Un improbable periplo que empezó en junio del año pasado en Pebble Beach empezó a adquirir visos de realidad el sábado en Augusta National cuando Woods hizo tres birdies seguidos y se encaramó en el tope de la clasificación general.

Woods finalizó la jornada con 68 golpes, 4 bajo par, para colocarse líder por un golpe de diferencia con un total de 204. Phil Mickelson - que es el jugador número 2 del mundo y su archirrival en los últimos 14 meses - terminó en segundo lugar.

Fue Mickelson quien puso fin a la racha de Woods de seis victorias seguidas en el circuito americano, ganando el Buick Invitational en febrero del 2000. En el Tour Championship de noviembre, también fue Mickelson quien puso fin a una racha de 19 victorias seguidas en torneos en los que Tiger lideraba a los 54 hoyos.

Al superar dos grandes errores con dos birdies en los últimos dos hoyos, Mickelson finalizó la jornada con 69 golpes y tendrá la oportunidad de frustrar la mayor hazaña jamás lograda en la historia del golf: la consecución de cuatro torneos grandes seguidos.

"Me siento en perfecto estado", declaró Mickelson.

Su problema es que Woods también lo está.

"Tener la oportunidad de lograrlo es muy emocionante", dijo.

FUE UN SÁBADO LOCO EN AUGUSTA
De ese modo terminó un sábado loco en Augusta. Durante la tercera jornada, cuatro jugadores llegaron a tener el liderato en un momento determinado del torneo y una cantidad doble a ésa tendrá la oportunidad de ganar en la ronda final.

Todo lo que necesitó Woods para pasar de tener una desventaja de dos golpes a tener una ventaja de dos golpes fueron 20 minutos y un poco de ayuda de parte de Mickelson, del argentino Ángel Cabrera y del novato del Masters, Chris DiMarco.

Cabrera, el artillero argentino, se encontraba a 12 bajo par y al parecer en perfecto control de la situación, pero el "Pato" se fue al agua en el 15 y terminó el hoyo con un doble bogey.

Mickelson, que tan sólo necesitaba tres golpes para hacerse con el primer puesto de la clasificación, ensayó un tiro en el green del 14 para evitar un elevado montículo y se quedó a 30 pies de la bandera. Mickelson necesitó tres golpes más para meterla en el hoyo y fue penalizado con un doble bogey.

Woods no tuvo ese tipo de problemas.

Luego de hacer birdie en el hoyo 13, un hoyo de par 5, su acercamiento al 14 lo dejó a 4 pies de hacer otro birdie, lo consiguió y luego coronó su triunfal jornada dejando la bola a 2 pies del hoyo 15. Ello le valió el tercer birdie seguido y el liderato en solitario en la clasificacion.

ESTA VEZ NO DEBERÍA SER UN PASEO PARA TIGER
Al contrario del paseo que se dio en Augusta hace cuatro años al ganar por una diferencia récord de 12 golpes, Woods tendrá que vérselas con un grupo de aspirantes que hará lo imposible para impedir que haga algo grandioso.

Mark Calcavecchia, que batió el récord de golpes del circuito americano en Phoenix, firmó una tarjeta con 68 golpes y se ha colocado a dos golpes del líder con un total de 206. Otro que mantiene intactas sus esperanzas es DiMarco, que no tuvo un buen día y terminó la jornada con 72 golpes.

Ernie Els, dos veces ganador del US Open, terminó el recorrido con un 68 y sumó un total de 207 golpes. David Duval se unió también a los aspirantes al título de Augusta por cuarto año consecutivo.

"El calibre de los jugadores que ocupan los primeros puestos de la clasificación es realmente interesante", comentó Woods.

Al término de la jornada, una docena de jugadores se encontraba a cinco golpes del liderato. Cuatro de ellos han sido campeones de grandes torneos y otros dos se encuentran entre los ocho mejores del mundo.

"Aunque empieces la ronda final con tres o cuatro golpes de desventaja, uno todavía tiene probabilidades de alzarse con el triunfo", dijo Els. "Teniendo en cuenta que El Tigre es El Tigre, dudo que ceda un solo palmo de terreno. Pero hay muy buenos jugadores en los primeros puestos de la clasificación."

Els no era el único que estaba dispuesto a aceptar el reto.

"Quería jugar con él", dijo Mickelson, quien hace apenas tres semanas se tuvo que conformar con ver cómo un inspirado Woods hacía birdie en el último hoyo y se proclamaba campeón en Bay Hill.

EN BUSCA DE UNA CORONA ÚNICA
Ése es uno de los muchos elogios con que ha sido agraciado Woods desde que en junio del año pasado ganase el Abierto de Estados Unidos, el más duro de los torneos de golf, por una diferencia récord de 15 golpes sobre su más inmediato perseguidor.

Woods engordó su leyenda con una victoria en el Abierto Británico por 8 golpes de diferencia y con una emocionante victoria en el desempate del PGA, convirtiéndose así en el primer jugador en 47 años en ganar tres grandes torneos consecutivos.

Ningún jugador ha ganado cuatro torneos de Grand Slam seguidos. Ésa es una de las mieles que le aguarda a Woods si consigue alzarse con el triunfo en esta emocionante edición del Masters.

El último emparejamiento no podría ser mejor.

Mickelson ha ganado en cinco ocasiones en los últimos dos años, más que ningún otro golfista a excepción de Woods. Pero todavía no ha refrendado su clase en uno de los cuatro grandes torneos mundiales del golf. Su mejor actuación la tuvo hace dos años en el Abierto de Estados Unidos, pero falló putts cruciales en los últimos tres hoyos y tuvo que conformarse con ser segundo tras el difunto Payne Stewart.

"Quiero ganar desesperadamente este torneo", dijo Mickelson. "He soñado mucho con ese día. No se trata únicamente de uno de los grandes. Si ganas aquí, te conviertes en parte de la historia de este deporte."

Woods ya lo ha conseguido y ahora tiene la oportunidad de lograr algo que nunca ha sido logrado en la era moderna del golf.

CUIDADO CON EL NOVATO DIMARCO
DiMarco todavía tiene la oportunidad de convertirse en el primer jugador en ganar el Masters en su primera participación desde que Fuzzy Zoeller lo logró en 1979.

DiMarco se sobrepuso al bogey que hizo en el hoyo 2, haciendo un tiro que rebotó en un árbol y se enterró en un banco de arena. Estaba empatado por el primer puesto hasta que lanzó un tiro largo sobre el green del hoyo 15 y le salio un petardo mojado en el 17.

Calcavecchia tiene la oportunidad de borrar los malos recuerdos que tiene de Augusta. En 1988, estuvo a punto de jugar el desempate y de enfundarse la chaqueta verde que acredita al ganador. Pero llegó Sandy Lyle, quien hizo birdie desde el banco de arena donde se encontraba varado en el último hoyo del circuito, y se alzó con el trofeo.

"Tengo capacidad suficiente como para hacer una buena jornada mañana", dijo Calcavecchia, quien a menudo practica en compañía de Woods.

Luego echó la mirada al frente y al hombre al que perseguirá el domingo. El verano pasado en St. Andrews, cuando Woods ganó el Abierto Británico y se hizo así con los cuatro trofeos que conforman el Grand Slam, Calcavecchia lo llamó "el elegido".