Dos goles de Luizao, a los 11 y 18 minutos, y uno de Rivaldo, a los 34, sellaron el visado de los pupilos de Luiz Felipe Scolari y dieron final feliz a la peor campaña futbolística de Brasil en su historia. La amenaza venezolana a la clasificación directa del equipo "canarinho" para el Mundial de 2002 duró apenas once minutos.

Pudo haber sido menos si Rivaldo y Luizao no hubiesen perdido sus respectivas oportunidades a los 30 segundos y 10 minutos del pitido inicial. Además de una presión asfixiante, que comenzó en las tribunas del estadio "Castelao" con los gritos de 70.000 seguidores, Brasil limpió el camino con una noche antológica de Edílson, quien con sus punzantes arrancadas desde la mitad de la cancha puso el delirio en las gradas.

Esa mortífera combinación echó a perder el plan táctico del técnico Richard Paez, atrincherado con tres líneas defensivas de cuatro hombres en el fondo y cinco en la mitad En vez de recibir regalos por su vigésimo sexto aniversario, Luizao los ofreció con dos goles y tres oportunidades más.

En el primer tanto, requirió apenas de un toque suave al ángulo izquierdo del guardameta Rafael Dudamel. Para la polémica, los venezolanos podrán argumentar que el árbitro argentino Daniel Giménez no vio una discreta sujeción de Edílson al defensa Rafael Mea Vitali en la jugada previa a la aparición del goleador.

Con la ventaja, los brasileños lavaron su alma, se libraron del peso de los malos resultados y, por primera vez, desde la victoria del año pasado sobre Argentina por 3-1 en Sao Paulo, hoy volvieron a jugar libres, sueltos, como en los viejos tiempos.

Luizao amplió la ventaja tras otra maniobra que Edílson comenzó en el medio del campo al bajar el balón a espalda de un custodio y terminó con una veloz excursión hasta el borde el área.

Rivaldo, de nuevo sin brillo pero oportuno en el momento decisivo, decretó la goleada a los 34 minutos, en otra jugada que Edílson inventó al desgranar a cuatro rivales por la banda izquierda antes de cederle el balón.

Si las cosas estaban complicadas para Venezuela en el primer tiempo, quedó peor a los 47 minutos cuando el centrocampista Rafael Vera propinó un codazo en el rostro a Juninho y vio la cartulina roja del árbitro argentino Daniel Giménez.

El partido prácticamente terminó con ese lance porque en lo sucesivo los jugadores brasileños se dedicaron a desempolvar toda suerte de lujos y adornos técnicos ante el delirio de sus seguidores en la ciudad de Sao Luis (noreste).

Venezuela, rehén de su inferioridad técnica e histórica apenas inquietó en dos jugadas aisladas e individuales de Moran y Noriega, a los 63 y 58 minutos, respectivamente. Scolari se dio el lujo de sustituir a Luizao y Edílson, la peligrosa sociedad que también actuó en el Guarani y el Corinthians, para ingresar figuras del mismo porte: Denílson y Ronaldinho.

El cambio de Juninho por Marcelinho Paraíba reforzó la fiesta y pudo ampliar la cuenta de goles cuando el ariete del Hertha Berlín eludió a Dudamel con un caño y lanzó a la puerta con mala puntería.

SÍNTESIS DEL PARTIDO

3.- Brasil: Marcos; Roque Júnior, Lúcio, Edmílson; Belletti, Emerson, Juninho (m.66: Ronaldinho), Rivaldo, Roberto Carlos; Luizao (m.57: Denílson) y Edílson (m.74: Marcelinho Paraíba).

0.- Venezuela: Rafael Dudamel; Héctor González, Rafael Mea Vitali, José Manuel Rey, Jorge Rojas; Luis Vera, Miguel Mea Vitali, Richard Daniel Páez (m.31: Elvis Martínez), Gabriel Urdaneta (m.57: José Luis Vallenilla); Daniel Noriega y Ruberth Morán (m.50: Leopoldo Jiménez).

Goles: 1-0, m.11: Luizao. 2-0, m.18: Luizao. 3-0, m.34: Rivaldo

Arbitro: el argentino Daniel Giménez expulsó a los 47 minutos con roja directa a Vera por agredir a Juninho. También amonestó a Edílson, Emerson, Rafael Mea Vitali, Jiménez, González y Vallenilla.