LOS ÁNGELES -- A veces solo se trata de estar en el lugar correcto y en el sitio indicado.
Kendall Marshall llegó a la NBA hace un año y medio como uno de los mejores armadores puros del baloncesto colegial estadounidense.
Sus falencias eran claras, pero su visión de juego y habilidad para pasar el balón eran tales que los Phoenix Suns lo escogieron en la posición número 13 con la intención de que fuera el base del futuro.
Esto simplemente no sucedió, ya que ni Alvin Gentry ni Lindsey Hunter le dieron la oportunidad de mostrarse en minutos extendidos, aún cuando los Suns eran claramente un equipo de lotería sin nada importante por qué competir.
Marshall jugó poco más de 14 minutos por noche pero sus números fueron paupérrimos: 37.1 por ciento desde el campo (un número inaceptable para un armador) y 31.5 en triples, lo que demuestra su nulo tiro perimetral.
Lo más sorprendente fue que Phoenix decidió terminar el experimento mucho antes de lo esperado, y lo incluyeron en el traspaso que envió a Marcin Gortat a los Washington Wizards. Los capitalinos inmediatamente lo cortaron y de esa forma Marshall pasó a estar desempleado.
De la cima del mundo al abismo fue el drástico cambio, y Marshall debió irse a la D-League (liga de desarrollo) para volver a demostrar sus habilidades y esperar pacientemente una nueva oportunidad en la liga de las estrellas.
Esa oportunidad llegó luego de que promediara 19.4 puntos y 9.6 asistencias con los Delaware 87ers, la filial de los Philadelphia 76ers.
Con eso volvemos a lo del momento justo y en el lugar indicado: Marshall es hoy por hoy el único armador natural saludable en la plantilla de Los Angeles Lakers, y con minutos y confianza (obligada) ya dio algunos indicios de poder tener una carrera aceptable en la NBA.
"Estaría mintiendo si dijera que sí", dijo el jugador sobre si se imaginaba hace dos semanas ser el base abridor de los laguneros. "A veces las cosas se dan de maneras extrañas".
El pasado martes, tras la nueva lesión de Jordan Farmar, Marshall recibió 28 minutos de juego por parte de Mike D'Antoni y su actuación fue prometedora.
"Ha jugado dos partidos muy buenos", dijo el timonel. "Para que él pertenezca a esta liga tendrá que seguir trabajando en su tiro pero sabe jugar y manejar un equipo".
Diez puntos y siete asistencias lo avalan, aunque lo más sorprendente ha sido su casi infalible puntería exterior.
En cuatro juegos vestido de púrpura y dorado Marshall ha conectado 5-9 (55 por ciento) en triples, una clara señal de su mejora en dicha faceta.
Sus oportunidades además seguirán llegando, ya que los Lakers estarán sin Steve Nash, Steve Blake o Farmar durante las próximas tres semanas, y eso es sin mencionar que a Xavier Henry le quedan algunos días para regresar.
"Espero que se vaya sintiendo más cómodo con el menú de jugadas y que juegue bien", dijo D'Antoni, quien lo confirmó como titular y dijo que le dará minutos significativos.
Pau Gasol sugirió que la clave pasará por la confianza.
"Tiene que entender que tiene que ser agresivo", dijo. "Cuando tenga un tiro sin marca o camino libre al aro tiene que tomarlo porque la bola no puede estancarse".
Por lo pronto sus compañeros lo avalan, particularmente Steve Blake y Farmar, quienes el armador reconoció que le han aconsejado.
"Mis compañeros han sido fantásticos en ayudarme", avisó. "Me han implementado en la idea del equipo y empiezo a entender al equipo. Blake y Farmar han sido increíbles, hablándome mucho".
Quizás esto sea solo un matrimonio temporal y de conveniencia entre ambos, pero de seguir así varios equipos volverán a ponerle el ojo.
Marshall, por el momento, parece dispuesto a no volver a dejar pasar el tren.