfal.
Para acallar las voces que opinaban que el triunfo del Masters había sido un milagro, Tiger volvió a ganar en Octubre en el ZOZO Championship disputado en Japón. Finalmente y para coronar su gran año dio una clase de magistral de golf y estrategia en la President´s Cup, donde claramente fue el mejor jugador de los dos equipos.
Otro de los grandes acontecimientos del año fue la merecida victoria de Rory McIlroy en el Tour Championship y en la FedEx Cup. Merecida porque habiendo empezado la primera vuelta a cinco golpes del puntero terminó ganando este extraño torneo con el score más bajo para los 72 hoyos. McIlroy fue además el jugador más consistente del año. Jugó 19 torneos, ganó tres, incluido el Players Championship. Fue top ten 14 veces y 16 veces top 25. Ganó 24 millones de dólares en premios. Un tema no menor es que no ganó ningún Major en 2019, pero de todos modos recibió el premio al mejor jugador del año.
En el lado opuesto está Brooks Koepka que tuvo otro año en el que los Majors fueron su mejor expresión. Victoria en PGA Championship, segundo en el Masters, segundo en el US Open y 4to. en el British Open. Tuvo además un muy buen triunfo en el WGC FedEx St Jude en julio. Una máquina en los grandes toneos.
Otro de los grandes hitos del año fue el raro formato de definición que tuvo la FedEx Cup. Con la idea de simplificar la definición, el PGA Tour diseñó un sistema por el cual los jugadores que llegaron a la instancia final en East Lake empezaban con un score previo distinto de acuerdo a la posición que habían obtenido luego de los Playoffs. Fue así que antes de empezar el torneo el score de los 30 jugadores que juagaron la final de la FedEx era el siguiente: Justin Thomas -10, Patrick Cantlay -8, Brooks Koepka -7, Patrick Reed -6, Rory McIlroy -5 y a partir de allí, del sexto al décimo empezaron con -4, del puesto 11 al puesto 15 con -3, del puesto 16 al 20 con -2, del puesto 21 al 25 con -1 y del puesto 25 al 30 con par. Muchas críticas recibió este cambio. Pero las críticas duraron hasta que empezó la primera ronda. A partir de allí todos se callaron ante el gran espectáculo puesto en escena por las expertas manos del PGA Tour.
Si la victoria de Tiger en el Masters fue lo más importante del año, el triunfo de Shane Lowry en el British Open fue el segundo. Un irlandés ganando en el primer Open jugado en Irlanda desde 1951 es un acontecimiento enorme, sobre todo por lo que fue para Lowry. Él sabe que este no fue el primero de varios Majors por venir. Esto fue el pináculo de su carrera y así lo celebró.
El tiro del año fue el chip en el green del hoyo 17 de Pebble Beach que hizo Gary Woodland para asegurarse el triunfo en el US Open. Su primer Major. No se puede ganar un Major jugando para no perderlo y Woodland jugó para ganarlo.
Este 2019 fue sin duda también el año de los latinoamericanos en el PGA Tour. Los mexicanos Abraham Ancer, Carlos y Alvaro Ortíz, José Jesús Rodriguez y Roberto Díaz. El colombiano Sebastián Muñóz, que ganó el Sanderson Farms en septiembre, el venezolano Jhonattan Vegas, los argentinos Emiliano Grillo, Julián Ethulian y Fabián Gómez, el chileno Joaquín Niemann, que ganó el Greenbrier en septiembre. Forman parte de una escuadra potente que sin duda tendrá un rol destacado en la temporada próxima. Esto sin nombrar la enorme actuación que tuvieron Niemann y Ancer en la President´s Cup que acaba de terminar en Australia.
Los Majors de este año no pudieron haberse jugado en mejores canchas. Augusta es Augusta. Bethpage Black para el PGA Championship fue un tremendo desafío. Pebble Beach es el icónico lugar para el US Open, y a pesar de las críticas, quizá justificadas, que recibió la USGA por presentar una cancha demasiado amable, Pebble Beach premió los buenos tiros y castigó los malos. Qué más se le puede pedir a un buena cancha de golf. Finalmente no pudo haber un más emocionado regreso del Open a Irlanda en Royal Portrush.
En el año 2020 el PGA Championship va a la costa oeste, al TPC de Harding Park, en San Francisco. El US Open va a Winged Foot, en New York y el British Open se disputará en Royal St Georges, en Inglaterra.
El final del año llegó con una desgastada President´s Cup que fue energizada por la presencia de Tiger Woods como jugador y capitán del dominante equipo de Estados Unidos. Sin embargo las cosas no fueron nada fáciles para los visitantes. Solo en la jornada final pudieron dar vuelta el resultado adverso que venían arrastrando desde el primer día de competencia. Terminaron ganado por un ajustado margen (16 a 14) y retuvieron la copa. Sin duda fue la President’s Cup más entretenida de los últimos 10 años y prometió dar interés a la próxima edición que será en suelo estadounidense en la famosa cancha de Quail Hollow en Carolina del Norte, en 2021.
Eso ha sido todo por este año. Los esperamos en 2020.