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La Garra: la doble cara de la medalla plateada

LIMA (Enviada especial) -- “De todas las derrotas de mi vida, ésta es la que más me dolió”: así arrancó la entrevista Elke Karsten, a pesar de tener colgando de su cuello la medalla de plata.

No sólo es meritorio un segundo puesto panamericano, sino que el rival que estaba en frente era nada menos que Brasil, hexacampeón panamericano que no pierde un partido en este certamen desde 1995.

Sin embargo, Elke se quedó “con gusto a poco”. No dejó de llorar desde que comenzó a hablar. “Me duele mucho porque era una final que podríamos haber ganado”, dijo. Y es cierto.

Argentina hizo un primer tiempo de alto vuelo. Supo mantener la intensidad necesaria para contener a un equipo muy superior, que no demostró serlo en los 30 minutos iniciales, pero que lo que supo esclarecer en la segunda parte.

La Garra estuvo al frente en el marcador y se fue al descanso con un 12-12 que fue el principio de la pesadilla. Las ilusiones argentinas se desplomaron con un cachetazo de calidad y potencia física de las brasileñas, que reaccionaron y dejaron sin chance al combinado nacional.

“Hicimos un primer tiempo casi perfecto y nos vinimos abajo. Ellas salieron súper intensas y no pudimos manejar el partido”, lamentó la jugadora del Debreceni VSC de Hungría.

Mientras contenía el llanto, Elke hizo un esfuerzo por analizar lo que en realidad había sido una pista de que Argentina tiene con qué ilusionarse en el futuro: “Creo que este grupo da para mucho. Hicimos un cambio físico, táctico y mental. Lo notamos nosotras y lo nota la gente”.

“Aunque estoy triste, me siento muy orgullosa de todas mis compañeras, del cuerpo técnico y me encanta ser parte de esto. Ahora hay que empezar a pensar en el Mundial”, cerró la número 22 de La Garra.