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Mamá y papá se quedaron en México, pero a la distancia festejaron el bronce de su hijo

Desde las gradas, seis playeras lucirían cada letra de la palabra México, sin embargo, la ‘M’ y la ‘É’ no tuvieron quien las portara. Marco Arroyo volteó a las gradas al momento de recibir el bronce en taekwondo poomsae tradicional varonil. A más de 4 mil kilómetros de distancia, sus padres fueron los grandes ausentes en el logro del juvenil de apenas 18 años.

A la distancia, desde nuestro territorio, los padres de Marco vivieron el triunfo de su hijo. Se llenaron de sentimiento al ver cómo se colgó el metal y subió al podio. Fue por un trámite administrativo que no pudieron acudir a Lima, Perú.

A Marco lo acompañaron en la aventura Panamericana su tío José María Arrollo con su esposa Elizabeth Cisneros, además de los compadres de los tíos. Ellos terminaron de portar las camisetas que hicieron con las letras de México. usaron el blanco y el rojo, pero el verde faltó.

Pese a que hace un mes hicieron todos los ajustes para viajar con el recién mayor de edad a su debut en Juegos Panamericanos, les fue imposible acudir al país inca debido a que sus pasaportes mostraron un mes de diferencia con la vigencia mínima que la ley permite para abandonar el país.

Los documentos de los papás de Marco estaban en regla, pero desconocían que debían tener una antigüedad mínima de seis meses, la de los suyos era de cinco, por lo que tuvieron que quedarse a miles de kilómetros de distancia y seguir la competencia por televisión y por lo que José Arrollo les pueda avisar.

Aunque Marco compitió este domingo en la modalidad freestyle por equipo mixto, se quedó a un punto de obtener otra presea; pero ya entró a la historia del medallero de la edición pese a que dos letras faltaron, pero llevo la ‘M’ y la ‘E’ en su corazón durante los Juegos.