LIMA (ENVIADA ESPECIAL) -- Paula Pareto cayó por ippon ante la cubana Vanesa Godinez, perdió la chance de entrar en la final de judo -48kg, y no se presentó a la lucha por la medalla de bronce ante la mexicana Edna Carrillo.
La Peque se resintió de una lesión que la tiene a mal traer desde 2011 y decidió no presentarse al último combate. “Tengo una hernia cervical hace años, en la última competencia en Canadá me molestó mucho y hoy me asusté”, confesó la judoca que fue bronce olímpico en Pekín 2008 y oro en Río 2016.
“El médico me avisó que no me iba a calmar el dolor y tenía razón”, explicó Pareto y agregó: “Desde la primera lucha hubo una acción que me adormeció el brazo y en la segunda ya estaba mareada”.
La dueña de tres podios panamericanos (bronce en Río 2007, oro en Guadalajara 2011 y plata en Toronto 2015) admitió que se dio cuenta de que “estaba empeorando y tuvo miedo”.
Además, Paula contó que llegó a ponerse el pantalón para salir a buscar la presea, pero volvió a marearse y su equipo le aconsejó que se retire, sobre todo considerando la cercanía con el Mundial de Tokio. “Por suerte me frenó mi psicólogo porque sino hubiese salido a luchar”, destacó.
Pareto llegaba como favorita y en el clima de la Videna se notaba. La tribuna estaba repleta de argentinos y parte de la delegación nacional asistió para alentarla, entre ellos los atletas Jennifer Dahlgren y Germán Chiaraviglio.
A pesar del mal trago, la Peque salió a conversar con los periodistas, les confesó que creyó que nadie la estaría esperando y les agradeció “por estar en las buenas y en las malas”.