El golfista estadounidense Bryson DeChambeau conquistó su primer grande en el Abierto de Estados Unidos, que se disputó esta semana en el histórico recorrido de Winged Foot, a las afueras de Nueva York.
DeChambeau, el único que logró bajar del par en la última jornada (-3) y en el resultado acumulado (-6), se alejó de los pronósticos y de sus rivales a base de bombazos con el driver y una precisión científica en el juego corto.
El golfista californiano, licenciado en física, se ayudó de sus cálculos matemáticos para no ceder terreno en ningún momento a su competidor más inmediato, el estadounidense Matthew Wolff (par), de 21 años, que terminó a seis golpes del campeón.
Más lejos aún han quedado el sudafricano Louis Oosthuizen (tercero con +2), y los estadounidenses Harris English (cuarto con +3) y Xander Schauffele (quinto con +4), que sí cumplieron los pronósticos de un resultado por encima del par en las difíciles condiciones de Winged Foot.
Mientras los veteranos de ediciones anteriores del US Open en Winged Foot, como las estrellas Phil Mickelson y Tiger Woods, intentaron sin éxito emplear la cautela y respetar la configuración del campo, DeChambeau se movió por los atajos con golpes de más de 300 metros y terminó superando el resultado del ganador de 2006 (+5) por nada menos que 11 golpes.
En un año inusual para el golf por la suspensión del Open Británico y el aplazamiento del Masters de Augusta a mediados de noviembre, como consecuencia de la pandemia del coronavirus, los trofeos de los únicos dos grandes, disputados sin público, el Campeonato de la PGA (Collin Morikawa) y el US Open cayeron en manos de primerizos.